Monday, June 27, 2016

Culto-Cargo: Los Dioses Tecnológicos




CULTO-CARGO: LOS DIOSES TECNOLÓGICOS
Primitivos aborígenes de nuestro tiempo creyeron que los soldados norteamericanos eran deidades. ¿Ocurrió lo mismo hace milenios con “los dioses que llegaron de las estrellas”?

CÉSAR REYES DE ROA
Argentina
cesarreyes@antiguosastronautas.com


¿Cómo reacciona una mente primitiva ante la manifestación de una tecnología superior?

¿Es posible que la humanidad deba algunas de sus actuales creencias religiosas y mitos y leyendas a antiquísimas “confrontaciones culturales” con astronautas extraterrestres acaecidas en el remoto pasado?

¿Contamos con verdaderas pautas de comportamiento que nos permitan, por analogía, arribar a conclusiones con un índice de probabilidad aceptable? En otras palabras: ¿cómo juzgar la actitud de nuestros antepasados frente al desusado comportamiento de visitantes exóticos? ¿Son el temor y la curiosidad, y finalmente la veneración, consecuencias lógicas propias de una mentalidad primitiva apabullada por los logros tecnológicos de una civilización superior?

Según se desprende de la hipótesis del Antiguo Astronauta, que postula la posibilidad de una pretérita visita de seres extraterrestres a la Tierra, el surgimiento de los dioses en el mundo primitivo responde a la inimaginable noción de “viajeros espaciales”. En consecuencia, los mitos y leyendas, y algunas religiones, vendrían a ser “informes” poéticamente ornamentados que encierran realidades fascinantes.

¿Damos con esto crédito a una idea baldía? No necesariamente, y mucho menos partiendo de un razonamiento analógico. Simple lógica inductiva.

En rigor, aunque las evidencias a favor de tales visitas extraterrestres puedan no ser hasta ahora concluyentes, sino meramente circunstanciales, la presunción es suficiente en este caso como para señalar la obligación de tomarla en consideración. No olvidemos que a lo largo de la historia fueron las “especulaciones atrevidas” de algunos “visionarios” los verdaderos motores de la evolución científica…

Desde luego, no se trata de hacer aquí “doctrina extraterrestre”, para decirlo de algún modo, sino simplemente rescatar del olvido y la ignorancia un cúmulo de indicios válidos en apoyo de otras argumentaciones que permitan un debate abierto y sin preconceptos acerca de nuestro muy lejano pasado. Porque, en realidad, ¿cuántas verdades de hoy han sido “ideas imposibles” de ayer?

No obstante, conviene en este terreno caminar con “pie de plomo”, porque como bien reza un antiguo proverbio chino: “El que espera a un jinete debe cuidarse muy bien de no confundir el ruido de las pezuñas del caballo con los latidos de su propio corazón”. Así que, siendo plenamente conscientes del riesgo que implica la “dosis de subjetividad” que impregna, humanamente, toda interpretación, debemos esforzarnos en pos de la objetividad de nuestra sana razón para saber reconocer ese “ruido de las pezuñas”…y no suponer alegremente que todo metal que brilla es oro para nuestro cofre.

Y es con eso en mente que nos preguntamos: ¿qué mejor forma hay para interpretar correctamente el funcionamiento de una mentalidad primitiva que valernos de ejemplos concretos, y hoy verificables, de tal funcionamiento? Sin duda, nada hay más adecuado a los efectos probatorios que lo que los ejemplos de hoy aplicados al ayer nos permiten deducir comparativamente; esto es: comportamientos típicos donde la mente primitiva da pronta cabida a lo ritual cuando su umbral de comprensión es abruptamente superado por circunstancias ajenas a su entorno habitual.

Culto-Cargo

“Cargo” es una expresión inglesa que se utiliza para designar la mercancía, flete o cargamento de un buque o avión. Es decir, nada que en principio le parezca a uno relacionado con lo ritual; y sin embargo lo está.

Como han descubierto los antropólogos en apartados rincones del mundo, esto es en Australia así como en las regiones insulares de Melanesia y Micronesia, existen aún hoy tribus primitivas cuyo estadio cultural corresponde al de la Edad de Piedra. Muchas de tales tribus tuvieron su primera “confrontación cultural” con el hombre blanco en tiempos de guerra mundial, cuando sus “paraísos vírgenes” fueron invadidos por las tropas de ocupación, lo cual dio origen a un conjunto de creencias nativas que en la literatura especializada se conoce como “Culto-Cargo” o bien “culto al cargo”.

¿Quiénes eran esos extraños seres que venían del cielo montando “enormes pájaros tonantes”?, se preguntaban los desprevenidos nativos. ¿Qué eran y de dónde provenían esos raros objetos que los recién llegados les obsequiaban a manos llenas? Latas de conserva, gafas de sol, linternas y todo aquel componente del “cargo” constituían para la excitada población tribal una fabulosa riqueza nunca antes vista. ¡Objetos maravillosos llegados del cielo! Y en consecuencia, la tribu delibera: los hombres venidos del cielo visten todos de igual manera y realizan misteriosas actividades; corren, gritan, y otras veces dibujan signos…y hasta se sientan frente a unas cajas de las que salen voces y ruidos…Luego, los jefes tribales conciben una respuesta al enigma: todo esto se trata de ritos mágicos mediante los cuales los extraños visitantes obtienen del cielo sus riquezas (el “cargo”). ¿Qué debían hacer ellos entonces para recibir de los dioses del cielo más “cargo” y aumentar así sus riquezas? ¿Acaso imitando esas mismas acciones…? ¡Eureka!

Por consiguiente, los aborígenes pusieron “manos a la obra”. Pintaron sus cuerpos intentando “vestirse” como los soldados. Se apiñaron en “correrías de entrenamiento” cargando enormes “fusiles” hechos de bambú. Construyeron “cajas parlantes” con madera y latas de conserva (imitando las estaciones radio-transmisoras), y con lodo, paja y lianas ¡se fabricaron sus propios aviones!


Los papúes de Nueva Guinea, los naturales del archipiélago de Bismarck y los de las Nuevas Hébridas; todos sin excepción imitaron los “ritos mágicos” en espera del “cargo”. Y claro es que el tan ansiado “cargo” nunca volvió a aparecer tras la partida de los soldados. Sin embargo, la Tradición, la enseñanza de ritos, logró perpetuar la “esperanza de un futuro regreso”. De ese modo, el deseo de congraciarse con los dioses/soldados originó en estos lugares nuevas religiones donde ese “maná celestial” que significaba el “cargo” fue tan real para los aborígenes como lo era aquel manjar alimenticio para las tribus de Israel.

En consecuencia, la actitud de estos individuos frente a una tecnología superior avala la existencia de una pauta de comportamiento sobre la que venimos preguntándonos desde un inicio. Es decir, ante esto, que los dioses de antaño bien pueden haber sido también la “mala interpretación” de una realidad incomprendida. Por lo tanto: ¿pueden acaso haber derivado los mitos milenarios, las leyendas y algunas religiones de cultos a “dioses de carne y hueso”? Para responder, no hará falta especular ni buscar ejemplos empolvados por los siglos…

Un dios llamado John Frum

Un acabado informe del Dr. K. Muller con referencia a los descubrimientos realizados por antropólogos sobre el extraño comportamiento de tribus primitivas, con una cultura de la Edad de Piedra, en Nueva Zelanda y Australia, es recogido por el Dr. Luis E. Navía en su libro “Uniere wiege steht im Cosmos” (Nuestra cuna se encuentra en el Cosmos) y sirve para confirmar nuestras sospechas.

Si bien, como vimos, tales tribus primitivas celebraban rituales que incluían toscos remedos de aviones hechos con paja, barro y lianas, tal fenómeno se vio “agudizado” en la isla de Tanna (Melanesia) donde la posibilidad de que el encuentro de una cultura de estadio primitivo con otra de avanzada tecnología pudiera derivar en una nueva religión se concretó en toda su dramática realidad.

La divinidad objeto de culto se llama “John Frum”.

Como cabe a todo “dios” que se precie, John Frum no había escapado a las generalidades que signan la conducta de sus “colegas” de otros tiempos. Había llegado del cielo montando un poderoso y gigantesco pájaro que al volar rugía como el trueno, proveniente de una lejana tierra llamada “USA”. Conocedor de los secretos de la Naturaleza y de la vida, el “dios Frum” les había instruido en ciertos temas y había demostrado su “poder” curando a algunos nativos enfermos. Además, generoso como ninguno, les había obsequiado toda clase de preciosos objetos nunca vistos antes...monedas, billetes, un casco, etc. El jefe tribal recibió incluso una foto que mostraba al “dios John Frum” vestido con su uniforme militar.

Pero un día John Frum debió partir de regreso a su lejana patria, prometiéndoles antes a los ancianos de la tribu que retornaría a la isla de Tanna en un futuro...

Sin embargo, el tiempo pasó y Frum nunca volvió.

Años más tarde, cuando otros occidentales arribaron a Tanna fueron testigos de la veneración de todo un pueblo hacia su dios ausente. Los nativos llevaban pintadas en sus pechos y espaldas las iniciales USA, y no cesaban de rogar a los nuevos visitantes que intercedieran ante John Frum para que regresara con ellos, pues habían renunciado ya a los “pecados” que le enojaban.

De marino norteamericano a dios de una tribu primitiva, la historia de aquel hombre de uniforme que posa en la foto que está ahora en poder del jefe nativo reconoce innumerables paralelismos en las más diversas religiones. Poco importa determinar con exactitud la identidad de Frum, pues como bien sostiene el Dr. Navía refiriéndose a la foto: “...puede representar a cualquiera de los millones de americanos vivos o muertos”.

¿Es la de John Frum una historia que se viene repitiendo desde hace milenios?


“Esos son los rusos”

El célebre escritor ruso Máximo Gorki dijo: “Nada en absoluto es fabuloso en el mundo. Todo cuanto parece mágico, tiene en realidad un fundamento absolutamente verdadero.”

De hecho, las palabras de Gorki no podrían ser más adecuadas si ante nuestro imaginario requerimiento le hubiésemos comprometido a arriesgar una opinión sobre la influencia que sus compatriotas habrían de ejercer, a causa del desarrollo de su tecnología espacial, sobre una primitiva tribu venezolana de nuestro tiempo, según nos enteramos por el interesante trabajo de mi amigo Ulrich Dopatka, “Cargo-Kulte: Vorgestern-heute-gestern” , donde leemos: “La etnóloga venezolana Sra. L. Barcelo ha reportado un notable ejemplo de cómo cobran fuerza los mitos modernos. De acuerdo a la tradición, los Pemon, una tribu que habita la Gran Sabana de Venezuela, fue introducida a su cultura por un dios llamado “Chiricavai”, quien retornó a las estrellas luego de su visita a la Tierra. Él prometió regresar con los Pemon algún día. Estudiando recientes dibujos de los indios pemon, la Sra. Barceló descubrió con sorpresa que los nativos habían incluido un extraño objeto en la esfera de su dios Chiricavai, un objeto que no se encontraba en las antiguas pinturas. Cuando ella le solicitó al gran sacerdote de la tribu una explicación, él le respondió lacónicamente: “esos son los rusos”.”

¿Por qué los Pemon habían comenzado a incluir un símbolo para los rusos en el entorno celestial de su dios? Según nos lo explica Ulrich Dopatka: “Un miembro de la tribu se había enterado de algún modo que los rusos habían puesto en órbita un vehículo celestial – un satélite – en el Universo. Así, los Pemon concluyeron que los rusos podrían ayudarlos a comunicarse con su antiguo dios Chiricavai. En consecuencia, los miembros de la tribu escribieron una carta a los rusos, la cual fue dada a un misionero para su entrega, con un mensaje para su dios Chiricavai.”
Sin duda, este breve testimonio habla a las claras de cierto inicio de la expresión simbólica como respuesta directa ante una manifestación de avanzada tecnología. Es decir, algo real y muy concreto. Así pues, más allá de lo curioso que pueda a alguno parecerle la actitud de los Pemon, los Papúes, o de cualquiera de las contemporáneas “tribus primitivas” aquí mencionadas, queda muy en claro que el “factor fantasía” puede ser, al menos en algunos casos, dejado de lado a la hora de buscar una explicación para la miríada de dioses celestiales que signaron la vida del hombre en el pasado.

¡Un símbolo nuevo y extraño resultó ser ni más ni menos que un satélite ruso! Ninguna prueba concluyente por supuesto, pero sí algo bastante llamativo como para pensar en un indicio vehemente…

¿Dioses tecnológicos?

El culto al “cargo” nos enfrenta a una realidad contemporánea que muy posiblemente puede ser retrospectiva. Quienquiera puede negarse a aceptarlo, pero eso no hace ninguna diferencia. Ni lo real ni lo posible se modificará por ello. Lo cierto e indiscutible es que hoy nosotros somos “los dioses” para un número de aborígenes que mucho se parecen a nuestros más remotos antepasados.

Nuestro “poder” no es mágico sino tecnológico. Y nosotros sabemos que eso es real. No somos el producto de la imaginación de tribus primitivas. En todo caso, somos para ellos ni más ni menos que lo que su umbral de comprensión les permite interpretar. Y por consiguiente representamos lo mismo que aquellos dioses venidos de las estrellas hace milenios… ¿Dioses tecnológicos?

EL AUTOR estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Es periodista versado en ciencia y fue coordinador documental de la revista Cuarta Dimensión, jefe de redacción de otras publicaciones especializadas y actualmente es el editor de antiguosastronautas.com. Desde 1980 ha publicado gran número de artículos referidos a la hipótesis de las paleovisitas extraterrestres.


© César Reyes de Roa – Todos los derechos reservados.

Sunday, June 12, 2016

Canadá: Alta extrañeza en las montañas del norte



Canadá: Alta extrañeza en las montañas del norte
Por Scott Corrales (c) 2016

No debería ser motivo de sorpresa descubrir que el misterio se oculta en sitios que nos parecen a primeras muy conocidos o libres de novedades. La búsqueda de lo extraño en las selvas y desiertos de continentes lejanos atiza el fuego del romanticismo y la aventura en el corazón de cualquier persona, pero pensar que enigmas parecidos existen cerca de nosotros se nos antoja anticlimático.

Canadá, país vecino de EE.UU. al norte y el segundo de mayor extensión territorial en el planeta, nos presenta acertijos que nunca han recibido la atención que merecen. Aunque muchos de los sitios en los que han tomado lugar están mucho más cerca a EEUU que lugares igualmente misteriosos en México o el Caribe, la dificultad de acceder a los mismos, así como el frío característico de estas zonas, ha servido para desalentar a muchos visitantes.

También resulta interesante que estos enigmas han tomado lugar en una de las zonas más antiguas de nuestro mundo, puesto que la superficie del norte de Canadá nos permite pisar formaciones de roca precámbrica - la superficie original de nuestro mundo - que constituyen la formación geológica conocida como el Escudo Canadiense, muy posiblemente el mayor depósito de hierro en el mundo. No se sabe si el magnetismo generado por esta vasta concentración del mineral desempeñe un papel en estos misterios.

Seres no humanos en el norte

Alexander Mackenzie y Simon Fraser, los primeros exploradores en internarse en las zonas desconocidas del noroeste canadiense, fueron advertidos por las tribus locales de la existencia de seres horrendos y destructivos, que merodeaban la región. Las altas elevaciones de Colombia Británica eran el hogar de los sasquatch, cuya estatura superaba los dos metros y medio. El gran rio al que Mackenzie bautizaría con su propio nombre era la guarida del "hombre salvaje de Locheaux", criatura de ojos amarillos que se alimentaba de carne humana en la misma forma que el Grendel de la leyenda de Beowulf, manifestando una preferencia por la tierna carne de mujeres y niños. Las inhóspitas rocas del norte contenían horrores aún peores, como el temido weetigo, el gigante colmilludo, y los seres invisibles que espantaban las orillas del Great Slave Lake. Mientras que las culturas primitivas son muy dadas a la creación de toda suerte de monstruos, utilizados para poblar las regiones más allá de su alcance, ¿podría ser que las tribus slavey y dogrib de la región basaron sus cuentos en hechos? Estas tribus también manifestaban un temor a los deprimentes yermos de piedra que les separaban de las tierras de los inuit, ya que representaban el señorío de otros gigantes al margen de los weetigo antes mencionados.

En este momento conviene hacer una pausa y preguntar por qué no hemos encontrado restos de estos gigantes, si eran tan numerosos como se nos cuenta. Hasta los investigadores forteanos han fruncido el entrecejo ante las trilladas historias de osamentas gigantes supuestamente halladas en todas las partes del continente.

Los informes que hablan de grandes homínidos peludos - verdaderos gigantes que sobrepasan la estatura de los avistamientos de sasquatch o piegrande que todos conocemos - son comunes en las regiones desoladas del norte. El criptozoólogo Iván T. Sanderson observó que tales casos se extendían desde Alaska a la península de Labrador y Groenlandia. Citando las obras de otros investigadores, sugirió que muchos de estos seres anteriores a los amerindios pudieron haber ocupado los yermos y descampados antes de la llegada de los ancestros de los inuit, cuya tradición habla extensamente de ellos. Estas criaturas han sido descritas como salvajes hirsutos y violentos que viven en campamentos hechos de grandes piedras y huesos de ballena (vale señalar en este punto que la descripción coincide con la del almirante macedonio Nearcos, hace dos mil años, sobre el aspecto y vivienda de los gigantes salvajes que Vivian a lo largo de las costas del golfo Pérsico).

Ampliando detalles en su obra Things (Pyramid, 1967), Sanderson nos dice que los inuit dieron el nombre "toonijuk" a estas criaturas, agregando que es tan solo uno de muchos nombres que se les han dado (tornit y tuunik entre otros) y que según la creencia nativa, viven en valles remotos e inaccesibles. ¿Existirá alguna conexión entre estos seres de pesadilla y los petroglifos de "cabeza de diablo" que aparecen en la zona? Fred Bruemmer en su artículo "The Petroglyphs of Hudson Strait" (The Beaver, verano 1973) menciona que los acantilados de la isla de Qikertaaluk y sus cercanías reflejan rostros con cuernos, posiblemente dibujados por los chamanes inuit hace tan poco como 500 años. En 1970, según Bruemmer, las excavaciones en la isla Bylot produjeron dos grandes máscaras talladas de madera flotante y pintadas con ocre: una de las máscaras representaba un rostro "de poder y ferocidad casi demoniaca" que se asemejaba a los petroglifos.



Cabe mencionar que John Robert Colombo, autor e investigador del tema ovni, menciona en su UFOs over Canada (Hounslow, 1991) que algunos de los primeros ejemplos de arte rupestre en Canadá representan ilustraciones primitvas del contacto con seres no humanos. Entre ellos figuran petroglifos de "objetos voladores" de Christina, Colombia Británica, y el "hombre conejo” del parque provincial Bon Echo de Ontario.



El escritor George Eberhard escribió acerca de las tradiciones de los inuit de los territorios del Noroeste sobre las presencias no humanas en la zona. Mientras que estas tradiciones son de naturaleza folclórica, repletas de espíritus ancestrales y motivos religiosos, existe la posibilidad de que pueden describir eventos verídicos. Los inuit de la isla Sledge, por ejemplo, tienen una tradición que describe la llegada de un bólido que apareció de la nada, causando temor entre la tribu. Más alarmante aun fue la manifestación de un ente parecido a "un esqueleto humano" tras el fenómeno, que se apareció en la aldea inuit para masacrar a sus habitantes. Los nativos groenlandeses también tienen creencias peculiares, tal como la existencia de un reino subterráneo (¿interdimensional?) que es el dominio de los iserak, una raza de enanos que aparece y desparece dentro de la tierra. Parece ser que estos no humanos disponen de una tecnología más avanzada que la de los inuit, pero también se valen de arcos, flechas y lanzas para cazar la fauna ártica. Tumbas que contenían los restos de seres de un metro de estatura fueron descubiertas en 1632 por el explorador inglés Foxe. Los cadáveres, que parecían corresponder a adultos, estaban rodeados de arcos, flechas y lanzas de piedra. ¿Un sepulcro de los iserak?


El valle de los sin cabeza


El valle de Nahanni se encuentra en los extensos Territorios del Noroeste en la esquina suroriental de Canadá, entre las montañas Selwyn y Mackenzie, recibiendo el nombre del río que fluye por él. El derrotero sur del Nahanni es conocido por sus espectaculares cataratas - las cataratas de Virginia - y el magnífico paisaje natural de la zona, que representa hoy en día un sitio de recreo para los remeros de canoa y kayakistas que desean explorar el rio.

Sin embargo, el valle de Nahanni se ganó la fama de ser un lugar maldito, o por lo menos un lugar encantado, al comienzo del siglo XX. Impulsados por la fiebre de oro de Klondike a fines del siglo XIX, los gambusinos probaron su suerte en los terrenos fragosos de Canadá, esperando descubrir el blando metal amarillo que les haría ricos. Algunos de estos tozudos pero mal preparados mineros desaparecieron sin dejar rastro, dando lugar a rumores y especulaciones de toda índole: que los valles y profundas hondonadas del Nahanni albergaban un paraíso templado que era celosamente guardado por nativos hostiles y presidido por una "reina blanca", siguiendo la tradición de H. Rider Haggard y Edgar Rice Burroughs.



Monstruos prehistóricos y vientos ululantes completaban el paisaje, hecho sustanciado por la presencia de dibujos de mastodontes y seres prehistóricos en el arte rupestre local. La imaginación creativa era capaz de llenar las numerosas cavernas de los desfiladeros de arenisca de la región con criaturas innombrables, pero...¿qué verdad se ocultaba tras el enigma?

En 1898, Jack Stanier y Joe Baird, dos gambusinos que se habían apartado de los que esperaban hacerse ricos en el Klondike, lograron contratar los servicios de un guía nativo que les ayudó a negociar los pequeños desfiladeros que rodean las cataratas de Virginia, llevándolos directamente a la fuente del rio South Nahanni. Los gambusinos se proponían entrar al valle, pero su guía sufrió una "pesadilla" que le hizo titubear, y se negó a guiarlos más allá. En 1905, William y Frank McLeod entraron al valle y regresaron con una botella llena de pepitas de oro. Regresaron a buscar más, acompañados esta vez por un ingeniero, y jamás volvió a saberse de ellos, hasta que una misión de rescate encontró sus cadáveres decapitados en 1908, colgando de los árboles. Desde aquel momento, el Nahanni adquirió su funesto nombre, "el valle sin cabezas".

La leyenda negra se crecentó tras la desaparición del gambusino noruego Martin Jorgenson en 1910. El esperanzado minero erigió una cabaña en las riberas del Nahanni que serviría de base a sus actividades de prospección. Aunque una carta indicaba que su misión había sido exitosa, Jorgenson jamás llegaría a disfrutar de su riqueza. Sus huesos fueron hallados a una docena de metros de las ruinas de su cabaña, agregando el detalle de que "una pistola cargada y lista para disparar" había sido hallada a su lado, como si el gambusino se hubiese decidido a defenderse contra fuerzas desconocidas. No obstante, nadie encontró su cráneo.

En su libro The Mysterious North (Knopf, 1956) el periodista Pierre Berton visitó el valle de Nahanni a petición del periódico Vancouver Sun y logró entrevistarse en 1947 con Willie McLeod, sobrino del gambusino desparecido. El segundo McLeod manifestó que los nativos ya no vivían en el valle y que se tomaban grandes molestias por evitarlo, internándose solamente en grupos. Otro gambusino, Bill King, advirtió a Berton que había visitado el valle en 1934, cuando un indio conocido como Big Charlie se ofreció a servir de guía. Pero el guía se sintió invadido por una sensación de pavor que le llevó a interrumpir el viaje. "Habíamos recorrido tal vez ciento setenta millas cuando decidió retroceder," dijo King. "Sintió miedo, supongo, aunque no sé de qué. Tuve que regresar con él, por supuesto".

¿Pavor repentino, o una visión de peligro inminente, como la que tuvo el guia de Stanier y Baird treinta y cinco años antes? Sería más importante, tal vez, preguntar si existen tribus de decapitadores en este paraíso natural. Otro criptozoólogo, Loren Coleman, nos informa en su The Field Guide To Bigfoot, Yeti and Other Mystery Primates Worldwide (Avon, 2000) acerca de un caso en 1964 en que el cazador John Baptist del asentamiento de Fort Liard se topó con un ser homínido desnudo al que describió como "de aspecto fornido y barbado". Se dio parte sobre seres de aspecto parecido en Fort Simpson - en las riberas del rio Mackenzie. Conocidos como nuk-luk o bosquimanos, es posible que estos seres primitivos sean los responsables de la siniestra reputación del valle de Nahanni.

Los enigmáticos toonijuk

La investigadora Katherine Scherman, cuyas labores la llevaron al norte del círculo polar como parte de una misión científica organizada por la ornitóloga Rosario Mazzeo, nos ofrece detalles fascinantes sobre los enigmáticos toonijuk en su libro Spring on an Arctic Island (Little,Brown,1956). La evidencia de la ocupación de esta región septentrional de las Américas antes de la llegada de los inuit se remonta 10,000- 17,000 años, y se le conoce como la tradición paleoartica. La evidencia física consiste mayormente de artefactos de piedra - microlascas y bifrontales diminutos - hallados en lugares que van desde Alaska a la isla Baffin, donde corresponden a la cultura Pre-Dorset, expulsada del noreste de Canadá y Groenlandia por los recién llegados.

"Los toonijuk", escribe Scherman, "no eran esquimales y nadie sabe a ciencia cierta quienes era ni cuál fue su suerte. Los esquimales aseveran que eran muy grandes, y con costumbres extrañas y asquerosas". Entre dichas costumbres figuraba una preferencia por la carne podrida y el uso de pieles animales sin curtir. Scherman visitó la isla Bylot al otro lado del estrecho que la separa de la gran isla Baffin. Según sus anfitriones, Bylot contenía los restos de un campamento o asentamiento de los toonijuk. La investigadora se quedó sorprendida por la profundidad a la que se habían hundido las piedras de soporte en el permafrost, sugiriendo que los toonijuk tenían fuerzas prodigiosas o herramientas más avanzadas que la piedra y los huesos de reno. La tradición esquimal sostiene que la desparecida raza de gigantes degenerados era capaz de levantar piedras de gran tamaño. Las ruinas del asentamiento también contenían restos de costillares y mandíbulas de ballenas, y Scherman fijó su atención en un túmulo que contenía huesos humanos de gran tamaño, que pudieron haber sido los de un toonijuk. No se realizaron esfuerzos adicionales por investigar el sitio, puesto que la expedición no disponía de personal capacitado para ello. Los toonijuk, concluye la autora "son figuras nebulosas en la memoria de otra raza primitiva que tampoco dispone de escritura ni historia".

En la actualidad, la isla Bylot es un santuario de aves polares bajo la administración de Parks Canada, el servicio forestal canadiense, y el campamento de los toonijuk forma parte del Parque Nacional Sirmilik, establecido en 1992. Desconocemos la suerte del túmulo descrito por Scherman. En 1961, el antropólogo francés B.S. d’Anglure se propuso buscar una necrópolis inuit hallada por el meteorólogo F.F. Payne a mediados de 1880, pero las tumbas eran tan numerosas que no pudo localizar la que le interesaba. En Groenlandia, al otro lado de la bahía de Baffin, ha sentido la presencia seres del tipo yeti desde 1930; en 1974 el cientifico Turgo Sondheim tuvo la osadía de sugerir la posibilidad de que dichos seres humanoides, y los objetos no identificados vistos por pilotos de la Real Fuerza Aerea Danesa, procedían de una civilización oculta en una región inexplorada de la isla.

Wednesday, June 08, 2016

El OVNI de Ellicottville: ¿Nave Espacial o Aparato Militar? (1994)



[Artículo que aborda un incidente de posible UAV / RPV (Vehículo Pilotado a Control Remoto) que tomó lugar en el oeste del estado de Nueva York en el verano de 1994. El texto apareció anteriormente en la revistas, Engima! Brightlights-Puerto Rican Ufologist e Inter Alia.]

El OVNI de Ellicottville: ¿Nave Espacial o Aparato Militar?
Por Scott Corrales

El duro invierno de 1993-94 ocasiono dificultades a traves de todos los EE.UU., con la excepcion de ciertas comunidades que dependen de las grandes nevadas para atraer a los entusiastas de los deportes de invierno. El pequeño poblado rural de Ellicottville, N.Y., es uno de estos pueblos, considerado como la capital del esquí en esta región del país, atrajo a miles de esquiadores esta temporada, y tal vez sirvio de iman a otros visitantes no tan interesados en la nieve.

El 6 de febrero de 1994, un domingo soleado y frío, habría sido un día m s en la temporada de no haber sido por los pasajeros de un auto en la Carretera 219 al norte de Ellicottville, que se fijaron en un objeto singular que se desplazaba a traves del cielo aquella mañana. El objeto permanecio suspendido sobre los arboles cerca, y los testigos se dieron cuenta que no podían oír el ruido de las hélices de lo que habían tomado por un helicóptero.

El extraño aparato, de forma larga en vez de cilíndrica u ovalada, parecía "una persona con un cohete de espalda", según uno de los testigos. Algo parecía colgar del fondo, con cosas saliendole del lado. Su color era completamente negro.

Los testigos prosiguieron su viaje después de la repentina desaparición del extraño ingenio, pero m s tarde ese mismo día, otros vecinos de la comarca afirmarían ver un número de helicópteros militares tipo "Huey", sobrevolando la región de Ellicottville por largo tiempo. La Instalación de Aviación Militar en Niagara Falls, N.Y. admitió que tres de sus helicópteros efectivamente habían sobrevolado la zona, so pretexto de un ejercicio de entrenamiento con fuerzas del ejército canadiense. Pronto comenzaría a correrse la voz que la Guardia Nacional había emprendido una búsqueda del misterioso ingenio volador. La situación habría quedado ahí de no haber sido por la aparición de la noticia sobre el supuesto ovni en el periódico Special Effects de Ellicottville. La reportera Carol Fisher afirmo que un número de personas se había comunicado con su oficina, alegando haber visto el mismo aparato ese día, además de otros avistamientos m s inquietantes todavía.

A las tres de la mañana del día del avistamiento inicial, los ladridos de sus perros guardianes despertaron a Tony Miranda, vecino de Ellicottville, quien salió a investigar el motivo de la agitación de sus animales. "No me fijé en la luz, al principio. Salí con una linterna eléctrica, revisando aquí y allá, rodeando el edificio hasta que me fijé de repente en aquella cosa en el camino, que se balanceaba como si estuviese borracha, apuntando un rayo de luz hacia la antena parabólica de TV sobre mi casa. Pude escuchar un sonido verdaderamente precioso, como el de una catarata. Entré de nuevo en la casa a buscar una cámara, y retraté el objeto desde la ventana de mi sala hasta que subió a desaparecer entre las nubes. Al pasar al lado del espejo del baño, me fijé en que los lentes de tinte gris de mis gafas estaban m s oscuras que nunca, como si hubiesen sido sometidas a una luz fortísima". Una impresionante fotografía acompaño sus declaraciones a la prensa local.

El testimonio de Miranda no fue único: otra persona que estaba efectuando reparaciones a su automóvil a esas horas afirmo ver un haz de luz que barrio el valle entero desde el cielo; una vecina de Irish Hill Road dijo haber visto muchísimas luces extrañas en el rea; un oficial de la policía que rehusó identificarse alego haber visto luces extrañas y un ruido extraño a esa misma hora. Cinco niños a trineo en la cuesta de Fox Ridge dijeron haber visto un ser extraterrestre, pero no se pudo conseguir m s información sobre la presencia de posibles alienígenas en la zona.

La situación se complicaría aún m s cuando representantes de la Fuerza Área se aparecerían en la casa de Tony Miranda exigiendo la entrega del negativo de la foto tomada al extraño objeto. Le explicaron que no tenía m s remedio, ya que se trataba de un "asunto de seguridad nacional", y que había retratado un "artilugio meteorológico".

La Fotografía Misteriosa

La confiscación del negativo de la fotografía del "boomerang" por la Fuerza Área tendría un desenlace sumamente extraño. Días después, Tony Miranda descubrió un sobre de papel manila depositado sobre el asiento de su camioneta: dentro del sobre, Miranda encontró una impresionante foto que mostraba la luz proyectada por el insólito ovni triangular a través de las nubes nocturnas. El dorso de la imagen leía: "Tony--esta foto fue tomada aquella misma noche desde la carretera 242, la colina detrás s de tu casa. ¡Adiós! (firma) Un Amigo." La foto iba acompañada por una pequeña piedra "ojo de tigre", cuyo significado, si es que tiene alguno, se ignora.

El fenómeno ovni tiene un historial bastante largo en esta zona rural y despoblada del estado de Nueva York. En los años '50, el automóvil de una familia de la región fue perseguido por un ovni mientras que viajaban a través de la aldea de Ashford Hollow. "El aparato bajo del cielo para pegarse casi al frente de nuestro auto," recuerda un testigo presencial. "Parecía querer jugar con nosotros. Si nos deteníamos, "aquello" se detenía también. Si nos poníamos en marcha, nos seguía. Jugamos con él unos 20 minutos hasta que decidimos seguir nuestro camino." Otro vecino recuerda que a mediados de los años '70, un objeto con forma de cigarro se posó sobre York Merit, y que fotografías del aparato fueron publicadas en el periódico de la ciudad de Salamanca, N.Y.

Otra residente del pueblo se comunicó con Hank Dubey, editor del periódico, diciéndole que había experimentado un "sueño profético" en diciembre del '93 y que los informes del periódico parecían confirmar su sueño, en el cual "extraterrestres" descendían sobre Ellicottville. Dicha persona, quien afirma tener poderes síquicos, comunico al Sr. Dubey que los extraterrestres estaban buscando un sitio en el cual llevar a cabo su aterrizaje en masa dentro de uno o dos años.

Puesto que no existe un avión con la configuración exacta del objeto visto sobre Ellicottville, los esbozos preparados utilizando el testimonio de docenas de personas indican que se trata de un ovni con forma de "boomerang" (observados en Pennsylvania en 1990 y en la Florida en 1993), que bien podría ser un prototipo militar tripulado o una plataforma no-tripulada. El esbozo apareció en la edición del 4 de abril de Special Effects, haciendo que muchos recordasen avistamientos previos del mismo aparato.

Acrobacias Áereas

Entre los ya numerosos testigos del "boomerang de Ellicottville" figura la muy interesante Sra. E, cuyas experiencias con objetos voladores extraños se remontan 18 años. A mediados del mes de abril, E. llego a ver tres objetos extrañamente iluminados sobrevolando su casa, en las afueras del pueblo. Las luces--entre ellas la distinguible silueta de ovni triangular--ejecutaron un baile nocturno claramente dirigido a ella. La señora se acercó a su auto, del cual extrajo una linterna que utilizo para hacer señales en clave morse a los objetos. Sorprendentemente, el "boomerang" respondió a sus señas por m s de una hora. Cansada del sorprendente juego, E. decidió entrara su casa. En un abrir y cerrar de ojos, el "boomerang" había descendido casi sobre las copas de los árboles circundantes. Fue entonces que la señora sintió miedo, pero pudo fijarse en ciertos detalles de importancia: una luz verdosa emanaba del centro del aparato, tal vez desde una fuente de potencia. El tamaño del objeto era comparable al de "dos tractocamiones unidos de cola a cola" o "cinco automóviles de pasajeros en fila."

Los avistamientos de objetos no-identificados con la configuración que asemeja la célebre arma voladora de los aborígenes australianos no se limitan a la región de Ellicotville, aunque parecen confinarse a ciertas latitudes: en 1991-92, la población de Williamsport, PA se vio asediada por un número de ovnis de este tipo. Los "boomerangs" de Williamsport se caracterizaron por sonido alto y agudo que asemejaba el ruido hecho por un ferrocarril, o según algunos, el ruido hecho por la nave nodriza de la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (!). Al igual que en Ellicottville, los vehículos se desplazaban muy lentamente y a alturas muy bajas. El tamaño de los mismos fue calculado entre 100 a 600 pies de eslora.

Los "boomerangs" produjeron un sinnúmero de efectos físicos sobre los testigos presenciales en Williamsport, PA: algunos de ellos experimentaron resfriados inmediatamente después del avistamiento, otros se sintieron letárgicos por hasta tres semanas, perros y otras mascotas mostraron señas de comportamiento fuera de lo común, mientras que los enseres domésticos sufrieron la perturbación electromagnética que se ha sido asociada con el paso de un ovni a baja altura a través de la historia del fenómeno. Queda por ver si los objetos surtir n los mismos efectos sobre los
habitantes de Ellicottville, NY.

Tampoco debe olvidarse el célebre "Ala de Westchester", el ovni tipo boomerang visto repetidamente a lo largo del Rio Hudson cerca de la ciudad de Nueva York. El gran número de avistamientos que se tomaron lugar fueron recopilados en el libro Night Siege por P. Imbrogno y J.A. Hynek. Los "boomerangs" han jugado un papel de importancia en el número de avistamientos de no-identificados en la región de Pittsburgh, PA durante los primeros meses de 1994. En un caso sucedido en West Newton, PA el testigo experimento síntomas físicos parecidos a los de una gripe casi
inmediatamente después del avistamiento--al igual que lo sucedido en Williamsport casi tres años antes.

¿OVNIS o USAF?

Pero no todos están de acuerdo con la posibilidad que las extrañas luces sobre Ellicottville tengan un origen extraterrestre. El alcalde John Burrell declaro a la prensa que: "El gobierno de los EE.UU. ha estado probando el bombardero Stealth por m s de 20 años, sin embargo, lo vino a utilizar en la guerra del Golfo Pérsico. Creo que la gente está viendo aviones experimentales siendo probados por el gobierno".

La Fuerza Área ha declarado que prototipos de aviones de tecnología avanzada para la siguiente generación de la aeronáutica se encuentran en desarrollo. Entre ellos se destacan los RPV (Remotely Piloted Vehicles--Vehículos Piloteados a Distancia), capaces de cambiar de dirección repentinamente. Los RPV serían descendientes de tercera o cuarta generación de los proyectiles crucero desarrollados durante los años '70. Aunque su valor estratégico puede quedar en entredicho, no cabe duda que sus ventajas como arma psicológica serían formidables en el campo de batalla. Esto lo ha demostrado el F-119A en la Guerra del Golfo: los iraquíes quedaron atemorizados por el contenido de miles de papeletas que cayeron del cielo, informándoles que serían destruidos en la noche por "Shaba, el fantasma". La destrucción silenciosa de las instalaciones de radar por el caza "Stealth" afirmo el valor psicológico de dicho género de armas.

No obstante, algunos investigadores veteranos, así como Stan Gordon, fundador del desaparecido grupo PASU, opinan lo contrario. "Hay demasiados avistamientos de ovnis triangulares para descartarlos meramente como experimentos del gobierno," señala Gordon. "Los protocolos para vuelos de prueba de la USAF exigen que cualquier prueba a baja altura se desempeñe en un rea de prueba designado. Es posible que se hayan sobrevolado algunas comunidades civiles para comprobar las reacciones del público, pero el número de encuentros cercanos con ovnis de dicha configuración, a nivel mundial, va m s allá de lo que permitiría cualquier militar en su sano juicio".

La población de Ellicottville está a la espera del resultado del análisis de un video tomado del ovni en movimiento, a ser realizado por MUFON. Muchos se preguntan qué ha motivado predilección del fenómeno por su comarca. Sin embargo, los comerciantes de la comunidad mantienen una actitud positiva: "Como todo el mundo que viene a Ellicottville, llegaron en plan de negocios y acabaron por divertirse".


Novedades en el cielo: los UAV autónomos de la US Navy



Novedades en el cielo: los UAV autónomos de la US Navy

Por Scott Corrales (c) 2016

Desde hace años se viene advirtiendo a los interesados en el fenómeno OVNI de los grandes avances realizados en la tecnología militar, que ahora puede llenar el cielo de objetos extraños cuya procedencia no es de Rigel, sino de Raytheon. La primera advertencia de este tipo provino de Jacques Vallée en su libro Revelations, en el que hace la siguente observación:

"Durante la fracasada misión Desierto Uno en abril de 1980, organizada por el régimen de Carter en un heróico intento de rescatar a los rehenes norteamericanos en Teherán, algunos testigos afirmaron haber visto discos parecidos a OVNIS. Se comentó que eran plataformas para armas no mortiferas, capaces de paralizar o de incapacitar, de otro modo, a los guardias iraníes. La clave secreta para este aspecto del operativo llevaba por nombre Snowbird [nombre muy circulado entre los ovnilogos de los '90 - SC] y que Richard Secord y Oliver North [funestas presencias de la inteligencia militar de EEUU, conocidos por su participacion en el enredo Irán-Contra de los '80] habían formado parte del equipo de planeación. [...] ¿Qué mejor encubrimiento para semejante aparato, si efectivamente son probados en Dreamland, que el fenómeno OVNI en sí? ¿Existe acaso un mejor medio de decepción que los grupos de 'verdaderos creyentes' que ya están convencidos de que los extraterrestres están a punto de aterrizar?" (Revelations, 1991).

Para 1995, el Pentágono nos sorprendía con otro ingenio volador, el Dark Star, uno de tres vehículos aéreos no tripulados entre los que figuraría el mortífero Predator, el drone que ha cobrado tantas vídas en Oriente Medio con sus cohetes Hellfire. Dark Star, por su parte, era capaz de confundir al espectador que lo mirara de canto o de frente como una especie de "platillo volador", aunque visto desde arriba o abajo, su forma casi circular era interrumpida por alas extensas en cada extremo.



El investigador Steve Douglas manifestaría lo siguiente en su escrito "Encuentros cercanos en Roswell" en el primer número del boletín ARCANA MUNDI en el 2003:

"En 1993, recibí un vídeo por correo que había sido tomado por dos agentes de la policía de Los Angeles durante una visita a Groom Lake. El vídeo presenta un insólito artefacto de forma triangular que sobrevuela las montañas que rodean al Area 51. ¿Se trataba del TR-3A? Sólo los militares lo saben con certeza. Nuevamente, mientras que asistía a Roving Sands en 1997, tomé pietaje diurno de dos artefactos triangulares que volaban en formación sobre el CHISUM VOR. Aunque guardaban un parecido con mi avistamiento inicial, estos triángulos eran más rápidos y ruidosos. La primera vez que el público estadounidense escuchó la designación TR-3A fue en octubre de 1990. Aún existen dudas sobre si esta es la verdadera designación del avión. Se piensa que las letras "TR" en "TR-3A" significan Tactical Reconaissance (reconocimiento táctico), mientras que "3A" es supuestamente la designación numérica asignada por el departamento de Defensa. El avión espía U-2 de la Lockheed evolucionó hasta convertirse en un aparato de reconocimiento táctico denominado TR-1. Se piensa que el TR-3A representa la próxima generación de este tipo de avión militar. Sin embargo, si una persona llegara a escuchar gente hablando sobre el "TIER-3 UAV" podría pensar que hablaban del TR-3. ¿Era en realidad el TR-3A un prototipo del avión de reconocimiento Dark Star Tier 3? Nadie lo sabe, pero algunos especulan que la designación estuvo reservada para un avión de reconocimiento euroestadounidense denominado "EGRET". Dada su configuración táctica, se cree que la misión del TR-3A consiste en encontrar objetivos de localización dificultosa, como silos de proyectiles y bunkers de mando, iluminándolos con un rayo láser y permitiendo que el F-117 A les destruya con "bombas inteligentes" guiadas por radar. Debido a sus excelentes cualidades sigilosas, el TR-3A puede esperar a gran altura sobre el terreno enemigo, reconociendo la zona antes del ataque de los F-117A. Trabajando juntos, el TR-3A y el F-117 pueden tener un efecto devastador sobre las facilidades de mando y comunicación del enemigo, permitiendo que bombarderos convencionales ataquen otros blancos con poca oposición. Muchos entusiastas de los aviones sigilosos han observado que los pilotos del F-117 llevan parches en sus uniformes que rezan "Team Stealth" (equipo sigiloso), posiblemente sugiriendo que los F-117 y los TR-3A trabajan como equipo para destruir objetivos de gran valor. El TR-3A podría utilizarse también junto con otros aviones militares como el B-1 ó el B-52."

A comienzos de la década de los '00 comenzaron a verse supuesto "ovnis" que correspondían más a la tecnólogía puntera, como el "Broomstick" ("Escoba") diseñado por la empresa AeroEnvironment, conocida por su vehículos Pointer y Pathfinder, utilizados ampliamente en la guerra de Afganistán (http://www.aerovironment.com/news/news-archive/awpointer.html)

Y ahora esto - un comunicado de la Oficina de Investigación Naval sobre un dispositivo capaz de lanzar "enjambres" de drones autónomos que asemejan las fotografías y vídeos de ovnis que se han circulado en años recientes.


Office of Naval Research
Corporate Strategic Communications
875 N. Randolph St., #1225-D
Arlington, Va., 22203-1771

PARA DISTRIBUCIÓN INMEDIATA: 14 ABRIL 2015

NATIONAL HARBOR, MD - Se avecina una nueva era en la autonomía y los sistemas no tripulados. Los funcionarios del Office of Naval Research (ONR) anunciaron hoy las demostraciones de la tecnología reciente de enjambres de vehículos aéreos no tripulados (UAV), que forman parte del programa de Tecnología UAV de Enjambre a Bajo Costo (LOCUST).

LOCUST puede lanzar un enjambre de UAV simultáneamente para abrumar al enemigo. El despliegue de enjambres de UAV ofrece a los marineros y Marines una ventaja táctica decisiva.

"Las demostraciones recientes son un paso significativo en vía a la demostración del lanzamiento de un enjambre de 30 UAV autónomos desde un navío de guerra", dice Lee Mastroianni, gerente del programa para ONR.

El Programa LOCUST incluye un lanzador con base en tubo que puede lanzar UAV al aire en sucesión rápida. Esta tecnología de vanguardia utiliza el intercambio de información entre los UAV, permitiendo un comportamiento autónomo colaborativo en misiones ofensivas o defensivas.

Puesto que el lanzador y los UAV en sí tienen una impronta pequeña, la tecnología permite el lanzamiento de enjambres de UAV compactos desde barcos, vehículos tácticos, aviones u otras plataformas no tripuladas.



Las demostraciones de la ONR, que tomaron lugar a lo largo del mes pasado en sitios múltiples, incluyeron el lanzamiento de los UAV "Coyote" capaces de cargar una variedad de cargas útiles para distintas misiones. Otra demostración de nueve (9) UAV logró la sincronización y el vuelo en formación totalmente autónomo de estos aparatos.

Los funcionarios de ONR apuntan que mientras la autonomía de LOCUST es de vanguardia en comparación con los UAV dirigidos a distancia, siempre habrá un equipo humano vigilando la misión, capaz de tomar control según sea necesario.