El Oscuro Mundo de los OVNIS
El Oscuro Mundo de los OVNIS
Por Scott Corrales © 2016
Existen aspectos de la fenomenología ovni que repelen a los sabios que se acercaron originalmente al tema. Estos investigadores, provenientes de los círculos militares y científicos de EE.UU. y otros países, se interesaron mayormente en los posibles aspectos mecánicos (la ovnilogía de “pernos y tuercas”) que tal vez representarían un adelanto sobre la técnica existente en nuestro mundo – una forma de obtener el arma decisiva contra la antigua URSS durante la guerra fría. Por otro lado, el mundo occidental se adentraba en la “era espacial” y la posibilidad de contacto con culturas extraplanetarias ya dejaba de ser pasto de la ciencia-ficción y los cómics domingueros de la prensa. Otros, menos dados a la especulación, temían que el enemigo hubiese superado las capacidades bélicas de Occidente, plenamente conscientes de que la mitad de los científicos del Tercer Reich habían ido a parar en las estepas rusas, obligados a reproducir sus prodigios tecnológicos para Stalin y sus sucesores.
Pero a la par que se interesaban en la ovnilogía (que aún carecía de nombre) descubrieron que gran parte de los casos investigados tenían otras facetas alarmantes – por ejemplo, la presencia de “ocupantes” que salían de las supuestas naves, los primeros humanoides y robots que figuran en las crónicas de los ’50 y ’60 – que no eran admitidas oficialmente. Quedaba tajantemente prohibido hablar de “seres” que salían de los inquietantes objetos.
Podemos suponer, entonces, la alarma que causó la posibilidad de que este esquivo fenómeno tuviese un componente paranormal, algo que descubrieron los militares en los ’50, cuando los oficiales de dicho cuerpo trabajaron una psíquica (o contactada) llamada Mrs. Swan, quien se había puesto en contacto inicialmente con el canadiense Wilbert Smith, encargado de las investigaciones ovni de su país a comienzos de la década de los ’50.
La Sra. Swan afirmaba que a partir de la primavera de 1954 estaba recibiendo mensajes de un grupo de alienígenas que “orbitaban la Tierra en dos grandes satélites”. Los jefes de estos vehículos eran AFFA, “capitán de la M-4” y PONNAR de la L-11. El contenido de estos mensajes llego a atraer el interés del negociado federal de investigaciones (la FBI), la CIA y el mando de inteligencia naval estadounidense.
Lejos de tratarse de algo puramente mental, el contacto asumía formas físicas, como pequeños objetos luminosos que “tostaban” la hierba del jardín de la contactada, y que estaban presentes durante las sesiones de carácter mediumnistico en el hogar de los Swan. Para 1959, el mayor Robert Friend de la división de fenómenos aéreos de la USAF en la base Wright-Patterson tomaba cartas en el asunto. Se dirigió a Washington para hablar con comandantes de la Marina y varios agentes de la CIA, quienes le informaron que habían visitado el hogar de los Swan en South Berwick, estado de Maine, para investigar este aspecto paranormal.
Los agentes vieron como la señora entraba en estado de trance para convertirse en el médium, entablando contacto con lo desconocido mediante escritura automática. Para cerciorase, dos oficiales de la Marina formularon preguntas de corte astronómico/científico que la médium no podía saber debido a su escasa formación académica.
Grande fue la sorpresa – y el pánico – de los militares cuando uno de los dos comandantes navales entró en trance espontáneamente el 6 de julio de 1959, canalizando al ente AFFA. El sorprendente intercambio incluyó una variedad de mensajes, pero cuando se le exigió probar su existencia mediante la manifestación de un platívolo, AFFA les pidió (por intermedio del militar en trance) que fuesen a la ventana y mirasen a la calle. A poca distancia, pudieron ver un objeto con forma de platillo luminoso surcando el cielo. El lector podrá imaginar el revuelo, con los militares al teléfono con la estación radárica de la base aérea Andrews, exigiendo corroboración del objeto sin conseguirla.
El mayor Friend llegó a presenciar un segundo trance por el comandante de la Marina (cuyo nombre permanece en el anonimato). A pesar de que AFFA se negó a manifestar otro ovni, Friend informó que el cambio en el aspecto y la escritura del contactado era patente. “Quedé convencido de que algo pasaba ahí. No importaba si el comandante naval y la señora en Maine estuviesen o no en contacto con seres del espacio o alguien aquí mismo en la tierra. Esto era algo sobre lo que había que averiguar más.”
Evidencia de lo paranormal
El 18 de septiembre de 2016, el presentador George Knapp entrevistó a la investigadora Kathleen Marden sobre el tema “OVNIS: Ficción y Realidad” en compañía del veterano conferencista Stanton Friedman. Knapp preguntó si alguna vez había investigado algún caso que le resultó espeluznante. Marden repuso: “No sé si lo sabias, pero soy la directora de experiencias de testigos para MUFON, y tengo un equipo de individuos que trabajan conmigo. E investigamos el contacto con seres extraterrestres y los secuestrados. En fechas recientes he descubierto que tenemos casos con ovnis y seres que parecen materializarse, como sombras, y comenzamos a ver sus rostros más y más. Lo que encuentro es que estos seres que llegan a nosotros son negativos y que se adhieren a los humanos, casi como lo que la teología consideraría como adherencias demoniacas. Lo que más me molesta es saber si estos seres vienen de otros planetas y utilizan tecnología interdimensional para llevarse a los humanos, y al abrir estos portales, entran otras cosas como los insectos que entran al abrir la puerta de una casa. ¿Existen acaso seres interdimensional en los alrededores de estas puertas, que se infiltran e invaden los hogares de las personas? Los humanos quedan gravemente enfermos, padecen arañazos de toda clase, algo que no es consistente con lo que descubierto en mis años investigando los secuestros, y es algo que veo con mayor frecuencia, y es algo que me preocupa mucho.”
La investigadora Marden agregó que estos entes – descritos como reptiloides – también se han adherido a los investigadores que han tomado cartas en el asunto, y que deshacerse de ellos ha resultado casi imposible. “Es algo que puede representar un peligro para los investigadores.”
Sobre el aspecto “engañoso/hostil” del fenómeno ovni remito al lector a los escritos de Salvador Freixedo (Visionarios, Místicos y Contactos Extraterrestres, Ed.Quintá, 1985).
La innegable alta extrañeza
"¡Dios mío, Ayúdame!"
Durante los últimos días del mes de noviembre de 2003 el invierno ya se hacía sentir en todas partes de los Estados Unidos y la población de Morehead, estado de Kentucky, no era excepción. Sin embargo, algo raro habría sucedido la noche del 21 del mes que puede clasificarse de espeluznante.
Un informe anónimo remitido al National UFO Reporting Center con sede en Seattle rezaba así: "La brigada de rescate de los condados de Morehead y Rowan recibieron una llamada del departamento de policía de Morehead acerca de una voz de mujer que pedía ayuda a gritos, haciéndolo tres veces. Dos testigos afirman haber visto una luz brillante en el cielo por espacio de un minuto antes de que la brigada de rescate se personara en el lugar de los hechos. Se le solicitó al departamento de bomberos hacer una búsqueda utilizando una cámara de imágenes térmicas, aunque dicha búsqueda fue infructuosa. Los testigos son vecinos de Morehead. A menos que se confirme el informe de una persona desaparecida, no se continuará la búsqueda".
En eso quedaron las cosas hasta que el investigador Donnie Blessing de la MUFON tuvo la oportunidad de hablar con una tal "Sra. Huff" el 3 de diciembre del año en curso. La mujer le dijo al investigador que su marido había formado parte de la brigada de rescate que había respondido al incidente de los gritos en el camino rural conocido como Adams Lane. Una persona había irrumpido en la estación de bomberos, según le había contado su marido, diciendo que una mujer y su niño habían estado caminando en la cuesta de una colina y que "una nave espacial" había bajado para llevarse al menor, haciendo que la mujer gritara "¡Ayúdame, Dios mío, Ayúdame!"
Blessing no daba crédito a sus oídos y le preguntó a la mujer que si sería posible hablar con el marido, cosa que logró hacer al día siguiente. El "Sr. Huff", seudónimo asignado por Blessing al bombero, relató lo mismo que la había dicho su mujer. El bombero amplió detalles, comentando que otro miembro de la brigada de rescate había sido abordado por un hombre mientras que se encontraban en las cercanías del cuartel de la policía estatal de Kentucky. El extraño decía haberlo visto todo: "había una mujer en un campo y que luego había bajado un OVNI para secuestrarla".
Más extraño aún resultaba el incidente que había tomado lugar dos días antes, cuando la brigada de rescate había recibido otra llamada telefónica, esta vez de unos vecinos que avisaban haber visto "un niño de dos años de edad caminando a lo largo de la carretera 60 en pañales". El vecino había visto al pequeño, que parecía inmune al frío imperante, y había dado parte a las autoridades enseguida. Las pesquisas posteriores jamás dieron con ningún niño perdido y jamás se recibieron llamadas posteriores sobre la presencia del diminuto vagabundo.
Otro investigador del fenómeno OVNI, Kenny Young de la Mid-State Research Associates con sede en Ohio (EUA), logró comunicarse con un profesor universitario de ascendencia inglesa que vivía en Adams Lane y que había sido contactado por agentes del orden público sobre los gritos que se escucharon en esa zona rural.
El profesor anónimo declaró que se encontraba en casa cuando se escucharon los alaridos. "Sí, estaba en casa cuando se oyeron los gritos. Se escucharon unos gritos francamente espeluznantes pero nadie pudo averiguar nada más al respecto."
Curiosamente, el profesor había tenido una experiencia OVNI entre las 21:00 y 22:00 horas en la región, mientras que conducía en la compañía de sus dos hijos de 15 y 18 años de edad respectivamente. Los tres hombres se percataron de un objeto aéreo extraño que se cernía sobre un campo abierto; la configuración del aparato era ovalada y de color blanco, moviéndose "como lo haría un colibrí". Después de tres o cuatro minutos de observación inicial, el objeto comenzó a desplazarse rápidamente de un lado del firmamento otro. El profesor y sus hijos estacionaron el coche y se bajaron para determinar que el objeto no era un avión ni tampoco un helicóptero, y transcurridos algunos minutos, los testigos reingresaron a su vehículo después de que el objeto les infundiera cierto recelo.
"Yo diría que era una sensación de recelo más que de temor", explicó el catedrático. "No sabía qué era lo que estábamos viendo y me preocupaba pensar que aquello nos hubiera detectado".
Después de regresar a su casa, los testigos siguieron viendo el extraño objeto desde la ventana de una habitación en la segunda planta. El extraño objeto comenzaba descender, mudando sus colores de blanco a anaranjado, y asentándose en un campo.
Se produjo un cambio de color adicional, esta vez de anaranjado a rojo. Al suceder esto, los animales de las casas y granjas vecinas enloquecieron, ladrando como locos y tratando de romper sus cadenas. El objeto saldría disparado para perderse en la noche.
Fue justo entonces que los hijos del profesor salieron de la casa y escucharon los gritos provenientes del campo en dónde el extraño objeto parecía haber tomado tierra. "Se trataba de una voz femenina", explicó el profesor a Kenny Young. "Mis hijos se metieron en el coche y llamaron a la policía, dando parte sobre los hechos".
En menos de media hora una veintena de policías se habían aparecido en la casa de instructor universitario para comenzar su propia búsqueda. A pesar de sus titubeos iniciales, el profesor informó a los policías sobre el avistamiento OVNI, sorprendido al descubrir que no se burlaban de él. Según las declaraciones del profesor a Young, uno de los policías llegó a admitir haber visto un ovni también, aunque no supo precisar si se refería al mismo objeto.
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