Friday, April 29, 2011

Presagio Oscuro: Mothman en Alaska














Presagio Oscuro: Mothman en Alaska
Por Lon Strickler, PHANTOMS & MONSTERS


El Lunes (25.04.11) colgué una narrativa sobre un encuentro con un humanoide tipo “Mothman” en el suroeste del estado de Alaska. El testigo manifestó que se trataba de su primer incidente de este género y que las descripciones de encuentros posteriores vendrían después. Para comenzar, he subido su primer incidente de nuevo:

Mi primer encuentro con esta cosa que la mayoría de la gente conoce como Mothman fue a los nueve años de edad, y le recuerdo tan claramente como si fuese ayer. Caminaba de regreso de la casa de mi tío, a lo largo de la acera, cuando vi un hombre parado sobre el techo de la casa de mi padre, casi a la orilla, mirando hacia el oeste. Era totalmente negro y parecía un hombre de unos 7 u 8 pies de estatura. Le grité, pero hizo como que no me escuchaba. Le dije: “Oye tu - ¿quién eres?” y traté de llamar su atención, pero es como si no estuviese ahí. Pero cuando dije: “¡Oye! Estás parado sobre mi casa - ¿quién eres?” me miró por unos segundos.

Su rostro parecía el de una persona cualquiera hasta que abrió los párpados y pude ver un resplandor rojizo...como si los tuviese resplandecientes. No era una luz roja, sino un resplandor. Me quedé congelado y le seguí mirando. Me miró por unos 9 a 10 segundos, alejando la vista y luego saltando muy alto y muy lejos. Yo diría que saltó unos 40 pies de alto y a una distancia de 70 u 80 pies. Tan pronto como empezó a caer, de su espalda salieron dos enormes alas largas que batieron dos veces. Y en esos dos batidos de sus alas, se desplazó unos 100 pies, volando justo sobre la escuela superior.

Desde aquel día no volví a hablar con nadie del asunto, porque pensé que había visto al diablo. Me afectó a tal grado que estaba a la expectativa todo el tiempo, asegurándome que no estuviese por ahí. Su cuerpo era como el de un hombre, y su cara también. Pero sus ojos eran lo que lo hacían tan raro. Esas alas eran muy largas y grandes. Su cuerpo era totalmente negro...no era piel, sino una oscuridad que lo tapaba. No sé cómo explicarlo. No soy el único en mi aldea que lo ha visto, pero después de eso hubo muchos avistamientos aquí y en otras aldeas...al grado que aquella cosa se mete en las casas de las personas mientras que duermen. Eso le sucedió a un conocido mío – N.H.

Antes de decidirme a subir los encuentros adicionales, me hacía falta conocer más detalle sobre estos avistamientos y la posibilidad de que se hubiesen registrado otros incidentes. Estos eventos específicos tomaron lugar dentro de la aldea costera de Tununak, Alaska, y sus alrededores, en la costa noreste de la isla Nelson, a 110 millas al noroeste de Bethel. La población de esta comunidad es nativa al 96.9% o parcialmente nativa. Tununak es una típica aldea de los esquimales Yupik, cuyo estilo de vida está centrado en la pesca y la subsistencia.

Me referiré al testigo como “Nate”. Surgieron varias interrogantes que necesitaban respuesta durante el proceso de investigación, como por ejemplo, ¿por qué se refiere a este ser como un Mothman? Esta fue su respuesta:

“Desconozco su verdadero nombre. Es que toda la gente de estos pagos lo llaman “el diablo”. Viene de repente y comienzan a suceder cosas malas. De vez en cuando parece estar mirando y no pasa nada, o suceden cosas muy raras. Algunas personas experimentarán una especie de don por un plazo de tiempo muy corto, y luego vuelven a su estado normal. Si me lo preguntas, no creo que el Mothman sea un ente físico. Creo que es una energía que se forma en algún lugar que luego asume personalidad cuando se encuentra con un individuo. Si se encuentra con una persona que tiene cierto sistema de creencias, el Mothman asume una forma que corresponda con la perspectiva de la realidad de esa persona. Esa la teoría que uso para explicar su aspecto a la gente. Alguna gente dice que parece un angel de ojos rojos. Otros dicen que es como un cowboy de 9 pies de alto y ojos rojos resplandecientes. Otros más afirman que parece como un hombre de 6 pies de alto que puede atravesar las paredes. Así que para compartir mis pensamientos sobre el nombre de esa cosa, yo diría que tal vez se llame “Leviatán”, del libro de Job en la Biblia. Ese es el nombre que más se le acerca, a mi juicio. ¿Por qué he tenido tantos encuentros? Ni idea. Sé que se han producido encuentros en otras aldeas.

Las siguientes narrativas son la descripción ofrecida por Nate de sus experiencias posteriores con este ser:

Mi segundo encuentro fue durante mi adolescencia. Era una noche de invierno y estaba montado en un trineo a motor con mi primo. Vimos una luz en la colina al norte, y pensamos que era otro trineo, así que fuimos a ver. Cuando nos acercamos a la colina, la luz desapareció de repente. Pudimos ver todas las partes de la colina...la luz despareció y no podía verse en ningún sitio. Así que decidimos volver a casa, pero mi primo dijo que tenía que orinar, así que esperé a que acabara.

Mientras que esperaba, vi un objeto negro en la tierra. Más oscuro que las demás cosas en el suelo. Comenzaba a aumentar de estatura, como si estuviese saliendo de la tierra. Tan pronto como alcanzó los 7 pies de altura mas o menos, vino hacia nosotros deprisa. Le dije a primo que viese aquello. Se volvió loco y corrió hacia el trineo a motor. Arrancamos y miramos atrás: me gritó que aquello se acercaba demasiado, parecía estar a unos 100 pies de distancia y acercándose a toda prisa. Me sentí tan asustando que cerré los ojos. Nos desplazábamos a un mínimo de 50 millas por hora en el trineo, y miré para atrás y aquello seguía acercándose, estaría a unos 15-20 pies de distancia, pero era como si no corriese – más bien, flotaba sobre el terreno. No pude verle ojos...ni ojos rojos, solo totalmente negro. Le gritaba a mi primo que fuese más rápido, pero aquello se acercaba más y más como si nada. Cuando llegamos a la aldea, la cosa se detuvo y dio la media vuelta. Mi primo siguió a toda velocidad por la carretera del pueblo a 60 millas por hora hasta que nos acercamos a la casa de mi abuela. Frenó de repente y saltamos del trineo a motor, corriendo hacia la casa. Le dijimos a todos los moradores que algo nos venía persiguiendo, y mi abuela dijo que era “el diablo” y nos dijo que dejáramos de ser “malos chicos”.

El tercer encuentro fue a los 22 años. Estaba en mi casa jugando con la Ouija. Hablaba con el tablero y me dijo que era el “DIABLO”. Así que tontamente, le dije que me poseyera. Dijo que “NO”, y le pregunté por qué. Contestó “IRA” y dejé de formularle preguntas. De repente la habitación comenzó a enfriarse a pesar de que el calentador funcionaba perfectamente. Me envolví con mi manta, pero seguía enfriándose. También sentí la necesidad de mirar por la ventana...como si algo me instara a hacerlo. Así que me levanté, fui a la ventana y miré afuera. Vi a un hombre parado al lado de la escalera de la casa de mi vecino, mirándome. Me clavaba la vista, y pensé que era uno de mis vecinos, así que salí a hablarle. Le llamé por su nombre pero no me contestó. La luz de la calle brillaba sobre él, pero no pude verle la cara, como si estuviese cubierta por una nube negra o algo parecido. Traté de obligarlo a reconocerme, pero no me contestaba. Saqué mi encendedor marca Zippo, que acababa de llenar de butano y que aún no había utilizado. Lo encendí y traté de verle el rostro, pero nada. Al acercarme, mi Zippo se apagó como si aquello me hubiese soplado. Traté de reencenderlo pero no pude. Repentinamente, una voz en mi cabeza me dijo “aléjate”...y me alejé lentamente, sin darle la espalda hasta que llegué al camino. Al llegar al camino, corrí lo más rápido que pude hasta mi casa. Me asomé por la ventana de nuevo para ver si aún estaba, y me seguía mirando. Traté de buscar una linterna para ver qué o quién era, pero para cuando la encontré, vi que aquello se alejaba a lo largo de la carretera.

Me decidí a seguirlo. Al mirarlo detenidamente, no parecía caminar...sino que se alejaba flotando. Los perros le ladraban al pasar por las casas. Yo le perseguía con la linterna en la mano, intentando verle el rostro. Demasiado lento para acercarme, pero lo suficientemente rápido como para mantener el paso, como si aquello estuviese caminando lento para asegurarse de que yo le seguía, pero con suficiente rapidez como para ganarle. Me atraía hacia él, pero yo le seguía persiguiendo. Al acercarse a la iglesia, redujo el paso y le dio vuelta a la estructura, como evitando acercarse demasiado. Al llegar al final de la aldea, me detuve. Sentí como si aquello estuviese tratando de atraerme hacia la tundra en la oscuridad. Di la vuelta y regresé a mi casa.

Hay otros encuentros con esta cosa que mucha gente en el mundo conoce como “Mothman” pero que nosotros conocemos como el “Diablo” o el demonio. Ha estado por aquí por mucho tiempo, y muchos lo han visto. Ha hecho cosas que deja extrañada a la gente, como estar en un sitio donde alguien muere al día siguiente y en el sitio exacto donde se vio aquello. Cuando se acerca significa que algo muy malo va a suceder.

Yo no le llamo ni diablo ni demonio. No estoy de acuerdo con ese nombre. Sencillamente le llamo “El hombre negro de ojos rojos” o el “hombre oscuro”, porque está rodeado de una oscuridad o nube negra.

Hubo un encuentro con un tipo que estaba de cacería y lo vio con algunos de sus amigos. Trataron de llamar su atención pero nunca les hizo caso. Trataron de dispararle, pero no acusó el miedo al disparo. Hay muchos otros encuentros, pero no son míos, así que no puedo decir con exactitud lo que sucedió...tan solo me entero de las narraciones.

A pesar de la influencia de los misioneros cristianos, los chamanes yupik (angalkuq) poseen fuerzas más allá de los poderes físicos. Sus logros son considerados como imposibles por cualquier ser humano. Los chamanes definen un papel tradicional en la vida de los yupik, y mientras que las religiones cristianas han incidido sobre las tradiciones de los yupik, algunos afirman que sus chamanes siguen ejerciendo un papel importante. Hace mucho tiempo, los ancestros de los yupik se encontraron con seres sobrenaturales y algunos de ellos figuran en narraciones que se han transmitido de una generación a la próxima. Los encuentros con seres sobrenaturales se toman por genuinos, y pueden sucederle a cualquiera y en cualquier sitio.

Las leyendas y el folklore de los yupik también incluyen varios espíritus buenos y malos, pero nada parecido a las descripciones ofrecidas por Nate. El ente tradicional más cercano sería la del chamán oscuro que hace que la vida de los que le rodean sea más dura. No existe nada que pueda interpretarse como un presagio de la muerte.

(Traducción (c) 2011, Scott Corrales)

1 Comments:

Blogger Adrián said...

Scott: Siempre muy interesantes tus notas. Suerte. Adrian.

6:27 PM  

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