Friday, April 17, 2009

Jaque Mate: Philip Mantle y el Final de la Autopsia Extraterrestre

Jaque Mate: Philip Mantle y el Final de la Autopsia Extraterrestre
Por Scott Corrales, Arcana Mundi

La revista australiana “The Ufologist” en su ejemplar de marzo-abril 2009 (Vol. 12 #6) nos presenta un trabajo sumamente interesante de la pluma del investigador británico Philip Mantle sobre la “autopsia extraterrestre” que acaparó la atención de los medios en la década de los ’90. Aparte de haber sido un evento que sirvió de nexo a investigadores e interesados en el fenómeno ovni en todas partes del planeta, la “película de Santilli”, como también se le llegó a conocer, sembró dudas y controversias desde que hizo su aparición en 1995.

Mantle comienza su artículo diciendo que llegó a conocer a Ray Santilli por primera vez en 1995, justo cuando la “autopsia extraterrestre” estrenaba en las pantallas. En el 2007, Mantle se desplazaba a Londres para reunirse con Santilli y el socio de este, Gary Shoefield. Durante el almuerzo que compartieron, Santilli le mostró unos cromos encerrados en una especie de material tipo Perspex: el productor insistía que estos eran los cromos originales tomados del famoso rodaje en 1947.

A los pocos días de la reunión, un allegado de Phillip Mantle recibió una llamada telefónica de un hombre llamado Spyros Melaris. Este sujeto afirmaba “haber encabezado el grupo que falsificó todo el rodaje de la autopsia. Era un mago y cinematógrafo que estaba dispuesto a “cantar”. Ofreció el qué, cuándo, cómo y dónde de todo el affaire,” escribe Mantle. “Debido a mi participación en el asunto, en pocos días me encontraba en contacto con Spyros Melaris”.

A lo largo de una serie de llamadas telefónicas, el autor descubrió que el tal Melaris estaba interesado en dar a conocer su participación en el asunto, ya fuese mediante un libro o documental. Mantle coordinó la aparición de Melaris en la conferencia UFO DATA celebrada el 20-21 de octubre de 2007 en la ciudad de Pontefract (Yorkshire Occidental) Ante un nutrido público, Melaris divulgó su participación en la confección de la película. A pesar de que algunos se sintieron molestos por su reclamo, “la gran mayoría se quedó fascinada por las revelaciones”.

Así se conciben los fraudes

Según Mantle, Spyros Melaris nació en Chipre antes de que sus padres se mudasen a Inglaterra. Fascinado por los trucos de magia que le enseñaba su abuelo, el joven Spyros llegó a poner su interés en práctica cuando de mayor pudo ejercer de mago y cinematógrafo. Posee su propio estudio de televisión en Londres y realiza producciones independientes. En 1995, Melaris se encontró con Santilli en un restaurante y este le dijo por primera vez que “habia obtenido pietaje de un extraterrestre.” Cuando vio que Santilli no bromeaba, Melaris aceptó la invitación a ver el material.

“Algunos días después,” escribe Mantle, “ Spyros acudió a la cita con Santilli en Londres, y al llegar encontró que Ray estaba totalmente desolado. La película que había comprado era de pésima calidad. Spyros pudo ver lo que sé llegado a conocer como “el pietaje de la tienda de campaña” y enseguida pudo reconocer que se trataba de una grabación en videotape. La cinta que le habían enseñado estaba, efectivamente en formato VHS. Santilli manifestó su asombro, ya que no pensaba que se daría cuenta de este detalle con tanta rapidez [...]. Spyros pensó: “este tipo está loco. Quiere hacer una mala jugada. Pensé en ese momento que todo había acabado”. (Ufologist, p.13)

Es muy posible que la investigación ovni hubiese salido ganando si, como pensaba Melaris, “todo había acabado”. Pero no fue así.

La suerte quiso que Melaris se comunicara con su amigo y colega John Humphries, escultor graduado de la Real Academia cuyas labores a veces se solapaban con la televisión y el cine. Como habían colaborado, Melaris le propuso al escultor la idea de esculpir un extraterrestre. El concepto era bastante sencillo: utilizar la escultura del extraterrestre como su tarjeta de presentación para proyectos de mayor calibre, colaborando primero con Santilli en el documental de la autopsia y posteriormente un segundo documental que mostrara como habían creado el “marciano”. Humareis manifestó su interés y Melaris le comunicó el concepto a Santilli, quien según Mantle “parecía un hombre que había vuelto a nacer” (Ufologist, p.13). Con un presupuesto que rayaba en las treinta mil libras esterlinas, se firmaron los contratos y el proyecto se puso en marcha.

Spyros Melaris se encargó del diseño, dirección y administración del proyecto, siendo responsable de toda la “utilería” empleada en el Producción (la mesa de la autopsia, los “trajes de descontaminación”, etc.) Philip Mantle señala en el artículo que Geraldine (pseudónimo), la novia de Melaris, se desempeñó como documentalista, consultando textos de medicina, entrevistándose con patólogos y especialistas, y hasta llegando a interpretar el papel de enfermera en la película. El cuerpo del famoso alienígena fue creado por Humphreys, quien utilizó para el molde a su hijo de 10 años de edad. Unos amigos de Melaris – Greg Simmons y Gareth Watson – interpretaron a los médicos.

La escultura de Humphreys, sin embargo, sufrió un desperfecto: una burbuja de aire en la gomaespuma empleada para crear su piel había dejado un hueco en la pierna. En un golpe de inspiración, el escultor y el director acordaron en utilizar la coyuntura de una pata de cordero que habían procurado de la carnicería local para sanar el “desperfecto”. Con un soplete, hicieron ligeras quemaduras a su alrededor: de ahí que el alienígena hubiese sufrido una herida en la pierna durante el supuesto choque de su artefacto.

Los creadores se valieron de los órganos internos del animal para crear las tripas del malogrado visitante del espacio, alterándolos con un bisturí y revistiéndolos de látex. “El cerebro del alienígena”, escribe Mantle, se hizo a base de tres cerebros de cordero y parte del cerebro de un cerdo, moldeado en gelatina”. (Ufologist, p.14)

Melaris tuvo que encargarse de otro detalle: la entrevista con el supuesto camarógrafo que había presenciado la autopsia. Dado que no había existido dicho personaje, este aspecto también fue confeccionado para el proyecto. Melaris se desplazó a Los Angeles para reunirse con Gary Shoefield, el socio de Santilli, y en esa ciudad encontraron a un vejete desahuciado quien – por otro golpe de suerte – había sido actor en sus años mozos. A cambio de una bonita suma de dinero, el anciano leyó el guión y utilizó el nombre de un personaje que había interpretado en Hollywood muchas décadas antes. Hasta el sol de hoy, nadie ha podido identificar al sujeto, y Melaris afirma que dará esta información a conocer en su próximo proyecto.

Poderoso caballero es don Dinero

Pero dejemos que Philip Mantle hable:

“Le pregunté a Spyros que cual era el plan maestro. Habían hecho la investigación, habían rodado le película, así que, ¿qué venía después? Parece ser que el plan era bastante sencillo. Entregar la película a una teledifusora, pedirles que la investigaran y ver qué pasaba después. La razón por la cual esto no se produjo fue el dinero. Spyros había firmado un convenio de confidencialidad con Santilli, y Santilli insistía que era necesario recuperar la inversión inicial. Santilli le dijo que había invertido una gran cantidad de dinero en la película y que ahora tenía que recuperar sus fondos antes de publicar el proyecto. Santilli aprovecho la ocasión para recordarle a Spyros la firma del convenio de confidencialidad, y que no podía decir ni hacer nada hasta que se le indicase. Aparte de un cheque por 10,000 libras esterlinas, que Spyros dividió con su equipo, no se pagaron regalías, puesto que Santilli afirmaba que habiendo manifestado públicamente que se trataba de una película militar, copiada por terceros sin permiso y sin pago, los derechos estarían reservados por el ejercito norteamericano y no por Santilli. Con el paso del tiempo, Spyros se olvidó de todo y siguió con su vida. Trabajaba constantemente en otros proyectos con Santilli, y acabó por olvidarse del asunto” (Ufologist, p.15)

Naturalmente, hay quienes dicen que todo lo que sale en el controvertido rodaje es real y que Spyros Melaris es un mentiroso. Acto seguido, Mantle informa a sus lectores que una amigo suyo, veterano de efectos especiales para el cine y la televisión, conviene en que las técnicas y materiales utilizados por Melaris y su equipo en la confección del alienígena son correctas al 100% -- no existe duda de que el monigote haya sido realizado en la forma que indica Melaris. Hasta Robert Kiviat, el célebre productor de los sensacionales documentales OVNI de los ’90 (y sus posteriores desmentidos, como no), declara lo siguiente en una entrevista reproducida en el escrito de Mantle: “Mayormente, no puedo encontrar nada descabellado en sus argumentos que sirva para descartar su reclamos como increibles. Aunque me pregunto como pudo haber sido tan ingenuo sobre la cantidad de dinero que Santilli estaba ganando en todas partes del mundo. Esta parte me parece rara, como si estuviese jugando al tonto, cuando al contrario, es muy listo. Y si Ray le dio suficiente trabajo posteriormente para mantenerlo callado, me sigue intrigando por qué permitió que Santilli se embolsara tanto dinero sin exigir lo suyo. Eso si que no tiene sentido”. (Ufologist, p. 17)

“Queda claro”, concluye Mantle, “que partiendo de esta breve entrevista con Bob Kiviat, existen pequeñas diferencias en lo que John Humphreys describe como su participación en el fraude y lo que argumenta Melaris. Sin embargo, Humphreys indica sin rodeos que Spyros Melaris era el encargado del dinero, y que fue él quien le contrató para el proyecto de parte de Santilli. Humphreys también confirma sin lugar a dudas que nunca hubo una película original, sino que todo se trató de un montaje absoluto.”

El libro de Spyros Melaris, titulado Alien Autopsy: The True Story, ya está disponible a vuelta de correo por la suma de 37.50 libras esterlinas de parte de DIGInet UK Publications, PO Box 60908, London, W12 UT.

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