Monday, May 23, 2016

Triángulos Misteriosos: OVNIS sobre Manchuria



Triángulos Misteriosos en Manchuria
por Scott Corrales (c) 2016 para Arcana Mundi

A pesar de tratarse del país más populoso del mundo, y el tercer más grande en extensión territorial, sabemos muy poco de la ovnilogía en China. No quiere decir que la república socialista sea como la “caja negra” de Noam Chomsky, cuyo contenido se puede inferir pero nunca saber a ciencia cierta: en los ’70 circuló el libro Extraterresters en China de Shi Bo, traducido al francés y posteriormente al portugués. En los ’90, Paul Dong publicó otro libro sobre los ovnis y fenómenos relacionados en su país, obra que tuvo gran aceptación.

Ahora, en plena era internáutica, nos es posible saber precisamente qué sucede en determinado país con sencillamente hacer clic sobre una tecla, algo que sonaba a ciencia-ficción hace tres décadas o más. La información sobre los eventos que tomaban lugar en una sociedad “cerrada” como la China maoísta era escasa o mayormente propaganda del estado. Conseguir datos exactos era una tarea para el espionaje, “el juego de las naciones”, y parece ser que las agencias de inteligencia estadounidenses sintieron gran interés por un avistamiento de objetos voladores no identificados en la década de los ’50 – triángulos voladores de procedencia inexplicada – durante el conflicto en la península coreana, durante el cual la República Popular China respaldaba al bando de Kim Il Sung.

El 23 de abril de 1953, durante los últimos días de la guerra, cuatro interceptores F-86 se encontraban en plena misión de bombardeo sobre Corea del Norte. La misión ostentaba el código JOHN RED y su delicado propósito se vería interrumpido por algo totalmente inesperado, según lo captura un documento desclasificado:

“…a las 15:00 horas, el vuelo detectó lo que parecía ser una formación de 20 a 25 objetos triangulares sobre las coordenadas UTM XE2250. Dichos objetos estaban a una altura de aproximadamente 30,000 pies, y la distancia entre las fuerzas amistosas y dichos objetos era aproximadamente 5 millas. Las condiciones meteorológicas en dicho momento eran CAVU (cielo y visibilidad ininterrumpidas).
“Los objetos fueron descritos como de configuración triangular. En la opinión de las fuerzas amistosas, tenían el aspecto de grandes cometas, aunque no podía verse ninguna clase de cuerda o cabos colgando de los mismos. Aproximadamente 5 a 10 de los objetos disponían de lo que asemejaban ser discos circulares o globos. Debido a la distancia, las fuerzas amistosas no fueron capaz de determinar la profundidad de los objetos (ver el boceto anexo). Los objetos se mantuvieron visibles durante aproximadamente 30 segundos sin el uso de prismáticos y parecían mantenerse estáticos durante la observación. En aquel momento, los F-86 volaban a una velocidad de .93 Mach. Los pilotos consideraron que tales objetos pudieron haber salido del aeródromo Antung, puesto que el viento provenía de dicha dirección al momento de producirse el avistamiento. La aparición de aviones hostiles en la zona puso fin a cualquier observación posterior”.




Siempre dispuestos a seguir la vertiente conservadora, a pesar de la “fiebre platillera” del momento, los operativos de ATIC (Air Technology Intelligence Center), se limitaron a opinar que “hemos tomado nota de las actividades de vuelo de los comunistas chinos anteriormente. El uso de reflectores de radar elevados por globos es completamente posible, pero en este momento no podemos determinar el motivo de tales acciones. Tales equipos pueden ser lanzados por el enemigo para verificar los patrones de contacto de los radares, o verificar las condiciones del viento en las altas capas de la atmósfera”.

Sin embargo, hay otro documento posterior que indica que no se trataba de la primera vez que los aliados enfrentaban un fenómeno parecido. El capitán Kenneth Ebersole, comandante de destacamento y el militar encargado de redactar el informe, agrega los siguientes comentarios:

“1. El vuelo que hizo dicho avistamiento consistió en el mayor R.L. Bruce, el 2do Tte. J.R. Kidd, el 1er Tte. F.G Dupree y el 1er Tte. Dozier. El personal de inteligencia militar del 4to Ala de Interceptores de Combate considera que todos estos pilotos son observadores fiables.
“2. El 19 de abril de 1953, otro piloto de F-86 observó artefactos aparecidos a 30,000 pies sobre la desembocadura del rio Yalú. Dijo que los objetos eran cometas de gran tamaño. Los días 14, 19 y 21, los pilotos de enlace del ejército observaron objetos voladores no identificados en el cuadrante CT 2030. Dichos objetos estaban a una elevación de 5,000 a 10,000 pies. Según las descripciones ofrecidas, los objetos fueron evaluados como grandes cometas.”




La tradición – y el amor – oriental por volar cometas se remonta al quinto siglo antes de la era común, y descripciones de estos aparatos voladores aparecen en los escritos de filósofos chinos de la talla de Mozi y Lu Ban, y nunca persiguieron fines bélicos. De hecho, el único uso militar dado a las cometas ocurrió durante la segunda guerra mundial, cuando la Alemania nazi diseñó el Fa 330 Bachseitze, híbrido de autogiro y cometa. ¿Cabe la posibilidad de que los cometas hayan sido objetos verdaderamente no identificados? No podemos afirmarlo a ciencia cierta, pero sabemos que la guerra de Corea fue un hervidero de actividad ovni durante sus tres años de duración. Me permito agregar el siguiente extracto de mi trabajo “Los soldados hablan: OVNIS en el campo de batalla” (http://arcanamundiblog.blogspot.com/2012/02/los-soldados-hablan-ovnis-en-el-campo.html):

La región del “triángulo de hierro” de Chorwon parecía tener un atractivo especial para los no identificados. En 31 de mayo de 1952, soldados estadounidenses afirmaron ver una “estrella fugaz que caía desde lo alto antes de ascender nuevamente en un ángulo de cuarenta y cinco grados”. Según los soldados el objeto se desplazaba hacia el noreste a ciento cincuenta millas por hora, emitiendo un sonido pulsante. Posteriormente, un informe de la inteligencia de aviación (Air Intelligence) declararía que un interceptor F-94 hizo lo posible por interceptar al “intruso”, describiéndolo como “redondo, de dimensiones desconocidas, color blanco brillante, y sin señales de tener un escape”. A diferencia del objeto que atacó a los soldados un año antes, este tomó medidas para evadir al F-94, esquivándolo a treinta mil pies de altura. “El objeto”, manifiesta el informe, “tenía una velocidad, capacidad de ascenso y viraje tan buena como la del F-94”. La persecución del interceptor estadounidense hubiese proseguido, pero el objeto aumentó su velocidad a 450 nudos por hora.

Richard F. Haines, afamado experto de la aeronáutica relacionada al fenómeno ovni, presenta otro caso relacionado con la presencia de objetos desconocidos en el teatro de guerra: precisamente en 1952, el alto mando de la USAF en Japón informaba que uno de los pilotos del 18vo Grupo de Cazabombarderos había avistado un objeto “negro, con forma de moneda, siete veces más ancho que su grosor, diámetro estimado de 15-20 pies” realizando una maniobra de descenso clasificada como “irregular”. El intruso se acercó al avión militar antes de desaparecer en el interior de una nube. No se emitió ninguna orden para perseguirlo.”

El incidente de los supuestos cometas tiene un final curioso. El expediente que incluye los bocetos e informes culmina en una carta anónima procedente del Observatorio McMillin (antigua instalación astronómica de la universidad estatal de Ohio, EE.UU. que cerró sus puertas en 1968) y con fecha del 22 de junio de 1953. Está dirigida al teniente Robert Olsson de la base aérea Wright-Patterson – conocidísima por su papel preponderante en los primeros días del fenómeno ovni y por su “hangar 18” – y su autor manifiesta su conocimiento del caso coreano y otros hitos de la ovnilogía temprana. Reproduzco los párrafos de interés:

“Ahora pasamos a los casos interesantes: el caso coreano del 20 de abril ciertamente merece seguimiento. Esto viene a ser casi un asunto de seguridad-inteligencia, y desde luego me gustaría conseguir más información al respecto. ¿Qué tal si envías unos cuantos formularios “A” a Corea? De hecho, este asunto debería haber sido investigado por los oficiales de inteligencia.
“[OVNI] sobre la base Pepperell AFB el 2 de mayo: Este caso guarda algunas semejanzas con el antiguo caso Gorman. Necesitamos un informe más extenso y formularios “A”
“San Antonio, 7 de mayo: Guarda muchas semejanzas con las “luces de Lubbock” y debería remitirse un formulario “A”, si es que no se ha hecho ya”


Los expedientes desclasificados por la CIA en 1979 manfiestan el interés oficial por estos objetos de configuración triangular: en 4 de octubre de 1955, en horas de la noche, un agente que viabaja por tren en un punto de Europa que no se especifica, da parte a sus superiores sobre un objeto triangular "cuyas dimensiones son comparables a la del caza [OMITIDO], de forma achatada y con forma de triángulo equilátero. Dicho objeto salió despedido de su punto de lanzameinto, "realizando no menos de tres, y no más de siete, espirales en el aire, ascendiendo con rapidez en un ángulo de 45 grados." El agente añade que durante el avistamiento, compartido por los pasajeros en el vagón, uno de los auxiliares del tren entró a cerrar las cortinas, sacudiendo la cabeza.

La actividad ovni en esta parte del mundo no concluiría con el cese de hostilidades. En el mes de junio de 1955, Li Zheng, un ingeniero geólogo de la provincia de Zheijiang, remitió una misiva al antes citado autor Shi Bo, describiendo la aparación de un objeto esférico a plena luz del día (15:40 horas) en un día de verano espléndido y sin nubes. El testigo y sus amigos, que nadaban en una piscina, presenciaron como el objeto cruzaba el cielo a una altura de 1000 metros, pasando directamente sobre el estanque. "Era grande como la luna llena", escribe el ingeniero, "su velocidad era menor a la de un avion. Al cabo de tres o cuatro minutos, el objeto se dirigió hacia el suroeste. Durante toda la observación, no escuchamos ruido alguno."

Li Zheng tendría la suerte de tener un avistamiento en años posteriores. En el verano de 1960, mientras que sembraba soja con otros miembros de la Comuna Popular, presenció un objeto centellante sobre una colina a una distancia de 400 metros, "tan grande como una bola de baloncesto, lanzaba luces muy fuertes que no permitian mirarlo directamente. Grité, y los demas también vieron el objeto. Tres niños corrieron hacia la colina para ver el objeto mejor, pero este comenzó a elevarse. Casi inmedtiatamente, desapareció".

En 1956, Su Qingshen tendría su propia experiencia inolvidable. A las nueve de la noche en el mes de octubre, según relata, se encontraba haciendo gimnasia con sus camaradas cuando sus ojos se fijaron en dos objetos voladores luminosos, volando en formación "con rumbo a la puerta de la paz en Pekín," como agrega el testigo.Los objetos lanzaban una luz azulada y se mantuvieron visibles por unos cinco minutos.

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