Wednesday, October 24, 2018

La Guerra en el Aire: OVNIS vs. Interceptores



La Guerra en el Aire: OVNIS vs. Interceptores
Por Scott Corrales © 2018

En fechas recientes se circuló un vídeo en YouTube titulado "Military Jets track high speed UFO" (interceptores militares rastrean OVNI de alta velocidad) y que contenía pietaje supuestamente proveniente del encuentro un interceptores F-18 de la marina de guerra de EEUU, perteneciente al portaaviones Nimitz, en el 2004. Otro incidente representaba el diálogo entre varios pilotos militares que se encaraban a una verdadera flota de objetos desconocidos. Por lo que parece ha habido más de una docena de incidentes parecidos desde el 2015. El caso del Nimitz era especialmente alarmante, dado que los objetos descendían de una altura superior a los sesenta mil pies a velocidades supersónicas para acabar suspendidos a docenas de metros sobre el agua, superando las capacidades militares de los vehículos de EEUU y los países de la OTAN.

Pero como suele decirse, “no hay nada nuevo bajo el cielo” y los encuentros entre los valerosos jinetes de los aires y lo desconocido se remonta al comienzo de la etapa moderna de la ovnilogía, y bien recordamos la tragedia del capitán Thomas Mantell y su P-51.

El 20 de julio de 1975, el comandante William B. Royce realizaba vuelos de entrenamiento con un estudiante a bordo de un T-37 sobre la base aérea Williams de la fuerza aérea estadounidense en el desierto de Mojave, cerca de la población de Chandler. Royce se encontraba enfrascado en la tarea de enseñarle a su pupilo cómo alinear el morro del avión con la pista de aterrizaje a cinco millas de distancia, cuando un objeto color anaranjado rojizo apareció de la nada y pasó de largo al T-37.

El estudiante se quejó de la falta de cortesía del otro piloto, pero Royce tomó los mandos de T-37 y ejecutó una veloz evasiva, advirtiendo a su estudiante: "No es uno de los nuestros".
El comandante tomó la decisión repentina de perseguir el objeto, a pesar de que su avión de entrenamiento carecía de armas. Revisando el reloj de combustible, el comandante decidió que sería posible alcanzar al intruso sin problemas. Al alcanzar unos cuatro mil pies de distancia de su objetivo, a una velocidad de 380 millas por hora, Royce pudo observar que se trataba de un objeto con forma de platillo, cuyo metal estaba calentado a temperaturas tan intensas que le daban el brillo anaranjado rojizo. El objeto parecía tener una especie de hendidura en que podía ser una puerta o ventanilla recesada.

Justo cuando Royce pensó en acercarse más al objeto, el platívolo ascendió repentinamente, aumentando la distancia que lo separaba del avión de entrenamiento.

El comandante y su estudiante regresaron a la base Williams, prefiriendo no comentar sobre su encuentro. Posteriormente, Royce le diría al escritor Rufus Drake: " Sé de un piloto que alcanzó a volar lado a lado con un OVNI y llegó a detectar ventanillas en el objeto...algunos de los muchachos piensan que estos intrusos provienen del espacio exterior, sin duda".

Algunos años antes, Carol Johnson, vecina de Tucson, Arizona (EUA), alegadamente presenció la persecución de un OVNI por interceptores Grumman A-7 provenientes de la base aérea Davis-Monthan. El evento, ocurrido en Febrero de 1972, se produjo sobre los cielos de Tucson; Johnson pudo ver la formación de tres interceptores acercándose al objeto desconocido, cuyas dimensiones superaban las de los aviones de guerra por mucho. Justo antes de que los interceptores alcanzasen su objetivo, el OVNI desapareció por completo--como si jamás hubiese estado. La señora Johnson afirmó que los interceptores realizaron una serie de maniobras de búsqueda, pensando que el objeto desconocido pudo haber aterrizado repentinamente. Según el investigador Kevin Randle, afiliado en aquel momento al célebre grupo de investigación APRO, los radaristas de la base Davis-Monthan habían captado el objeto en sus radares, y también existía la posibilidad de que las ametralladoras fotográficas hubiesen captado la desaparición del objeto. Treinta años después, el silencio de la USAF sobre dicho avistamiento sigue siendo sepulcral.

Meses después, en diciembre de 1972, el capitán Richard Bowers tendría su propia experiencia con lo desconocido mientras que volaba su interceptor F-100 Super Sabre a 43,000 pies de altura al norte de Fayetteville, Carolina del Norte, ejecutando maniobras para regresar a la base aérea Pope. La torre de control de la base advirtió al piloto que alguien le venía pisando los talones, sugiriendo que podía tratarse de un piloto privado. Bowers quedó sorprendido, ya que a ningún piloto de avioneta se le ocurriría volar a dicha altura.

Al mirar hacia atrás, Bowers pudo ver un resplandor rojizo. Inclinando su cazarreactor lateralmente al virar hacia la derecha, el piloto de la USAF quedaría sorprendido al ver un objeto cuyas dimensiones correspondían casi a las de su interceptor--sólo que era circular y despedía una extraña luz roja. El interceptor trató en vano de esquivar al intruso, que parecía no tener intención alguna de despegarse de él. Por espacio de diecisiete minutos, el capitán Richard Bowers ejecutó maniobras de evasiva que jamás había realizado desde la guerra de Vietnam--virajes y caídas en picada que fueron vistas desde la tierra por los ciudadanos de Fayetteville, que no dudaron en comunicarse con su periódico y dar parte del suceso.

El OVNI se cansó de aquel juego de "gato y ratón" y se alejó vertiginosamente. Con sus reservas de combustible casi agotadas, el capitán Bowers pudo aterrizar en la base Pope. Su primera acción en tierra consistió en dirigirse a la oficina del jefe de escuadrón para decirle que los OVNI eran algo real, que posiblemente eran hostiles, y la USAF debía hacer algo para garantizar la seguridad de sus pilotos. El exabrupto le ganó una transferencia a una base militar en el oeste de EUA y que fuese dado de baja del servicio activo poco después. Bowers falleció en 1977, convencido de que la fuerza aérea conocía de sobra la naturaleza del objeto que le había atormentado aquella noche en Carolina del Norte.

En 1978, tres interceptores F5-E de la Fuerza Aérea de Chile (FaCH) recibieron la orden de salir al encuentro del desconocido desde su base en Cerro Moreno. Un enorme objeto triangular se encontraba suspendido a cincuenta mil pies de altura, con el aspecto de 'tres luces de neón conectadas en sus extremos.' El capitán Luis Lira Bustos, desde una altura de veintiséis mil pies, informó al control de tierra que el objeto era 'un triángulo de aspecto metálico, hecho de aluminio y reflejando la luz del sol. Otro de los pilotos declaró que el artefacto era 'cincuenta veces mayor' que su propio avión.

Y los casos tampoco están restringidos al hemisferio occidental. En junio de 1983, la Royal Australian Air Force anunció su investigación de las enigmáticas señales de alta frecuencia que plagaban a los operadores de la torre de control del aeropuerto de Sydney - incidentes que fueron anotados en las bitácoras oficiales. El mando operativo de la RAAF se limitó a decir que el intruso, 'sea lo que fuere', volaba a unos 2400 kmh por hora, el doble de la velocidad del sonido.
A comienzos de los '80, Steve Lewis, ex-oficial de inteligencia militar con la USAF, declaró públicamente (ante el club de astronomía de la ciudad de Tulsa, Oklahoma) que las investigaciones del famoso Proyecto Libro Azul representaban tan solo una fracción de la información recabada por los militares sobre el fenómeno. "La película Encuentros en Tercera Fase es mucho más real que lo que puedan pensar," expresó el militar retirado, agregando que la gran mayoría de los avistamientos OVNI tenían una respuesta prosaica, pero que la mayoría de los informes más sinceros tienen algo en común, que son las descripciones de luces muy brillantes y cegadoras. La USAF, según Lewis, consideraba la posibilidad de que las luces representaban un sistema de propulsión avanzado que permitía que las naves se desplazaran a la velocidad de la luz. "Ya no descarto probabilidades."

Los OVNIS pierden la jugada


Sin embargo, la superioridad de los objetos desconocidos no es absoluta: la iniciativa de destape de información denominada "Project Disclosure", encabezada por el ex-médico de urgencias Steven Greer, ha dado a conocer el testimonio de varios pilotos que afirman haber derribado OVNIS con sus armas.

El cabo de marina John Weygandt, uno de los testigos entrevistado por Greer para posibles vistas ante el congreso de los Estados Unidos, declaró haber participado en las labores por recobrar un objeto de gran tamaño (veinte metros de largo por diez de ancho) que había sido derribado por elementos de la fuerza aérea peruana en 1997. Weygandt recibió órdenes de resguardar el lugar del estrellamiento con un destacamento de "Marines". El objeto había chocado contra un peñasco y se había incrustado en él, dejando a su paso un líquido viscoso de consistencia parecida al jarabe, pero de color verde violáceo. El objeto emitía un sonido "parecido al de un amplificador después de que se desconecta una guitarra eléctrica", según Weygandt, un zumbido que se redujo en intensidad a la par que el objeto dejaba de funcionar. A pesar de haber realizado la misión encargada, Weygandt fue blanco de hostigamiento por un teniente coronel que le hizo firmar documentos mediante los que se comprometía a nunca hablar del asunto. El cabo interino guardó silencio hasta el 2001.

Otro participante en el destape OVNI, el sargento Clifford Stone, mundialmente reconocido por sus investigaciones en torno a las operaciones de rescate "Moondust/Bluefly" de los EUA, manifiesta no estar sorprendido por estos relatos: "[los OVNIS] representan una tecnología falible, hecha por criaturas tan falibles como nosotros mismos". Prueba de ello, agrega Stone, lo son los aparatos no terrestres derribados accidentalmente por sistemas de radar en tierra.

El objetivo principal del Dr. Greer y sus esfuerzos destinados a que el gobierno de EUA celebre vistas sobre el fenómeno OVNI tiene que ver con la militarización del espacio y los proyectados sistemas antimísiles. "Se nos ha informado", declara Greer en su ponencia, "Que el susodicho programa "Guerra de las Galaxias" (Star Wars) realmente tiene por mira encubrir el desarrollo de un sistema bélico diseñado para rastrear y destruir aparatos de procedencia extraterrestres mientras que estos se acercan a la tierra o penetran nuestra atmósfera.
Citando al padre de la astronáutica como la voz más estridente contra el militarismo espacial, Greer añade: " Nadie menos que Werner Von Braun advirtió, en su lecho de muerte, sobre la locura de tal proyecto, sin que sus palabras hayan surtido ningún efecto aparente".

Parece ser que en 1974, el doctor Von Braun advirtió a su ayudante, la Dra. Carol Rosin, sobre el gran peligro que se cernía sobre la humanidad si la carrera armamentista se extendía al espacio. Curiosamente, Von Braun señaló que el gobierno estadounidense utilizaría varios pretextos -- la URSS, el peligro de asteroides chocando contra la tierra, etc. -- para popularizar la iniciativa de defensa espacial entre el público estadounidense.

Pero estos sistemas defensivos que tanto temía el doctor Von Braun siguen su desarrollo a un ritmo acelerado, sobre todo después de que el gobierno de los EE.UU. anunciara en diciembre de 2001 que se desvinculaba de tratado de mísiles antibalisticos (ABM, por sus siglas en inglés) firmado por los presidentes Richard Nixon y Leonid Brezhnev en la década de los '70.
Quince años antes, en 1985, la U.S. Department of Energy pregonaba el éxito de su experimento de energía dirigida denominado MIRACL (Laser Quimico Avanzado de Medio Rango Infrarrojo), que destruyó exitosamente un lanzador de proyectiles balísticos. Después de este sistema, los EE.UU. implementaron el primer haz de partículas, experimento que involucró la irradiación de una ojiva nuclear simulada con un haz de protones de alta intensidad, resultando en la detonación del explosivo dentro de la ojiva. En la primavera de 1989, el Láser Químico Alfa resultó exitoso durante sus pruebas iniciales como candidato para una posible arma de rayos de uso espacial.

Pero la investigación no se ha circunscrito a los mortales rayos de energía dirigida: el Lanzador Electromagnético Thunderbolt, uno de los conceptos para un "cañón electromagnético" producidos bajo SDI, tiene el potencial para disparar proyectiles a una velocidad en exceso de 8.6 millas por segundo. Estos pequeños pasos hacia un mundo hasta ahora desconocido de armamentos ofensivos comprueban que estamos desarrollando la capacidad de defendernos contra una amenaza mucho mayor que las armas nucleares de países enemigos. Esta es la posibilidad que tanto temor ha ocasionado entre Greer y sus correligionarios.

El Proyecto Disclosure pide, por último, que "se haga cumplir la veda sobre las armas en el espacio, y prohibir el rastreo de cualquier objeto extraterrestre, puesto que dichas acciones son injustificadas y pueden poner la especie humana en peligro".


1 Comments:

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