Fuente: Periódico Denver Post, Colorado (USA)
Fecha: 10 de diciembre de 2006
ALAMOSA - La osamenta permanece silenciosa en la parte trasera de la agencia de seguros Dell en la calle principal. No son mas que huesos y grandes dientes brillantes, y están en el centro de un a controversia que envuelve una subasta electrónica en eBay, abogados y derechos de propiedad.
[...] Los huesos corresponden a Snippy, una yegua que, según a quién se le pregunte, fue desmenuzada por los tripulantes de un OVNI durante una mutilación hace 39 años, o matada de manera alevosa por unos adolescentes ebrios que tenían una escopeta en sus manos. Claro que otra posibilidad es que los aliens se teleportaron desde otra galaxia hasta el rancho de Harry King, al norte de Alamosa, abrieron fuego contra la yegua con una escopeta, y volvieron a teleportarse a su galaxia. Una posibilidad que resulta francamente inverosímil.
Snippy, una yegua “Appaloosa” de tres años de edad, murió en un prado a medianoche a comienzos de septiembre de 1967. Algunos dijeron que no había sangre alguna alrededor del cadáver. Los investigadores del comisario y los veterinarios que estudiaron el caso determinaron positivamente y sin lugar a dudas que Snippy estaba muerta. Pero no pudieron ponerse de acuerdo sobre lo demás.
Pero la teoría de la mutilación por alienígenas siguió en pie. El veterinario Wallace Leary, vecino de Alamosa, quedó tan intrigado por el concepto de que los extraterrestres habían ultimado al equino que ordenó que la osamenta del fallecido animal fuese montada sobre una plataforma de metal, con los huesos sostenidos mediante alambres y tornillos.
En dicho estado, Snippy recorrió todo este poblado del Valle de San Luis, pasando varios años en la acera frente a la Cámara de Comercio. Estuvo por algún tiempo dentro de un museo. Acabó dentro de una casa abandonada en el rancho de Carl Heflin por más de 20 años.
Nadie sabe cómo fue que Heflin obtuvo los huesos de la yegua. Sí se sabe que le gustaba coleccionar cosas. Tenía, por ejemplo, dos vagones de ferrocarril reposando en sus predios. Uno de ellos estaba lleno de cabinas de regadera hechas de fiberglass; el otro vagón estaba lleno de puertas de madera. Heflin falleció en el 2003, supuestamente dejando las cabinas de baño, las puertas y los huesos de Snippy como herencia a un sobrino. Hace pocos años desempolvaron a Snippy, y los herederos de Heflin pensaron cuánto podrían valer aquellos huesos. Alguien mencionó a eBay, la subasta electrónica que hace posible la compra, tal vez, de la cerilla del oído de Babe Ruth.
Frank Duran, un especialista de márketing con Dell’s Insurance, fue contratado para vender la osamenta. La puja mínima comenzaría a los USD$50,000.
¿Qué?
“Se piensa que Snippy fue el primer caballo muerto como consecuencia de las mutilaciones por alienígenas”, dijo Duran a la par que recorría la oficina de seguros que amparaba los huesos, acompañado por un reportero. “Tal vez haya sido secuestrada por extraterrestres. Quizás haya sido la primera”.
Luego, Duran se movió hacia el trasero del animal muerto, indicando una serie de indentaciones y huesos fragmentados.
“Un veterinario dijo que son heridas de bala. El comisario pensó que tal vez sería obra de algunos adolescentes locales. ¿Quién sabe? Muchas personas siguen creyendo en la posibilidad OVNI”.
Duran piensa que la yegua murió durante la experimentación medica realizada por extraterrestres de algún universo sumamente lejano, y que dicha posibilidad tiene mucho más valor en eBay que una yegua que recibió un disparo en el trasero.
Se suponía que la subasta comenzara la semana pasada y el anuncio salió en el periódico The Valley Courier de Alamosa. Pero repentinamente, muchos comenzaron a reclamar la posesión de los huesos de Snippy. Los parientes de la fallecida Nellie Lewis, propietaria de Snippy cuando el animal estaba vivo, dijeron que el esqueleto aún les pertenecía. Y la Cámara de Comercio de Alamosa contrató a un abogado que argumentó que los huesos habían sido regalados a la Cámara décadas atrás.
El Viernes, Debora Goodman, presidenta de la Cámara de Comercio, inauguró un fondo para salvar a Snippy. “Voy a luchar para conseguir a Snippy, “dijo. “Se trata de un ícono de este valle. Es importante que permanezca aquí para representar una época misteriosa de nuestra historia”.
Sylvia Lobato escribe para el Valley Courier. Su madre fue amiga íntima de Nellie Lewis. “Recuerdo aquel día en el ’67 cuando Nellie telefoneó nuestra casa”, afirma Lobato. “ Mi madre colgó el teléfono y dijo “los platillos voladores han matado la yegua de Nellie.”
Lobato, su madre y otros salieron a la carrera hacia el rancho de Lewis. “Desde el cuello para arriba, la yegua estaba pelada. No había mas que huesos blancos. El animal llevaba una sola noche de muerto y ya tenía el aspecto de haber estado muerto por meses. Nellie estaba con nosotras y descubrió un trozo de metal cerca de la yegua...un metal que estaba cubierto con pelos equinos. Cuando fue a recogerlo, el metal le quemó de tal forma que la hizo gritar y soltarlo. Tenía una quemadura grave en la mano. Yo estuve ahí. Yo lo vi”.
En la oficina de seguros, Frank Duran dijo que esperaba que la polvareda legal finalizara antes de poder proseguir con la subasta. En la gran habitación que pronto será el hogar de un nuevo departamento de contabilidad, Duran echó un vistazo a los huesos del animal.
“Es muy extraño. Dicen que las pisadas de Snippy acabaron a cien pies de donde encontraron sus huesos”.
Y Duran se sonrió.
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