El amanecer de los armamentos de sonido
El amanecer de los armamentos de sonido
Por Scott Corrales (c) 2016
En 1985, la cantante y compositora británica Kate Bush deleitaba a sus seguidores con un álbum de “art rock” titulado The Hounds of Love. Entre los temas del álbum figuraba “Experiment IV”, cuyo vídeo ha sido descrito muchas veces como “la película de horror más breve del mundo”, uno en el que científicos se reúnen en un lugar secreto – la trastienda de una librería, que resulta ser su laboratorio secreto – para llevar a cabo un experimento militar: un arma, como reza la letra de la canción, “capaz de matar a alguien a distancia”. Para realizar este propósito, los científicos a sueldo del ejército crean una máquina que graba todos los sonidos, desde los más alegres y extáticos hasta el llanto de las madres a punto de dar a luz y los gritos de los locos de atar. Una maremágnum de sonidos que adquiere vida propia – una horrenda gárgola que hace enloquecer a los científicos (dos de ellos interpretados por los actores Hugh Laurie y Dawn French) y destruir su laboratorio. Al final del vídeo, vemos que se trata de la misma cantante, instando a los espectadores a guardar silencio sobre el suceso presentado.
Una linda narración cantada de ciencia-ficción y horror…hasta que nos detenemos a pensar que los militares han contemplado el uso del sonido y la música con fines bélicos desde finales del siglo XIX. La cantante - muy interesada en lo paranormal y forteano en aquel entonces - seguramente estaba consciente de los experimentos del ingeniero Vic Tandy con las alucinaciones visuales producidas por el sonido. En su intento por desmitificar el "fantasma" que espantaba su laboratorio en la ciudad de Coventry, Tandy descubrió que un ventilador mal instalado generaba infrasonido en la banda de dieciocho a nueve hertzios, causando malestar y manifestaciones de una silueta gris.
En el 2014, la Agencia Espacial Europea reveló al mundo que estaba trabajando en varios dispositivos sónicos, supuestamente para ver "si los satélites eran capaces de resistir el ruido producido por el despegue de un cohete". El aparato - un gran klaxon de cuarto bocinas, alimentado por gas nitrógeno - es capaz de producir un sonido de 154 decibelios, y se encuentra en la Gran Instalación Acústica de la AEE en Noordwijk, Países Bajos. Para darle a lector una mejor idea de su fuerza, un interceptor FA-18 que despega de un portaaviones emite 118 decibelios.
Un artículo dedicado al tema en el blog ExtremeTech nos dice que "si de veras quieres matar a alguien con un arma sónica, existe poca investigación sobre el tema. El consenso general es que un sonido a gran volumen sería capaz de causar una embolia pulmonar, que se desplazaría al corazón, causando la muerte. Por otro lado, es posible que el aumento en la presión del aire produciría la ruptura de los pulmones." El artículo pasa a decir que el arma sónica no tiene que ser mortífera para surtir efecto, puesto que un ultrasonido de alta intensidad puede causar dolores físicos o sacudir los ojos de la víctima, imposibilitando su concentración.
Cabe señalar que las técnicas de agresión sonora no siempre funcionan. En diciembre de 1989, las fuerzas estadounidenses que asediaron al dictador Manuel Noriega en la nunciatura papal de la ciudad de Panamá bombardearon dicha estructura con música alta y agresiva - rock duro, heavy metal, rap - para forzar la salida de Noriega. Sin embargo, no tomaron en cuenta que Noriega había tomado el curso de entrenamiento en resistir las técnicas PSYOP en el Fuerte Bragg de Carolina del Norte, y fue capaz de dormir como un lirón durante el bombardeo sonoro. El FBI tampoco tuvo éxito con el bombardeo musical de recinto de la secta davidiana en Waco, Texas (1993) ni los israelíes que lanzaron un aluvión de heavy metal contra los palestinos refugiados en la iglesia de la Natividad en Belén una década después.
Aun así y todo, la cantante Kate Bush no se equivocaba en cuanto al derrotero que seguirían los ejércitos del mundo con su alocada carrera armamentística. La marina de EE.UU. desplegó su LRAD (Long Range Acoustic Device - dispositivo acústico del largo alcance) que luego sería utilizado por cruceros y cargueros durante la crisis de los piratas de Somalia en años recientes. Uno de estos barcos de placer, el Seabourn Spirit fue capaz de repeler a los filibusteros cuando estos atacaron la embarcación de bandera noruega el 5 de noviembre de 2005. La poderosa onda sónica del LRAD fue capaz de rechazar el ataque.
Los cuerpos del orden público en EE.UU. comenzaron a valerse de las armas sónicas a partir del 2004, cuando se utilizaron para dispersar a los manifestantes contra el congreso del partido republicano celebrado en la ciudad de Nueva York aquel año. El éxito de la maniobra se repitió durante las manifestaciones en contra del G20 en la ciudad de Pittsburgh, momento desde el cual pasaron a formar parte del arsenal de las fuerzas policiacas de muchos países, su uso más reciente habiendo sido en la República Checa en el 2015, durante las protestas contra los emigrantes musulmanes en la ciudad de Brno.
Durante la crisis en Irlanda del Norte durante la década de los '70, el ejército británico se valió del "Squawk Box" (literalmente, la "caja de graznidos"), arma sonora dirigida contra sujetos específicos, emitiendo una descarga sonora de dieciséis MHz e infrasonora de 2Hz. De aumentar su potencial infrasónico a 7 Hz, el aparato sería capaz de causar nausea y vómitos. Si se incrementa más allá de eso, existe el potencial de distorsiones al equilibro químico del cerebro, causando varias reacciones emocionales, entre ellas el miedo.
La serie de televisión Viaje a las Estrellas nos legó, entre muchas cosas, la ficticia raza extraterrestre de los klingonianos, adversarios de los humanos con formidables naves de guerra y armas de mano no menos poderosas, como el "disyuntor sónico". Puesto que la realidad sigue a la ficción como un sonámbulo, la Marina de EE.UU. licitó un arma muy parecida con el nombre EPIC (Electromagnetic Personnel Interdiction Control - Control Electromagnético de Intercepción de Personal), cuyas especificaciones pueden leerse en el contrato M67854-04-C-1013 de 2004 otorgado por la Marina a la empresa INVOCON. (https://www.navysbirprogram.com/NavySearch/Award/award.aspx?pk=C18BA979-DADB-4892-896A-1E89970EA8B)
"La Marina," reza el resumen, "requiere un arma incapacitante no destructiva capaz de incapacitar a un combatiente enemigo por cierto plazo de tiempo. Existe suficiente interés político y militar en dicha capacidad. Además de esto, la capacidad de incapacitar a un ser humano sin daños permanentes sería un logro para las fuerzas policiales. IVC propone investigar el uso de la energía RF en forma de haz para excitar e interrumpir el proceso normal de la audición y el equilibrio en el ser humano, enfocado en dos áreas: (1) la interrupción del proceso de transducción mecánica mediante el cual el sonido y la posición son convertidos en mensajes a ser procesados por el cerebro; (2) la interrupción del motor químico que sostiene el funcionamiento correcto de las células nerviosas que responden a dichos mecanismos de transducción mecánica. La interrupción de estos procesos ha sido comprobado clínicamente como capaz de producir desorientación y confusión."
Y sigue: "Esta orden de compra pide un arma capaz de incapacitar una amenaza humana de manera provisional. En resumen, un arma de mano tipo "Phaser" de Viaje a las Estrellas para causar parálisis (Stun). El requisito también indica la necesidad de que dicha arma pueda operar a través de muros y otros medios de protección que puedan ofrecer encubrimiento a los luchadores durante el combate urbano."
En su libro “Extremely Loud: Sound as a Weapon”, la escritora Juliette Volcler detalla la existencia de otros aparatos insospechados, como el “Mosquito”, dispositivo que emite sonidos entre diecisiete y dieciocho kilohertzios que solo pueden ser percibidos por humanos “menores a los 25 años de edad” y que se utiliza, por consiguiente, para despejar a los centros comerciales y otros lugares públicos de atorrantes adolescentes. El libro agrega que – por suerte – armas sonoras cuyo propósito consistía en “licuar las entrañas” del enemigo, causando diarrea incontrolable, parecen no haber funcionado
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