Friday, October 31, 2014

Los OVNI del Arco Iris en Necochea, Argentina

LOS OVNI DEL ARCO IRIS EN NECOCHEA – ARGENTINA

Una investigación de: GUILLERMO D. GIMÉNEZ (*)

Dentro de la numerosísima correspondencia recibida, llamó la atención un correo firmado por unos conocidos necochenses, quienes me brindaban información y unas fotos de extraños objetos captados fortuitamente en la ciudad donde resido, que es Necochea, ubicada en el extremo sudeste de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

La misma firmada por Graciela Decia y Mario Muner, detallaba que un vecino les había entregado unas fotos obtenidas el pasado 9 de junio de 2008, a las 17.15 hrs aproximadamente en la zona de la playa, donde se observaban extraños objetos que fueron advertidas recién al bajarlas a su computadora.

Allí Ricardo C. decide obtener varias tomas gráficas de una de sus hijas en la zona de la costa con el fondo de un gran Arco Iris que se presentaba junto a otro de menor luminosidad a lo largo de la costa, luego de la lluvia que había caído momentos atrás. Para ello se dirigen a la playa, a pocos metros de donde residen, tomando allí varias fotografías sin advertir nada inusual.

Tiempo después cuando bajaba las tomas gráficas a la computadora se da cuenta de algunos objetos que no había visto.
Comienza así el interés del propio Ricardo en querer saber de qué se trataba, y la investigación del caso.

LAS FOTOGRAFÍAS DEL ARCO IRIS

Ricardo C., tiene 44 años de edad y no es una persona creyente al Fenómeno OVNI.
Durante el primer contacto con él me decía lo siguiente:

“Señor Guillermo: mi nombre es Ricardo C. y soy la persona que sacó la foto del arco iris con el presunto OVNI…
Antes de empezar le comento que no soy creyente de los OVNI, pero al ver una imagen no normal en la foto y sabiendo que a Mario Muner le apasiona el tema, le mostré la foto y le permití que la enviara a quien quisiera.
La foto fue tomada el 9 de junio de este año a las 17 y 15 horas.
Yo me ubicaba en la bajada del Balneario Municipal entre calles 83 y 85. Realicé varias tomas del arco iris incluyendo algunas en donde se encuentra mi hija de 6 años… la imagen es tomada por una máquina Panasonic, modelo DMC FZ50, … Nunca ví la figura, hasta que la observé detenidamente en mi computadora.
Lo primero que hice es enviarla a un familiar que es fotógrafo que trabaja en una editorial en España y él me comentó que no es ningún defecto del lente ó cámara...”


Las fotografías muestran la costa necochense con el fondo de un gran Arco Iris, que como ya dijimos había dos de ellos, uno mucho más fuerte y luminoso que el otro, que cruzan el mar de un extremo a otro. Allí esa tarde, numerosas personas, incluído –recuerdo- yo mismo, estuvimos en ese horario en la playa para observar este fenómeno natural, viendo como numerosas personas caminaban por las amplias playas necochenses, deteniéndose también para apreciar este gran Arco Iris.
El Arco Iris es un fenómeno óptico y meteorológico que produce la aparición de un espectro de luz continuo en el cielo cuando los rayos del sol atraviesan pequeñas partículas de humedad contenidas en la atmósfera terrestre. La forma es la de un arco multicolor con el rojo hacia la parte exterior y el violeta hacia la interior. Menos frecuente es el arco iris doble, el cual incluye un segundo arco más tenue con los colores invertidos, es decir el rojo hacia el interior y el violeta hacia el exterior.
A pesar de que el arco iris muestra un espectro continuo de colores, comúnmente se suele aceptar como seis los colores que lo conforman, los cuales son el rojo, naranja, amarillo, verde, azul, y violeta producto de la descomposición de frecuencias de la luz, y es formado por los 3 colores primarios y los 3 secundarios, aunque tradicionalmente se habla de 7 colores, incluyendo el añil entre el azul y el violeta. (Wikipedia)





Dos de las fotografías de Ricardo C. obtenidas el 9 de junio de 2008 en la zona de la playa de la ciudad de Necochea, Provincia de Buenos Aires, Argentina mostrando los dos Arco Iris, uno más fuerte y luminoso que el otro

EL TESTIMONIO DEL FOTÓGRAFO


Ricardo C., fotógrafo del caso realiza ante mi solicitud el siguiente testimonio:

“Guillermo:
Como se ve registrada en la foto la fecha es el 9 de junio del 2008, ese día había llovido toda la tarde.
Yo vivo en la calle 85 entre 2 y 4 y la las 17 horas fui a buscar a una de mis nenas a la Escuela Nro. 28. Había dejado de llover y mientras la tormenta se iba al mar, estaba saliendo el Sol, cuando volvíamos al departamento vimos sobre el mar un inmenso arcos iris, que nos llamo la atención.
Te comento que tengo 44 años, nací en Necochea y siempre me gustó la fotografía, tengo una Reflex analítica desde hace 15 años, y a fines de Mayo de este año me había comprado una cámara digital, que la estaba aprendiendo a manejar.
La cámara es una Panasonic Lumix modelo DMC FZ50 de 10 mp y un zoom óptico de 12 aumentos, utilicé un chip de memoria Panasonic de 2 Gb. Por lo tanto una vez en mi departamento tome la cámara y me fui a sacar algunas fotos al Arco Iris, mi nena me acompañó. Lo primero que hicimos fue bajar por la 85 pero no me gustó ya que había arena y las construcciones me molestaban para tomar imágenes del lado de la escollera así que me fui a la bajada del Balneario Municipal.
Como hay un piso de cemento pensé que uno podía sacar fotos en forma más cómoda. En ese momento todavía no conocía bien a la máquina así que opté por tomar imagen en forma totalmente automática, es decir yo solo elegía el objetivo y la longitud focal (el zoom) las demás características la selecciona la máquina, esta son la abertura, el tiempo de exposición, velocidad ISO (lo que antes se llamaba sensibilidad de luz o tipo de rollo) y el enfoque.
En total realicé 12 tomas que la máquina la número desde la P1000232 hasta P1000243 todas con tamaño de 10 mp, según el reloj de la máquina, la primera imagen fue tomada a las 17:15 horas y la última a las 17:18 horas, en donde se observa el arco iris desde el mar hasta el muelle…
En ese momento no llovía, por eso estoy seguro por que no había ninguna gota de agua en la lente que pudiese modificar la imagen, pero si hacía mucho frío, por lo tanto regresamos enseguida al departamento. Como te dije, en ningún momento vi nada, me encontraba fascinado por el Arco Iris y preocupado por que salieran bien las imágenes.
Una vez en el departamento paso las fotos en la computadora y al ver la primera me encuentro con la ‘mancha’. Como no creo en OVNI ni me pasó por la mente que fuera eso, lo que creí en un primer momento es en un defecto de la lente, te vuelvo a recordar que no hacía ni dos semanas que había comprado la máquina. Por lo tanto me conecté vía internet con mi sobrino en España, le mandé algunas fotos incluida la primera y le pregunté qué era, el me tranquilizó diciendo que la lente no era ya que no se repitió en ninguna foto. Además agregó que no podía ser una mancha ya que esta o era oscura o era luminosa pero no las dos al mismo tiempo. Acto seguido opté por visitar a Mario Muner, no tanto por su afición a los ovni si no por su experiencia en aviones, para él era un objeto que generaba luz, y desde ahí el me pidió permiso para mandar la fotos a algunos conocidos, entre ellos a vos.
Por último el lunes cuando te mande la primera foto me puse a observar las demás y encontré los puntos blancos que te indiqué en las siguientes imágenes, es decir hasta el lunes 21 de junio no había observado las otras fotos.
Sin intenciones de meterme en tus investigaciones, en lo personal me interesa mucho saber lo que pudo ser, entonces mandé a imprimir químicamente algunas fotos, como sabes la imagen digital vista en un monitor siempre está limitada a la resolución del mismo, por ejemplo el mío esta configurado en 1024 x 768 es decir toda imagen va estar formada por esa cantidad de punto, aun agrandando la foto siempre ves la misma cantidad de punto de alguna manera agrandas los puntos, y una foto de 10 mg es una imagen con una fina definición. Por eso me tomé el trabajo de hacer imprimir una ampliación del objeto y esta más nítida, aunque menos claro de lo que es…
Finalmente te adjunto una imagen tomada del Google Earth en donde con rojo te marco en donde me ubique para obtener las fotos.
Bien espero que te sirva de algo, saludos y hasta la próxima.
Ricardo”

Hasta aquí el testimonio de Ricardo, quien incrédulo ya empieza a sospechar que “algo”, esa “mancha” y “otras” que advirtió días después no era defecto alguno ó fenómeno natural.


Dos de las fotografías originales, en ellas se pueden apreciar distintos extraños objetos que no fueron advertidos por el fotógrafo Ricardo C. en la tarde del 9 de Junio de 2008 en la ciudad bonaerense de Necochea, Argentina

LAS FOTOGRAFÍAS

El propio Ricardo C. envió copias de las mismas a un sobrino suyo que reside en España, quien es fotógrafo y sería quien podría ayudarlo a discernir sobre qué era lo que se veía en las tomas.
Allí le responden que no era producto de algún defecto de la lente ó de la cámara… ¿entonces qué mostraba la misma?
Al llegar a mis manos las fotografías las envié a analizar a un Laboratorio de la ciudad de Necochea, quienes me informan también que no son producto de perturbaciones de la cámara o defecto alguno, sino que “algo” había y que no pueden identificar.
Para saber otra opinión, envié nuevamente las mismas al amigo y colaborador Jorge Luis Figueiras, encargado de analizar los casos fotográficos, para el grupo de la F.A.O. – Fundación Argentina de Ovnilogía -, que conduce el ufólogo Luis Burgos, a quien agradezco por su desinteresada colaboración hacia mi persona.
Al ser analizadas, dictaminaron lo siguiente:

Estimado Guillermo:
Te adjunto la revisión sobre la foto 232, y un anexo con toda la información (Metadatos) contenida por esta foto.
Identifiqué hasta 8 anormalidades contenidas por la foto, y las numeré sobre la misma
Te detallo mis observaciones:
1 Puede ser una partícula de arena
2; 3 y 5 Desconocidos, podría ser producto de la cámara.
4 Es una gaviota
6 y 7 Son OVNI
8 Probablemente reflejo en el agua del 7
Pegué en el centro análisis del 7 y a la derecha 3 cuadros del 8
Se puede percibir luz propia en los dos, se ve un objeto sólido y separado de la luz, se puede definir una forma sólida con relieve, con dos formas opacas que da la sensación de toberas o algo por el estilo, obtengo un relieve perfecto del punto más grande que es el 7, y el contorno no se parece a nada, ni a pájaro, ni a avión, y por su luz y al mismo tiempo su opacidad para nada se puede considerar una mancha o falla de la cámara, por otra parte en lo que se refiere a desenfoque, puede tener algo, pero así y todo no hay forma de confundir con algo conocido, además es una cámara de alta definición.
Yo confirmo la presencia de 2 Objetos no identificados en la foto. Y sólo un objeto identificado que es la gaviota.
Sobre el resto de las fotografías donde también se observan objetos desconocidos, Figueiras considera que: “…Respecto de las siguientes fotos, hay puntos que son sugestivos en las mismas, pero nada que sea totalmente contundente, como lo es la anterior, en la 232… luego encuentro en la 233 puntos que hasta podrían ser luminosos o con un fuerte reflejo, pero su tamaño no alcanza como para afirmar algo, lo mismo ocurre en la 236 y 237. Ahora la 232 y que ya te envié es por demás contundente…”




Fotografías analizadas por el especialista Jorge Luis Figueiras quien dictamina luego de arduos estudios que los puntos identificados como Nros. 6 y 7 corresponden a Fenómenos OVNI captados fortuitamente sobre la playa de la ciudad de Necochea, Provincia de Buenos Aires, Argentina el 9 de Junio de 2008 – Más abajo ampliación del OVNI sobre el Mar Argentino



Toma aérea desde Earth Google mostrando las amplias playas de Necochea,
Buenos Aires, Argentina. El punto rojo es la ubicación de Ricardo C. al tomar las fotografías




Otra de las tomas de Ricardo C. mostrando otros extraños objetos. Para el especialista Jorge L. Figueiras: “hay puntos que son sugestivos en las mismas...”

De acuerdo a los estudios realizados y los análisis hechos en las tomas se puede confirmar la presencia OVNI en estas fotografías, obtenidas fortuitamente en la tarde del 9 de junio de 2008, a las 17, 15 horas, luego de una tarde lluviosa sobre el Mar Argentino, frente a las costas de la ciudad bonaerense de Necochea, en la República Argentina.
Allí extraños objetos voladores también surcaron por sobre los dos Arco Iris, frente a un mar calmo y sus amplias playas, contemplando un hermoso fenómeno natural.
Quedan allí las evidencias de un nuevo episodio que viene a sumarse a la rica casuística ufológica necochense.-

(*) Guillermo Daniel Giménez, Necochea, Argentina
E-mail: gdgneco@yahoo.com



Fuente: Revista El Quinto Hombre
Agradezco al amigazo: Fabio ZERPA - Buenos Aires -
http://www.fabiozerpa.com.ar/ElQuintoHombre/art_2008/OvniArcoIris.html

Informó: Guillermo Giménez, Necochea - Arg -

Monday, October 27, 2014

Fenómenos OVNI en Necochea: Cigarro Volador Sobre Aero Club Necochense



Fenómenos OVNI en Necochea:
UN CIGARRO VOLADOR SOBREVOLÓ POR SOBRE UNA AERONAVE DEL AERO CLUB NECOCHENSE Y SOBRE UN BARCO ENCALLADO
Un Informe investigativo de: GUILLERMO DANIEL GIMENEZ


El martes 17 de abril de 1990, un gran temporal de viento y lluvia azotó la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, Argentina, principalmente en la región sudeste de la misma. La ciudad de Necochea sufrió grandes destrozos debido a los imponentes vientos que alcanzaron a las 06 de la mañana los 200 km por hora. Esto provocó destrozos importantes en edificios, caídas de árboles, etc. Hasta lamentablemente la pérdida de vidas humanas debido a la desaparición de las pequeñas lanchas pesqueras que se encontraban en la costa.

Frente a la ciudad de Necochea se hallaba el buque de bandera chipriota “Adamastos” aguardando para ingresar a Puerto Quequén donde iba a cargar 25 mil toneladas de maíz. Pero debido al gran temporal el buque carguero encalló a unos 150 metros de la costa, a la altura del balneario Costa Bonita de Quequén. La historia de barcos encallados en nuestras costas es ya una constante a través del tiempo, que históricamente vararon como consecuencia de violentos temporales. Cabe acotar que el “Adamastos” tiene 176,94 metros de eslora, 25,07 de manga y un puntual de 14,20 metros.

Esta situación deriva en un nuevo paseo, casi obligado, de todos los vecinos de Necochea, Quequén y la zona.

Pero, como bien lo relata el periódico ECOS DIARIOS en su edición del domingo 29 de abril, el “Adamastos” no sólo será recordado por engrosar el número de barcos encallados en nuestras costas, sino también porque mientras un avión giraba sobre el carguero para captar fotografías aéreas, apareció arriba de la aeronave un OVNI, el clásico “cigarro volador”.

“Apareció tan de sorpresa, como fue su desaparición”. Era de color plateado, desplazándose a regular velocidad, aunque constante.

Se trató de un gran cilindro que “sobre el avión daba la sensación que era del mismo tamaño que la aeronave”. Sobrevoló por algunos instantes para “después internarse en el mar, en dirección Sur, hasta desaparecer de la vista”.

El matrimonio integrado por Stella Maris Perviú y Jorge Enrique Gondo, al igual que muchos otros vecinos, eligieron el “Adamastos” como paseo. Instalaron su Ford Taunus –alrededor de las 17,00 hrs- frente al encallado barco para observar las maniobras que realizaban aquellos que tienen por misión lograr la desvaradura del carguero, que tenía como previsto amarrar en el giro seis de Puerto Quequén y llenar sus bodegas con maíz.

Jorge Gondo es piloto de avión e integrante del Aero Club de Necochea, por lo que se sintió atraído al observar un “Cessna 152” biplaza que sobrevolaba sobre el “Adamastos”. Al reconocer la máquina, Gondo realizó algunas señas de luces “para saludar al piloto”.

El “Cessna 152” continuó durante varios minutos volando en giros arriba del “Adamastos”. Luego se supo que sus ocupantes estuvieron sacando fotografías aéreas.

“En determinado momento le dije a mi marido, mirá anda otro avión” arriba del Cessna, sostuvo la señora de Gondo. Pero grande fue su sorpresa cuando el matrimonio advirtió que en realidad se trataba de otra cosa, que se suponía era un OVNI.

La señora de Gondo dijo que “lo que yo ví era un gran cilindro, muy plateado. Algo así como un cigarrillo pero enorme, me dio la sensación que por lo menos del tamaño del avión”.

Luego de explicar que se desplazaba de Norte a Sur, sostuvo que “se desplazaba muy lento, pero constante, sin producir ningún tipo de ruidos... Pasó sobre el avión, y luego continuó hacia el Sur, hasta que lo perdimos de vista”.


LOS PILOTOS NO LO ADVIRTIERON

El Cessna 152 era piloteado por los necochenses Marcelo Eduardo Lisotti, a quien acompañaba como copiloto Susana Madsen, pero ellos no se enteraron de nada, pese a que “pasó sobre nuestras cabezas”.


Ocurre que Gondo abandonó velozmente el paseo, y desde su domicilio habló por teléfono al Aero Club General de Necochea contando lo ocurrido sobre “el 152”, como se la conoce a la aeronave biplaza.


Piloto y copiloto fueron los primeros sorprendidos. “Sobrevolábamos a unos 200 pies (600 metros) buscando obtener buenas fotografías del barco, y estábamos tan compenetrados en ese tema que no se nos ocurrió mirar hacia arriba. Además no escuchamos ningún ruido que nos llamara la atención”, dijo Lisotti.



¿OTRO AVISTAMIENTO?


No obstante, otro piloto necochense, Leonardo Ruggiero, también pudo ser protagonista de otro avistamiento.

“Pensé en principio que se trataría del reflejo del “Cessna 152”, pero cuando me pasó la posición me dí cuenta que no podía ser”, dijo el piloto de un “Pipper PA 12”, que a ese mismo horario se disponía a aterrizar.

“Es normal –explicó Ruggiero- que antes de descender se pida la posición de los demás aviones que están volando en la zona”.

Continuó diciendo que “ví un reflejo a un costado de mi avión, pero no presté atención porque pensé que podría ser producto de los rayos del Sol sobre los vidrios del “152”, pero cuando le pedí la posición me dí cuenta que NO PODIA SER porque estaba mucho más alejado”.

Señaló después que “no sé de qué se trataría. Ni siquiera puedo decir que fue un objeto, pero al enterarme lo que habían visto en el sector del barco, tal véz se trate de lo mismo, un OVNI”.



NUEVOS AVISTAMIENTOS


El sábado 19 de Mayo de 1990, numeroso necochenses, ubicados principalmente en el centro mismo de la ciudad, vieron el desplazamiento de un gran objeto circular sobre la ciudad, que al cabo de unos instantes se detuvo para realizar diversos tipos de movimientos y luego elevarse para perderse de vista. El OVNI era de color rojo y blanco. Asímismo, otras personas ubicadas en el sector de la playa vieron el desplazamiento de otro OVNI.

Cabe acotar, que ese mismo día, es observada una flotilla de Objetos Voladores No Identificados en la vecina ciudad de Tres Arroyos, teniendo como testigos a gran parte de la población.

Como vemos, la actividad OVNI en la ciudad de Necochea y zona, continúa.

Thursday, October 02, 2014

Rodando hacia lo desconocido: OVNIS y motociclistas



Rodando hacia lo desconocido: OVNIS y motociclistas
Por Scott Corrales (c) 2014

Desde su fundación en la década de los ’50, la desaparecida revista británica Flying Saucer Review funcionó como referente en el mundo de la ovnilogía, convocando a los escritores e investigadores de mayor prestigio de ambos hemisferios bajo la dirección del políglota Gordon Creighton, quien había heredado el mando de la revista de su fundador, Waveney Girvan. En las páginas de la revista se daban cita toda clase de perspectivas sobre el fenómeno de los no-identificados (procedencia extraterrestre, interdimensional, militar, mística, etc.) y la sección de cartas la redacción siempre contenía joyas dignas de leer.

Un ejemplar del verano de 1978 nos interesa en particular:

“Me permito la oportunidad de escribirle para narrar una experiencia extraordinaria que tuvimos mi esposa y yo el 21 de junio de 1977. Era un viernes, y con mi esposa al mando, íbamos en nuestra motocicleta a lo largo de la troncal A56, saliendo de Manchester, donde habíamos pasado la noche con unos amigos.
“Nos desplazábamos por Salford cuando me distrajo una luz en el cielo que tomé por un reflejo del solo sobre la visera de mi casco, así que no le presté mucha atención. Le explico que ambos usamos cascos de cara completa con viseras plásticas que pueden elevarse o bajarse sobre el rostro. No tuve motivos para intercambiar palabras con mi mujer – era mejor dejar que se concentrara en el camino, cuyo tránsito era bastante pesado.

“Entonces, justo cuando pasábamos por Whitefield, me fijé nuevamente en la luz, considerándola como alguna especie de aparato aéreo. Estaba a nuestra izquierda y se desplazaba a nuestra misma velocidad – 35 millas por hora. No me sentí interesado en ella, considerando que se trataba meramente de un avión de los cientos que sobrevuelan la ciudad cada día, y seguí mirando el camino sobre el hombro de mi esposa.

“Pasamos por Bury, y aparte de tener que esquivar a los típicos acaparadores de camino (road hogs) que no hacen señales al cambiar de carril, no sucedió nada singular. Fue entonces que un cuarto de milla de los confines del pueblo de Bury volví a ver el aparato a nuestra izquierda. Esta vez me picó la curiosidad y lo miré detenidamente. Increíblemente, seguía viajando a nuestra misma velocidad, reduciendo la marcha cuando lo hacíamos nosotros, acelerando conforme lo hacíamos nosotros, y manteniendo el mismo ángulo en su posición relativa a la nuestra. Era como si nos tuviese anclados con un rayo invisible que sincronizaba nuestros movimientos. Pensé que viajaba demasiado lento para un avión, y demasiado bajo (el triple de la altura de una casa de tres plantas) para la seguridad de la tripulación.

“Levanté la visera para verlo bien. Pude ver que se trataba de un objeto fusiforme de 20 a 40 metros de largo, de color plateado brillante con una zona oscura en su centro. Sintiéndome emocionado, sacudí el hombro de mi esposa y apunté hacia el objeto. Ella inmediatamente se detuvo en el arcén. En aquel mismo instante, vi cómo el objeto se detenía antes de cernirse por algunos segundos, alejándose en el sentido inverso a su dirección original. Se ocultó detrás de algunos árboles y una casa, y corrí hacia el lado opuesto de la casa para mirarlo, pero ya se había ido.

“Nos quedamos totalmente estupefactos, porque ninguno de los dos habíamos visto nada parecido con la capacidad de desplazarse sin dificultades en perfecto silencio, sin dejar estelas de humo ni condensación – algo que desafiaba todas las leyes conocidas del movimiento. Llegado este punto, mi esposa comenzó a asustarse, así que arrancamos la moto y nos dirigimos hacia nuestra casa a alta velocidad. Jamás volvimos a ver el OVNI – o lo que haya sido – otra vez.


“Somos gente sencilla viviendo una vida normal, y lo que nos distingue del resto es que preferimos las motocicletas a los coches como nuestro medio de transportación. Tengo 31 años de edad y me desempeño como inspector de garantía de seguridad, mi esposa no quiere dar su edad, pero trabaja de cajera en un supermercado. Así que, ¿por qué nos escoltaba aquel ovni parte del camino desde Manchester a Nelson, dando la impresión que nos miraba cuando nos detuvimos a verlo? ¿Por qué?

“Otra cosa antes de despedirme. Se me ha olvidado mencionar que cuando mi mujer detuvo la moto, estábamos en un plano inclinado y la máquina rodó algunas pulgadas hacia atrás. Resulta difícil creerlo, pero el objeto también retrocedió cierta distancia mientras que lo mirábamos. Tal vez esto suene a delirios de loco, pero le aseguro que es absolutamente cierto y mi esposa me respaldará. Tal vez ustedes (FSR) puedan arrojar un poco de luz sobre el asunto, porque estamos totalmente desconcertados. Espero que al menos esto sea de su interés. Tal vez pueda sucederle a cualquiera de ustedes algún día”.

La carta la firmaba John Bracewell y no existen motivos treinta y seis años después para sospechar la existencia de motivos ulteriores en compartir su experiencia con los lectores de la revista. Su pregunta – sobre el posible interés del objeto fusiforme en su motocicleta – puede obtener varias respuestas según la orientación del investigador. El experto en los ovnis de pernos y tuercas dirá que los tripulantes de un mundo lejano estudiaban a la pareja y su transporte con fines científicos; el místico dirá que eran ángeles guardianes velando por la integridad de los ciclistas; el militar aseverará que un enorme prototipo de dron controlado por pilotos lejanos acechaba a los ciudadanos como parte de una prueba, y así por el estilo.

Resulta curioso que los ovnis tengan cierto apego hacia las motocicletas. Ese mismo año (1978) el Sr. T. Mayo transitaba por la oscuras carreteras de Buffalo Shoals, Carolina del Norte (EEUU) a las 22:55 horas cuando tanto el faro como el motor de su motocicleta se apagaron justo después de pasar al lado de un “disco con forma de domo” que se cernía a baja altura sobre el terreno. El objeto posteriormente despegaría en forma vertical, emitiendo un ligero zumbido.

El caso anterior nos trae a la mente un clásico francés de la gran oleada de 1954. La noche el 27 de octubre de aquel lejano año, un granjero en Les-Jonquerets-de-Livet (Eure) supuestamente vio un objeto fusiforme (como el avistado por John Bracewell en 1978) con luces en cada extremo que procedió a aterrizar en un pastizal. Invadido por el temor, el propietario de la granja se negó a investigar, pero dos horas después del incidente, se le calaba el motor a un motociclista que pasaba por la zona, arrojándolo de la máquina.


OVNIS en el desierto

En 1969, un hombre cruzaba el inhóspito desierto del Mojave en su motocicleta en un viaje con algunos amigos. Al detenerse para beber agua bajo la intensa luz del sol californiano a temperaturas en exceso de 50 grados centígrado, sintió que el corazón le daba un vuelco – acababa de descubrir que su suministro de agua se había agotado, y no atinaba a arrancar la moto nuevamente. Sus amigos ya le llevaban la delantera por muchas millas, y sin radios de dos direcciones (en esta remota época antes de los móviles) el hombre pensó que moriría solo por la exposición a los elementos. A punto de desfallecer, un objeto brillante y delgado voló sobre su cabeza, y persuadido por una voz interior, el desventurado motociclista sintió que era necesario seguir el rumbo de aquel objeto a pie, abriéndose paso entre los cactos espinosos y la arena. El trayecto le llevó directamente a una estación de gasolina y por consiguiente, a la salvación. El hombre creyó haber recibido mensajes telepáticos de un OVNI.

El agradecido sobreviviente era nada menos que el actor William Shatner, protagonista de la legendaria serie Viaje a las Estrellas y una pléyade de proyectos posteriores. Shatner narraría su experiencia en el primer capítulo del programa “One Step Beyond” y pasaría a ser el anfitrión de varios documentales sobre los no-identificados, interés que persiste hasta la actualidad, desempeñándose como presentador del programa “Weird or What” sobre cosas y situaciones insólitas. Shatner, de temperamento caprichoso, afirmó durante los ’90 que su vivencia en el Mojave era un fraude. “En todos estos años, seguí la corriente con esa narración, pero finalmente dije: - No, fue in invento mío. Ahora no me lo puedo quitar de encima”.

Shatner, quien ha renegado de Star Trek muchas veces en las pasadas cinco décadas, ha manifestado su interés en aparecer en una nueva entrega de dichas películas. Es muy posible que vuelva a desdecirse sobre lo sucedido bajo el intenso azul del Mojave.


Sherry Jamison, seudónimo que oculta la verdadera identidad de una conocida agente de bienes raíces, tuvo una serie de experiencias insólitas con lo que tildaríamos como “seres humanoides” en el campo de la investigación ovni desde su infancia. Una noche, conduciendo su motocicleta por las oscuras y solitarias carreteras que cruzan las montañas Watchung del estado de Nueva Jersey, Jamison perdió el control de su moto y chocó contra un árbol. La posibilidad de obtener ayuda o anticipar rescate en aquel sitio deshabitado (paradójicamente, a ochenta kilómetros de las luces de la gran Nueva York) era nula, y la motociclista estaba totalmente desamparada. Aquí entra en juego lo insólito:

“Iba en mi moto y derrapé, torciendo el caballete en el proceso. No sufrí heridas, pero con el caballete torcido, me era imposible moverlo para arrancar la moto de nuevo. La oscuridad era total. Fue entonces que vi a los seres que se habían aparecido en mi dormitorio. Eran como los “grises”, pero más blancos y menos humanos. Diría que llevaban un traje enterizo blanco en vez de gris. Pero no los consideraba como aliens, sino sencillamente como amigos. Dos de ellos me miraron y procedieron a levantar la motocicleta en perfecto silencio, enderezando el caballete. Asentí su ayuda con la cabeza y arranqué la moto. En aquel entonces no teníamos arranques eléctricos, y proseguí mi camino”. El caso aparece en mayor detalle en el libro Extraterrestrial Visitations: True Accounts of Contact (Llewellyn, 2002) por Preston Dennett.

En el caso Jamison, podemos creer sus aseveraciones sobre la ayuda de extrahumanos o pensar que algún proceso mental le hizo imaginar “ayudantes” que enderezaron su aparato, cuando ella mismo realizó el proceso en un estado de fuga disociativa. Pero eso nunca lo sabremos, ya que según el autor del libro, la motociclista se niega rotundamente a someterse a la hipnosis.

Otra experiencia nocturna que involucraba seres desconocidos y carreteras desoladas es la de Phil Shepherdson, quien iba en moto por los fríos caminos de Easingwold (Norte de Yorkshire, Inglaterra) en el mes de febrero de 1979. Al doblar una curva, Shepherdson se encontró con un objeto triangular negro que contenía un “ovninauta” en su interior y dos seres idénticos parados en el pastizal circundante. “Giré la cabeza para mirar un prado que había a mi izquierda y lo que vi me dejó desconcertado”, confesó el motociclista. “En el campo había un objeto triangular en silencio absoluto. La parte superior de este triángulo estaba rematada por lo que parecía ser una cabina que contenía una figura, y solo pude divisar que llevaba puesto un casco negro y un traje enterizo del mismo color. La criatura me miró, y me quedé paralizado de asombro. Al lado del objeto había dos figuras más que dejaron de realizar sus actividades para mirar hacia mi dirección. Me sentí embelesado y temblaba. El silencio era absoluto mientras que intercambiamos miradas. Ciertamente hubo alguna forma de contacto, pero no sé lo habrá sido. No pude moverme ni pensar. De repente, mi mente lo rechazó todo y me subí a la moto de nuevo para dirigirme al trabajo. Me olvidé del asunto, como si algo me hubiera dicho que había visto algo que no debí haber presenciado”.

En septiembre de 1980, el granjero australiano George Blackwell presenció la aparición de un OVNI (cuya configuración no se describe) sobre un tanque de agua de 10,000 galones de agua en Rosedale (Victoria) y su posterior aterrizaje a unos 20 metros del mismo. Sin titubear, Blackwell se subió a su motocicleta y se dirigió hacia el objeto a todo gas. El granjero pudo escuchar perfectamente el largo silbido que emitía el objeto antes de emitir un “grito horrendo” que coincidió con la extensión de un largo tubo negro de la base del aparato desconocido. El objeto subió de golpe con un ruido ensordecedor, emitiendo una ola de aire caliente que casi derribó al granjero de su moto. No quedaba ni gota de agua en el tanque, y Blackwell experimentó jaquecas y nausea por más de una semana.

Moteros y Bigfoot

En julio del 2013, la asociación Pacific Northwest Motormarathon auspició un evento de “motociclismo de resistencia” (endurance motorcycling) en coordinación con la BMW Motorcycle Owners of America. El evento de cuatro días de duración tendría un tema singular: “Beemers, Bigfoot and Blue Skies” (BWM, Bigfoot y Cielos Azules) con el propósito de ir en pos del mítico gigante de los bosques norteamericanos a lo largo de los torcidos senderos en los interminables bosques de la costa del Pacífico, “con la esperanza de tener un avistamiento” con la criatura peluda, según John Metzger, fundador de la motomaratón.

Resulta dudoso que un pelotón de moteros tenga más suerte en localizar al escurridizo vecino de los bosques de Oregón y Washington que los silenciosos cazadores que han dedicado sus vidas a ello, pero no por ello debemos dudar la existencia de encuentros entre motociclistas y Piegrande.
Los archivos de la organización BFRO (Bigfoot Field Researchers Organization) – la mayor de las dedicadas a la investigación del tema – contienen un interesante caso del verano de 1996 sucedido en las cercanías de New Bandon, Condado de Coos, Oregón (EEUU). El informe explica en más detalle que se produjo en un sendero remoto – Moormill, cerca de Lampa Valley Road – y que los testigos, Dustin Anderson y Dustin Evernden, habían salido a pasear en sus motocicletas aquel día y en un buen momento se decidieron a descansar. Mirando al otro lado de un valle, pudieron ver “un animal cuya estatura oscilaba entre los 6 y 7 pies (1.80 – 2.20 metros) con hombros anchos y caminando en dos patas. Vimos cómo se levantaba, caminaba en dos patas y se sentaba en un tocón de árbol cercano. No nos acercamos por temor a enfurecerlo y meternos en un aprieto, así que nos largamos de ahí”. Los testigos también destacaron la ausencia de otros animales en la zona.

¿Qué podemos decir de todo esto? ¿Podemos afirmar a ciencia cierta que los motociclistas son más propensos a los encuentros con lo desconocido, dada su mayor exposición al ambiente, estando libres del caparazón protector del techo de un camión o automóvil? En absoluto. Lo que sí resulta interesante son los estados de fuga que vemos en los casos Jamison y Sheperdson tras sus experiencias, y las reacciones físicas del granjero Blackwell en Australia…evidencia clínica de los encuentros con lo desconocido.