Saturday, June 27, 2009

Los barcos malditos














La investigadora Rosa Santizo ha compartido hoy en Facebook el extraño relato del submarino alemán U-65, nave a la que se le achacaron varios accidentes y muertes extrañas e inexplicables -- tan inexplicables que el Alto Mando llegó a encargar un exorcismo de su flamante sumergible militar.

Esto nos trajo a la mente la cantidad de relatos de distintos países cuyos marineros hablan de "barcos fantasma", "barcos malditos", "barcos misteriosos", etc. tanto en la superficie del mar como bajo sus aguas. Conocido es de todos la leyenda del "Marie Celeste" (leyenda incrementada en gran forma por un libro de Arthur Conan Doyle sobre el mismo), el "Ellen Austin", y el formidable "Great Western" - una de las naves más grandes que haya zurcado los mares, y cuyos viajes son una letanía de desastres y muertes.

Pero pocos conocen la narrativa de lo que bien podemos llamar un buque diabólico.

En su obra clásica "Invisible Horizons", el escritor Vincent Gaddis culmina su capítulo sobre naves de espanto y horror en la siguente forma: "Pero de todos los barcos malditos que han plagado los mares de la Tierra, el peor de ellos lo fue el Ivan Vassily. Su historia - casi increible - es una oscura advertencia sobre las fuerzas malignas que de vez en cuando irrumpen en nuestro mundo".

Tras su botadura en 1897, el carguero ruso Ivan Vassily se desempeñó normalmente por cinco años en aguas del Báltico. Pero con el comienzo de la guerra rusojaponesa en 1903, el barco realizó un largo viaje a Vladivostok como transporte de armamentos. Durante cierto punto del viaje, una fuerza desconocida se apoderó del carguero. Una sensación de terror que vaciaba de fuerza a los tripulantes "como una bomba de succión", en la prosa de Gaddis. Esta fuerza negativa fue vista en varias ocasiones como una nebulosa figura humanoide.

Justo antes de que el carguero llegase a Port Arthur en la peninsula china de Liaotung, un marinero emitió un grito estremecedor que hizo que los demas tripulantes corriesen como locos, algunos de ellos rezando fervorosamente. El miedo fue tal que el marinero Alec Govinski saltó por la borda, prefiriendo la muerte.

Pero esta ofrenda de carne y hueso parece haber funcionado, y no se produjeron incidentes adicionales hasta que la nave atracó en Vladivostok. La deserción era inevitable, pero la policía rusa logró capturar los marineros, y el Ivan Vassily emprendió su largo viaje de regreso con escala en Hong Kong. Este viaje de pesadilla resultó en muertes adicionales, ya fuese for sucidio o paro cardiaco. El capitán del Vassily, Sven Andrist, también saltó por la borda. La calma volvió a reinar hasta la llegada al puerto chino, donde la deserción fue total. El segundo oficial, Christ Hanson, se nombró capitán y reclutó una nueva tripulación de marineros asiátcos. El Ivan Vassily llegaría a Sydney con su nuevo capitán, muerto de un balazo en la sien, y una tripulación que desertó, perdiéndose en los callejones de la urbe australiana.

"Solamente un hombre," narra Gaddis, "tuvo el valor de quedarse con la nave. El ingeniero Harry Nelson."

El emprendedor Nelson no tardó en localizar un capitán dispuesto a tomar el mando y un reducido número de marineros. El fenómeno no tardó en repetirse. Nelson hizo lo posible por dilucidar el misterio de la fuerza invisible que hacía enloquecer a los hombres.

Como si de una novela de H.P. Lovecraft se tratara, el Ivan Vassily nunca volvió al Báltico. Sus tripulantes volvieron a Vladivostok y la nave permaneció abandonada en el puerto, evitada por todos. Finalmente, nos cuenta Gaddis. "la nave recibio el unico tratamiento seguro para todos los objetos maléficos que existen en el mundo. Fue consumida por el fuego".

Vincent Gaddis no fue el único en abordar el tema de esta nave diabólica; también lo hizo R. DeWitt Miller, otro escritor de los años '40, aunque la fuente original de esta narrativa parece ser el mismo Harry Nelson. Desconocemos si el informe oficial del almirantazgo imperial ruso haya sobrevivido las dislocaciónes de la revolución de 1917.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home