¿Gárgolas en Virginia Occidental?
por Scott Corrales
El ser alado que ha recibido el mote de Mothman u "hombre polilla" pertenece al género denominado "los extraños volantes" (winged weirdos) por los criptozoólogos y otros avezados en la materia. En todos las épocas y países del mundo se han recopilado historias acerca de criaturas vagamente humanoides con alas que se desplazan tanto de día como de noche, inspirando temor en aquellos que los ven. Por algún motivo, dicho género de criaturas se ha manifestado repetidas veces en todas partes de los Estados Unidos, pero ninguna de ellas ha recibido el grado de atención dado al "hombre polilla" de Virginia Occidental. Este extraño ser comenzó a manifestarse a principios de la década de los '60, cuando una dama de sociedad que conducía su auto a través de la región boscosa conocida como el parque Chief Cornstalk vio una figura humanoide en el centro de la carretera. "Reduje la marcha, y cuando nos acercamos, me di cuenta que no se trataba de un hombre," recuerda la señora. "Se trataba de una gran figura gris. Repentinamente, desplegó una enormes alas que iban de un lado de la carretera a la otra, y despegó verticalmente, perdiéndose de vista en segundos...quedé espantada, y salí del lugar a toda velocidad".
Durante los años 1966 y 1967, y en determinadas ocasiones en décadas posteriores, más de cien personas en el valle del río Ohio (separando a los estados de Ohio y Virginia Occidental) fueron testigos del "hombre polilla" y de la actividad OVNI y paranormal que se produjo en torno a dichos avistamientos.
El primero de ellos sucedió hace más de 20 años, en la tarde del 14 de noviembre de 1996 en un campo cerca de Salem, Virginia Occidental. Newell Partridge, un contratista de obras, estaba viendo televisión en su casa cuando la imagen en su televisor quedó en blanco y sustituida por unas rayas grises muy finas. El problema electrónico sucedió justo en el mismo momento en que Bandit, el sabueso de Partridge, comenzó a dar aullidos a la entrada de la residencia. Extrañado, Partridge tomó una linterna y salió a investigar. Pudo ver que el perro fijaba su vista en un granero a unos cien metros de la casa. Apuntando el haz de luz en dicha dirección, Partridge se quedó pasmado al ver dos enormes ojos rojos que lo miraban desde la oscuridad. Gruñendo, el perro corrió en la dirección señalada por la linterna; su dueño, muy al contrario, se sintió invadido por un terror indescriptible que le hizo retroceder hacia el interior de la habitación y pasarse el resto de la noche con un revólver al lado de la cama.
Al día siguiente, Partridge se aventuró a seguir las huellas de su perro, sólo para descubrir que las huellas del sabueso desaparecían abruptamente. Nadie jamás volvió a ver a Bandit.
En la misma manera en que los seres de tipo Bigfoot se manifiestan en lugares abandonados o aislados, el "hombre polilla" se asentó en una región derrumbada que había sido utilizada para fabricar explosivos durante la 2da Guerra Mundial y que era conocida por los lugareños como la "zona TNT". Fue precisamente en dicho sitio que Roger y Linda Scarberry, acompañados por Steve y Mary Mallette, se encontraron con la criatura. Según el testimonio de las parejas, el ser tenía alas enormes como la de un murciélago, y que podía plegarlas contra su espalda; carecía de cabeza, y los enormes ojos rojos parecían estar en su torso. Los aterrorizados jóvenes, que habían visitado el inhóspito lugar en automóvil, salieron disparados a más de 160 kmh, tratando de ganar la seguridad de Point Pleasant, la población más cercana. Cuál no sería su pavor al ver que más adelante en el camino había otra criatura del mismo tipo o la misma, que desplegó sus alas y voló sobre su automóvil, siguiendo a las dos parejas hasta la entrada del pueblo.
El 16 de noviembre de 1966, varias familias de la región se reunieron para visitar la zona TNT juntas y ver las manifestaciones del fenómeno ovni que coincidieron con las apariciones del "hombre polilla" (mas de mil casos de ovnis fueron recopliados durante este plazo de tiempo). El extraño ser parecía estar esperando a su visita en la entrada de la casa de Ralph Thomas: todos pudieron ver una gran figura gris, más grande que un hombre, con dos resplandecientes ojos rojos. Los despavoridos testigos se internaron en la casa de la familia Thomas, quedando atónitos al ver que el "hombre polilla" seguía merodeando alrededor de la casa, asomándose a la ventana de sala en un momento determinado.
Los investigadores John Keel y Gray Barker, quienes escribirían sobre el tema en sendos libros, The Mothman Prophecies (Las Profecías del Hombre Polilla) y The Silver Bridge respectivamente, concuerdan en que las apariciones de la dantesca criatura disminuyeron mientras que los avistamientos ovni y fenómenos relacionados (poltergeist, Hombres de Negro, etc.) iban en aumento. El consenso de ambos autores es que las manifestaciones de Mothman acabaron por completo en Noviembre de 1967, pero estaban equivocados.
El fenómeno parece haberse conectado a dos familias en particular: el matrimonio Scarberry y la familia Thomas. El "hombre polilla" sintió una atracción especial por Linda Scarberry, quien manifestó haber sido acechada por el fenómeno por más de dos años. Cuando ella y su marido alquilaron un pequeño apartamento en Point Pleasant, descubrieron una noche que la criatura se había apostado en el techo de un edificio contiguo, mirándolos a través de la ventana. Según la testigo, estaba tan acostumbrada a ver la aparición que sencillamente cerró las cortinas. "Llegué a sentir lástima," confesó Scarberry al investigador Brent Raynes, "porque llegó a parecerme que la criatura estaba sentada ahí deseando poder entrar para resguardarse contra el frío que hacía esa noche." Virginia Thomas, por otro lado, dijo que por muchísimos años ella y su familia visitaron la zona TNT para conmemorar el aniversario de su avistamiento.
Aparentemente, el "hombre polilla" decidió cambiar de cielos y realizó su siguiente aparición en 1974 cerca del poblado de Elma, Nueva York. Un vecino, el Sr.Miller, había salido de noche al patio de su casa para inspeccionar una replica en miniatura de los megalitos de Stonehenge que había fabricado para sus niños. Repentinamente, Miller descubrió que no estaba solo: una criatura alada con una envergadura de tres metros y con cabeza grotesca volaba por encima de las copas de los árboles.
En 1994, Brian Canfield, vecino de una apartada aldea al pie del monte Rainier, estado de Washington, notó que había algo extraño en medio del camino mientas que conducía de regreso a casa el 23 de abril a la 9:30 p.m.. La "cosa" estaba descendiendo del cielo, haciendo contacto sólido con el asfalto de la carretera. Según el testimonio del atónito Canfield, se trataba de una criatura de 2.75 metros de altura, con un torso humanoide musculoso y brazos que terminaban en garras; tenía el cuerpo estaba completamente cubierto por pelo azul y la cabeza se parecía a la de un lobo, con colmillos blancos y ojos amarillentos.
"No supe qué pensar," dijo Canfield a un reportero del periódico Tacoma News Tribune, "la criatura me miraba como si no supiese qué hacer. Me asusté mucho, pero no me sentí amenazado." La criatura eventualmente desplegó unas alas enormes y levantó vuelo, perdiéndose en la noche. La prensa no demoró en darle el mote de "Batsquatch" a la criatura (combinación de murciélago y Sasquatch).
En el epílogo para la reimpresión de The Mothman Prophecies (1992), John Keel comenta que Point Pleasant ha crecido tanto que la zona TNT aloja hoteles, restaurantes y clubes de golf -- los lugares en donde tomaron los avistamientos de la célebre criatura han dejado de exisitir, pero las casamatas de hormigón y acero que caracterizaron la zona TNT aún pueden verse: según la tradición local, las casamatas conducen a túneles subterráneos que fueron llenados de escoria radiactiva en la década de los '50. Aunque las autoridades han negado la presencia de radiactivos, los residentes alegan haber visto insectos mutantes y en 1990, el rotativo Point Pleasant Register informó un cazador había disparado contra un perro macrocéfalo y deforme en dicha zona.
No resulta sorprendente que los vecinos de Point Pleasant prefieran platicar sobre la importancia de su comunidad como un centro de vacaciones veraniegas, conciertos de música "country" al aire libre y otros pasatiempos en vez del pasado paranormal de la región. Pero algunos lugareños no han olvidado al "hombre polilla", y en 1995, sobre un letrero en la Zona de Restauración Ambiental de la vieja "zona TNT", alguien dejó un graffito que reza: Mothman shall return! (¡El hombre polilla regresará!).
Monstruos con cabeza de huevo
Más inverosímil todavía resulta la fusión de los dos seres antes mencionados en una tercera más extraña aún: Bighead o "cabeza grande", cuyas actividades sembraron pánico en el estado de Ohio en 1978. Durante dicho año, las comunidades aledañas al Rio Ohio experimentaron toda suerte de fenómenos paranormales. Los hechos tomaron lugar en Butler, población rural de unas 1,300 almas, localizada cerca del Bosque Estatal Mohican.
En la noche del 8 de julio, Eugene Kline y Ken O'Neil, de 17 años de edad, se encontraban caminando a lo largo de una vía férrea cuando escucharon ruidos extraños que provenían un matorral más adelane en el camino. Grande fue la sorpresa de los muchachos cuando vieron salir del follaje un ser desconocido de más de dos metros de altura con ojos color rojo deslumbrante. El pánico se apoderó de ellos, y Ken se dio a la carrera, pero Eugene permaneció inmovilizado de miedo con la vista fija en la aparición, llegando a sentir que esta le invitaba a que se acercase. Finalmente, Eugene dio la media vuelta y salió corriendo de vuelta a su casa.
La criatura descrita por Eugene Kline tenía una estatura muy por encima de los dos metros con una voluminosa cabeza totalmente fuera de proporción con el resto del cuerpo, que no tenía ni manos ni pies visibles. Kline señaló que el ser emitía unos gruñidos sumamente extraños.
Bighead volvió a aparecer durante la noche del 10 de julio, presentándose ante un carro lleno de pasajeros de la población de Mansfield. El carro se disponía a cruzar las vías férreas cuando el que conducía notó "una gran masa oscura con ojos rojos" entre los rieles. El 12 de julio, la criatura se presentó en la granja de la familia Kline, asustando a la hija de la familia, quien le arrojó una linterna que llevaba consigo.
El investigador Ron Schaffner pudo determinar que, curiosamente, toda la abundante vida silvestre de la región circundante a la granja de los Kline parecía haberse esfumado debido a la presencia del ser anómalo. Los perros ladraban constantemente y el ganado aparentaba estar sumamente inquieto. Un perro perteneciente a otro granjero de la zona saltó a través de una ventana cerrada para entrar en su casa, aparentemente tratando de huír de "algo" que le produjo un buen susto.
Aunque ninguno de los testigos jamás vio volar a la insólita criatura, Schaffner apuntó que existía un parecido cercano con el famoso "hombre polilla" de Virginia Occidental: ambos seres poseían ojos luminosos de color rojo anaranjado; producían sonidos parecidos a un chillido o un disco tocando a 78 rpm; ninguno de los dos tenía ni brazos ni pies visibles, y la estatura de ambos era superior a los dos metros.
Una década de casos nuevos
El estado de Connecticut en Nueva Inglaterra no se conoce precisamente por su alta concentración de casos Bigfoot, pero en septiembre de 1997, una mujer que cabalgaba su yegua a lo largo de un sendero rural percibió “un olor como a mofeta, combinado con olor a perro mojado y ajo”. Su caballo relinchó y no demoró en lanzarse a la carrera, casi derribando a la jinete. Fue entonces que pudo percibir un ser bípedo alto y oscuro que se movía a velocidad prodigiosa, corriendo hacia ella. Los gritos emitidos por la aberrante criatura eran tan poderosos que “resonaban en mi pecho y me causaban dolor en los oídos”.
En el caso anterior, la criatura parecía tener la exclusiva intención de alejar a los intrusos de su territorio, pues la testigo afirma que pudo ver como el ser subía la ladera de una colina llena de árboles mientras que se alejaba. Pero la conducta de estos simios en otros casos es confusa. En el verano de 1995 (un año muy activo para estos seres, por lo que podemos ver), una cuadrilla de Boy Scouts que marchaba por las forestas del condado de Gibson (Indiana) fue seguida por un Bigfoot alto y negro de cabeza ovoide, que parecía estar sumamente interesado en los niños. Uno de los scouts salió corriendo para delatar la presencia del ser al adulto encargado de la expedición, pero este se negó a creerle. El niño, según la investigadora Bobbie Short, se ha rehusado a entrar al bosque de nuevo.
El periodista Bob Teets, autor del libro West Virginia UFOs, entrevistó en 1994 a un testigo con el seudónimo de "John B.", quien mantenía vivo el recuerdo de un encuentro con lo paranormal en el mes de julio de 1973, cuando su familia regresaba de un pasadía al norte de Point Pleasant. "Nos encontrábamos en la zona TNT," dijo el testigo, "y esta cosa -- mayormente blanca, sin alas, y con pelo grueso y lanudo --- comenzó a flotar justo al lado de nuestro automóvil, cuya velocidad era de 95 kilómetros por hora. Aunque no pudo verle el rostro, John B. afirmó que su cabeza tendría más de 91 centímetros de ancho.
El destacado investigador Stan Gordon, cuyas experiencias con este tipo de casos se remonta a comienzos de la década de los '70, menciona un evento acaecido en el verano de 1995 en el estado de Pennsylvania: una familia se decidió a construir su nuevo hogar en un claro de bosque precisamente en la región del condado de Westmoreland con el mayor porcentaje de casos de encuentros con Bigfoot y otros seres anómalos. Cuenta Gordon que el hijo de los dueños de la residencia, estando solo una tarde, escuchó los gritos y chillidos escalofriantes aparentemente producidos por uno de estos sere peludos. Tal fue el miedo que sintió, que el jóven salió huyendo descalzo de la casa, corriendo sobre la calzada de acceso a la casa, había sido revestida esa misma mañana con brea muy caliente.
En 1996, el programa radial de Laura Lee, transmitido desde Belleview, estado de Washington, recibió una llamada telefónica de Rena, una radioescucha en la ciudad de Spokane, en dónde había visto una criatura cuyas señas correspondían a las del legendario "hombre polilla".
"Hace cuatro noches," dijo la radioescucha, "a eso de las 11:30 p.m., miré hacia el cielo, que estaba estrellado pero un poco nublado, y pude ver una criatura parecida a un pájaro enorme cruzando el firmamento. No se trataba de un avión, porque ascendía y descendía súbitamente a la altura de un avión que va a aterrizar. Jamás ví un par de alas tan poderosas. La cosa volaba en dirección este, hacia el Canadá, y pude contemplarla ininterrumpidamente por varios minutos. No creía en esas cosas hasta ahora, y me que quedé maravillada por la envergadura y fuerza de sus alas".
Conclusión
En resumen, ¿que podemos decir sobre esta "casa de fieras fantasma", como la denominó el fallecido investigador inglés F.W. Holiday? Los ufólogos se han inclinado a pensar que las criaturas de tipo Bigfoot y seres verdaderamente anómalos como el "hombre polilla" son depositadas en nuestro mundo por los tripulantes de los ovnis para llevar a cabo misiones especiales cuyo propósito ignoramos. Los investigadores de lo paranormal han calificado al fenómeno como uno de corte interdimensional, en el que seres de otros niveles de existencia penetran la nuestra accidentalmente o adrede. Una variante de esta creencia es que dichos seres son productos de magia ritual, ya sean ritos indígenas o de magia negra. Las criaturas serían entonces materializaciones temporarias de energía que desaparecerían después de cierto tiempo. En algunos casos, también podría ser cierta la hipótesis de que este tipo de criaturas son proyecciones del Inconsciente Colectivo de la humanidad (activado por el electromagnetismo presente en ciertas regiones). Por otro lado, el autor John Keel ha sugerido la posibilidad de "elementales" o el concepto clásico de "ángeles y demonios". La interrogante seguirá en pie.
El ser alado que ha recibido el mote de Mothman u "hombre polilla" pertenece al género denominado "los extraños volantes" (winged weirdos) por los criptozoólogos y otros avezados en la materia. En todos las épocas y países del mundo se han recopilado historias acerca de criaturas vagamente humanoides con alas que se desplazan tanto de día como de noche, inspirando temor en aquellos que los ven. Por algún motivo, dicho género de criaturas se ha manifestado repetidas veces en todas partes de los Estados Unidos, pero ninguna de ellas ha recibido el grado de atención dado al "hombre polilla" de Virginia Occidental. Este extraño ser comenzó a manifestarse a principios de la década de los '60, cuando una dama de sociedad que conducía su auto a través de la región boscosa conocida como el parque Chief Cornstalk vio una figura humanoide en el centro de la carretera. "Reduje la marcha, y cuando nos acercamos, me di cuenta que no se trataba de un hombre," recuerda la señora. "Se trataba de una gran figura gris. Repentinamente, desplegó una enormes alas que iban de un lado de la carretera a la otra, y despegó verticalmente, perdiéndose de vista en segundos...quedé espantada, y salí del lugar a toda velocidad".
Durante los años 1966 y 1967, y en determinadas ocasiones en décadas posteriores, más de cien personas en el valle del río Ohio (separando a los estados de Ohio y Virginia Occidental) fueron testigos del "hombre polilla" y de la actividad OVNI y paranormal que se produjo en torno a dichos avistamientos.
El primero de ellos sucedió hace más de 20 años, en la tarde del 14 de noviembre de 1996 en un campo cerca de Salem, Virginia Occidental. Newell Partridge, un contratista de obras, estaba viendo televisión en su casa cuando la imagen en su televisor quedó en blanco y sustituida por unas rayas grises muy finas. El problema electrónico sucedió justo en el mismo momento en que Bandit, el sabueso de Partridge, comenzó a dar aullidos a la entrada de la residencia. Extrañado, Partridge tomó una linterna y salió a investigar. Pudo ver que el perro fijaba su vista en un granero a unos cien metros de la casa. Apuntando el haz de luz en dicha dirección, Partridge se quedó pasmado al ver dos enormes ojos rojos que lo miraban desde la oscuridad. Gruñendo, el perro corrió en la dirección señalada por la linterna; su dueño, muy al contrario, se sintió invadido por un terror indescriptible que le hizo retroceder hacia el interior de la habitación y pasarse el resto de la noche con un revólver al lado de la cama.
Al día siguiente, Partridge se aventuró a seguir las huellas de su perro, sólo para descubrir que las huellas del sabueso desaparecían abruptamente. Nadie jamás volvió a ver a Bandit.
En la misma manera en que los seres de tipo Bigfoot se manifiestan en lugares abandonados o aislados, el "hombre polilla" se asentó en una región derrumbada que había sido utilizada para fabricar explosivos durante la 2da Guerra Mundial y que era conocida por los lugareños como la "zona TNT". Fue precisamente en dicho sitio que Roger y Linda Scarberry, acompañados por Steve y Mary Mallette, se encontraron con la criatura. Según el testimonio de las parejas, el ser tenía alas enormes como la de un murciélago, y que podía plegarlas contra su espalda; carecía de cabeza, y los enormes ojos rojos parecían estar en su torso. Los aterrorizados jóvenes, que habían visitado el inhóspito lugar en automóvil, salieron disparados a más de 160 kmh, tratando de ganar la seguridad de Point Pleasant, la población más cercana. Cuál no sería su pavor al ver que más adelante en el camino había otra criatura del mismo tipo o la misma, que desplegó sus alas y voló sobre su automóvil, siguiendo a las dos parejas hasta la entrada del pueblo.
El 16 de noviembre de 1966, varias familias de la región se reunieron para visitar la zona TNT juntas y ver las manifestaciones del fenómeno ovni que coincidieron con las apariciones del "hombre polilla" (mas de mil casos de ovnis fueron recopliados durante este plazo de tiempo). El extraño ser parecía estar esperando a su visita en la entrada de la casa de Ralph Thomas: todos pudieron ver una gran figura gris, más grande que un hombre, con dos resplandecientes ojos rojos. Los despavoridos testigos se internaron en la casa de la familia Thomas, quedando atónitos al ver que el "hombre polilla" seguía merodeando alrededor de la casa, asomándose a la ventana de sala en un momento determinado.
Los investigadores John Keel y Gray Barker, quienes escribirían sobre el tema en sendos libros, The Mothman Prophecies (Las Profecías del Hombre Polilla) y The Silver Bridge respectivamente, concuerdan en que las apariciones de la dantesca criatura disminuyeron mientras que los avistamientos ovni y fenómenos relacionados (poltergeist, Hombres de Negro, etc.) iban en aumento. El consenso de ambos autores es que las manifestaciones de Mothman acabaron por completo en Noviembre de 1967, pero estaban equivocados.
El fenómeno parece haberse conectado a dos familias en particular: el matrimonio Scarberry y la familia Thomas. El "hombre polilla" sintió una atracción especial por Linda Scarberry, quien manifestó haber sido acechada por el fenómeno por más de dos años. Cuando ella y su marido alquilaron un pequeño apartamento en Point Pleasant, descubrieron una noche que la criatura se había apostado en el techo de un edificio contiguo, mirándolos a través de la ventana. Según la testigo, estaba tan acostumbrada a ver la aparición que sencillamente cerró las cortinas. "Llegué a sentir lástima," confesó Scarberry al investigador Brent Raynes, "porque llegó a parecerme que la criatura estaba sentada ahí deseando poder entrar para resguardarse contra el frío que hacía esa noche." Virginia Thomas, por otro lado, dijo que por muchísimos años ella y su familia visitaron la zona TNT para conmemorar el aniversario de su avistamiento.
Aparentemente, el "hombre polilla" decidió cambiar de cielos y realizó su siguiente aparición en 1974 cerca del poblado de Elma, Nueva York. Un vecino, el Sr.Miller, había salido de noche al patio de su casa para inspeccionar una replica en miniatura de los megalitos de Stonehenge que había fabricado para sus niños. Repentinamente, Miller descubrió que no estaba solo: una criatura alada con una envergadura de tres metros y con cabeza grotesca volaba por encima de las copas de los árboles.
En 1994, Brian Canfield, vecino de una apartada aldea al pie del monte Rainier, estado de Washington, notó que había algo extraño en medio del camino mientas que conducía de regreso a casa el 23 de abril a la 9:30 p.m.. La "cosa" estaba descendiendo del cielo, haciendo contacto sólido con el asfalto de la carretera. Según el testimonio del atónito Canfield, se trataba de una criatura de 2.75 metros de altura, con un torso humanoide musculoso y brazos que terminaban en garras; tenía el cuerpo estaba completamente cubierto por pelo azul y la cabeza se parecía a la de un lobo, con colmillos blancos y ojos amarillentos.
"No supe qué pensar," dijo Canfield a un reportero del periódico Tacoma News Tribune, "la criatura me miraba como si no supiese qué hacer. Me asusté mucho, pero no me sentí amenazado." La criatura eventualmente desplegó unas alas enormes y levantó vuelo, perdiéndose en la noche. La prensa no demoró en darle el mote de "Batsquatch" a la criatura (combinación de murciélago y Sasquatch).
En el epílogo para la reimpresión de The Mothman Prophecies (1992), John Keel comenta que Point Pleasant ha crecido tanto que la zona TNT aloja hoteles, restaurantes y clubes de golf -- los lugares en donde tomaron los avistamientos de la célebre criatura han dejado de exisitir, pero las casamatas de hormigón y acero que caracterizaron la zona TNT aún pueden verse: según la tradición local, las casamatas conducen a túneles subterráneos que fueron llenados de escoria radiactiva en la década de los '50. Aunque las autoridades han negado la presencia de radiactivos, los residentes alegan haber visto insectos mutantes y en 1990, el rotativo Point Pleasant Register informó un cazador había disparado contra un perro macrocéfalo y deforme en dicha zona.
No resulta sorprendente que los vecinos de Point Pleasant prefieran platicar sobre la importancia de su comunidad como un centro de vacaciones veraniegas, conciertos de música "country" al aire libre y otros pasatiempos en vez del pasado paranormal de la región. Pero algunos lugareños no han olvidado al "hombre polilla", y en 1995, sobre un letrero en la Zona de Restauración Ambiental de la vieja "zona TNT", alguien dejó un graffito que reza: Mothman shall return! (¡El hombre polilla regresará!).
Monstruos con cabeza de huevo
Más inverosímil todavía resulta la fusión de los dos seres antes mencionados en una tercera más extraña aún: Bighead o "cabeza grande", cuyas actividades sembraron pánico en el estado de Ohio en 1978. Durante dicho año, las comunidades aledañas al Rio Ohio experimentaron toda suerte de fenómenos paranormales. Los hechos tomaron lugar en Butler, población rural de unas 1,300 almas, localizada cerca del Bosque Estatal Mohican.
En la noche del 8 de julio, Eugene Kline y Ken O'Neil, de 17 años de edad, se encontraban caminando a lo largo de una vía férrea cuando escucharon ruidos extraños que provenían un matorral más adelane en el camino. Grande fue la sorpresa de los muchachos cuando vieron salir del follaje un ser desconocido de más de dos metros de altura con ojos color rojo deslumbrante. El pánico se apoderó de ellos, y Ken se dio a la carrera, pero Eugene permaneció inmovilizado de miedo con la vista fija en la aparición, llegando a sentir que esta le invitaba a que se acercase. Finalmente, Eugene dio la media vuelta y salió corriendo de vuelta a su casa.
La criatura descrita por Eugene Kline tenía una estatura muy por encima de los dos metros con una voluminosa cabeza totalmente fuera de proporción con el resto del cuerpo, que no tenía ni manos ni pies visibles. Kline señaló que el ser emitía unos gruñidos sumamente extraños.
Bighead volvió a aparecer durante la noche del 10 de julio, presentándose ante un carro lleno de pasajeros de la población de Mansfield. El carro se disponía a cruzar las vías férreas cuando el que conducía notó "una gran masa oscura con ojos rojos" entre los rieles. El 12 de julio, la criatura se presentó en la granja de la familia Kline, asustando a la hija de la familia, quien le arrojó una linterna que llevaba consigo.
El investigador Ron Schaffner pudo determinar que, curiosamente, toda la abundante vida silvestre de la región circundante a la granja de los Kline parecía haberse esfumado debido a la presencia del ser anómalo. Los perros ladraban constantemente y el ganado aparentaba estar sumamente inquieto. Un perro perteneciente a otro granjero de la zona saltó a través de una ventana cerrada para entrar en su casa, aparentemente tratando de huír de "algo" que le produjo un buen susto.
Aunque ninguno de los testigos jamás vio volar a la insólita criatura, Schaffner apuntó que existía un parecido cercano con el famoso "hombre polilla" de Virginia Occidental: ambos seres poseían ojos luminosos de color rojo anaranjado; producían sonidos parecidos a un chillido o un disco tocando a 78 rpm; ninguno de los dos tenía ni brazos ni pies visibles, y la estatura de ambos era superior a los dos metros.
Una década de casos nuevos
El estado de Connecticut en Nueva Inglaterra no se conoce precisamente por su alta concentración de casos Bigfoot, pero en septiembre de 1997, una mujer que cabalgaba su yegua a lo largo de un sendero rural percibió “un olor como a mofeta, combinado con olor a perro mojado y ajo”. Su caballo relinchó y no demoró en lanzarse a la carrera, casi derribando a la jinete. Fue entonces que pudo percibir un ser bípedo alto y oscuro que se movía a velocidad prodigiosa, corriendo hacia ella. Los gritos emitidos por la aberrante criatura eran tan poderosos que “resonaban en mi pecho y me causaban dolor en los oídos”.
En el caso anterior, la criatura parecía tener la exclusiva intención de alejar a los intrusos de su territorio, pues la testigo afirma que pudo ver como el ser subía la ladera de una colina llena de árboles mientras que se alejaba. Pero la conducta de estos simios en otros casos es confusa. En el verano de 1995 (un año muy activo para estos seres, por lo que podemos ver), una cuadrilla de Boy Scouts que marchaba por las forestas del condado de Gibson (Indiana) fue seguida por un Bigfoot alto y negro de cabeza ovoide, que parecía estar sumamente interesado en los niños. Uno de los scouts salió corriendo para delatar la presencia del ser al adulto encargado de la expedición, pero este se negó a creerle. El niño, según la investigadora Bobbie Short, se ha rehusado a entrar al bosque de nuevo.
El periodista Bob Teets, autor del libro West Virginia UFOs, entrevistó en 1994 a un testigo con el seudónimo de "John B.", quien mantenía vivo el recuerdo de un encuentro con lo paranormal en el mes de julio de 1973, cuando su familia regresaba de un pasadía al norte de Point Pleasant. "Nos encontrábamos en la zona TNT," dijo el testigo, "y esta cosa -- mayormente blanca, sin alas, y con pelo grueso y lanudo --- comenzó a flotar justo al lado de nuestro automóvil, cuya velocidad era de 95 kilómetros por hora. Aunque no pudo verle el rostro, John B. afirmó que su cabeza tendría más de 91 centímetros de ancho.
El destacado investigador Stan Gordon, cuyas experiencias con este tipo de casos se remonta a comienzos de la década de los '70, menciona un evento acaecido en el verano de 1995 en el estado de Pennsylvania: una familia se decidió a construir su nuevo hogar en un claro de bosque precisamente en la región del condado de Westmoreland con el mayor porcentaje de casos de encuentros con Bigfoot y otros seres anómalos. Cuenta Gordon que el hijo de los dueños de la residencia, estando solo una tarde, escuchó los gritos y chillidos escalofriantes aparentemente producidos por uno de estos sere peludos. Tal fue el miedo que sintió, que el jóven salió huyendo descalzo de la casa, corriendo sobre la calzada de acceso a la casa, había sido revestida esa misma mañana con brea muy caliente.
En 1996, el programa radial de Laura Lee, transmitido desde Belleview, estado de Washington, recibió una llamada telefónica de Rena, una radioescucha en la ciudad de Spokane, en dónde había visto una criatura cuyas señas correspondían a las del legendario "hombre polilla".
"Hace cuatro noches," dijo la radioescucha, "a eso de las 11:30 p.m., miré hacia el cielo, que estaba estrellado pero un poco nublado, y pude ver una criatura parecida a un pájaro enorme cruzando el firmamento. No se trataba de un avión, porque ascendía y descendía súbitamente a la altura de un avión que va a aterrizar. Jamás ví un par de alas tan poderosas. La cosa volaba en dirección este, hacia el Canadá, y pude contemplarla ininterrumpidamente por varios minutos. No creía en esas cosas hasta ahora, y me que quedé maravillada por la envergadura y fuerza de sus alas".
Conclusión
En resumen, ¿que podemos decir sobre esta "casa de fieras fantasma", como la denominó el fallecido investigador inglés F.W. Holiday? Los ufólogos se han inclinado a pensar que las criaturas de tipo Bigfoot y seres verdaderamente anómalos como el "hombre polilla" son depositadas en nuestro mundo por los tripulantes de los ovnis para llevar a cabo misiones especiales cuyo propósito ignoramos. Los investigadores de lo paranormal han calificado al fenómeno como uno de corte interdimensional, en el que seres de otros niveles de existencia penetran la nuestra accidentalmente o adrede. Una variante de esta creencia es que dichos seres son productos de magia ritual, ya sean ritos indígenas o de magia negra. Las criaturas serían entonces materializaciones temporarias de energía que desaparecerían después de cierto tiempo. En algunos casos, también podría ser cierta la hipótesis de que este tipo de criaturas son proyecciones del Inconsciente Colectivo de la humanidad (activado por el electromagnetismo presente en ciertas regiones). Por otro lado, el autor John Keel ha sugerido la posibilidad de "elementales" o el concepto clásico de "ángeles y demonios". La interrogante seguirá en pie.
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