Tuesday, February 16, 2010

¿Ovnis, nazis y la luna?

















¿Ovnis, nazis y la luna?

El investigador y escritor Richard C. Hoagland se ha distinguido por su larga carrera con el programa espacial estadounidense y por su participación en la investigación OVNI (insistiendo en la existencia de un “rostro” en la superficie marciana y posteriormente la existencia de ruinas extrahumanas en la superficie lunar)

Hace varias noches, durante su participación regular en el programa radial Coast To Coast AM Hoagland hizo una declaración electrificante cuyas repercusiones se han sentido muchos días después.

Conversando con el presentador George Noory sobre la decisión por parte del presidente Obama de eliminar Constellation, el nuevo programa lunar estadounidense (dejando el campo abierto a China y la India, aunque ambos países carecen del “know-how” acumulado por la NASA durante décadas), Hoagland manifestó que el extraño fenómeno atmosférico sobre Noruega en diciembre del 2009 constituía “una advertencia a USA de abstenerse de volver a la superficie lunar"

En diciembre del 2009, justo antes de la visita del presidente Obama a Noruega, los militares rusos decidieron someter un nuevo proyectil balístico a prueba. El misil, viajando a miles de kilómetros por hora, supuestamente se detuvo a mitad de vuelo, aparentemente paralizado por una fuerza desconocida. El evento quedaría plasmado como “la espiral noruega” y sería fuente de interminables discusiones en Internet.

Según Hoagland, se trataba de un mensaje destinado a los mandatarios de EE.UU y la antigua URSS. “Alguien tiene la fuerza para detenernos”, agregando que se trataba del “programa espacial secreto, el que tienen “ellos” allá afuera”.

El investigador amplió detalles a petición del presentador del programa, indicando que lejos de ser tecnología extraterrestre, la detención del misil había sido el resultado de la tecnología desarrollada por los científicos nazis al final de la Segunda Guerra Mundial (conforme a lo detallado en el libro “Brotherhood of the Bell” y otras obras). Parece ser – siempre según Hoagland – que los sabios del Reich se fueron a la luna para desarrollar “una civilización extramundana y secreta” cuya tecnología nos parecería “propia de los Dioses” y fuera de nuestro alcance. Interrumpir el vuelo del proyectil ruso era tan solo una muestra de este poder.

No habiéndose conformado con lanzar esta granada viva, el investigador arrojó otra. A su juicio, estamos presenciando una “guerra civil” entre distintos bandos de nazis por motivos distintos (¿se refería tal vez a los extraños objetos en órbita a nuestro planeta, fotografiados con lentes infrarrojos de tecnología avanzada?). Siguiendo su línea de pensamiento, ¿será este el motivo por el cual las potencias mundiales se niegan a hablar del fenómeno ovni abiertamente?

Hoagland había abordado el tema de los nazis y el programa espacial anteriormente en su libro Dark Mission – The Secret History of NASA (Feral House, 2007) y en otras intervenciones radiales, declaró que el agua detectada en la luna por sondas artificiales “posiblemente representaba fugas de las cisternas de agua en las ciudades lunares” – ¿las antiguas, o las creadas por los cosmonazis?

Vaya uno a saber...

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