Monday, April 29, 2019

Peligro al acecho: los ovnis triangulares



Peligro al acecho: los ovnis triangulares
Por Scott Corrales (c) 2019


El 21 de agosto de 1985 se perfilaba como un día común y corriente para los vecinos de la ciudad de Harlingen, Texas, EEUU, y tal vez lo haya sido para toda la población, con la excepción de una mujer y sus dos hijos que paseaban alrededor del lago de dicha ciudad.

En horas de la noche aquel miércoles, los tres presenciaron un objeto triangular suspendido en silencio sobre el lago. El aparato comenzó a seguirlos, y los azorados humanos se lanzaron a la carrera; la mujer se tropezó sobre las rocas que había en el camino, ensangrentándose las rodillas, levantándose para llevar a su niños al cobijo de unos árboles en la zona, ocultándose mientras el objeto los buscaba con un brillante proyector. Esperaron al momento perfecto para abandonar su refugio y regresaron a toda prisa a su hogar, desde dónde se pusieron en contacto con la policía.



Los chicos se encontrarían con el extraño objeto días después, el 23 de agosto, pero no pudieron convencer a su madre a acompañarlos a buscar el aparato que había tratado de perseguirlos. Sin darse por vencido, los dos niños reclutaron a una vecina que los acompañara; la señora se había enterado del evento de la noche del miércoles pero no era dada a creer en semejantes narraciones, alegando que la madre de los dos críos era aficionada a la botella. No empero, siguió a los jóvenes al lago y llegó a presenciar por sí misma el espectáculo. El triángulo, según la descripción ofrecida al investigador Tom Adams, estaba dotado de 'preciosas luces azules' en dos de sus vértices. El parque de Harlingen estaba lleno de gente, y los adolescentes arrojaban piedras contra el objeto desconocido.

"¡Ey! ¿Tienen chicas allá adentro?," gritaba uno, mientras otros convidaban a los supuestos ocupantes a bajar a beber cerveza marca Bud Lite.
Apunta Thomas en su escrito para el boletín CRUX: "Durante al menos un año antes de los avistamientos de 1985 se habían producido otros informes sobre 'preciosas luces de color azul' que flotaban en el cielo de Harlingen por las noches. No obstante, eran de tamaños distintos y matices distintos del color azul".

El caso anterior - con sus elementos de cacería y persecución, y el detalle jocoso de los testigos que abordaban al fenómeno con desparpajo, es uno de los pocos en que se dan estos elementos a la misma vez. Por lo general encontrarse con un ovni genera otro tipo de emociones, como podemos ver en este caso canadiense, ocurrido en diciembre de 1979 al oeste de Woodstock, provincia de Ontario, a las 8:30 de la noche. El caso fue investigado por Pat de la Franier, Bob Dowsett, Patti Brad y Doug Hartiwck del grupo SUFORT.

Darin, el portavoz de los testigos del evento, afirmó que él y sus amigos habían presenciado tres objetos. El más grande de ellos era de configuración triangular con vértices redondeados.
"Disponía de luces a lo largo de su contorno y las luces giraban, a la vez que lanzaba algo como llamaradas desde su parte posterior. Tenía faros de luz blanca. Cuando lo vimos por primera vez, las luces eran fulgurantes, llenando la oscuridad. Vimos que se proyectaban hacia la superficie, pero sin tocarla. Tampoco estaban directamente conectadas al objeto. Sencillamente aparecieron en un punto determinado del cielo al frente del objeto y llegaban a otro, ahusándose al final," explicó el adolescente. "Las luces nunca apuntaron directamente contra nuestro vehículo, y podíamos ver luces
girando alrededor de triangulo, luces azules como las de la soldadura".

Los tres amigos habían salido desde la población de Ingersoll con camino a Thamesford. Repentinamente, Alan - el chofer - detuvo la marcha para apuntar al cielo, diciendo: "¡Miren! ¡Es un ovni!"



El pánico se apoderó de los jóvenes y Darin se lanzó hacia el asiento trasero del vehículo, emprendiendo la carrera a Ingersoll.

Según el escrito de Franier, tal era el miedo que experimentaban lo amigos que consideraron pasar la noche en dicha comunidad. Se decidieron por regresar a su comunidad, pero el ovni aparición nuevamente, persiguiéndolos. Aprovechando su conocimiento de los caminos vecinales, Alan consiguió escabullirse del intruso. Estacionaron el vehículo, apagaron las luces y se quedaron sentados, afirmando que "algo les estaba obligando a hacerlo." Sentados en el frío interior del coche, Alan coloco la mano sobre el parabrisas para quitar la escarcha, y al hacerlo, pudo ver que el ovni triangular estaba suspendido sobre ellos, con luces rojas y azules. "Pudimos ver que el objeto tenía proyecciones que parecían pinzas que se movían de un lado al otro."

Alan encendió el motor y arrancó a toda velocidad, tratando de extraviarse en los caminos vecinales sin luz al tal grado que ya no sabían dónde estaban. Perdiendo la noción del tiempo, los adolescentes descubrieron que estaban cerca de la carretera #2 con rumbo a Woodstock mientras que el ovni triangular les seguía sin problemas, tanto que se les adelantó y aterrizó en un maizal que estaba más adelante en el camino. Cuando pasaron a su lado a 80 millas por hora (128 kph), el objeto se elevó del maizal para darse de nuevo a la persecución.
Para no aburrir al lector, basta con decir aquí que los tres jóvenes fueron víctimas del juego de gato y ratón por parte del triángulo desconocido con sus perturbadoras pinzas. ¿Tenía pensado llevarse al vehículo y sus tripulantes en volandas?

En cierto momento los tres entraron en un comedero, al borde del histerismo, y pudieron enseñarle al propietario el objeto, que seguía en el cielo pero guardando distancia.
Debatieron si lo prudente era regresar a sus hogares, ya que esto significaría traer al desconocido y potencialmente peligroso objeto a sus familias.
El informe del grupo concluye que "los tres muchachos parecían estar controlados por el ovni. Tras su huida a Ingersoll, se sintieron conminados a volver a la zona aunque no querían hacerlo. 'No queríamos regresar', apuntó Alan, el chofer, "pero repentinamente estábamos ahí de nuevo, en el mismo sitio, y el objeto estaba ahí. Comenzamos a recorrer los caminos vecinales - no sé por qué - era algo que no queríamos hacer, pero algo nos obligaba a ello."

El tercer pasajero - anónimo en el informe - añadió: "No pude recordar nada de lo que hicimos. No pude recordar nada salvo haber ido a trabajar aquel día. No me acordaba de nada más que los ovnis. Estábamos tan asustados que no queríamos regresar, pero lo hicimos. Volvimos tres veces como si algo nos estuviese atrayendo como un imán. Mentalmente no queríamos regresar, pero nos obligaba a hacerlo...sentí que nos leía la mente, y dictaba lo que debíamos hacer".

El informe señala que el automóvil de marca desconocida sufrió desperfectos, como la dificultad de abrir la puerta del lado del pasajero. Los neumáticos se resecaron y acabaron por agrietarse.
Las extrañas propiedades de los ovnis triangulares han sido observadas en otros países y épocas. Durante la oleada de triangulares en Pennsylvania, EEUU a mediados de los '90, algunos testigos presenciales afirmaron haber desarrollado síntomas parecidos a la gripe tras sus encuentros, o jaquecas como consecuencia de otros eventos. Del Reino Unido nos llega un caso de 'alta extrañeza' en la que un ovni triangular desempeña un papel prominente. En este orden de ideas nos llega un caso de West Yorkshire, Reino Unido, sucedido en 1995 en una situación lo menos dramática que se pueda imaginar: una familia gozaba de las bondades de las primeras horas de una noche de verano, sentada en el patio de su casa y comiendo hamburguesas recién cocinadas en una parrilla.
De repente, los miembros del grupo familiar se dieron cuenta de algo: los sonidos de la noche de verano, incluyendo el viento, los insectos, aves nocturnas y el ruido lejano del tráfico, habían desaparecido, tal y como si una enorme campana de vidrio (pensará el lector en aquella famosa obra de Stephen King) hubiese descendido sobre la vivienda. Fue en aquel momento que el padre de la familia llegó a ver algo en aire casi sobre su cabeza: un objeto oscuro que emitía vapor antes de lanzar un rayo de luz.
Entre los árboles había un objeto triangular con cuatro luces en su sección inferior; una serie de luces en la sección inferior del triángulo se movía en el sentido contrario las primeras. El objeto descendió, disparó otro rayo de luz contra una casa vecina, y se esfumó, reapareciendo posteriormente a cierta distancia, pero sin haber dado señales de haberse desplazado – una desaparición y
reaparición inmediata.

El avistamiento sería bastante rutinario dentro de lo que cabe, de no ser por las descripciones ofrecidas por el testigo. El hombre explicó que todos los eventos percibidos parecían estar sucediendo ‘en cámara lenta’ y sin sonido alguno. Podía ver que su esposa estaba gritando, pero sin sonido alguno. Trató de levantarse, arropado por una sensación de calor y el silencio total. En cierto punto de la aberrante experiencia, pudo ver que su sobrina estaba corriendo – ralentizada – hacia la parrilla, y su esposa la perseguía. La joven desapareció sin más.
Entrevistada individualmente por investigadores ovni, la esposa del testigo recordaba la rareza del momento y el objeto, aunque en su mente pensaba que se trataba de la luna, aunque diciéndose a sí misma que la luz era ‘demasiado grande’ para ser el satélite de la tierra. Otro detalle de alta extrañeza – según la mujer, los vasos tendidos en la mesa del patio habían desaparecido, y ella entraba una y otra vez a la cocina a buscar más.

Posterior al evento, y con sus recuerdos del evento totalmente revueltos, el testigo principal – el esposo – dijo haberse sentido gravemente enfermo. La esposa sufrió dolores de cabeza durante días y un miedo a cerrar las cortinas de su recámara.

Nos resulta reconfortante en cierto modo pensar que los triángulos misteriosos son armas secretas de la USAF, de la OTAN o de la antigua URSS, pero ¿tendrán los técnicos de dichos entes la sofisticación como para trastocar la realidad, o causar y curar síntomas físicos? Curiosamente, el testigo del caso de West Yorkshire había sido diagnosticado con una psoriasis incurable de las manos y los pies meses antes del incidente, y se vio repentinamente sanado tras la experiencia. ¿Coincidencia?

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