John A. Keel: La evidencia física ignorada por todos
La evidencia física ignorada por todos
Por John A. Keel
Revista Saga UFO Report 1979
(Traducción de Scott Corrales para Arcana Mundi)
En algún lugar de California, la USAF mantiene un almacén de trozos de metal catalogados y por lo menos un platillo volador intacto. En ese mismo almacén hay varios tanques de formaldehido que contienen los cadáveres de un grupo de diminutos humanoides extraídos de un OVNI estrellado en el sureste de EE.UU. a finales de los ’40.
Esta es, al menos, la historia que han circulado algunos ovnílogos estadounidenses durante los últimos 25 años, y como muchas creencias de la ufología, es pura ficción. Tuvo su origen en un fraude periodístico publicado en México, adquiriendo inmortalidad por el humorista Frank Scully y su bestelller Behind the Flying Saucers de 1950. Scully se enteró del rumor inicialmente de un petrolero que había leído Behind the Flying Saucers. Scully, por supuesto, afirmaría haberla escuchado de boca de un ovninauta. Posteriormente, cuando otros periodistas dieron seguimiento a narrativa de Scully, este la repudió públicamente. Pero el rumor sigue en pie. La USAF sigue recibiendo cartas de advenedizos al tema OVNI que exigen la verdad sobre esos hombrecillos en salmuera. Cuando los oficiales de información pública de la USAF contestan que no hay nada de cierto sobre el rumor, los entusiastas OVNI gritan: “¡Encubrimiento!” y acusan al gobierno de ocultar evidencia sobre la existencia de los platillos voladores.
La verdad mucho más amarga consiste en el hecho de que los entusiastas ovni y sus organizaciones han pasado por alto una montaña de evidencia, a menudo suprimiendo tales descubrimientos porque no encaja con su creencia en las visitas extraterrestres. De haber recolectado sistemáticamente todos los materiales físicos depositados por los platívolo en los últimos 25 años tendrían su propio almacén lleno de evidencia.
El problema es que la mayoría de los escombros hallados tras los avistamientos y aterrizajes OVNI resultan ser muy ordinarios…mayormente aluminio, magnesio y silicón. Materiales comunes de la tierra. Los entusiastas ovni están buscando –y esperan conseguir – algo mucho más exótico.
Desafortunadamente, tras tantos años de estudio e investigación por miles de personas y docenas de científicos operando afuera de la Fuerza Aérea y el gobierno, aun no hay pruebas que respalden el concepto de la procedencia extraterrestre de los OVNI. Por otro lado, existe considerable evidencia de que los verdaderos OVNI son de manufactura terrestre y que están pilotados por seres humanos normales (excluyendo aquellos aterrizajes y contactos que parecen compartir la naturaleza de los fenómenos psíquicos). Lo que es más, hay evidencia que personas que visten como nosotros y tienen el mismo aspecto (y que probablemente son terrícolas) se han dedicado a recoger artefactos OVNI, llegando al lugar de los hechos antes de que los testigos originales hayan tenido de contarle a nadie lo que han visto.
Hoy en día resulta popular que los ovnílogos especulen que la CIA es responsable de algunos de estos eventos misteriosos. Pero la CIA no fue establecida sino hasta 1947 y los extraños hombres de negro (HDN) estaban haciendo de las suyas hace 50 años, ¡durante las oleadas OVNI de 1896-97 y 1909!
Justo después de un aterrizaje OVNI en el País de Gales, Gran Bretaña, en mayo de 1909, un encargado de tienda afirmó haber visto cinco “forasteros” en el lugar de los hechos, tomando medidas y fotografías (Daily Mail, 20 de mayo de 1909). Ha habido miles de historias similares desde aquel entonces. Han producido una mitología compleja, infundiendo paranoia entre muchos ovnílogos. Nadie ha podido contestar la siguiente pregunta fundamental hasta entonces: ¿Quiénes son estos forasteros y cuáles son sus finalidades e intereses?
Estos sujetos misteriosos han demostrado gran interés en visitar zonas aisladas en el noroeste de Canadá, Alaska, América del Sur y otros sitios. A menudo los investigadores se tropiezan con ellos de manera accidental y luego tratan de colocarlos en un marco de referencia aceptable. La CIA absorbe gran parte de la culpa estos días.
[…]
Durante el antes mencionado aterrizaje en Gales en 1909, los tripulantes de la extraña maquia voladora dejaron atrás un montón de chatarra incluyendo una pieza de repuesto para una válvula de neumáticos fabricada en Francia, pero que no se distribuía en Gales. Aparentemente se trataba de un ardid para hacer creer a los testigos que habían visto una maquina voladora francesa (los historiadores de la aeronáutica rechazan esta posibilidad).
Pero los huéspedes misteriosos se pasaron de listos. El 7 de mayo de 1909, un tal Egerton S. Free de Clacton-on-Sea, Essex, Inglaterra supuestamente vio un gran dirigible con forma de salchicha flotando a unos 60 pies sobre la tierra. Cuando su mujer fue a inspeccionar la zona, encontró una bolsa de acero y caucho que medía 5 pies de largo y con un peso de 35 libras. Llevaba estampado el texto: “Muller Fabrik Bremen”, así que cuando Free comentó el avistamiento con su vecino, especuló automáticamente que el misterioso dirigible provenía de Alemania.
Varios días más tarde, dos forasteros se personaron en los terrenos de Free, estudiando la playa sobre la que se había cernido el objeto, examinando la zona detenidamente.
“Los hombres estuvieron en los alrededores de mi casa durante unas cinco horas,” declaró Free en una nota para el East Anglian Daily Times, 18 de mayo de 1909. “Cuando la sirvienta se fue a la iglesia, les escuchó hablar en un lenguaje desconocido. Finalmente se le acercaron, uno a cada lado, y uno de los hombres le habló en una lengua extraña. La chica…sintió tanto miedo que volvió corriendo a la casa, negándose a salir de nuevo para oír misa”. (Nuestro agradecimiento al investigador británico Carl Grove por haber desentrañado este informe, y unos 30 más del año 1909).
Por casualidad, el objeto de acero y caucho resultó ser parte de un blanco de prueba utilizado por la Royal Navy para sus prácticas de tiro naval.
Una variación muy sutil de este juego se repitió muchas veces en EE.UU. y Europa durante la década de 1960. Después de una oleada de avistamientos en la zona, un globo sonda convencional aparecería en algún sitio visible (hasta llegaron a encontrar uno en el patio delantero de la casa del alcalde de un pueblo pequeño en Ohio). La policía y la prensa se abalanzaban sobre el globo con frenesí para anunciar que el misterio estaba resuelto. Pero durante la investigación de muchos de estos casos con globos sonda, tuvimos que llegar a la conclusión de que estos globos habían sido colocados deliberadamente. ¿Por quién? Tal vez por el mismo que colocó la válvula en Gales y el blanco de tiro en Essex.
Tal vez los OVNI hayan estado utilizado la táctica del “submarino averiado” todos estos años. Es decir, han vertido toda suerte de basura sobre el paisaje para confundirnos y engañarnos, en la misma forma que nuestros submarinos soltaban lubricante y escombros durante la Segunda Guerra Mundial si estaban siendo atacados. El hecho de que semejante cantidad de estos escombros OVNI consisten en materiales terrestres comunes ha llevado a muchos investigadores a considerar avistamientos y aterrizajes OVNI genuinos como fraudes. Los “herramentaleros”, como se les conoce a los ovnílogos que buscan evidencia, han estado buscando materiales exóticos y no terrestres ciegamente, rechazando todo lo demás.
Una de la primeras piezas de evidencia lo fue “una gran rueda hecha de aluminio, de unos tres pies en diámetro, y con forma de turbina” que cayó un tanto deliberadamente a los pies de un granjero en Penn Field, Michigan (EEUU) en abril de 1897. Según el testimonio de George Parks, publicado en el Detroit Evening News con fecha del 15 de abril de 1897, tanto él como su esposa observaron “un objeto sumamente brillante que parecía estar a unos 100 pies sobre la tierra y acercándose de prisa.” Produjo un zumbido y dejó caer la rueda mientras que volaba en lo alto. Aquel año hubo una oleada masiva de objetos voladores raros sobre los Estados Unidos. Puesto que resulta ilógico pensar que cualquier “nave espacial” capaz de viajar hasta este planeta se desmoronarían con tal facilidad, solo podemos suponer que dichos incidentes fueron deliberados.
Desde 1897, ver a los ovnis descargar materiales mundanos en sus puntos de aterrizaje ha sido algo común, y la válvula neumática francesa fue tan solo el principio. En fechas más recientes, estas caídas han consistido de materiales más sofisticados.
Un avistamiento con testigos múltiples vendrá seguido frecuentemente por una serie de extrañas manipulaciones diseñadas para desacreditar a los testigos y sembrar duda sobre el evento. Los expedientes muestran que hasta los investigadores de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se dejaron embaucar por tales manipulaciones en la década de los ’50, y que esto contribuyó, sin duda, a la postura negativa del gobierno sobre el asunto. Por ejemplo, los investigadores de la USAF desacreditaron un supuesto aterrizaje OVNI en Glassboro, Nueva Jersey en 1964 porque hallaron una pequeña cantidad de nitrato de potasio en el lugar. Aunque había agujeros en el suelo, idénticos en sus dimensiones y características a los de otros aterrizajes, la Fuerza Aérea decidió que el nitrato de potasio – utilizado comúnmente en explosivos – comprobaba que se trataba de un fraude humano. Pero productos químicos parecidos han sido encontrados en otros puntos de aterrizaje en todo el mundo.
Distintas organizaciones amateur de investigación ONVI han acusado a la USAF de “encubrimiento” por haber aceptado explicaciones raquíticas para estos eventos. Pero cualquiera que conozca la forma en que funciona el gobierno y los militares podrá ver que los estamentos oficiales se dejaron llevar por estas decepciones y manipulaciones. La fuente del fenómeno OVNI, sea lo que sea, es sumamente lista y muy adiestrada en el uso de la guerra psicológica. Resultaba conveniente que la USAF y el gobierno rechazaran e ignoraran el fenómeno OVNI. Esto se obtuvo mediante una larga serie de “fraudes” a lo largo de la década de los ’40 y ’50, hasta que para 1955, los investigadores oficiales estaban plenamente disgustados y hasta hostiles hacia el tema. Una vez que los ovninautas se quitaron al gobierno de encima, fueron capaces de operar impunemente. Las investigaciones realizadas por la USAF después de 1955 fueron meros ejercicios de relaciones públicas. Se habían “zampado” la evidencia falsa que les había sido presentada.
Desde 1965, varios investigadores en España han recibido cartas y llamadas telefónicas de personas que afirman ser del espacio…visitantes del planeta UMMO. Las cartas portan una estampa o sello idéntico al objeto avistado sobre Madrid, y contienen advertencias sobre la CIA (un agente estadounidense, identificado como el “Sr. W. Rumsey” supuestamente trabaja en España, tratando de rastrear a los ummitas. Este affaire UMMO ha causado furor entre los investigadores españoles por muchos años, y hasta ha sido el tema de un libro por Fernando Sesma: Ummo, Otro Planeta Habitado.
Estos fraudes de ‘hombres del espacio’ representan un fenómeno mundial. Esta autor ha recibido muchas cartas extrañas y llamadas de este estilo en EE.UU., relacionadas a veces con materiales que estaban en la máquina de escribir y que aún no habían sido compartidas con nadie. Otros investigadores desperdigados por el mundo han experimentado lo mismo: los ufólogos están siendo vigilados…monitoreados por algún grupo misterioso, y grandes cantidades de ‘hombres del espacio’ ya viven entre nosotros, utilizando nuestros correos y teléfonos libremente.
Debido a que estos ‘fraudes’ son tan generalizados, y a menudo tan complicados y caros, resulta poco probable que sean el producto de unos cuantos farsantes juveniles. Al contrario, parece tratarse de un esfuerzo bien planificado y financiado. Cuando hacemos a un lado todas las tonterías, el único fin aparente es crear y fomentar la creencia en los ‘hombres del espacio’ y de paso mantener a los ovnílogos en un estado de paranoia y confusión. Muchos ovnílogos estadounidenses han sido víctimas de estos juegos, convencidos de que la USAF o la CIA están detrás de todo esto. Algunos investigadores amateur hasta han llegado a padecer crisis nerviosas y suicidarse.
La creencia de que alienígenas parahumanos viven entre nosotros no se limita a los círculos ovnilógicos. Numerosos grupos religiosos y ocultistas han alegado por siglos que tanto ángeles como demonios que guardan el mismo aspecto físico que nosotros han estado en nuestro medio desde el principio de los tiempos. Distintos contactados afirman que los ‘hombres del espacio’ les han informado que entre diez a diez millones de visitantes interplanetarios residen hoy en nuestras ciudades. El fallecido Dr. James McDonald, meteorólogo de la Universidad de Arizona que se inmiscuyó en la controversia OVNI, comentó por privado durante los últimos años de su vida la posibilidad de que seres alienígenas no solo estuviesen presentes en nuestro planeta, sino que sistemáticamente ocupaban cargos importantes en el gobierno y el ejército.
El fallecido investigador Iván T. Sanderson, uno de los mejores observadores del mundillo ovni, ofreció una hipótesis aún más interesante en su libro Invisible Residents, sugiriendo que una raza más antigua se había desarrollado en los mares de la tierra mientras que nuestros ancestros aun trepaban árboles. Esta raza se ha distanciado de nosotros, pero son responsables de la gran cantidad de submarinos, barcos y platillos voladores no identificados que se han visto entrando y saliendo de los mares. Puesto que los biólogos y partidarios de la evolución están convencidos de que la vida comenzó en los mares, Sanderson especuló que sería lógico que una raza avanzada tuviese sus orígenes ahí. Este “pueblo acuático” nos contempla con la misma falta de interés y desdén con el que contemplamos a las hormigas.
Dichas teorías son ejercicios intelectuales, puesto que no se ha encontrado evidencia que las respalde. Corresponden a la misma categoría que las teorías diabólicas de otros grupos religiosos anteriores.
Aún así nos queda el misterio de los hombres misteriosos anteriores a la CIA y los problemas monumentales que presenta la aceptación de la popular hipótesis extraterrestre (interplanetaria) para los OVNI. Si algunos entusiastas de los OVNI han tenido razón en acusar a la CIA y la USAF de todos estos fraudes intrigantes, ¿Cuál es el motivo detrás del gasto de tanto tiempo y dinero en actividades infructuosas? ¿Cómo justificarían estos gastos ante el Congreso? ¿Y por qué – tras 25 años de todo esto – ningún empleado o exempleado ha denunciado el asunto? El gobierno encuentra difícil guardar secretos en nuestra época.
Tal vez podamos excluir al gobierno como el responsable. El fenómeno los ha victimizado a ellos, al igual que al resto de nosotros.
Año tras año se produce el mismo tonto juego en todos los países del mundo: testigos confiables ven un OVNI. El aparato expulsa o vierte materiales que son recopilados por los entusiastas de los OVNI. A su vez, proporcionan dicho material a un laboratorio de buena reputación, a menudo sufragando el costo nada módico. Reciben el informe. El material es poco más que aluminio o estaño. Asqueados, los entusiastas guardan el informe y siguen buscando “evidencia real”.
En enero de 1971, una luz cegadora apareció al nivel de las copas de los árboles sobre Kuusamo, Saapunki en el noreste de Finlandia. La nieve en donde se cernió el objeto quedó derretida, recongelándose con el aspecto de raros cristales de color verde oscuro. El ingeniero Ahti J. Karlvieri coleccionó muestras del hielo. Un costoso análisis químico no fue capaz de revelar nada más allá de una pequeña cantidad de aluminio, cosa que no es muy frecuente en la nieve.
EL Prof. Hulvio B. Aleixo de Belo Horizonte, Brasil, ha realizado un análisis sistemático de las sustancias halladas en distintos puntos de aterrizaje OVNI. Sus descubrimientos también desilusionaron a los “herramentaleros”.
Un OVNI supuestamente aterrizo en un campo de futbol en Baleia, Brasil el 14 de septiembre de 1967, dejando tras de sí un residuo negro y maloliente. El Instituto Central de Geociencias de la Universidad Federal de Minas Gerais efectuó un análisis que incluyó pruebas de radiación. Encontraron que el residuo consistía de hierro, aluminio, magnesio y sílice. Materiales parecidos fueron encontrados en un punto de aterrizaje cerca de Villa Constitución, compuestos de magnesio, hierro, níquel y cobre. En Campo Grande, Brasil, Otaviano A. Souza Bueno afirmó haber visto un objeto luminoso aterrizar en la ribera de un arroyo, produciendo tres tripulantes que salieron a recolectar muestras de tierra. Esto fue en 1948. Una muestra de la misma tierra fue tomada por el Instituto de Investigaciones Tecnológicas en Sao Paulo, con el siguiente resultado: 61 por ciento de sílice, 19 por ciento de aluminio mineral, 11 por ciento de magnesio.
A miles de millas de distancia, el 27 de octubre de 1954, una formación de objetos resplandecientes sobrevoló un campo de futbol en la italiana ciudad de Florencia. Una lluvia de copos brillantes descendió sobre los espectadores, y al ser sometidos al análisis por el Instituto Químico de Milán, se halló que estaban compuestos de magnesio, hierro, silicón y calcio.
El silicón es una de las sustancias más comunes. El sílice es arena común. Si se le calienta y enfría, se produce vidrio. El silicón puede moldearse para formar toda suerte de objetos plásticos. En los pasados 25 años se ha encontrado una variedad casi infinita de objetos y sustancias de silicón en los puntos de aterrizaje ovni. Aparece con mayor frecuencia como un líquido color púrpura parecido al combustóleo. De hecho, a veces se le confunde con el aceite de motor. Cuando un vendedor de fertilizantes llamado Reinhold Schmidt dijo haber visto un OVNI aterrizar cerca de Kearny, Nebraska en 1957, la policía encontró un charco de líquido en dicho sitio, acusando a Schimidt posteriormente de haberlo colocado ahí.
El 19 de agosto de 1965 se produjo otro caso notable. En una granja en las afueras de Cherry Creek, Nueva York, el joven Harold Butcher ordeñaba vacas a las 8:20 p.m. cuando la radio portátil en la vaqueriza comenzó a emitir estática, y el tractor que impulsaba la ordeñadora se detuvo abruptamente. Afuera, un toro de raza Holstein encadenado a una barra de acero comenzó a mugir, y el joven Butcher corrió a la ventana pare ver lo que pasaba. Un objeto grande con forma de huevo, emitiendo un vaho rojizo y emitiendo un sonido intermitente, estaba aterrizando en un campo adyacente. Se alejó momentos después, según Butcher, dejando tras sí un olor extraño y varias aglomeraciones de un brillante material purpureo. La Kawecki Chemical Company efectuó los análisis correspondientes, revelando que estaba compuesto de silicón, aluminio y hierro.
El aspecto más importante de todo esto bien puede ser los misteriosos hombres que representan una plaga para la investigación OVNI, hostigando a los que participan en el fenómeno, y realizando complejos y costosos fraudes.
Aunque los OVNI han estado con nosotros por mucho tiempo, son pocos los que se han interesado a profundidad en ellos. Ha sido muy fácil manipular a estos pocos para que crean casi cualquier cosa. La fuerza que opera los ovnis, sea lo que sea, parece querer que los entusiastas crean en visitantes de Ummo y Venus. Diseña toda suerte de eventos y evidencia falsa para reforzar tal creencia. Mientras que un grupo de ovnílogos ilusos siga mirando por sus telescopios, buscando pruebas de una tecnología superior de otro mundo, los OVNIS terrestres y sus tripulantes se sentirán seguros.
La creencia en los extraterrestres tiene otro valor: es totalmente ridícula y rechazada por las ciencia y por gran parte del público, de manera que cuando los entusiastas ovni aparecen por la radio y televisión profesando sus creencias, solo consiguen hacer el ridículo, amontonando más ridiculez sobre un tema que ya ha sido desacreditado por la Fuerza Aérea y gran parte de los medios. Facilitan la labor de ignorarlo todo y hacer caso omiso de la evidencia empírica. El fenómeno OVNI ha creado el encubrimiento perfecto al explotar y engañar a sus creyentes.
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