Thursday, September 15, 2022

1980: ¿Desaparición de un perro relacionada con el fenómeno OVNI?

 

 

 


 

1980: ¿Desaparición de un perro relacionada con el fenómeno OVNI?

Resulta difícil olvidar la espeluznante experiencia de John Trasco y su esposa el 6 de noviembre de 1957. Para los amantes de los animales, se trata de nada menos que una pesadilla.

El matrimonio Trasco vivía en Everittstown, Nueva Jersey y la costumbre del Sr. Trasco al regresar del trabajo era ir a dar de comer a su perro King - animal medio ciego y de mal genio que vivía en una casa de perros adosada a la estructura principal.

La señora Trasco se asomó por la ventana de la cocina para ver algo insual: una luz rutilante a 20 metros de la casa, que tomó a primeras como "un charco que reflejaba la última luz de la tarde." Pero al mirarlo detenidamente, pudo ver que era un objeto con forma de huevo que medía varios metros de largo.

Afuera, John Trasco vivía una experiencia totalmente distinta. Se enfrentaba a un 'hombre bajito', de menos de un metro de estatura, vestido de verde y con botones brillantes, sombrero y guantes. Un ser de aspecto bastante desagradable, con cara de color masilla y ojos protubernates como los de un sapo.

Y fue esta criatura que pronunció las palabras que quedarían marcadas en la historia ovnilógica: "Somos gente pacífica. No queremos problemas. Tan solo queremos a su perro".

Trasco le repuso de manera contundente: "¡Lárguese al infierno!"

Sin titubear, el ser de pesadilla se metió en el objeto ovoide, que poco después se elevaría al aire "como la chispa de una fogata que sale despedida hacia arriba".

La nota de prensa indica que el pobre King babeaba tras la experiencia, su mente canina tal vez intuyendo el fin que pretendía el extraño ovninauta sapoide.

Pero el caso que nos interesa es una experiencia en el País de Gales, Reino Unido, años después de que aquellas tierras celtas vivieran su épica oleada de 1974 a 1977. Según el boletín de la organización APRO (Vol. 29 No. 5), el 27 de julio de 1980, Alan Morris se encontraba de pesca con su perro en un río próximo a su casa en horas de la madrugada cuando vio una luz pulsante de de gran brillo que se le acercaba. El objeto acabó por aterrizar en un campo cercano.

Movido por la curiosidad, Morris abandonó su caña de pesca y se dirigió hacia el objeto, que era de forma cilíndrica, de cinco pies de alto por seis de largo, y que descansaba sobre un trípode. Repentinamente salieron tres figuras pequeñas y vestidas de gris que hicieron caso omiso del humano mientras que se enfrascaban en la labor típica de los tripulantes ovni de aquella época, que era tomar muestras de tierra.

Morris permaneció en silencio, alucinado por lo que estaba contemplando. Su perro comenzó a ladrar de repente, corriendo a toda velocidad hacia el aparato desconocido. En aquel momento, Morris afirma haber perdido el sentido, volviendo en sí cuando ya era de día. Su fiel compañero canino no aparecía por ningún lado, y tampoco lo volvió a ver jamás. Lo único que quedaba de aquella experiencia eran ligeras quemaduras en el pasto.

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