El incidente de los "ovnis mineros"
El incidente de los "ovnis mineros"
Por Scott Corrales (c)2017 para Arcana Mundi
Tecleando estas letras a comienzos de la primavera de 2017 se puede afirmar que hay aspectos de la ovnilogía clásica que ya no tienen cabida en nuestros parámetros investigativos o sencillamente han pasado a la historia. De nada sirve interesar a las nuevas generaciones en la línea BAVIC, ni en el triángulo de las Bermudas y su confusa historia, ni en las afirmaciones de Velikovsky (aunque el fallecido estudioso estaría muy a gusto en programas como Ancient Aliens...), y la clásica escala de Hynek - los encuentros cercanos del 1ro, 2do y 3er tipo - tampoco encaja muy bien en la era de las conspiraciones, la demanda del "destape", las afirmaciones de bases militares estadounidense en Marte, la "civilización fugitiva" creada por los nazis en la luna y otros temas que ocupan la agenda de los congresos.
Pero podemos hacer excepciones, como en todo, y hay una muy digna de hacerse en un caso olvidado de la década de los '60 que oscila en la angosta frontera de los CE-2 - encuentros en que ha habido aterrizaje y/o evidencia física - y la alta extrañeza.
Se trata del caso de los "OVNIS mineros" descritos por el Sr. Buzz Montague, vecino del estado de Idaho en el corazón de las montañas Rocosas o Rocallosas del América del Norte. Montague pertenecía a la antigua grey de exploradores cautivados por la exuberante naturaleza del continente, a menudo dedicando sus vidas a ello, y sus viajes incluyeron una experiencia ovni singular en el "páramo de Selway" (Selway Wilderness) de la cordillera Spring Creek, donde el protagonista de la narración iba de caza con sus compañeros. A mediados de los '60 - puesto que Montague afirmaba no recordar la fecha exacta - el cazador y su amigo Bill Andrews se dispusieron a probar suerte durante la temporada de otoño. Ambos decidieron acampar en un peñasco que les proporcionaba una magnífica vista del valle circundante.
Pasaron una noche tranquila bajo las estrellas y al despertar a las seis de la mañana les extrañó mucho ver un resplandor, o un punto brillante, sobre el vertedero de minerales perteneciente a la mina Spring Creek, al otro lado del valle. Los cazadores pudieron lograr una mejor observación a través de las miras telescópicas de sus respectivas escopetas, y la magnificación a la décima potencia les dejó sorprendidos: el punto resplandeciente era en efecto tan solo uno de cuatro objetos que se cernían sobre el depósito de minerales.
Los misteriosos objetos disponían de apéndices o "tubos" que sobresalían de su parte superior y penetraban los montones de escoria. Uno a uno, los objetos se desconectaban para ascender hacia una nave nodriza fusiforme que flotaba a unos mil pies (300 metros) sobre la superficie.
El aumento de sus miras telescópicas les permitió ver que la nave nodriza contaba cuatro zonas socavadas en las que cabían perfectamente estos "ovnis mineros", alojados tan perfectamente que no era posible distinguirlos del resto de la nodriza. Después de algún tiempo, los "ovnis mineros" se desprendían para volver al depósito de escoria, repitiendo el proceso de captura de materiales.
El sol salía entre las majestosas montañas y los cazadores permanecían absortos, haciendo al lado totalmente el propósito de su visita a la región. Estimaron que los objetos tomaron entre cuarenta y cinco minutos y una hora y media para realizar su misión, los viajes de ida y vuelta desde la nave nodriza hasta el depósito. En cierto momento, los ovnis mineros quedaron adheridos a su nodriza de forma permanente, y el objeto se desplazó hacia el noroeste, desapareciendo del todo.
La explicación obvia - y que resultaría de mayor agrado a los creyentes en la HET - es que los cazadores habían visto una nave extraterrestre aprovechando minerales de nuestro mundo para hacer reparaciones, abastecerse de fuerza para proseguir su viaje, o algún otro motivo congruente con situaciones que hemos visto en la ciencia-ficción. De hecho, estas misiones de reabastecimiento formaban parte casi fija de los guiones de Cosmos:1999 y Battlestar Galáctica.
Los investigadores de la desaparecida organización APRO (Aerial Phenomena Research Organization) no tardaron en señalar que los objetos enfrascados en la actividad "minera" no aprovechaban minerales utilizables, sino la escoria - los restos de minerales valiosos ya extraídos por la empresa operadora de la mina Spring Creek.
Como sucedía en aquellos tiempos - y tal vez aún suceda hoy - el fenómeno ovni trataba de dar la apariencia de realizar un estudio planetario al servicio de alguna federación o imperio galáctico. Cabe recordar que en el famoso caso de la isla Maury en 1947, los "platillos bamboleantes" durante dicho evento descargaron prodigiosas cantidades de un material que no resultó ser ninguna aleación exótica, sino escoria de hierro (un trozo del cual cobraría la vida del perro de uno de los protagonistas del caso). Idaho es el estado contiguo a Washington, donde se encuentra Maury Island. ¿Se trataría acaso de una continuación de la misma actividad, separada en el tiempo por dos décadas?
La mina Silver Creek en el condado de Lemhi queda cerca del bosque nacional Salmon-Challis y en su momento fue una productora de oro. La mina lleva décadas de estar cerrada y la web thediggings.com indica que no existen planes para su reactivación. Sabemos que el fenómeno ovni siempre ha manifestado un interés marcado en el oro y las minas que lo producen (y nos hace recordar los destrozos causados por un objeto volador no identificado en Adjuntas, Puerto Rico al penetrar las pesadas planchas de hierro que sellaban uno de los pozos de prueba cavados para localizar oro esa región).
0 Comments:
Post a Comment
<< Home