Thursday, March 07, 2024

Túmulos, Jaspe y Gigantes: Misterios de América del Norte

 



Túmulos, Jaspe y Gigantes: Misterios de América del Norte

Por Scott Corrales ©2024

 Uno de los placeres de la investigación del misterio lo es sin duda ver como se bifurcan los distintos senderos de la actividad, y a lo que pueden llevar. El chico interesado en platillos voladores puede acabar astrónomo; la pareja que participa en vigilias nocturnas igual puede enamorarse y tener un futuro; en otros casos, como el que nos ocupa ahora, el que va al bosque en pos de monstruos puede acabar criptoarqueólogo.

El motivo de la anterior parrafada lírica se debe a una plática del destacado criptozoólogo y antiguo ingeniero de la NASA - Tim "Coonbo" Baker - sobre el misterio de las civilizaciones olvidadas de América del Norte y el ocultamiento de dicho conocimiento por nada menos que el museo Smithsoniano de Washington. Una acusación que siempre se ha dirigido contra dicha institución por su mano en la confiscación de artefactos cuya existencia puede suponer una contradicción a las creencias establecidas.

Durante un programa de radio por internet a comienzos del 2024, el siempre locuaz "Coonbo" abordó el enigma de los túmulos supuestamente indígenas que existen a lo largo de los grandes ríos del este del continente - el Mississippi, el Ohio y sus aguas tributarias. Los antropólogos aceptan sin rodeos que hubo una o varias civilizaciones que reciben el nombre de Mound Builders - los hacedores de túmulos - pero aparte de eso se habla poco de ellas. Este mutismo ha dado lugar a teorías conspirativas sobre estas culturas y su origen.

El cambio de tema se debió a la mención del descubrimiento de una osamenta gigante en  Winsboro, estado de Luisiana, en 1913. Los recortes de prensa indican que estos seres tenían la formidable estatura de 12 pies (3.5 metros) y que la disposición de los restos indicaba que se había producido una formidable batalla en aquel lugar en algún momento perdido en la noche de los tiempos. La ausencia de armas sugirió a los investigadores de comienzos del siglo XX que habrían utilizado macanas para el combate.

"Hubo una excavación de restos gigantes en el Natchez Trace," agregó el Sr. Baker. "Vivía yo en Macon en aquel momento, y pude conocer a la dama encargada de la excavación. Resultó que habían hallado un enorme bloque de jaspe (mineral de origen sedimentario) de cuatro pies de ancho, once a doce pies de largo, y cinco pulgadas de grueso. Se podrán imaginar lo que pesaba aquello, miles de libras. El lugar más cercano en el que podía obtenerse aquel material era Jasper, Alabama. Una distancia de noventa millas. No podían explicarse cómo fue posible transportar aquella mole sin el uso de la rueda, que era totalmente desconocida en las Américas cuando se erigieron los túmulos, hasta dónde llegan nuestros conocimientos. Pues bien, al mover aquella lápida, hallaron un esqueleto macho de diez pies de estatura y uno femenino de ocho. No solo eso, sino que habían sido enterrados con ropajes de gala, incluyendo capas hechas de plumas. Y si has leído sobre las tribus amerindias, y hasta en Hawái, estas capas de plumas representaban el nivel más sacro de indumentaria. Las capas tenía plumas de colibrí, de petirrojo, de cardenal, de colorines azules, toda clase de plumas distintas urdidas para formar una capa. Ambos restos mortales llevaban gorgueras, una especie de collar ceremonial.

"Resultaba obvio que estos gigantes habían sido figuras reverenciadas por aquella sociedad o tribu que hizo aquel túmulo. ¿Y saben lo que fue de aquellos esqueletos? Fui una tarde después del trabajo para ver cómo iban las obras, porque de veras que interesaba saber lo que había debajo de aquella lápida. Al llegar, encontré a la encargada del proyecto ahí sentada, furiosa y llorando. Cuando le pregunté lo que pasaba, repuso que dos personas del Smithsoniano se habían personado para confiscar las osamentas y todos los artefactos. Les acompañaba una autoridad local que mandó a los excavadores a enterrar la lápida de nuevo, tapar el túmulo, echarle semilla de césped, y dejarlo en paz".

Aunque lo anterior tal vez suene a 'arqueología prohibida' y leyendas urbanas, los túmulos existen al igual que los restos de las metrópolis norteamericanas del mundo antiguo, principal entre ellas Cahokia, una especie de Teotihuacán sin pirámides cuya población - según la arqueología ortodoxa - superaba los veinte mil habitantes. El fin de su existencia se achaca a una extraordinaria sequía, algo que encaja muy bien con la narrativa actual del cambio climático. Se hace hincapié en las dimensiones de esta metrópoli y su adelanto para contrastar la creencia de que la urbanización vino de la mano de los colonos europeos.

Pero dejando a un lado esta antropología activista, pasamos a los aspectos misteriosos de estos túmulos, como la atracción del fenómeno OVNI hacia ellos, los avistamientos y encuentros de Bigfoot (Piegrande) en estos sitios, y la posibilidad de que estas criaturas los consideren como puntos de veneración. Los encuentros con el aborrecible Dogman - el hombre perro de las crónicas contemporáneas - también se han dado en las inmediaciones de túmulos parecidos en Wisconsin.

"Aquí en los EEUU," nos decía el nunca bien ponderado John Keel, "se ha observado que los ovnis aparecen frecuentemente en las partes de Ohio que tienen montículos, y hasta parecen correr según las líneas de energía "ley" en esas áreas. Durante el siglo pasado, se desenterraron cofres de piedra en los montículos del valle del Mississippi que resultaron ser idénticos a los cofres encontrados en Yorkshire, Inglaterra. Pero denominamos a los túmulos americanos «montículos indios», aunque los indios norteamericanos niegan saber quién los construyó o con qué fin. A comienzos de 1800, una gran religión fue fundada por un muchacho llamado Joseph Smith, luego de haber descubierto un cofre de piedra lleno de tablillas de oro en un montículo en el estado de Nueva York. Dijo ser capaz de descifrar lo que decían las tablillas y produjo la biblia de los mormones, supestamente  la historia de América del Norte en la antigüedad".

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