Casos Olvidados: Crónica Policiaca
Casos Olvidados: Crónica Policiaca
Por Scott Corrales para Arcana Mundi
En 1980, un agente de la policía de West Yorkshire (Reino Unido), perdió su empleo a consecuencia de haber tenido un encuentro cercano del tercer tiempo. Alan Godfrey afirmó que los altos mandos de la uniformada le instaron a mantener silencio sobre el asunto y hasta amenazaron con recluirlo en un manicomio si insistía. El incidente se produjo en Todmorden el 28 de noviembre de aquel año cuando el agente Godfrey estaba enfrascado en la búsqueda de cabezas de ganado extraviadas en las afueras de aquella comunidad. Presenció un objeto de grandes dimensiones en la oscuridad, pero no le hizo mucho caso, pensando que se trataba del autobús que transitaba por aquellas partes a las 0500 horas.
Al aproximarse al objeto pudo ver - para su sorpresa - que se trataba de un objeto de forma ovalada que 'giraba a tal velocidad, y se cernía tan bajo sobre la carretera, que causaba que los arbustos cercanos se sacudiesen'.
Godfrey hizo lo posible por hacer un croquis del objeto, pero una luz cegadora le hizo perder la concentración. Acto seguido, encontró que seguía al volante de su vehículo pero en otro segmento del camino, sin ningún OVNI en la carretera. Regresando al cuartel, el policía descubrió que había perdido quince minutos de su vida.
Dándose cuenta de que lo prudente era mantener silencio sobre el incidente y los efectos secundarios, Godfrey descubrió que otros habían presenciado el fenómeno, entre ellos policías de comunidades cercanas. Su decisión de someterse a la hipnosis para recobrar el "tiempo perdido" representaría un martirio.
Es muy posible que los agentes del orden público vean muchos más objetos anómalos de lo que podamos pensar, pero el temor a las represalias se sobrepone a cualquier deseo de comunicar sus experiencias con el resto del mundo.
Una pléyade de casos
Los agentes de patrulla Thomas Brown y Gary Steinberg se encontraban en su vehículo a las 21:00 horas el 6 noviembre de 1973 - el célebre 'año de los humanoides' cuando notaron una luz extraña en el cielo cerca de la antena de radio que remataba la cima de un edificio cercano. Brown pensó a primeras que podía tratarse de un helicóptero de la policía del condado de Nassau, Long Island, pero la luz carecía de las señas de navegación reglamentarias de color rojo y verde. No era más que una bola de luz sólida. Tras de contemplar el fenómeno durante un cuarto de hora, se decidieron a seguirlo. El objeto se perdió entre los edificios altos de la región, reapareciendo nuevamente a pocas cuadras de distancia. Al llegar a una zona pantanosa, la extraña luz se colocó a media milla de distancia de la patrulla a una altura que estimaron en 750 pies.
Llegado este momento, los agentes se percataron de la presencia de un segundo objeto no identificado que aparecía a la derecha de su vehículo, posiblemente saliendo del pantano o las aguas cercanas. Los policías contemplaron la manera en que el objeto recién llegado se acoplaba al primero.
Ambos objetos desaparecieron hacia el suroeste en cuestión de segundos. Poco después, un avión de pasajeros cruzó el cielo, y el agente Steinberg consideró que el artefacto desconocido se desplazaba veinte veces más rápido que el avión.
El 20 de marzo de 1978, la policía de la ciudad de Salamanca, Nueva York, recibió decenas de llamadas entre las 23:00 y las 01:00 horas sobre un extraño objeto volador del tamaño de dos campos de fútbol americano, rectangular y repleto de luces rojas, blancas y verdes que se desplazó en silencio total sobre la reservación y de ahí hacia Ellicottville, donde los radaristas del aeropuerto local dijeron no haber visto nada en sus pantallas. Los periódicos regionales achacaron el incidente a la premiere de Close Encounters of the Third Kind pocos meses antes--a pesar de que un policía local había logrado tomar fotografías del fenómeno nocturno...
Entre 1973 y 1976, la región del estado de Maryland entre las concentraciones urbanas de Baltimore y Washington D.C. experimentó una racha de avistamientos de “grandes monstruos peludos” que a pesar de su hirsutez y tamaño no tenían nada que ver con el célebre Bigfoot o Pie Grande de la costa del Pacífico. Estas violentas criaturas merodeaban el entorno suburbanita de White Marsh (donde ahora existe un importante centro comercial), atemorizando a los vecinos y desafiando a los agentes del orden público que no sólo las vieron, sino que dedicaron gran parte de su tiempo libre a perseguirlas. Para estos policías municipales y estatales, las criaturas de ojos verdes fosforescentes y gritos ensordecedores no eran fruto de ningún azar evolutivo, sino de la mano del hombre. En un incidente ya legendario, uno de estos seres se dedicó a lanzar grandes barriles llenos de productos líquidos contra los policías que se habían personado al patio de un almacén en el que merodeaba el intruso.
El sargento George Brooks del cuartel del condado de Essex recordó un caso de 1976 en el que una vecina de Harewood Park se comunicó con las autoridades después de haber visto un ente simiesco de 2 metros de estatura corriendo por el patio de su casa. El sargento Brooks quedó atónito al llegar al lugar de los hechos para descubrir que el perro pastor alemán de la señora – un animal de noventa libras de peso – había sido desgarrado a la mitad por “algo” de fuerza descomunal. El policía afirmó haber encontrado huellas de pisadas y haber escuchado un grito ensordecedor que provenía desde la arboleda cercana. “Cuando llegamos al lugar encontramos las huellas y hallamos fibras de pelo cuando aquella cosa atravesó una alambrada de púas. Escuchamos sus gritos, pudimos oler su hedor a azufre, vimos sus huellas, pero nunca pudimos verla. Pensamos que pudo haber nadado desde el Arsenal Edgewood (el antiguo nombre del polígono de Aberdeen) y que pudo haberse tratado de alguna especie de mutación genética. Los militares estaban muy interesados en el caso, pero jamás nos llevamos bien con ellos, si entiende lo que le quiero decir”. (Entrevista con Mark Opsasnick, revista Strange No.3, p. 65).
Un año después de la erupción volcánica de Mount St. Helens, la policía de la comunidad de St. Helens comenzó a recibir llamadas del público sobre la presencia de "poderosas luces anaranjadas" sobre el rio Columbia entre Vancouver y su población. El sargento Russ Yokum afirmó haber visto una de las luces en cuestión el 31 de marzo de 1981 - avistamiento corroborado por el agente Ron McCartney de la policía estatal de Oregón en Columbia City. Este último describió el objeto como "con forma de domo" agregando que "tal parecía que la luna salía por detrás de una colina. Un total de quince testigos apoyaría esta versión, incluyendo repartidores de periódicos que se encargaban de dicha labor a esas horas.
Donald Atkin, un operador de radio aficionado, aseveró que una de estas luces estaba cerca de su hogar en Ridgefield, Washinton (a pocos kilómetros de St. Helens) y que emitía un sonido mecánico, parecido al sonar de una embarcación.
Los policías Atkins y McCartney confirmaron la ausencia total de vuelos comerciales sobre la región en aquel momento.
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