Sunday, December 06, 2015

Los Mensajes Cifrados del Ocultismo



Para tus ojos solamente: Los mensajes cifrados del ocultismo
por Scott Corrales

En una entrevista aparecida en la revista inglesa Fortean Times, el veterano investigador de lo paranormal, John A. Keel, hizo constar su creencia de que numerosos "eventos sobrenaturales" eran, en efecto, actos de magia negra montados para el beneficio de un grupo de espectadores en especial. Esta creencia puede trasplantarse sin mucho esfuerzo al nada irreal mundo de los mensajes y diseños cifrados--a primera vista carentes de sentido--que llenan las páginas de ciertos libros, como las del famoso manuscrito Voynich, o que son entregadas a atónitos contactados por supuestos alienígenas de largas y rubias melenas.

Durante el otoño de 1.985, el rotativo The City Paper de Washington,D.C (EUA) presentó en su sección de clasificados un pequeño anuncio que rezaba lo siguiente:
"O.T.O, A.A.: where are you, brothers and sisters?" (O.T.O, A.A.: ¿en dónde están, hermanos y hermanas?) Los lectores de esta sección del periódico citadino gratuito manifiestan que el grueso de los mensajes que aparecen en los clasificados se tratan de comunicaciones entre elementos de la comunidad gay de la capital norteamericana o entre narcotraficantes. Sin embargo, el anuncio en cuestión llamaría la atención de cualquier individuo capaz de reconocer las siglas del Ordo Templo Orientalis y del Argentinium Astrum -- las logias ocultas de comienzos del siglo XX, presidas en su momento por nadie menos que el mismo Aliester Crowley. No sería nada difícil concebir un "renacimiento" de estas logias en las últimas décadas del mismo siglo.

El tema de los mensajes ocultos en las páginas de clasificados de los periódicos y revistas de nuestras ciudades también ocupó la atención del desaparecido Jacques Bergier, el prolijo escritor y científico francés quien se aventuró a comentar al respecto: "A menudo me he preguntado si algunos de los extraños clasificados que aparecen de vez en cuando en los periódicos son, de hecho, mensajes entre seres superdotados." Bergier, co-autor de El Amanecer de los Brujos (con Louis Pawels), dedicó sus fuerzas al estudio de la problemática de la criptología como una rama
de las investigaciones paranormales.

Si la existencia de los engimáticos mensajes cifrados estuviese circunscrita a los periódicos, sería posible descartarlos como las travesuras de un grupo específico, ya sean narcotraficantes o los que buscan relacionarse amorosamente. Pero el enigma que representan los mensajes ocultos transciende el papel: nos enfrentamos a los grabados de piedra de los monasterios europeos, a las cuidadosamente talladas planchas de metal supuestamente halladas por los fundadores de ciertas religiones (como sucedió con Joseph Smith, fundador de la fe mormona) y a los mensajes de tipo cuneiforme proporcionados a los contactados de nuestra era OVNI por los habitantes de otros mundos o dimensiones.

Pero, ¿cuáles serían estas sociedades secretas o grupos de "seres superdotados" que harían uso de los mensajes cifrados para comunicarse? Podemos dar comienzo a esta investigación analizando algunas pistas altamente intrigantes que nos conducen a un panorama infinitamente más amplio.

La mas importante de estas pistas envuelve la búsqueda milenaria de los alquimistas en pos del "elixir de la vida" y la "piedra filosofal". En los círculos iniciáticos, siempre se sostuvo que estos secretos habían sido descubiertos hace siglos, y que el misterio era conservado por los Rosacruces y otra organización aún más cuidadosamente ocultada, conocida como el "Priorato de Sión", que alegademente existe en nuestros días y que ha contado, a través de su historia, con una ilustre serie de "maestres", incluyendo alguno de los principales científicos de la era moderna (no obstante, parecería ser que ni Newton ni Einstein llegaron a figurar en el Priorato de Sión).

¿Podemos afirmar que existe una organización de sabios con conocimientos más adelantados que los de la ciencia contemporánea? Muchos piensan que sí. En 1.756, Roger Boscovitch publicó un tratado sobre los viajes en el tiempo, la antigravedad y la ubicuidad -- cosas que aún se escapan del dominio de nuestros científicos. James Price alegadamente logró transmutar mercurio a oro en menos de quince minutos. Hasta el celebérrimo "Conde de St. Germain" supuestamente hizo saber a un conocido suyo que tenía que irse, para poder dar a conocer más invenciones que serían útiles a la humanidad en el futuro: el motor de vapor y la electricidad. Tales individos serían los integrantes de la "sociedad secreta" de inventores y experimentadores que al igual que los alquimistas, habrían dejado como legado ciertos símbolos y caracteres que sólo podrían ser entendidos por un correligionario o equivalente intelectual. Se ha sugerido que estos diseños siguen siendo utilizados en nuestros días y que resultan comprensibles, naturalmente, sólo para el lector o espectador apropiado. Se ha llegado a rumorar que el dibujo de las "Puertas de Moria" realizado por el autor inglés J.R.R. Tolkien en el primer tomo de su monumental El Señor de los Anillos representa un diseño de este tipo.

Lionel y Patricia Fanthorpe se han internado de lleno en este tema, produciendo un libro titulado Los Secretos de Rennes-le Chateau, que examina esta aldea francesa y la relaciona con las intrigas de grupos esotéricos desde la era Merovingia hasta el siglo XIX. Los Fanthorpe opinan que el trazado físico de Rennes-le-Chateau y las aldeas vecinas representan un enorme diseño esotérico que apunta hacia un punto específico que contiene algo de gran importancia que aún no ha sido descubierto -- o que nos advierte a apartarnos de dicho lugar. Ciertos diseños también representan una importante fuente de "mensajería oculta". La tradición de los diseños codificados se remonta al medievo, cuando la tradición del escolasticismo practicaba la mnemónica, cuyos aprendices debían atravesar una serie de cámaras altamente decoradas para asociar ciertos textos con artículos del decorado--un proceso parecido al proceso automático que sucede cuando el cursor de nuestros ordenadores toca un ícono en la pantalla, haciendo que la memoria electrónica del aparato presente un directorio de archivos. El contenido del archivo no está implícito en el ícono, pero el ícono es el gatillo que obliga al ordenador a producir la información.

El manuscrito Voynich, que mencionamos al principio de este trabajo, representa el máximo ejemplo de estos documentos cifrados que sólo pueden ser entendidos por la persona o persona correcta, a despecho de los criptólogos que han pasado años tratando de desenredar sus secretos. El legajo supuestamente perteneció a Roger Bacon, el conocido fraile medieval, y paso por las manos de numerosos ocultistas del Renacimiento, incluyendo las del Dr. John Dee. El Vaticano eventualmente lo adquirió, y algunas de las mejores mentes de nuestros tiempos intentaron descifrarlo. Hace ochenta años, un anticuario neoyorquino, Wilfrid Voynich, compró el manuscrito y circuló copias del mismo entre los expertos. Algunos de ellos indicaron que las ilustraciones del manuscrito detallaban la flora de otro mundo, y el aspecto de ciertas constelaciones estelares hace miles --si no millones-- de años. Después de la Segunda Guerra Mundial, un estudioso dijo haber descifrado parte del manuscrito, obteniendo las instrucciones para un anticonceptivo. En la actualidad, los ocultistas prefieren olvidar la existencia del Voynich: Eugenia Macer-Story, la célebre ocultista neoyorquina, ha señalado que lo correcto sería "dejar en paz" los grimorios de esta clase. "Es posible que los creadores de este documento hayan utilizado una especie de gematría cabalistica," apunta Macer-Story, "y que por ende, descifrar el texto original puede conllevar la liberación de una fuerza negativa que más vale dejar enterrada junto a las rivalidades de los ocultistas renacentistas". (Legacy of Daedalus, p.76). Visto desde esta perspectiva, no resulta nada difícil concebir el Voynich como la posible fuente de inspiración del imaginario pero temible Necronomicón de las obras de H.P. Lovecraft.

Llegados a este punto, es natural que el lector se sienta timado, puesto que no estamos más cerca a desenredar el misterio de los mensajes crípticos que al comenzar la lectura. Sin embargo, seguimos inundados por este tipo de mensaje, sobretodo en la era de la televisión, en la que dichas comunicaciones pueden ser transmitidas por medios subliminales a los receptores-objetivo, o a través de comerciales extraños o inusuales. Cabe recordar los dos extraños mensajes televisivos que señala Jim Keith en su antología Popular Alienation: en 1974, la telecadena NBC en Los Angeles, California, supuestamente transmitió, durante el transcurso de un programa infantil, un mensaje conocido desde entonces como la "clave KING FELIX" (rey Felix). Primero aparecieron en las pantallas de miles de televisores las palabras FOOD KING (rey de las comidas--el nombre de una cadena de supermercados) seguidas por un tropel de imágenes comerciales en avance rápido. La próxima imagen fija fue una caricatura del "gato Felix" con las palabras FELIX THE CAT. El mensaje fue sometido aun minucioso estudio por el servicio criptográfico del ejército norteamericano sin que se descubriese su significado. Keith cita al desaparecido autor Phillip K. Dick como la fuente de esta información, añadiendo que según Dick, la "clave del rey Felix" no había sido transmitida para el beneficio de los seres humanos, sino para "los descendientes de Ikhnaton, la raza de tres ojos que secretamente convive con nosotros." El segundo mensaje oculto se transmitió en 1.992--nuevamente durante un segmento de programación infantil--por la cadena CBS. Esta vez se proyectó la imagen masónica del "ojo dentro del triángulo" durante la campaña presidencial de ese año.

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