Monday, March 18, 2019

Acertijos de la aeronáutica



Acertijos de la aeronáutica
Por Scott Corrales (c) 2019

El 25 de octubre de 2018, la cadena de televisión FOX News anunciaba a sus espectadores la desparición de una avioneta sobre Carolina del Sur, EE.UU. bajo condiciones tildadas de misteriosas.
El bimotor Piper PA-31 Navajo despegó del aeropuerto municipal del condado de Georgetown con rumbo a las islas Bahamas - un recorrido no muy extenso para las capacidades de dicho aparato - pero a las 11:30 a.m. los radaristas obseravron su desaparición a ciento diez millas al este de la ciudad de Charleston. Las autoridades anunciaron una búsqueda marítima que incluiría barcos y aviones de la guardacosta.

El 'triángulo de las Bermudas' no tardó en surgir como el culpable de la desaparición, aunque otros pregonaban jocosamente la posible culpa del matrimonio Clinton en el el evento, los grises, y hasta Godzilla. Lo cierto es que la avioneta no volvió a aparecer, y se presume hundida a una profundidad de 2000 pies.

Durante la década de los '60 y '70, la creencia en el Triángulo de las Bermudas - ese trilátero imaginario formando por los vértices de las islas de Puerto Rico, Bermudas y Cayo Hueso en la Florida - no sólo era la moda, sino una materia de rigueur para cualquier interesado en la melange de temas que rodeaban al fenómeno OVNI y lo paranormal. La biblioteca personal de cualquier entusiasta casi seguramente incluía un buen número de libros, la mayoría de ellos ediciones rústicas, acerca de los misterios del mar: buques desvanecidos, objetos no identificados saliendo del mar, y la posibilidad de que la mítica Atlántida aún estuviese activa bajo las olas del Atlántico después de miles de años.

Autores como Charles Berlitz, Richard Winer y John Wallace Spencer se convirtieron en los máximos exponentes de la realidad de la figura geométrica en el agua que devoraba aparatos hechos por el hombre sin dejar rastro de ellos. Otros autores se vieron obligados a pescar misterios en otros mares: algunos, como Jay Gourley, los encontraron en el Lago Ontario, cuyas anomalías magnéticas siguen siendo una realidad hasta el presente; otros como Kevin Killey echaron sus redes en el "Meridiano del Diablo" cerca de la australiana isla de Tasmania.

Pero con el paso de los años, y la aparición de nuevas obras investigativas como la de Lawrence David Kusche, que apuntaban hacia un origen mundano de las desapariciones, o al hecho de que muchas de las embarcaciones jamás existieron, el interés por el Triángulo de las Bermudas comenzó a menguar, o al menos dejó de ser una fascinación para la nueva generación de fanáticos de lo paranormal.

No obstante, todavía existe una cantidad de eventos sin explicar jamás han sido incluidos en los libros que tratan sobre el tema.

El 8 de enero de 2006, un periódico electrónico en ingles titulado The Epoch Times – publicado en la república china – dio parte sobre un incidente sumamente curioso. Sin precisar fechas ni ubicaciones, la noticia informaba que seis pilotos del “Equipo Aerobático” de la fuerza aérea china habían sido testigos de una gran formación de aeronaves no identificadas que se abalanzaban contra ellos a alta velocidad, casi resultando en un choque en el aire, de no haber sido por los buenos reflejos de los pilotos involucrados. Uno de los pilotos aerobátas de mayor antigüedad, de nombre Feng Yi, con mas de 3000 horas de vuelo a su nombre, abordó la alucinante experiencia que tuvo su grupo sobre el Mar de Bohai durante un programa de televisión.

Una vez que los pilotos chinos alcanzaron una altura de 21.000 pies en sus interceptores MiG, tuvieron que enfrentar una gran formación de aparatos que se dirigían justo a ellos desde el sudeste. Esta situación – altamente irregular – fue dada a conocer a los controladores de tránsito aéreo (no se especifica en qué ciudad), pero estos advirtieron que no podían confirmar la presencia de ningún otro aparato en los cielos aparte del escuadrón de aeróbatas.

No obstante, los seis pilotos estuvieron de acuerdo en que habían visto la masa de aviones que los obligó a tomar evasivas. El detalle de alta extrañeza en este encuentro, sin embargo, reside en el hecho de que los aviones intrusos “representaban aviones de distintos países y distintas épocas históricas; las formaciones incluían tanto aviones de hélice como de reacción a chorro”.

The Epoch Times propone la teoría de que los pilotos aeróbatas sufrieron una alucinación colectiva, o tal vez algo más inverosímil: que algún campo magnético con las mismas propiedades que una de nuestras videocaseteras estaba en operación, duplicando escenas de otros tiempos. Se barajaron otras posibilidades, inclusive que los aviones eran una “escena de otra dimensión o de otra época” que estaba siendo transmitida a los aviadores.

Cinco meses después de este extraño evento sobre los mares de la China, el veterano investigador ovni Stan Gordon recibió informes sobre un extraño avión “tipo bombardero” volando en los cielos del estado de Pennsylvania (USA) en julio de 2006. Sin embargo, sus indagaciones comprobaron que la teoría inicial -- que se trataba de un avión antiguo que volaba con rumbo a una exposición aérea – era incorrecta. “No hubo ningún informe de semejante avión aterrizando ni repostando combustible en el aeropuerto del condado de Allegheny, donde suelen realizarse tales operaciones”, escribe Gordon. “Si bien es cierto que hay una exposición área programada para este fin de semana en la zona de Pittsburgh, tengo entendido que no participará ningún avión antiguo”.

Como podremos ver, estos incidentes que involucran la presencia de aviones extraños no son nada nuevo.

En febrero de 1996, el rotativo londinense The Times informó que un Boeing 737 de la British Airways, con 60 pasajeros a bordo, había tenido un encuentro cercano con un objeto volador no identificado. El incidente había tomado lugar un año antes, en enero de 1995, mientras que el avión realizaba sus maniobras para aterrizar en el aeropuerto de Manchester. De acuerdo con el capitán Roger Wills, se hallaban a una altura de cuatro mil pies cuando un “avión con forma de cuña” rebasó al aparato de la British Airways, planeando tan cerca de estribor del 737 que el piloto se estremeció. Tanto el capitán Willis como su copiloto estaban convencidos de que este incidente de “air-miss” (cercano a pérdida en el aire) no tenía nada que ver con globos sonda ni ningún otro objeto conocido, aunque el avión con forma de cuña supuestamente tenía pequeñas luces de navegación y una raya negra a lo largo de su costado.

¿Sería posible pensar que algunos de estos aviones fantasmas pudiesen ser, en efecto, OVNIS que se hacen pasar por nuestros propios aviones de pasajeros y de carga? Existen casos que apuntan a esta posibilidad, como el caso sucedido en marzo de 1985 en el que participaba un avión de pasajeros de la Aeroflot que volaba entre Tblisi (Georgia) a Talinn (Estonia). Según el periódico London Sunday Times, el avión fue seguido por un OVNI a una altura de treinta mil pies por espacio de casi ochocientas millas. El objeto desconocido cambió de formas a lo largo del incómodo trayecto, llegando a asumir, en cierto momento, la forma de un avión colosal con morro de aguja. Tanto la tripulación como los pasajeros a bordo del avión de la Aeroflot fueron testigos de estos cambios, y la presencia del extraño objeto pudo ser confirmada por las estaciones de rastreo localizadas a lo largo de la ruta del vuelo.

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