Guillermo Giménez: Caso Estancia La Dulce, Necochea, Argentina
Caso Estancia La Dulce, Necochea, Argentina
Encuentro OVNI con presencia de entidades amorfas
Una Investigación de: Guillermo Daniel Giménez / Necochea, Argentina
El año 1978 marcó importantes episodios OVNI en la República Argentina. El extremo sudeste de la provincia de Buenos Aires no estuvo ajeno a todas estas manifestaciones de presencias OVNI, aterrizajes y hasta encuentros con los tripulantes de estos objetos. Pero hubo un incidente de características importantes acontecido a fines del mes de agosto sucedido a unos 56 kilómetros de la ciudad de Necochea, más precisamente en la localidad de La Dulce, un establecimiento rural ubicado al noroeste de la ya citada ciudad balnearia.
Un incidente de importantes características por los hechos desarrollados, no sólo por la presencia de un gran objeto sobre la estancia sino también por la presencia de entidades amorfas que investigaban el lugar.
Pero veamos lo que nos decía por aquella época la agencia de noticias Télam.
Necochea, Set. 7 (Télam) – “Dos luces pequeñas descendieron del extraño aparato y llegaron hasta un galpón, luego se desplazaron rápidamente y surgieron entonces algo así como dos siluetas o formas difíciles de precisar”. Así comienza el relato de una experiencia, que no por repetida deja de ser extraña o alucinante, vivida por el matrimonio Arias que publica hoy el matutino local Ecos Diarios. La familia, integrada por Manuel Arias y su esposa Beatriz Turiella, relataron que la noche del 31 de agosto último, poco antes de las 10 de la noche se cortó la energía eléctrica. De pronto “nos sentimos atraídos por una luminosidad extraordinaria proveniente de un sector del establecimiento”, estableciemiento rural que habitan en la localidad de La Dulce. Al salir de la vivienda, vieron sobre una línea de alta tensión “un objeto muy grande, semejante a un silo para almacenar cereales, estacionado o suspendido en el aire a unos 800 metros de la casa”. Luego se desprendieron dos luces —dicen los Arias— que también “parecían flotar en el aire y vimos cómo en sus desplazamientos esquivaban obstáculos”. La publicación agrega que otro vecino, Lorenzo Parrachini vio “un objeto de singular luminosidad detenido sobre unos árboles en momentos en que la ciudad se hallaba a oscuras debido a un corte de corriente eléctrica. Fui a buscar a otros testigos, pero como no los encontré regresé al lugar justo a tiempo para ver cómo la luz se alejaba despidiendo unos reflejos verdosos. Eran las 23.15”. Los automovilistas que se desplazaban por la ruta provincial Nro. 88, según el diario, también vieron el extraño objeto.
Hasta aquí la información que nos brindaba Télam. Un incidente que acaparó la atención a la opinión pública en general y también a la comunidad ufológica, por la presencia de estas extrañas entidades amorfas muy pocas veces registradas en la República Argentina.
La Dulce, el lugar de los hechos
Como ya dijimos la localidad de La Dulce se encuentra a unos 56 kilómetros al noroeste de la ciudad de Necochea, 48 kilómetros por Ruta Provincial Nro. 86 y 8 kilómetros por acceso, en el extremo sudeste de la costa bonaerense en el propio partido de Necochea. Su situación geográfica es 38º 20′ Latitud Sur y 59º 12′ Longitud Oeste, y a una altitud de 88 metros sobre el nivel del mar.
El partido de Necochea se encuentra ubicado al SE de la provincia de Buenos Aires, sobre el mar Argentino en su lado sur. Linda al oeste con el partido de San Cayetano, al norte con el partido de Benito Juárez y al este con los partidos de Tandil y Lobería.
La ciudad de Necochea, cabecera del partido, se encuentra ubicada en el vértice SE a los 38º 34′ Latitud Sur y 58º 40′ Latitud Oeste.
El lugar de los hechos, conocido como Estancia La Dulce, es un establecimiento rural ubicado en la población homónima. Su nombre rememora a Nicanor Olivera, propietario de la Estancia La Dulce, la que tomó el nombre de una laguna ubicada en las inmediaciones.
Sus hijos fundaron la Estación Ferroviaria y fue en el año 1908 cuando don Nicanor Olivera cede tierras para el afincamiento de familias y el trazado urbano. Y es por esto, en homenaje a su persona, que la localidad se llame como su nombre.
Nicanor Olivera, más conocida como La Dulce, es una pequeña localidad de unos 2.100 habitantes. Se encuentra rodeada de fértiles tierras que le posibilitan grandes rindes en agricultura (trigo, maíz, girasol) y buen desarrollo para la ganadería.
La textura del suelo del partido de Necochea varía entre la franca —arenosa y franca— arcillosa. Por su alto contenido de materia orgánica son suelos aptos para los cultivos, ricos en calcio, potasio y en menor grado en fósforo. En su mayor parte cuenta con relieve llano, pero a lo largo de la costa marítima se extiende una ancha franja de médanos. En la región de La Dulce, el lugar es una llanura con ondulaciones que forman parte de la Región Pampeana Oriental y de la Llanura Interserrana, originada durante las formaciones precámbricas.
El OVNI y las entidades amorfas
Eran las 21:55 horas del 31 de agosto de 1978 cuando una tormenta azotaba la zona. En esos momentos la Señora Leonor Beatriz Turiella de Arias, mientras se encontraba tomando una ducha, es sorprendida por un apagón que le obliga a salir del baño y dirigirse a la cocina a tomar un abrigo. Allí observa que a través de una ventana de su casa, ubicada en la esquina de la misma, ingresaba una fuerte luminosidad.
Su esposo, Manuel Arias que en esos momentos contaba con 55 años de edad, se había acostado por el corte de la energía eléctrica y no vio la luminosidad que ingresaba por dicha ventana.
La Sra. Leonor Beatriz comentaría: “Era un brillo difícil de describir pero que me produjo por su intensidad la impresión de haber traspasado mi cuerpo”
El fenómeno fue como un haz de luz compacta, de color blanco iridiscente, que ingresó por la ventana encegueciéndola. “Cuando me quise ver a mi misma no me pude ver”, comentaría la Señora de Arias. La luz parecía atravesar las paredes de la casa, su origen era desde el exterior atravesando toda la esquina derecha del chalet.
Afuera de esta finca se encontraba un gran objeto oscuro que permanecía detenido aunque basculando sobre un grupo de 6 silos ubicado a unos 30 metros de la casa.
La Señora de Arias despierta a su marido y éste se dirige rápidamente hacia la ventana. Ahora toda la familia es testigo de estas evoluciones. En esos momentos el objeto se encontraba alejándose del chalet, sobrevolando una zona de sembradíos a unos 80 metros de los protagonistas. Luego continuó su marcha horizontalmente, con lentitud, quizá a unos 15 metros de altura, hasta detenerse sobre un monte de eucaliptos distante unos 800 metros.
Este objeto tenía un diámetro estimado en unos 8 metros, era oscuro, basculaba, y parecía sólido, según las palabras de Manuel Arias, esposo de Leonor Beatriz.
Tenía una hilera de 10 ventanillas luminosas que contorneaba la zona central del objeto. Estas ventanillas eran rectangulares, alargadas verticalmente, separadas por tabiques finos y oscuros. Emitían una intensa luz que variaba entre los colores blanco brillante y naranja.
La parte superior del OVNI era oscura y ovoide, mientras que la parte inferior era menos visible por fusionarse con la oscuridad de la zona. Según la familia Arias, podría ser también ovoidal. El OVNI se encontraba hacia la derecha del monte. Desde su posición, los protagonistas eran testigos privilegiados por la excelente visual que tenían desde la ventana. El objeto emitía un zumbido que se escuchaba a pesar de la distancia. Era similar a una turbina, comentaría Arias, que aumentaba y disminuía en forma cíclica, a la par que lo mismo sucedía con sus luces. En ese momento de la noche, corría fuerte viento y la oscuridad impedía ver la reacción de los animales ante la proximidad del fenómeno.
Pasados unos minutos, del objeto salieron dos luces rojas similares a focos de linternas que descendieron con suavidad y se movían una detrás de la otra, en dirección a los testigos. Estos focos parecían siluetas oscuras que avanzaban a una velocidad aproximada a unos 20 km/h.
Sus estaturas tenían entre 0,70 a 1 metro y su aspecto imposible de distinguir por la oscuridad de la noche. Los focos de luz parecían constituir la cara de estas entidades amorfas. Estos seres no tocaban el suelo, sino que parecían flotar a escasos centímetros de éste.
Sus movimientos eran continuos, rígidos, al llegar a los alambrados estos seres sortearon los mismos, elevándose hasta sobrepasarlos para luego descender y continuar su rumbo. Se aproximaron hacia un galpón, donde había máquinas y vehículos, giraron 90º y penetraron por un espacio existente entre el galpón y los alambrados. Allí desaparecieron por unos instantes y volvieron a aparecer. Para ello debieron sortear otros obstáculos, un monte de eucaliptos y una tranquera. Este corredor tiene unos dos metros de ancho y trece metros de largo, siendo su piso de ladrillos.
Aquí estos seres se encontraban en cercanías de otro galpón existente haciendo este circuito mucho más lento que el anterior, a paso de hombre, muy lento. Estos seres o enigmáticas figuras completaron otro segundo giro, y quizás más giros, siempre alrededor del galpón, mientras el OVNI continuaba basculándose en el cielo y emitiendo su zumbido. Es allí cuando los Arias deciden irse al dormitorio abandonando la observación. Momentos después, retornaron a la ventana comprobando que el gran objeto y los enigmáticos seres habían ya desaparecido.
La duración de todos estos fenómenos estiman que duró casi una hora.
La familia Arias en momentos de estos hechos estaba constituida por Manuel Arias, de 55 años de edad, su esposa Leonor Beatriz Turiella de Arias, de menor edad que su marido y su hijo de tres años.
Luego de estos hechos no se encontraron huellas, salvo una secuela fisiológica de shock emocional en la Señora de Arias por los momentos vividos. La zona donde se encuentra el chalet de la familia es rica en actividad agrícola-ganadera, en palabras del propio propietario dice que son campos productivos. En el momento de los hechos, estos campos pertenecían a los cuatro hermanos Arias. Hoy ya están divididos. Asimismo, a unos 3 kilómetros al sudeste existe una gran laguna de agua salada.
Fenómenos Asociados
Durante los hechos que protagonizaron la familia Arias la noche del 31 de agosto de 1978 en la Estancia de La Dulce, en Necochea, Argentina, se produce un corte de energía eléctrica en la misma. Manuel Arias considera que el corte eléctrico no sólo afectó su estancia sino también a toda la zona por el paso del OVNI.
El periódico local, llamado Ecos Diarios de la ciudad de Necochea, informó que: “El fuerte viento provocó un corte de energía en varios sectores de la región”.
Luego de estos hechos, la noticia circuló de boca en boca por toda la ciudad de La Dulce y localidades vecinas hasta que periodistas de Ecos Diarios cubrieron la noticia y así el país entero conoció este caso. Para la familia Arias fue tedioso atender a cuanto periodista de prensa escrita y/o televisiva llegaba al lugar. Por ese entonces la policía local “invitó” a la familia Arias a denunciar los hechos. Por todo esto Manuel Arias ya no quiere saber más nada del incidente, más aún, informó que si llegara a ver otra vez algún OVNI y descendieran los seres no lo informaría a nadie.
Su esposa comentaría: “Ahora estoy tranquila, no dudo de lo que vimos y desde esa noche antes de irme a dormir miro hacia afuera, sé que están, que están cerca de nosotros y que quieren comunicarse. Que no tienen intenciones de atacarnos. Si volvieran a visitarnos creo que saldría al patio sin ningún temor. No soy apasionada del tema, aunque leo algo, pero jamás he visto películas de ciencia ficción que pudieran haberme sugestionado”.
Días posteriores a estos hechos, la propia señora Leonor Beatriz fue protagonista de otras visualizaciones OVNI en la zona. Manuel Arias considera que: “Era una nave, era un módulo —vamos a decir— suspendido en el aire e irradiando luces… Pienso que ellos hacen siempre lo mismo, irradian todo con sus luces y luego se van… Ellos hacen lo que quieren y después se van…”
Cabe aclarar que durante este período se produjo una Micro-Oleada en la región de Necochea que detallo a continuación en forma resumida con 21 incidentes OVNI y que abarcó los meses de agosto y septiembre de 1978.
Caso 1: 22 de agosto de 1978, Necochea, 20:20 hs. Un objeto circular muy luminoso con luz intermitente fue visto volando en dirección Este-Oeste. Tuvo su origen en el Sudeste de la provincia de Buenos Aires (región de Necochea), para luego extenderse a La Pampa, Río Negro, Neuquén, y extenderse a Chile, junto a otras provincias y países. Observación simultánea en más de 30 ciudades.
Caso 2: 22 de agosto, cercanías de Coronel Dorrego, 20:30 hs. Tres cazadores oyeron extraños pasos como de un hombre o un animal pesado, que provenían de un bosquecillo. Tras indagar sin resultado, comprobaron que la carne que estaban asando en un fogón, tenía gusto a azufre, teniendo luego síntomas de indisposición. Al ascender a su camioneta, vieron un objeto de 30 metros de diámetro por 1 metro de alto, circundado por una fuerte luz blanca y con una torreta negra. El OVNI comenzó a acercarse, se anuló el sistema eléctrico del vehículo y el OVNI pasó a una altura de 50 metros por encima de ellos, alejándose. El vehículo arrancó y los cazadores comprobaron que estaban avanzando en el sentido opuesto al que se dirigían antes de ver el OVNI.
Caso 3: 22 de agosto, Ramón Santamarina, Necochea, noche, 21:45 hs. Desde un automóvil vieron una “extraña nube gaseosa” con una marcada aureola transparente que emitía una intensa luz.
Caso 4: 22 de agosto, Ramón Santamarina, Necochea, noche. Un objeto más grande y brillante que la Luna llena volaba a baja altura, y se aproximó velozmente al automóvil de los testigos, luego pareció acompañarlos un trecho y se alejó emitiendo destellos.
Caso 5: 22 de agosto, Coronel Dorrego, noche. Un OVNI evolucionaba lentamente sobre la ciudad.
Caso 6: 25 de agosto, Ramón Santamarina, Necochea, 20:30 hs. Suspendido sobre un monte de árboles se vio un objeto que emitía fuerte luminosidad intermitente, con vivos destellos rojos y naranjas, desapareciendo después.
Caso 7: 31 de agosto, Estancia La Dulce, cercanías de Necochea, 21:55 hs. Los testigos, Leonor Beatriz Turiella de Arias y Manuel Arias, observaban un objeto oscuro y ovoide, situado cerca de unos cables de alta tensión. Del objeto se desprendían dos luces rojas, sostenidas por bultos extraños oscuros, estos últimos desplazándose esquivando obstáculos. Más tarde el fenómeno desaparece. Un encuentro con extraños seres que atemorizaron a los testigos.
Caso 8: 31 de agosto, cercanías de La Dulce, Necochea, noche. Otro vecino ve: “Un objeto volador de singular luminosidad detenido sobre unos árboles” en momentos que la ciudad se hallaba a oscuras debido a un corte de corriente eléctrica. “Fui a buscar otros testigos, pero como no los encontré, regresé al lugar justo a tiempo para ver cómo la luz se alejaba despidiendo unas luces verdosas”.
Caso 9: 31 de agosto, noche. Aproximadamente a la misma hora, unos automovilistas que se desplazaban por la ruta Provincial-Nacional Nro. 88, también vieron al extraño objeto.
Caso 10: 4 de septiembre, San Cayetano, noche. Un joven ve una fuerte luminosidad de 30 metros de largo, tras un monte de árboles.
Caso 11: 4 de septiembre, San Cayetano, noche. Un agricultor que se dirigía a esta ciudad, observa un OVNI, alejándose hacia el Oeste.
Caso 12: A principios de septiembre, Paraje San José, Necochea, noche. Dos testigos ven el paso de un OVN luminoso.
Caso 13: 5 de septiembre, ruta 86. La señora de Arias (protagonista del suceso del 31 de agosto), ve una nube blanca y brillante que se transforma en una medialuna rojiza. Aumenta su tamaño y se esfuma.
Caso 14: 8 de septiembre, La Dulce, Necochea, 20 hs. Un falso Sol iluminó el campo, palpitando con luz rojiza durante cinco minutos.
Caso 15: 8 de septiembre, ruta 86, kilómetro 20 (a pocos kilómetros de Necochea). A las 20:15 hs., un foco de cegadora luz rojiza, ilumina una estancia desde un monte de árboles. Los caballos se espantaron y dos corderos recién carneados comenzaron a asarse solos por el calor que emitía el OVNI.
Caso 16: 9 de septiembre, Necochea, mediodía. Tres objetos luminosos evolucionan sobre la zona céntrica de esta ciudad.
Caso 17: 10 de septiembre, ruta 86, kilómetro 85, noche. Una fuerte luz parecía “posada” sobre una línea de alta tensión, luego de 15 minutos, se alejó raudamente.
Caso 18: 12 de septiembre, La Dulce, Necochea. De una fuerte luz se desprende una estrella que va descendiendo en 8 etapas sucesivas.
Caso 19: 14 de septiembre, Necochea, noche. Un objeto que emitía luces alternadas rojas y verdes, pasó a gran velocidad de O a E.
Caso 20: 14 de septiembre, Juan N. Fernández, Necochea, 22:30 hs. Ocurrió a 500 metros de una casa y a 30 metros de altura. Un objeto plateado del que surgía una fuerte luminosidad, oscilaba sobre un monte de árboles.
Caso 21: Mediados de septiembre, Necochea, noche. Un objeto ovoide muy luminoso de color rojo sobrevuela la ciudad a gran velocidad en dirección Norte.
Esta micro-oleada, por mí descubierta y estudiada, se halla dentro de la basta región necochense.
¿Por qué tanta asiduidad de Fenómenos OVNI y presencia de extraños seres en toda esta región en tan poco tiempo?
Un nuevo incidente OVNI queda registrado en la casuística mundial con la presencia de entidades o seres de enigmáticas figuras frente a testigos de alta confiabilidad en el extremo Sudeste de la costa bonaerense argentina, en la región de Necochea.
Hecho Análogo
Podemos citar a modo de ejemplo otro incidente similar ocurrido a unos 120 kilómetros de la ciudad de Necochea, partido donde sucedieron los hechos de la Estancia La Dulce el 31 de agosto de 1978 a la familia Arias.
Son los primeros días del mes de enero de 1988 cuando en el barrio La Serena de la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Los amigos Leonardo Fuster y Gabriel (de apellido desconocido), ambos de 18 años de edad, salían de la casa de unos amigos luego de una reunión donde participaron unos 15 jóvenes. Y caminando por las calles del barrio ya citado, fueron protagonistas de un hecho anómalo.
Eran cerca de la 1 a.m. cuando Gabriel observa una luz de color blanco que provenía de los bosques de Peralta Ramos. Se encontraba aproximadamente a más de 100 metros, era una luz más grande que un lucero. Los testigos dicen que era similar a un farol de la calle. Este objeto realizaba movimientos circulares y zigzagueantes a gran velocidad y sin emitir ruido alguno. Estuvieron mirándolo por espacio de un minuto hasta que Leonardo le dice a su amigo “dejalo de mirar”.
Seguían marcha y conversando hasta que un potente haz de luz blanca muy brillante se les acercó, cubriéndolos y encegueciéndolos por completo.
Momentos después este haz de luz se apagó y comenzó a levantarse una neblina o humo de distintos colores que se esparció para aparecer allí un pequeño ser. Gabriel toma su campera para cubrirse la cara y no ver más, ya que se encontraba muy asustado mientras que Leonardo continuaba mirando.
El ser o “la cosa” como la llamaron, tenía entre 50 y 60 cm. de estatura, era de color marrón y con dos ojos cuadrados de color rojo, no se le vieron brazos, piernas, manos, boca, nariz, nada, sólo estos ojos.
Este ser flotaba en el aire sobre el cordón de la vereda. Realizó un movimiento hacia Gabriel y luego hacia Leonardo mirando fijamente a este último.
El ser de enigmática figura se encontraba a unos 3 metros de distancia.
Gabriel le dice a su amigo Leonardo que “no lo mires más, dejalo” pero éste quería verlo. En esos momentos surge nuevamente el humo de colores detrás del ser, causando su desaparición. El haz de luz de color blanco también volvió a aparecer para enceguecerlos y es allí donde Gabriel lo toca a Leonardo pensando que se lo habían llevado. Este le dice que no y observan el origen de la luz: un gran objeto circular de color plateado de forma ovoide con varias ventanillas.
La luz que los había enceguecido se mete dentro del objeto. A través de las ventanillas se veían seres que se movían de un lado a otro, estos eran de color negro.
El OVNI se encontraba sobre unos terrenos a una distancia de entre 8 y 10 metros de altura. Produciendo un fogonazo se retira a una velocidad impresionante en dirección a los bosques de Peralta Ramos, donde se pierde. Al irse el OVNI produce un zumbido similar al viento.
Al terminar la experiencia Leonardo le pregunta la hora a Gabriel y asombrado éste último le responde que eran “las 5.30 de la madrugada…” Habían pasado cuatro horas y media observando al ser, mientras que para ellos fueron sólo unos pocos minutos. Leonardo sólo sufrió dolores de estómago y vómitos de color oscuro cuando regresó a su casa, según relato de su madre.
Al día siguiente comentaron lo sucedido y los vecinos del lugar les informaron que era común ver “luces extrañas”. Les llamó la atención una fuerte tormenta que se desató en el lugar, provocando cortes de energía eléctrica. Pocos días después también Leonardo junto a su madre observarían otros fenómenos en el cielo, incluyendo objetos moviéndose en direcciones diversas.
La similitud de este caso con lo sucedido a la familia Arias es contundente:
Los haces de luz compactos dirigidos hacia los protagonistas como inicio de los hechos.
Un objeto ovoidal con ventanillas para los dos episodios. El objeto muy similar para ambos incidentes.
Los seres o entidades de características muy parecidas también para ambos casos. A pesar que en el incidente de la Estancia La Dulce eran dos seres, y en el caso La Serena sólo uno, éstos eran de siluetas amorfas, sin brazos, ni piernas, ni nariz, ni boca, sólo esos ojos brillantes en ambos episodios.
En los Arias “los focos parecían constituir la cara de estas siluetas”, eran dos luces rojas y en “la cosa” también eran rojos, cuadrados.
Parecía según Leonardo Fuster que era un “robot”, algo sin vida que estaba allí para investigar. Para Manuel Arias “ellos hacen lo que quieren y luego se van…”
Ambos flotaban sobre el piso. Sus alturas de 0,70 a 1 metro para un caso y entre 0,50-0,60 m para el otro.
Respecto a los animales, en ambos casos no se registraron comportamientos extraños, o no los advirtieron.
Podemos mencionar también como fenómenos asociados las tormentas sucedidas, durante el hecho en un caso, y horas más tarde en el otro, como así también el corte de energía eléctrica durante los hechos del caso Arias y los cortes horas más tarde en el hecho del barrio La Serena.
Aunque tenemos los registros que durante los primeros días de enero se produjo un corte energético en el tendido de Sistema de Interconexión Necochea-Mar del Plata que duró más de una hora, cabe aclarar que los testigos no recuerdan bien la fecha de los hechos vividos por ellos. Pero afirman que sucedió durante la primer semana de enero, según Leonardo y Gabriel.
Luego de estos encuentros, en el caso de la familia Arias de La Dulce, Necochea, los protagonistas quedaron sorprendidos y asombrados por lo vivido. Comenta Arias que ellos “…a lo mejor nos estaban viendo a nosotros… Como es una cosa como esa, a lo mejor nos temen a nosotros y nosotros les tememos a ellos…” La señora de Arias sufrió un shock emocional luego de los hechos por los momentos vividos. Pero hoy está más tranquila, sabe “que están, que están cerca de nosotros y quieren comunicarse…”
En el caso del barrio La Serena luego de los sucesos vividos, tanto Gabriel como Leonardo se sintieron mucho mejor, como si tuvieran más energía. Esto les duró por aproximadamente dos días. Sólo Leonardo Fuster sufrió una descompostura al llegar a su casa.
En ambos episodios los testigos también son protagonistas a posteriori de estos encuentros, de la visualización de otros Fenómenos OVNI, tanto la señora de Arias como Leonardo Fuster junto a su madre.
Otros testigos también verían diferentes manifestaciones OVNI en toda la zona de Necochea y Mar del Plata, antes, durante y después de los hechos.
Sin duda nos encontramos ante dos incidentes muy importantes, sucedidos a pocos kilómetros de distancia uno del otro. Dos encuentros de manifestaciones OVNI con presencia de entidades amorfas, con testigos de buena confiabilidad y de características muy similares, quedando registrados de esta manera dentro de la casuística mundial.
Caso Estancia La Dulce en Necochea, y Caso Barrio La Serena, en Mar del Plata, sucedidos ambos en la costa Sudeste de la provincia de Buenos Aires, en la República Argentina.
Fuentes de Investigación:
-Ecos Diarios de Necochea, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
-Retorno a La Dulce, investigación de Rubén Morales, Buenos Aires, Argentina.
-Revista Cuarta Dimensión Nro. 188, Dirección: Fabio Zerpa, Buenos Aires, Argentina.
-Investigaciones propias de Guillermo Daniel Giménez.
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