Más Armas Electromagnéticas
Más Armas Electromagnéticas
Por Scott Corrales
(c) 2012
Hace algún tiempo hablábamos en Arcana Mundi de las armas psicológicas, psicotónicas y de control mental desplegadas por los servicios de inteligencia de EE.UU.
Hoy nos llega una interesante nota periodística firmada por Lisa Zyga y con fecha de 18 feb. 2008, con el título “El pentágono investiga rayos láser que colocan voces en tu cabeza”
Según el artículo de Zyga, un informe desclasificado del Pentágono informa sobre los avances que se han producido en las investigaciones sobre “métodos potenciales de tortura no letal”. Bajo este tétrico rubro figuran las técnicas sobre como hacer que determinados individuos “escuchen voces” provenientes desde el interior de sus cabezas, el uso irrestringido de rayos láser para hacer que las neuronas se disparen aleatoriamente, y la creación de “fiebres inducidas” en cuerpo humano al grado que el individuo padezca una confusión febril. Todo esto, apunta Zyga, a cientos de metros de distancia, advirtiendo, sin embargo, que no hay pruebas de que ninguna de estas técnicas haya sido perfeccionada en los años desde que se redactó el informe.
El informe desclasificado lleva por título “Bioeffects of Selected Non-Lethal Weapons” (Efectos biológicos de armas no letales selectas) y explica en detalle la variedad de técnicas que existen sobre la “disrupción por rayos láser”, que harán recordar a los fans de la ciencia-ficción las pistolas disruptoras de los klingonianos en Viaje a las Estrellas. Una de las técnicas, denominada “audición por microondas”, se vale de pulsaciones cortas de radiofrecuencias en la banda de 2450 megahertz para generar presión tanto en sólidos como líquidos, con el consiguiente resultado de que el blanco de este haz de microondas puede escuchar sonidos que pueden ir desde zumbidos hasta el tictac de un reloj. La exposición a las radiofrecuencias parecen no tener efectos duraderos y se extinguen al momento de cesar la exposición al haz sonoro.
Lo siguiente es un extracto del documento obtenido por Zyga: “El fenómeno es sintonizadle en que sus sonidos e intensidades características dependen de las características de la energía RF suministrada. Puesto que la frecuencia del sonido que se escucha depende de las características de pulsación de la fuerza RF, parece ser posible que esta tecnología pueda desarrollarse al grado de transmitir palabras como si fuesen habladas, salvo que solo se escucharían dentro de la cabeza del individuo receptor. En un experimento, se demostró con éxito la comunicación de palabras del uno al diez utilizando microondas con “modulación de voz”. El desarrollo adicional de [esta técnica] abre una gran gama de posibilidades”.
Las pulsaciones electromagnéticas pueden servir también para entorpecer las funciones del cerebro, puesto que todas las estructuras cerebrales funcionan bajo parámetros estrictos, con las sincronización de la actividad de las neuronas sujeta a controles que nos permiten concentrarnos en una tarea en particular.
Una pulsación eléctrica del orden de cien kilovoltios y de un nanosegundo de duración sería capaz de interrumpir este delicado balance. La víctima de este haz de disrupción podría perder el conocimiento, experimentar espasmos musculares, debilidad general o convulsiones epilépticas que durarían varios minutos, aunque se requeriría mucho más tiempo para permitir la recuperación de la víctima.
La más nefasta de estas armas lo es sin duda el haz de inducción de fiebre. Un aumento de temperatura desde los 37 grados centígrados normales a 41 grados puede crear síntomas de pérdida de la memoria, reduciendo el grado de combatividad del sujeto expuesto al arma. El gran peligro reside en la posibilidad de daño cerebral permanente, si las temperaturas elevadas se prolongan por demasiado tiempo. Un mono Rhesus, sometido a un rayo de 225 megahertz, sufrió un aumento de temperatura que demoró entre un cuarto de hora a media hora, con la reducción a temperaturas normales después de la desactivación del arma.
El documento del Pentágono también hace mención de otras armas poco ortodoxas, como el dispositivo que proyecta un alto nivel sonoro, de entre ciento cuarenta a ciento cincuenta decibelios, ocasionando espasmos del músculo ocular y mareos.
Se ha hablado abiertamente en la prensa de armas para dispersar multitudes mediante la creación de la sensación de calor insoportable. La tecnología, denominada Active Denial System (ADS – Sistema de Negación Activa) fue diseñada por la empresa Raytheon, dispara un haz de noventa y cinco hertz contra el objetivo, excitando las moléculas de agua y grasa en el cuerpo como si fuese un horno de microondas. Los individuos expuestos a estas armas afirman no poder resistir más de tres o cuatro segundos antes de alejarse lo más pronto posible. Más de setecientos voluntarios se han sometido como “blancos” para estas armas, y se vislumbra la creación de modelos portátiles (entiéndase pistolas) en el futuro.
Se llegó a considerar seriamente el uso de estos “proyectores de calor” en barcos de pasajeros que transitan por mares donde existen problemas de piratería. La existencia de un tipo de arma no precluye la existencia de otras, aunque se limiten a “pruebas de concepto” y no modelos en producción.
El informe en sí puede leerse en: http://sigint.wordpress.com/2008/02/17/bioeffects-of-selected-nonlethal-weapons/
Aunque el informe de los efectos biológicos de las armas no letales selectas se remonta a 1998, existen estudios más recientes que sugieren que estas investigaciones siguen tan activas como en aquel momento. El estudio “Consecuencias sonoras de las pulsaciones electromagnéticas emitidas por canales de plasma inducidos por láser” fue realizado por la universidad estatal de la Florida junto a otros centros de investigación en el 2004. Por su parte, el Instituto de Tecnología Avanzada (ATI, por sus siglas en inglés) de la universidad de Austin (Texas, EE.UU.) viene realizando pruebas sobre los usos del electromagnetismo con fines bélicos desde el 2011.
Richard Sauder, un investigador de lo paranormal encarcelado por su oposición al gobierno de Estados Unidos, se dio a conocer por sus libros sobre los túneles subterráneos pertenecientes a entidades gubernamentales y privadas (“Underground Bases”). En 1992, según Sauder, tras de haber publicado un escrito sobre el tema en una revista de divulgación paracientifica, una voz desencarnada le habló en la oscuridad de la noche, advirtiéndole que “las bases subterráneas efectivamente existían”, y que la fuente de esta voz era un transmisor de pulsación de microondas, cuya patente estaba disponible al público en los archivos del gobierno estadounidense (la patente de los EE.UU. 6587729, basada en los experimentos del doctor Joseph Sharp – un resultado de la búsqueda indica, sin embargo, que la patente ha sido asignada a otros individuos, James Laughlin y Diana Loree, operando de parte del al Fuerza Aérea de los EE.UU., y que el artefacto patentado, “Aparato para la comunicación audible de voz mediante el uso del efecto de radio frecuencias” puede ser fabricado por el gobierno “sin necesidad de otorgar regalías”)
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