Wednesday, April 11, 2012





Aventuras en el desierto: Adamski ¿fraude o visionario"


El inexorable paso del tiempo ha hecho que muchos interesados en el tema ovni / paranormal hayan olvidado a ciertas figuras históricas. Entre estos se destacan los gemelos Ray y Rex Stanford, que contribuyeron de manera considerable a las investigaciones y al pensamiento sobre estos temas en las décadas de los ’60 y ’70. Uno de sus proyectos científicos más significativos lo fue Project Starlight, el intento de comunicarse con los ovnis mediante un rayo láser en un campo baldío en la oscura inmensidad del estado de Texas en 1975.

En 1978, el investigador ovni Jerome Clark, en aquél momento con la revista SAGA UFO REPORT, tuvo la oportunidad de entrevistar a Ray Stanford sobre el fenómeno ovni, y entre los temas a tratar surgió el misterio de George Adamski – contactado, timador, maestro o propietario de un negocio de comidas rápidas, o tal vez las cuatro cosas. Esta fue la respuesta que diera Stanford en aquel momento sobre aquel controvertido pionero de los OVNIS.

Jerome Clark: En la década de 1950 eras allegado del fallecido George Adamski, cuyos alegatos de contacto con extraterrestres benevolentes fueron y siguen siendo materia de controversia. ¿Cómo llegaste a conocerlo?

Ray Stanford: Leí su libro (escrito con Desmond Lesley) Flying Saucers Have Landed cuando lo publicaron en octubre de 1953. Adamski fue la primera persona que reclamaba estar en contacto con los seres de los OVNI. Su historia me gustó y la acepté. Debo señalar, sin embargo, que yo tenia 15 años de edad en aquel momento. De todos modos, le escribí y me contestó. Estuvimos en contacto y finalmente llegué a conocerlo por primera vez en el verano de 1956. Me cayó bien como persona. Me di cuenta enseguida de que era un bebedor empedernido, pero también llegué a vislumbrar su aspecto gentil, bondadoso y artístico, que fue revelando con el paso del tiempo. Nos mostró muchas personas que había realizado y que estaban muy bien hechas. Como pintor que soy, me impresionaron mucho. Adamski tenía destrezas técnicas y artísticas considerables. Yo seguía creyendo en sus historias platilleras. No fue hasta que comenzó a decir ciertas cosas que me puse sospechoso, pensando que Adamski hizo lo que hizo por afán de lucro solamente, creyendo por igual que de paso podía hacer el bien.

Jerome Clark: ¿Y qué cosas te comentaba?

Ray Stanford: Fueron varias cosas. Una revelación particularmente impactante tomó lugar en 1958, cuando fui a verlo con mi hermano Rex, quien nunca aceptó a Adamski desde el principio. Bill Hamilton, que aún vive en California, estaba ahí. Adamski comenzó a rememorar el pasado con nosotros. Nos dijo, en su pesado acento polaco: “Chicos, ustedes son demasiado jóvenes para saber la clase de cabrón que era [el Presidente F.D] Roosevelt. Ustedes no saben nada sobre la Prohibición, pero no importa. Durante la Prohibición fue que tuve la Sagrada Logia de Tibet. Era un montaje. Oigan, lo importante era hacer el vino. Se suponía que íbamos a celebrar ritos religiosos. Podíamos hacer nuestro propio vino y las autoridades no podían interferir con nuestra religión. ¡Pude hacer suficiente vino para la mitad del sur de California! De hecho, chicos, yo era el contrabandista más importante de estos lares. Entonces llegó este Roosevelt y levantó la Prohibición. De no haber sido por ese hombre Roosvelt, no hubiese tenido que meterme en esta bazofia de los platillos”. Después de escuchar esto, hubiese sido tonto en seguir creyendo en Adamski. En un sentido, nos decía que su verdadero motivo por afirmar la realidad de sus contactos ovni era monetaria, y que nunca hubiese dicho nada si le hubiese sido posible conservar su lucrativo negocio de contrabando de licores. Algunos dirán que esto no supone una confesión. Lo fue para mi, porque solamente una hora antes de esto, Adamski había hecho una declaración muy interesante. Me dijo: “Ray, oye, nunca tuve que ir al espacio para tener conocimiento sobre las naves espaciales. Caray, supe de ellas y estuve en ellas muchos años antes. Sube a la oficina y verás en el anaquel un libro que se titula Pioneers of Space, y que escribí en 1940. Ese libro te lo dirá todo, al igual que Inside The Space Ships. Lo único que tuve que hacer fue proyectar mi inconsciente hacia los seres que estaban allá afuera y pude verlos, y ver lo que hacían en sus naves. Sube y mira. Lo escribí todo en aquel entonces.”
Pues subí a la oficina y encontré las conversaciones casi idénticas con seres a bordo de las grandes naves nodrizas que salían en Inside the Space Ships. Hasta salía el Gran Maestre. Exactamente en la misma forma en que “la misteriosa imagen del Ser Infinito” aparece en el muro en las páginas en Inside the Space Ships, y que [Adamski] luego afirmaría haber visto durante una visita física a las naves. Fue cuando regresé de haber consultado ese libro que me hizo su confesión sobre la Sagrada Logia de Tibet y el contrabando de licores. Francamente, esa fue la última vez que visité a George Adamski, y creo que fue con justa razón.

Jerome Clark: ¿Consideras que había algo de cierto en las historias de Adamski, o crees que eran completamente inventadas? Algunos suponen que tuvo una experiencia real, pero que posteriormente le añadió los elementos de fraude.

Ray Stanford: Pues no lo sé, a decir verdad. Adamski se lo inventó en gran medida, pero también llegué a conocer a su técnico fotográfico, el difunto Norman S. Kossuth, un hombre bueno y sincero. Una noche, Kossuth, a quien conocía bastante bien, me llevó a su apartamento con algunos amigos y nos mostró todo el pietaje a color que Adamski supuestamente había tomado de los ovnis. En un momento dado, nos enseño una película y dijo que cuando los objetos pasaron a plena luz del día, pudo ver a Adamski tomando fotos. Ahora bien, estoy tan seguro como puedo estarlo de que Kossuth no mintió sobre eso. Aún así, Norman nos presentó otras películas que francamente consideraba como trucadas por Adamski.

Jerome Clark: Una pregunta obvia sería: ¿por qué trucaría fotos una persona que ha tomado fotografías aparentemente muy cercanas y auténticas?

Ray Stanford: Creo que se trataba de una racionalización, fundamentada tal vez en su creencia sobre la realidad de los OVNI, habiéndolos visto y habiéndolos fotografiado. Adamski pensaria, “bueno, si es la verdad y puedo convencer a la gente emperifollando el asunto, ¿porque no? Le meteré un poco de filosofía positiva que ayudará al mundo y me ganaré la vida, de paso”. Aparte del carrito de salchichas que regentó en el Monte Palomar por algún tiempo, [Adamski] no tenía otra fuente de ingresos. Tienes que entender que Adamski había vivido una vida muy dura como emigrante polaco que llegó a los Estados Unidos a los 2 años de edad. Luego atravesó la Primera Guerra Mundial, y por eso lo sepultaron en el Cementerio Nacional de Arlington. Creo que pensaba que el mundo le debía el porvenir después de tantos sinsabores en su vida. Pero en cuanto a los contactos, te puedo hablar la noche entera sobre las cosas raras que él y otros nos contaron. Me contaron lo suficiente como para pensar tal vez algo llegó a suceder. Por ejemplo, toma la primera famosa experiencia en el desierto, la del 20 de noviembre de 1952, el contacto con el venusino Orthon. La narración, como tal, resulta absurda, pero tiene aspectos muy raros. Conocí algunas de las personas que estuvieron con [Adamski] en el desierto. Dijeron que sintieron haber visto una supuesta nave nodriza pasarles por encima y luego vieron algo destellante en la distancia mientras que Adamski hablaba con Orthon. Pero la figura era tan distante que no llegaron a ver mucho.

Jerome Clark: ¿Dijeron que estaba hablando con la figura?

Ray Stanford: Podían ver que hablaba con una figura humana, pero estaba tan mal definida que no podían identificar nada sobre ella. El dibujo de Orthon en Flying Saucers Have Landed era un trucaje, según George Hunt Wiliamson, porque dijo que no pudieron haber visto semejante detalles ni con prismáticos. Podían determinar que se trataba de una figura humana. Los detalles fueron suministrados posteriormente y no me sorprendería saber que Adamski, siendo tan buen dibujante, ejecutó el dibujo por si mismo. Se supone que lo hizo Alice Wells, pero no me lo creo por nada.

Jerome Clark: ¿Pudo haber tenido Adamski un cómplice en el desierto?

Ray Stanford: No lo sé. Williamson jura, mientras maldice a Adamski con cada resuello, que Adamski no les dijo dónde ir ese dia. Betty, la esposa de Williamson, me lo confirmó antes de morir. Una vez que llegaron al desierto, Adamski dijo que tenia la sensación de Williamson era el que tenía que dirigirlos. Williamson me dijo que así lo hizo, y que él fue el que eligió el lugar a donde acabaron. Así que, ¿cómo sabría Adamski decirle a su cómplice donde encontrarse con él, si suponemos que la figura en el desierto era en efecto su cómplice? Supongo que es posible que por una muy grata casualidad, algún gambusino le haya dado los buenos días a Adamski. Pero siguen la dudas. Que hacer con la nave nodriza que vieron? Betty juró haberla visto. Lo único que sé es que mis contactos con Betty me dejaron con la impresión de que se trataba de una mujer que no mentiría sobre esto. Y he escuchado a Williamson maldecir a Adamski por horas, haciendo el listado de todos sus defectos, pero insistiendo a la vez que algo sucedió allá afuera. Que efectivamente vieron ovnis y que vieron a Adamski hablando con alguien en la distancia. Es un acertijo. Yo diría que es muy posible que exista un grano de verdad en las afirmaciones de Adamski. Un grano muy diminuto, que conste.

(Traducción de Scott Corrales para Arcana Mundi)

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