Saturday, October 02, 2010

John Keel: Misteriosas Oleadas Criminales


Misteriosas Oleadas Criminales
por John A. Keel (1930-2009)
Traducción de Scott Corrales (c) 1992

Cada verano, extraños fantasmas cabalgan a través del panorama, cometiendo crímenes extraños y dejando pistas absurdas tras de sí. La policía en miles de ciudades desparramadas convoca ruedas de prensa a regañadientes y confiesan su asombro. Algunos de los crímenes son tan insólitos que jamás son registrados en los archivos de la policía. La Policía Estatal, el F.B.I., y otras agencias que hacen cumplir las leyes excluyen dichos actos de sus estadísticas, mientras que los periódicos locales los tratan como anécdotas de interés humano a ser ocultados entre las páginas de clasificados. No obstante, existe entre nuestro medio una agrupación internacional de bandidos y matones indefinidos, al acecho en callejones y cementerios, llevando a cabo proezas de locura año tras año y generación tras generación. O a lo mejor son los "durmientes" los que cometen estos crímenes, mientras que se hallan en un estado de amnesia.

Durante los últimos cinco años, alguien ha estado robando veletas en Nueva Inglaterra. Arrancándolas, literalmente hablando, de las casas y los pajares. Algunas de éstas veletas se remontan al siglo XVIII y son piezas muy valiosas para los coleccionistas. Según dicen los testigos, los ladrones fantasmas vuelan sobre las viejas granjas en helicópteros y echan un lazo sobre la veleta, arrancándola de cuajo. Amas de casa y granjeros, puestos sobre aviso por los ruidosos motores, han salido aprisa justamente a tiempo para ver como un helicóptero de color anaranjado encendido se alza en vuelo, con una veleta colgando en el cabo de una soga. El ladrón fantasma de veletas ha estado muy ocupado en Massachusetts, Nueva Hampshire y Vermont. Nadie ha conseguido dar con el dueño del helicóptero anaranjado o con su punto de partida. Los helicópteros son difíciles de volar y caros de mantener. El dueño de helicópteros promedio puede encontrar maneras más legales de ganarse la vida. No es nada fácil hacerse unos cuantos dólares hurtando y vendiendo veletas.

Otros objetos extraños son robados frecuentemente. En 1973, una bola rompedora de cinco toneladas de peso, propiedad de la compañía de construcción Dowling en Indianápolis, Indiana, desapareció repentinamente. Los trabajadores la dejaron en el aire a 200 pies del suelo, suspendida por una grúa. Cuando regresaron a la mañana siguiente, la grúa permanecía en su lugar pero la bola rompedora se había esfumado.

Hace varios años, un "bulldozer" inservible, de varias toneladas de peso, desapareció del estacionamiento de una compañía de construcción en Scranton, Pennsylvania. Como el motor de la máquina estaba lleno de arena, el autor del robo tuvo necesidad de llevarse la enorme máquina con otra aún más grande...sin dejar rastro ni pistas.

En Newton, Utah, alguien se robó un establo completo mientras que el dueño se hallaba de vacaciones, pero las desapariciones de edificios enteros son asunto común estos días. Las casas de materiales prefabricados, sobre todo las que son erigidas como viviendas veraniegas, son las más expuestas al "secuestro". Solamente tiene que venir alguien con un camión, desmantelar la casa, y llevársela. No obstante, también han habido casas de piedra que han desaparecido, al igual que hay puentes de acero, trenes completos (estacionados en las vías), y aviones. Créalo o no, pero hoy día existen pandillas de ladrones de aviones, al igual que las pandillas de ladrones de autos (18.000 automóviles son hurtados anualmente en las calles de Nueva York). Un misterio de pequeña escala fue resuelto después de que los aeropuertos de la costa oeste informaron que alguien estaba despojando el plástico de los planeadores amarrados en sus campos. ¡Resultó que los perros salvajes invadían los aeropuertos para literalmente comerse los planeadores!

¿Pero que puede comerse una casa de piedra, una bola rompedora de cinco toneladas, o un puente de acero?

Desaparecen personas también, por cierto.

En marzo de 1973, la Sra. Miriam Ahmed Shinata, de 20 años de edad, recién casada de cuatro meses, fue engullida por un hoyo en el piso. La señora y su marido iban caminando por la calle en Alejandría, Egipto, cuando la acera se abrió de repente y la joven cayó por el agujero. Una unidad de rescate llegó al lugar rápidamente, y excavaron a una profundidad de treinta pies sin hallar nada.

¿Vampiros del espacio exterior?

En años recientes, miles de vacas, ovejas, perros y caballos han muerto bajo condiciones sospechosas. Alguien o "algo" ha removido la sangre de sus cadáveres con gran destreza y ha extirpado con precisión de cirujano sus órganos sexuales, lenguas y orejas. Este fenómeno no tiene nada de nuevo. Lo hemos seguido por los últimos veinte años, y resulta ser que oleadas periódicas de mutilaciones de animales han tomado lugar alrededor del mundo por casi doscientos años. Al comienzo de los años 70, las mutilaciones aumentaron notablemente en la región este de los EEUU. Los furibundos granjeros de Pennsylvania tuvieron reuniones, creyendo que se trataba de cuatreros, y para 1975, varios estados en el centro y la región oeste del país se encontraban alterados de la misma manera. Las matanzas sin sentido llegaron a su clímax el verano de ése año y las autoridades locales decidieron que estaban lidiando contra un grupo secreto de adoradores del demonio. Otros echaban la culpa a depredadores espaciales, porque a menudo podían verse extraños objetos voladores y "helicópteros fantasma" no lejos de las mutilaciones.

Nuestros viejos amigos, los Grandes Monstruos Peludos (GMP), también volvieron a la escena. Testigos alarmados dieron parte a las autoridades sobre la presencia de los enormes bípedos en las afueras de Pittsburgh, Pennsylvania, en conexión con la desaparición o matanza de animales domésticos. Las criaturas supuestamente robaron gallineros, invadieron los chiqueros de los cerdos, arrancaron las gargantas de ovejas indefensas y en términos generales, llevaron a cabo una campaña de terror contra las comunidades rurales.


Para enero de 1976, muchos residentes del estado de Tejas especulaban que la epidemia de mutilaciones de animales estaba vinculada a las apariciones del "Pájaro Grande" que estaba aterrando a la comunidad de chicanos en Brownsville. El "Pájaro", descrito por algunos testigos presenciales como un pterodáctilo prehistórico, se había visto esporádicamente desde 1945. También puede existir alguna conexión con el "Pájaro del trueno" que aparece frecuentemente en las leyendas de los indios norteamericanos.

Recientemente no ha habido informes sobre "Pájaros Grandes" en Australia, pero monstruos simiescos de gran tamaño se encuentran merodeando por las regiones que constituyen el "Outback" de aquel país. La mayoría de la actividad se ha concentrado en un pueblito llamado Goolma. Las apariciones de los GMP también han sido acompañadas por mutilaciones y avistamientos de ovnis. Algo que dejó huellas de quince pulgadas de largo y seis de ancho aparentemente quebró los cuellos de varias cabezas de ganado. Varios perros también resultaron muertos o desaparecidos. Los monstruos peludos fueron vistos varias veces por testigos fiables en mayo de 1975, cuando las mutilaciones de animales alcanzaron proporciones epidémicas. Avistamientos de platívolos llegaron a su clímax simultáneamente en Goolma, Wellington, Gerie, y Gulgong en Nueva Gales del Sur.

Al otro lado del planeta, en la provincia de Sodermanlandia en Suecia, los granjeros se hallaban escandalizados sobre una racha de mutilaciones que se desencadenó en la primavera de 1976. Al igual que en los casos estadounidenses, los mutiladores hicieron caso omiso de las partes comestibles de la carne de los animales y extrajeron órganos inútiles como el corazón y los órganos sexuales. En casi todos los casos, los cadáveres estaban desangrados. Suecia ha tenido sus avistamientos de monstruos peludos también, y los platillos voladores son, por supuesto, algo familiar en las provincias escasamente pobladas al norte del círculo polar.

Mientras que me hallaba investigando las mutilaciones de animales a mediados de los años 60, me dejó perplejo la perenne ausencia de sangre. Una bestia recién sacrificada sangra profusamente, y siempre debe poder hallarse rastros de sangre en la tierra, hierba y área circundante. Los mutiladores fantasma conseguían hacer lo imposible:¡matar y descuartizar a sus víctimas sin derramar una sola gota de sangre! Más extraño aún resultaba el que podían drenar toda la sangre del cadáver sin dejar ni una sola marca. Veterinarios y patólogos experimentados han examinado los cuerpos de los animales mutilados en los EEUU sin encontrar ningún hoyo o incisión quirúrgica en el cadáver desangrado.

Una teoría en circulación entre las agencias policiales es que los animales reciben un disparo de un rifle tranquilizante. Dichas armas son poco comunes, requieren cierto grado de adiestramiento para su buen uso, y emplean un tranquilizante basado en la nicotina. Por ende, deberían hallarse rasgos de nicotina en los órganos aunque se haya extraído la sangre por completo. Al no encontrar semejante rastro, las autoridades han quedado perplejas.

¿Quedan paralizados los animales por la misma fuerza extraña que ha paralizado a los humanos durante avistamientos de ovnis? En vez de hacer uso de drogas, los mutiladores tal vez estén haciendo uso de algún tipo de energía eléctrica que deja el sistema nervioso inmóvil.

En los cuantiosos casos de "hombres de negro", los testigos han informado que sintieron un adormecimiento o parálisis cuando se enfrentaron a los extraños sujetos. En la Europa medieval se pensaba que estos seres de indumentaria negra eran vampiros malvados. Según cuenta la leyenda, paralizaban a sus víctimas primero mediante el uso de la mirada, y luego bebían su sangre. ¿Tendrán éstas leyendas bases en los hechos reales? Afortunadamente, no han habido casos de vampirismo certificable en nuestros tiempos, pero sí hemos tenido desapariciones de humanos cada año, y podemos especular que los vampiros de hoy son demasiado listos y ocultan o entierran la evidencia. Quizá han decidido concentrar sus prácticas sangrientas sobre los animales, porque la matanza de seres humanos se ha vuelto muy difícil y demasiado embarazosa.

Todo esto revive una de las teorías más espeluznantes de Iván Sanderson: que la tierra es una granja y que somos nosotros la cosecha. ¿Acaso nos asolan periódicamente los ovnis para satisfacer su deseo de sangre, obrando tras una cortina de humo de decepción y confusión?

Sectas Secretas

Otra teoría muy popular en los años 70 era que las mutilaciones de animales eran la obra de una secta secreta de adoradores del demonio. Tales cultos existen y siempre han existido, pero los peores ritos satánicos involucran el sacrificio de niños pequeños, no la inmolación de rebaños enteros de ovejas. Cualquier culto que pueda campear por sus respetos en una docena de estados a la misma vez, matar miles de animales y no dejar una sola huella debe ser muy grande, muy bien financiado y bien organizado. Pero si tuviesen los medios para obrar en una escala nacional o hasta internacional, ciertamente podrían tener sus propios ranchos y mataderos. No tendrían necesidad de meterse en algún pastizal de Oklahoma para desangrar a unas cuantas vacas.

Sin embargo, han existido muchas pistas falsas que apuntan hacia la existencia de un culto que se dedica al sacrificio de animales. Investigadores experimentados como Jerome Clark y Ed Sanders (reconocido por su estudio del culto de Charles Manson) han entrevistado a personas que supuestamente saben algo sobre éste culto. Pero, al igual que la policía, acaban con las manos vacías.

De vez en cuando hay un informe espectacular que involucra misteriosos tipos encapuchados vistos en el área de las mutilaciones. En los años 60, una señora en Ohio afirmaba que unos hombres altos en indumentaria blanca estaban matando sus vacas. Me dijo que les había perseguido con su escopeta, y que se quedó atónita cuando vio que eran capaces de saltar sobre las rejas altas con gran facilidad.

En septiembre de 1975, Don Mitchell, un empleado del servicio forestal, afirmó haber visto hombres encapuchados en un lugar llamado Cabin Creek, en Idaho.

«Las vacas en el corral habían estado haciendo mucho ruido, y se callaron de repente.» dijo Mitchell. «Mi caballo estaba muy tranquilo también, y miraba hacia la ladera de la colina. Pensé que se trataba de alces, y decidí ir a ver. Cuando le dimos la vuelta a unos sauces, los ví: dos sujetos con mantos y capuchas de color negro. El más alto de ellos tenía cinco pies con diez pulgadas de estatura, y el más pequeño cinco con ocho. El más alto tenía un zurrón de lona vacío sobre su espalda. Iban caminando rápidamente hacia Cove Creek.»

Mitchell se hallaba a 50 yardas de los dos hombres, y aunque iba a caballo, no consiguió alcanzarles. Más tarde, oficiales del departamento del comisario de Blaine County examinaron el área con resultados negativos.

¿Quien se iría a una región boscosa tan remota vistiendo ropajes largos y negros? Es como irse de cacería en traje de etiqueta.

Existen muchos informes sobre hombres encapuchados que han sido vistos en muchas partes del mundo...saltando de un lado de la carretera a otra en Inglaterra, caminando a lo largo de caminos aislados en Minnesota y Virginia Occidental, huyendo de granjas viejas en Nueva Inglaterra. ¿Quienes son? Si uno se pone a pensar, tal vez les sea necesario usar la capucha y el manto. Estas "personas" tal vez no se parezcan en lo más mínimo a nosotros. Para desenvolverse en nuestro medio tienen necesidad de cubrir sus cuerpos posiblemente alienígenas de pies a cabeza. Bajo esos ropajes, quien sabe si no estén completamente cubiertos de pelo.


La huellas que desaparecen

Otra intrigante de las mutilaciones de animales es la ausencia de huellas de pisadas o de los neumáticos de los vehículos alrededor de los cuerpos, aún cuando los cadáveres se hallan en medio del lodo o de la nieve. Los que abogan por la teoría de los cultos satánicos han sugerido que los culpables echan pedazos de cartón sobre el suelo y caminan sobre ellos. No tiene nada de descabellado, puesto que los bandidos árabes en el Oriente Medio han conocido por siglos la manera de borrar sus huellas en la arena suave. Un granjero en el oeste declaró que había encontrado una vaca muerta en un campo de lodo. Caminó alrededor de ella y la examinó, dejando profundas huellas en el lodo. Un día más tarde, regresó al lugar con oficiales de la policía y para su asombro, sus propias huellas habían desaparecido.

Objetos aéreos, comúnmente helicópteros, han sido vistos con frecuencia en las cercanías de las mutilaciones, cosa que lleva a muchos a suponer que los mutiladores llevan a cabo sus tareas desde el aire. Un agente del Buró de investigaciones de Colorado, Carl Whiteside, tiene sus dudas sobre ésta teoría.

«Si usan un helicóptero, imaginen la cantidad de dinero que se necesita.» dijo Whiteside.«Un helicóptero cuesta entre un cuarto de millón a medio millón de dólares, y el costo de combustible sería de unos nueve dólares la hora.»

La Asociación de Ganaderos de Colorado ofreció una recompensa de $5.000 dólares por una solución al misterio. Y con razón, porque en cuatro meses de 1975, un total de 175 mutilaciones habían tomado lugar en 21 condados de ése estado.

«Para resolver un crimen, hay que establecer primero los motivos,» se quejó el agente Whiteside recientemente, «pero esto es un crimen sin sentido. El propósito de llevarse éstas partes de animales es algo que desconocemos, pues dichas partes carecen de valor comercial. No existe motivo financiero. Todo lo que tenemos ahora es ganado mutilado.»

Los informes que llegan desde Australia, Suecia, África y otros países extranjeros indican que estamos lidiando con una de dos cosas: 1) Una organización mundial provisto de un personal altamente entrenado, con buen apoyo financiero y extraños motivos;
2) Lo Desconocido; una fuerza que hace uso de ovnis, criaturas tipo "Bigfoot", y otros fenómenos extraños para llevar a cabo una misteriosa misión en nuestro mundo.
Al paso de los años, los mutiladores han causado muchos millones de dólares en pérdidas. La situación parece necesitar de una investigación masiva a nivel internacional por todas las agencias policiacas. Gastamos más tiempo y dinero rastreando carros robados que lo que gastamos en investigar este misterioso y costoso fenómeno. Si una organización humana se encuentra detrás de todo esto, deberíamos estar tratando de ponerlos fuera de acción y encarcelarlos a todos.

Pero, como dicen los agentes, tenemos que hallar el motivo. Y si los culpables resultan ser no-humanos, a lo mejor nos conviene no saber.

Vandalismo sobrenatural

Los policías locales también se quejan de los "adolecentes atorrantes" cuando alguna fuerza misteriosa visita los cementerios de sus pueblos. Las lápidas caen en hileras perfectas. Algunas se rompen o son tajadas limpiamente en el fondo. Como las lápidas modernas vienen conectadas a sus bases con gruesas varillas de acero, una pandilla de chicos aburridos no podría ser culpables del daño realizado. Habría necesidad de emplear un tractor pesado o un "bulldozer" con cadenas pesadas para derribar dichas lápidas. De nuevo, sucede que no se encuentran huellas ni pisadas. Las lápidas--de veinte a treinta, a veces--amanecen derribadas en hileras precisas. Esta clase de daño sucedo en cientos de cementerios repartidos por todo el país una vez al año. Ninguna agencia de prevención criminal ha realizado un estudio sobre el fenómeno. Después de que se ha hecho el daño, se les ordena a los policías montar guardia en el cementerio por días o semanas. El "vandalismo" concluye, por supuesto.

Otra manifestación interesante de este vandalismo es el resquebrajamiento de parabrisas que toma lugar periódicamente. Una variación curiosa de éste fenómeno sucedió en Nápoles, Italia, en 1972, cuando más de cuarenta dueños de automóviles se quejaron que los parabrisas de sus carros habían sido robados. A un buen mecánico le puede tomar más de una hora el quitar un parabrisas. ¿Había cuarenta mecánicos haciendo de las suyas en Nápoles aquella noche?

Según el New York Times del 24 de abril de 1921, más de 2500 ventanas de cristal fueron quebradas en aquel año por «un misterioso grupo de hombres.» Las epidemias de vidrios rotos se han repetido muchas veces desde entonces.

Cada año, docenas de poblaciones a través del país experimentan los estragos de los quebrantavidrios fantasma. La policía supone casi siempre que los responsables son adolecentes con martillos. Pero el vidrio de seguridad es difícil de romper, y estas epidemias suceden en oleadas de cuarenta a cien parabrisas destruidos en una sola noche. Una variante de éste fenómeno es el "francotirador fantasma": los cristales de los automóviles quedan parcialmente rotos por lo que parecen ser hoyos de bala. El problema es que no se encuentran ni balas ni proyectiles de ningún tipo dentro de los vehículos. La oleada más grande de quebraduras de parabrisas tomó lugar en los EEUU de 1952 a 1954, pero hubo una oleada diminuta en comunidades esparcidas a través del país en la primavera de 1975.

Las compañías principales de servicio público han tratado de atrapar la misteriosa pandilla fantasma de ladrones de alambre que se ha dedicado a robar millas de cables eléctricos pesados durante años. El cobre es un mineral escaso hoy día, y el robo del mismo no es sorprendente. En 1966, un buque cargado de cobre desapareció en las costas de Indochina. Pero la pandilla de ladrones de cobre se hace la vida difícil. Se suben a las torres de acero y cortan los cables que portan cargas mortíferas de electricidad. Entonces, se ven en la necesidad de rodar el cable en grandes bobinas y llevárselo. Aparte del riesgo que conlleva semejante operación, el tiempo y el esfuerzo requerido para robar el cobre de esta manera supera las pequeñas ganancias que los ladrones pudiesen sacar de sus operaciones.
Sería más fácil robar veletas.


¿Estamos aprovisionando a los ultraterrestres?


No queremos decir con esto que personas de otro mundo están robando nuestros alambres, veletas y vidrio, pero la historia nos indica que hace cien años, algún tipo de ladrones fantasma se hallaba muy ocupado, y se mantienen activos en nuestros días.

Algunos investigadores, perplejos ante la ausencia de pistas en muchos de estos casos, están considerando seriamente si no estaremos aprovisionando a algún extraño mundo extra dimensional con materia prima. Es obvio que algo o alguien requieren enormes cantidades de sangre humana y animal, y que se la hemos proporcionado por cientos de años. Existen, también, las extrañas manifestaciones de ovnis en los vertederos de basura y en las fábricas. ¿Acaso se roban nuestra basura los marcianos?

En un número dado de casos, los testigos han dicho haber visto enormes ovnis en proceso de cargar un tipo u otro de provisiones. Automóviles hechos en Detroit han entrado dentro de discos estacionados en el suelo. Cuatro testigos en Cherry Hill, Nueva Jersey, supuestamente vieron una enorme máquina parecida a un dirigible flotando sobre una compañía de computadoras en 1966, y los hombres en el techo del edificio estaban ayudando a cargar las cajas al aparato.

Tanto la Unión Soviética como los EEUU han perdido satélites caros después de haberlos lanzado al espacio. ¿Será que se los robaron los desconocidos ovninautas? Algunos estudiosos del Triángulo de las Bermudas han opinado que los aviones y barcos desaparecidos en dicha zona realmente fueron pirateados por ovnis.

A veces parece que todo lo que hay en el planeta corre el riesgo de ser llevado...y que una inteligencia no muy humana es la responsable.

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