Wednesday, March 09, 2022

Piegrande y Cementerios - ¿Necrofagia críptida?

Piegrande y Cementerios - ¿Necrofagia críptida?

Por Scott Corrales

© 2022

 "El cuadro representaba un colosal e indescriptible monstruo de centelleantes ojos rojos, que tenía entre sus huesudas garras algo que debió haber sido un hombre, y le roía la cabeza como un  chiquillo  chupa un  pirulí.  Estaba en  cuclillas,  y al  mirarle  parecía  como  si  en cualquier momento fuera a soltar su presa en busca de un bocado jugoso." - H.P. Lovecraft, "El modelo de Pickman" (1927)

 En ciertas ocasiones no hay mejor forma de comenzar un escrito que con una cita de algún prestigioso autor, y no se me ocurre nadie mejor que Lovecraft para el tema que nos convoca, ya que reviste el mismo ambiente de terror. Hace más de una década escribí sobre la extraña y tétrica conexión entre el fenómeno OVNI y los cementerios - y hasta el sol de hoy sigo encontrando nuevos casos que confirman este tenebroso vínculo. Ahora pasamos a examinar otra faceta de esta relación: la atracción que sienten los seres que denominamos Piegrande, Bigfoot, Yeti, Yeren y otros apelativos hacia los retiros perpetuos de nuestra especie.

En el 2018, el usuario "Rick's Nerd Life" en YouTube compartió un vídeo con la comunidad que supuestamente mostraba un homínido que hurgaba en una sepultura. El material visual es narrado por dos personas en un automóvil - posiblemente madre e hija - y el ser se aprecia perfectamente en el 0:40 del pietaje de cinco minutos de duración. El fugaz clip causó una alianza inverosímil entre escépticos y creyentes en Bigfoot - estos últimos incapaces de concebir que su querido gigantón pudiese ser, de hecho, un ghoul (un ser dado a la necrofagia, vocablo surgido de la tradición árabe). El interés de estos seres por los cementerios no es nada nuevo, ni su predilección por la carne humana. Curiosamente, Un año antes la cadena de televisión ABC Action News presentó un reportaje titulado "Testigos: animales extrayendo cuerpos de sus sepulcros" El pietaje muestra las tumbas de varios veteranos indigentes mientras que el reportero comenta que "posibles animales" intentaban hacerse con los cuerpos. No se dice con seguridad qué clase de animal, pero es resulta evidente que la profanación requería el uso de manos más grandes que las patas delanteras de los mapaches, por ejemplo.

Hambre vieja

Y el fenómeno, por desagradable que pueda ser, no es exactamente nuevo. El periódico Bristol Herald Courier en su edición del 8-mayo-2004 comentaba una inquietante noticia del siglo XIX.

Pocos años después de la guerra de secesión en EEUU, un joven sobreviviente del combate fratricida volvió a su hogar en las montañas de Virginia Occidental en mal estado de salud, pero con la serenidad de saber que moriría entre los suyos. Pidió que se le sepultase en lo alto de una colina dónde había disfrutado de la cacería. Sus padres acataron sus deseos, pero al ir a visitar su tumba un buen día, descubrieron que los restos de su hijo habían sido exhumados y que algo había devorado su carne, dejando poco más que la osamenta. Conscientes de la presencia de "hombres salvajes" - como se denominaba a estos seres en aquel entonces - en la serranía, se organizó una batida para cazar y ajusticiar al supuesto culpable. Nunca lo encontraron, aunque en décadas posteriores, un grupo de cazadores encontró un enorme esqueleto aplastado bajo un árbol de castañas, derribado durante una gran tormenta.

En 1895, los habitantes de la población de Greenville, estado de Maine, EEUU, quedaron conmocionados por la noticia de que 'un gorila' andaba suelto por sus bosques. Unos chicos dedicados a la caza de ardillas se tropezaron con 'una gran bestia' que saltó de la maleza para refugiarse en el bosque. Otro vecino afirmó que el 'gorila' estaba en el cementerio local y lo había seguido. El primer encuentro entre humanos y gorilas - hay que matizar - ocurrió en 1847 en Liberia, en la costa africana.

En 1981, la policía de Waterford, estado de Michigan, investigó denuncias sobre la presencia de un Bigfoot en el cementerio St. Mary's  de su comunidad. El evento fue uno de varios que ocurrieron durante la 'oleada de avistamientos de Bigfoot' en dicha comunidad. Cabe aclarar que dicha región del país se conoce por las actividades de estos seres, a veces con desenlaces trágicos para los humanos. Fue precisamente en Michigan que se produjo la enigmática y trágica desaparición del quarterback de futbol americano Cullen Finnerty el 26 de mayo de 2013 - noticia que apareció en las páginas del New York Times. El joven Finnerty había ido de pesca a una zona pantanosa cuando llamó a su esposa por el celular, afirmando no saber dónde se encontraba y que "dos hombres" lo estaban siguiendo, matizando que el rotativo neoyorquino descartó su confusión y testimonio sobre los dos hombres como 'paranoia causada por heridas cerebrales a raíz del deporte'.

Desde el amanecer de los tiempos

Aunque el lector podrá escandalizarse al leer sobre la propensidad de estos seres por la antropofagia, debemos remitirnos a las tradiciones que nos hablan sobre un género de seres muy dado a hacerlo: los ogros, legendarios consumidores de carne humana en los cuentos de hadas y en la mitología escandinava, donde su lugar los ocupan los jotnar. Más distantes de los cuentos de hadas hallamos al temido Humbaba de la epopeya de Gilgamesh y al Grendel de Beowulf. Hablando concretamente de Bigfoot y sus allegados, las tribus nativas de América del Norte hablaban sin ambages sobre la costumbre nocturna de estos gigantes de montaña en irrumpir en los asentamientos y llevarse mujeres y niños, a veces ancianos, cuyos restos acababan siendo hallados en grandes montículos.

En el 2013, Maureen Kelly, de 19 años, se desnudó para entrar al Bosque Nacional Gifford Pinchot y realizar una "búsqueda espiritual". A pesar de numerosos intentos por localizarla, las autoridades se dieron por vencidas. Posteriormente se habló del descubrimiento de 'pequeños huesos' - posiblemente de los dedos de los pies - que podían corresponder a Maureen. Para los interesados en Piegrande, la respuesta era clara: su búsqueda espiritual había culminado en un festín para estos seres.

Los gigantescos críptidos tienen sus defensores, argumentando que con la abundancia de carne en los bosques de EEUU y Canadá - alces, ciervos, jabalíes y una variedad de roedores - estos seres difícilmente sufren de carencias proteínicas. Pero los seres envejecientes, expulsados de sus tribus, o malheridos, pueden optar por atacar humanos. Se dan casos de ancianos raptados ante los ojos de su familia por Bigfoot en las reservas nativas, y luego enfrentamos la situación de "The Missing Texas 40" (los cuarenta extraviados del estado de Texas) - nombre dado a las personas que han desaparecido de forma misteriosa en el condado de Montgomery y regiones aledañas.

Se puede argumentar que la gente desaparece por una variedad de motivos, pero la desaparición más reciente fue un caso de interés nacional. En el 2019, Lauren Elizabeth Thompson, de 33 años, extraviada en una zona boscosa del condado de Panola, consiguió llamar al número de emergencia (el 911) para pedir auxilio, diciendo que estaba desorientada y que algo la perseguía. Mediante triangulación de las torres de servicio celular, las autoridades dieron con su automóvil, pero a pesar de las pesquisas de rastreo con perros y drones de detección térmica, su paradero sigue siendo un misterio.

Elizabeth pudo haber sido víctima de narcotraficantes, algún ermitaño viviendo en los bosques, o algún 'serial killer'. Pero su estado de confusión total es una constante en muchos casos, y se cree que los críptidos disponen la facultad de generar ondas infrasónicas (don que tienen los tigres y elefantes) para atontar a su presa. Todo queda en especulación, naturalmente, pero sería de necios omitir el dato en aras de ofender la mentalidad 'científica'.

Historias del diluvio

Un segmento del podcast Sasquatch Chronicles transmitido en enero de 2017 transmitió las interesantes experiencias de un cazador y perito de siniestros llamado Dave, su apellido en reserva debido a la naturaleza de su empleo. Dave rememoró su odisea como perito de siniestros tras las sobrecogedoras inundaciones del rio Misuri en 1993, cuando su encargo consistía en visitar las granjas anegadas por la catástrofe acuática. "Ya me había retirado de esta actividad," explicó Dave al público, "pero las inundaciones del '93-'94 me hicieron retomar el papel. Las aguas del Misuri se habían desbordado entre treinta y sesenta millas (48-96 km) a una profundidad de treinta pies (9 m) con una duración de noventa días. El Misuri se había creado un cauce nuevo a consecuencia del desbordamiento, y la situación era dura. Llegué al final de la retirada de las aguas, y fui testigo de las vacas muertas cuyos cadáveres estaban en las copas de árboles altísimos. Una de las cosas más extrañas que me ha tocado presenciar. El torrente de agua se llevó a los animales, se quedaron varados en los árboles, y ahí murieron, a pesar de la evidencia que sugería que lucharon por zafarse. De los cementerios ni decir - había panteones que se remontaban a la guerra de secesión, y se hablaba de gente hallando cadáveres aguas abajo del Misuri, así que se presenciaron muchas cosas insólitas durante aquella tragedia".

Durante su gira de inspección, "Dave" tuvo un encuentro con entidades simiescas que escarbaban entre los restos de las granjas - a su juicio, los seres estaban buscando cangrejos de rio, que aparecían en miles como consecuencia de la inundación, aunque tampoco estaría demás pensar que los restos humanos, procedentes de las tumbas vaciadas a consecuencia del desastre, representaban un atractivo para los Bigfoot.

 

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