Sunday, October 30, 2011

Veinte Años Atrás: La Oleada de 1988 en Arkansas, EE.UU.







Veinte Años Atrás: La Oleada de 1988 en Arkansas, EE.UU.
Por Rick Hilberg – MUFON of OHIO Newsletter

Los vecinos del Condado de Little River en Arkansas han dado a conocer avistamientos de OVNIS a los periódicos, estaciones de radio y comisarías desde finales de diciembre de 1987. Y aunque gran parte de los informes asemejan las luces nocturnas que acaban siendo “objetos voladores identificados” tras un poco de estudio, existen, sin embargo, algunos casos principales que merecen reconocimiento. Aquí presentamos dos de estos casos:

Tres mujeres del poblado de Foreman tuvieron un encuentro aterrador con un OVNI de luces brillantes que persiguió su auto el 19 de enero de 1988, al regresar de un juego de baloncesto. El incidente comenzó a las 10:15 p.m. cuando Terri Jeanes conducía su Nissan con Margaret Sharp y Deanna Irvan como sus pasajeros.

Conduciendo hacia el sur a lo largo de la Carretera 51, Sharp le pidió a Jeanes que detuviera el coche, puesto que había observado una luz anaranjada hacia el este a menos de un cuarto de milla de distancia, en el paraje conocido como Red River Bottoms.

Jeanes detuvo el coche en la cuneta. Las tres miraron la forma en que la luz anaranjada se “abalanzaba” tres veces hacia el norte a la altura de las copas de lo árboles hacia el norte antes de desaparecer.

Luego de realizar varios cambios de ruta para llegar a la carretera en la que viven Sharpe y su marido, las tres mujeres vieron la luz nuevamente en la distancia y hacia el sur. Parecía flotar justo sobre “Bottoms”, como dijeron posteriormente. Jeanes creyó que se trataba de un helicóptero médico local con base en Texarkana. Sin embargo, las tres pudieron discernir que el objeto tenía tres colores distintivos: rojo, azul, verde y ámbar: colores que no se asocian a menudo con la luces de navegación de un avión.

Jeanes estacionó su coche en la entrada para que pudiesen ver la luz. Vieron como se cernía por espacio de tres a cinco minutos, y en ese espacio de tiempo quedaron convencidas de que no se trataba de ningún avión. El marido de Margaret Sharp trabajaba esa noche, y eso la llevó a decidir que no quería estar sola en su casa, de forma que Jeanes hizo un viraje y regresaron a Foreman. Fue en ese momento que una “gran luz blanca” apareció entre las demás luces. La luz del objeto se convirtió en roja y comenzó a acercarse a ellas.

Sharpe pisó el acelerador y salieron a toda prisa hacia la casa de su tío a dos millas de la Carretera 32.

La luz siguió el vehículo sobre las copas de los árboles, siguiéndolas silenciosamente a la derecha del camino, en paralelo con el coche. Antes de llegar a la casa de Bob Taaffe, el objeto voló sobre el coche y según Irvan, dejando una “sombra roja” de luz dentro del vehículo a la par que pasaba por encima.

Al llegar a la casa de Taaffe, las mujeres corrieron al interior para contar lo que habían visto. En este momento, Sharp decidió que esperaría ahí a que viniese alguien a recogerla y llevarla a su casa.

A las 11:00 p.m. aproximadamente, Jeanes e Irvan dejaron a Sharp en la casa de Bob Taaffe y abordaron el Nissan Máxima de nuevo. Al acercarse a la intersección de la Carretera 41, el objeto reapareció desde el sur. Para Irvan, quien ahora iba de pasajero en el asiento delantero, la luz parecía una enorme bola de fuego. La luz siguió a los testigos, esta vez deslizándose al lado izquierdo del coche. Dijo Irvan: “Parecía ajustarse al terreno, subiendo y bajando. No hay árboles y baja rápidamente. Muy rápidamente.”

Jeanes aceleró el vehículo. Cuando llegaron a la Carretera 41, hicieron un viraje al norte en dirección a Foreman. La luz también giró hacia el norte. Irvan dijo que el viraje realizado por el objeto no correspondía al arco típico de un auto que entra en una carretera perpendicular, sino que al contrario, el objeto hizo una vuelta repentina de 90 grados.

En este momento, el terror era tal que el vehículo alcanzaba velocidades de 120 millas por hora. Acercándose a Foreman, pudieron ver las luces de la concesionaria de Chevrolet a la izquierda. Jeanes recuerda haber pensado en este momento que la luz debió haberse acercado al coche más todavía, o realizado algún cambio, porque el terror que sentía Deanna Irvan se intensificó.

Frente a la concesionaria automotriz hay un letrero publicitario bien iluminado. El aparato “pasó justo en frente de ese letrero”, declaró Irvan. “Ahí fue cuando pude verlo de verdad. Se trataba de una gran máquina metálica, y las luces parecían estar en el centro del objeto. Resplandecía de tal modo que no podía ver la parte superior con la misma facilidad que la de abajo. Para mí era como un tanque, con fondo plano y acabado mate. ¡Oscuro!”

Irvan estimó el ancho del objeto como semejante al de dos camionetas de lado a lado, y su largo era comparable al de tres camionetas tipo pickup.

Irvan contempló el objeto hasta llegar a Foreman. Dijo que la luz se detuvo sobre la arena para rodeos al lado de la carretera, cerniéndose sobre el camino antes de desaparecer de un centellazo. Varios testigos locales afirmaron haber visto luces de colores distintos aquella misma noche.

Jeanes también informó que su Nissan Maxima 1988 tenía marcas extrañas tras el evento. Cada grupo de marcas tiene cuatro rayas de lado a lado. Las rayas son de aproximadamente 3 pulgadas y tienen puntos. Las marcas parecen haber sido producidas por caucho, pero Jeanes no pudo lavarlas.

En otro encuentro cercano, una maestra que pidió mantenerse en el anonimato estaba conduciendo hacia Forman a las 11:40 p.m. el 6 de febrero de 1988 a los largo de la Carretera 41 cuando notó la presencia de luces sobre una colina al haber pasado un parque al lado de la carretera.

“Me sorprendió, y lo primero que pensé es que era un coche o vehículo con las luces largas encendidas, así que hice señales con mis propios faros para que atenuasen sus luces. Pero las luces no se atenuaron y venían justo hacia mi, justo en el medio del camino”, agregando que a la par que la luz se acercaba, pudo ver “dos luces horizontales separadas al nivel del suelo”. Se desplazaban de norte a sur a lo largo del camino.

“La mejor descripción que puedo dar era que se parecían a los faros a lo largo de la parte superior del parachoques con luces antineblina en el fondo. Se podía ver una separación muy notable entre ellos,” afirmando que no parpadeaban ni pulsaban, sino que se desplazaban cuesta abajo y que era posible ver “el calor resplandeciendo en torno a la luz inferior”.

“Para estas alturas estaba convencida de que esas luces – fuesen lo que fuesen – iban a chocar conmigo y me preparé para acabar en la cuneta”. Estimó que las luces estaban a una distancia aproximada de 100 pies “cuando me invadió la sensación de que las luces chocarían conmigo y después...nada. No había nada en absoluto, ni luces, ni sonido, y me era posible ver la carretera con los faros de mi coche”.
La maestra informó su experiencia a la oficina del comisario luego de haber llegado a Foreman a una velocidad en exceso de 85 mph. La oficina del comisario confirmó la recepción de varios cientos de llamadas después del incidente de la mujer, mayormente sobre luces nocturnas típicas, que constituyeron el grueso de esta oleada OVNI local”.

(Traducción de Scott Corrales para Arcana Mundi)

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