Idaho, USA: Encuentro con un "trotapieles"
Idaho: Encuentro con “trotapieles”
Por William Graham y Stephen Wagner (About.com)
Este relato tomó lugar cerca de Iron Bog Lake, Idaho (EE.UU.) cerca de julio del 2001. Mi familia y yo nos habíamos embarcado en un viaje de supervivencia, que intenta simular la experiencia de estar extraviados en el bosque con una cantidad mínima y limitada de equipo.
Llegamos al campamento base a las 6:30 p.m. con tres horas de camino por delante. A la par que caminábamos por el sendero, percibí un ligero sonido de aullidos y también pude escuchar el sonido de piedras que caían por el lado del sendero, pero no me era posible ver de dónde venían. El recorrido nos tomó más de lo anticipado, y llegamos al campamento entre las 10:30 y las 11:00 p.m., de modo que el sol ya se había puesto.
Primero hicimos una fogata usando un pedernal. Luego creamos una tienda usando una lona y algunos palos que encontramos durante el trayecto. A eso de las 11:25, nos acomodamos y volví a escuchar los aullidos, sin darles mucha importancia. Cinco minutos después, escuchamos movimiento entre los arbustos, y vimos figuras parecidas a lobos caminando a 20 yardas de distancia.
Mi padre sacó su pistola de calibre .22, la cargó y se la puso en el bolsillo. A estas alturas mi hermano y yo estabamos un tanto alterados. A las 11:46 p.m., vimos un nativoamericano vestido en pieles caminando donde habíamos visto al perro. Se detuvo justo cuando yo lo miraba, y se me quedó mirando con ojos grandes y resplandecientes antes de seguir caminando y desaparecer en la arboleda.
Después de esto, mi padre, mi hermano y yo hablamos sobre el asunto y decidimos que [el nativoamericano] había perdido su lobo y lo andaba buscando, aunque pensé que tener un animal enorme y tan poderoso como mascota era un tanto extraño. Ignorando el pensamiento, nos fuimos a dormir. Tuve sueños raros sobre el lobo y el hombre, vivendo unidos para siempre en la maldad.
Me desperté a eso de las 3:00 y 4:00 a.m. al escuchar un resuello muy profundo. Pensé primero que era mi padre o mi hermano, pero el sonido aumentó de intensidad y se acercaba. Al final pude armarme de suficiente valor como para levantarme e investigar, pero me gustaría no haberlo hecho porque tan solo pensarlo me da pavor. Pude ver al lobo a unos 10 pies de distancia, comiendo los restos de un ciervo. Al verme, el lobo corrió hacia los arbustos. Esperé ver al lobo salir por el otro lado, pero en vez, ¡salió el nativoamericano vestido de pieles!
Me quedé parado, mirandole a los ojos por lo que pareció ser un espacio de dos horas. Salió corriendo repentinamente hacia el bosque. Volví a entrar en el refugio, tomé la pistola y procuré quedarme inmóvil hasta que salió el sol. He soñado con eso desde aquel entonces. Solo le he contado a mi hermano y a un amigo nativoamericano sobre aquella horrenda noche. Mi amigo nativoamericano me ha dicho que era un trotapieles.”
(Traducción de Scott Corrales (c) 2010 con agradecimiento a Stephen Wagner de About.com)
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