Thursday, April 19, 2018

Casos de seres diminutos a comienzos del siglo XX




Proyecto CATENT: Casos de seres diminutos a comienzos del siglo XX

[El Proyecto CATENT de la colega Mariela de Tomaso aportó lo siguiente a la desaparecida lista de correo IMPRIMATUR. Los casos de ‘duendes’ y ‘enanitos’ siempre han formado parte integral de la alta extrañeza y tienen sus contrapartidas en seres parecidos de las distintas mitologías de las tribus amerindias de América del Norte. Los navajos, ojibwe y otros grupos los consideran sagrados y peligrosos – SC]

Relatos de Nilda Miranda del Carmen Miranda (Tinogasta, Catamarca) que sucedieron todos en el pueblo de Fiambalá (Pcia de Catamarca) donde ella vivía cuando era chica.

Relato 1:

Unas primas de mamá, margarita y otras chicas,(aprox1934)estaban jugando cuando eran niñas, en una higuera se acostumbraba a tomar unas ramas y hacerlas de caballito; era a la siesta, estaba prohibido ir a jugar en el fondo de la viña, porque siempre los mayores decían "te va a salir el duende"; estaban jugando y de pronto una de ellas se da vuelta y mira que detrás de ella estaba sentado "un chiquitito" como dijeron; se asustaron tanto, se cayeron de las ramas, les salió sangre de la nariz, y hubo que atenderlas, todo una gritería un lío bárbaro. Se dijo que fue "otra de las apariciones del duende". Muchas personas en Fiambalá tienen anécdotas al respecto.


Relato 2:

Recuerdo que era muy chica pero ya sabía leer, (año 1959 aprox.) y a la noche estábamos la abuela, mama y yo en la cocina y no había luz eléctrica, creo que se cortaba antes, y había un farol para alumbrar cuando se salía afuera y una lamparita a kerosén en la mesa; yo estaba leyendo; mamá bordaba y abuela estaba cebando mate; y había terminado y se puso después a hilar y a torcer, tenía un huso grande, con una panza grandota de lana y en eso sentimos que se asustan las gallinas, como si anduviera algún perro o alguien que las quería comer o robar; entonces abuela y mama salieron con la lámpara a ver qué pasaba y yo seguí leyendo con la lamparita más chica; y en un momento dado yo miro hacia la silla, una silla que todavía está en casa, de algarrobo chiquita donde se sentaba abuela y donde ella sabía dejado el huso, y cuando miro en la silla había un enanito y lo único que alcance a ver (porque me asuste muchísimo) era una ropa marrón, como un tapadito y un sombrero y tenía en la manos el huso de la abuela, la cara no le vi, entonces yo pegue un grito, me asuste tanto y volvieron corriendo mama, la abuela; y me daban agua, y me preguntaban, y yo les conté, y me dijeron "no, seguramente es lo que lees tanto, ves cada cosa vos". Pero hasta el día de hoy estoy segurísima que lo vi.


Relato 3:

Abuela me contaba que cuando era chica, o no tan chica, medianamente joven (aprox. año 1904), unos vecinos que eran más jóvenes que ella, siguieron una luz, cerca de la
"zanja", que viene a ser un río seco, que tenemos cerca de casa (Fiambalá). Eran muy curiosos y siguieron la luz por el medio de las jarillas, todo eso son arenales; y vieron que en realidad esa luz tenia forma de una "mesita", según la describieron ellos, y sobre la mesita había un angelito; y decían que la luz que veían la daban las "alas" que tenía el angelito; y bueno, la siguieron y no la pudieron alcanzar. Y bueno, la explicación que dieron era la apropiada para esa época.


Relato 4:

Lucia Miranda (sobrina de Nilda) era pequeña (año 1987) e iba en bicicleta con su papá, sentada adelante. En una vereda de la calle principal (Fiambalá) ve una personita verde y no le dice nada al padre. Esa personita era chiquita. Después le contó lo que había visto.



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