Monday, October 17, 2016

Guillermo Giménez: Entrevista a Nacho Ares



Guillermo Giménez: Entrevista a Nacho Ares
Cortesía de Deborah Goldstern, Crónica Subterránea


Tengo el agrado de presentar y realizar esta entrevista a un joven y gran investigador destacado en España y el mundo entero, por todos sus estudios y trabajos y del cual compartimos una misma pasión: que es la Historia de Egipto y de quienes habitaron la misma.

Nacho Ares nació en la ciudad de León el 27 de Agosto de 1970. Estudió en la Universidad de Valladolid, España recibiéndose de Licenciado en Historia Antigua dedicándose gran parte de su vida a la investigación y difusión en diferentes medios y a través de sus 15 libros editados (y otros de cuento, donde participa), principalmente dedicados a Egipto, y a todos sus enigmas históricos.

Así mismo ha traducido y prologado otros trabajos del inglés al español de varios otros investigadores, como los del Ing. Robert Bauval, autor de varios libros dedicados al Misterio de Egipto y su relación con Orión, investigador con quien he mantenido contacto compartiendo y apoyando todos sus trabajos.

Dirige la destacada publicación Revista de Arqueología, cuyo Comité Científico es presidido por su Majestad La Reina Doña Sofía, a quien también tuve la oportunidad de conocer años atrás durante su visita a la ciudad de Buenos Aires, gran amante de los misterios y del Fenómeno OVNI. También ha colaborado para la realización de varios trabajos televisivos y radiales.

Siempre viaja a Egipto, país que ama al igual que quien esto escribe, por toda su riquísima historia y cultura de quienes lo habitaron, constructores de esos magníficos monumentos que hoy podemos ver y que fueron erigidos hace milenios para la eternidad.

Aquí va esta charla que mantuve con el destacado investigador Nacho Ares.

Guillermo D. Giménez




G.D.G.: Ante todo quiero agradecerte por haber aceptado esta entrevista, dedicándole un rato de tu valiosísimo tiempo a mi persona. Sabes compartimos la misma pasión. He estado varias veces en Egipto , recorriéndolo a lo largo y ancho del país descubriendo magníficos monumentos y su rica cultura. Cuando puedo, siempre regreso allí, su gente es muy amable. Ahora te pregunto: ¿Porqué Egipto es tu pasión?, ¿desde cuándo nació tu interés a este lugar fascinante?

Desde que tenía 13 años, después de hacer un trabajo escolar sobre la tumba de Tutankhamón, me quedé enganchado. Es una cultura fascinante con un montón de aristas como el arte, la historia, la arqueología y especialmente el misterio.

G.D.G.: ¿Cuándo fue tu primer viaje a Egipto?

Viajé por primera vez en el año 1991, en septiembre. Estuve allí 15 días y fue en un viaje organizado tradicional, junto con otros turistas españoles.

G.D.G.: ¿Qué sentiste al pisar su suelo y saber que allí miles de años atrás distintos Faraones crearon esta asombrosa cultura histórica?

Fue una sensación especial. Llevaba muchos años detrás de ese objetivo y finalmente lo pude conseguir. Lo que me chocó fue la sensación de humedad que había en el aeropuerto. El Nilo lo cubre absolutamente todo.

G.D.G.: En 1998 escribís tu primer libro llamado Egipto, El Oculto, ¿qué te llevó a escribir el mismo?

Era un antiguo trabajo que había comenzado casi 5 años antes cuando aún estaba en la Universidad. Como decía antes, uno de los aspectos que más me llaman la atención son los misterios de Egipto. En ese libro trataba de proponer soluciones lógicas a muchos de los enigmas tradicionales como la construcción de las pirámides, el trabajo de la piedra, la iluminación, etc.

G.D.G.: Los autores Robert Bauval y Adrian Gilbert a través de su libro El Misterio de Orión nos hablan de una “conexión estelar” existente en la Región de Gizeh con la Constelación de Orión, provocando un profundo impacto entre los historiadores de la Antigüedad. ¿Cuál es tu opinión acerca de esto?

Conozco muy bien a Robert Bauval. Somos grandes amigos y en muchas charlas me ha explicado al detalle su teoría. Creo que cada vez está más aceptada por la comunidad egiptológica académica. NO se trata de buscar misterios en las estrellas porque sí, sino que los antiguos egipcios tenían muy presente ese aspecto del cosmos en su forma de entender el devenir de los acontecimientos.

G.D.G.: ¿Quiénes construyeron las Pirámides y para qué?

Fueron los antiguos egipcios en homenaje a sus reyes. De eso no me cabe la menor duda. El que diga lo contrario (atlantes, extraterrestres, etc.) no tiene ni idea del humanismo que desborda la cultura faraónica. Es un concepto que hoy no alcanzamos a comprender.

G.D.G. ¿Las Pirámides son tumbas de los Faraones Kheops, Kefrén y Micerinos, a pesar de no haberse hallado ningún resto de los mismos ni jeroglíficos, o son "instrumentos rituales" para convertir al Faraón muerto en un ser espiritual?

El concepto de tumba en el antiguo Egipto es diferente al nuestro, el lugar de descanso de unos restos. La pirámide no puede separarse del complejo de templos y tumbas que hay a su alrededor. Es todo un uno. La pirámide es la “cámara funeraria” en donde no hay textos, al igual que no hay textos en las cámaras funerarias de las tumbas más pequeñas que hay en el cementerio.

G.D.G.: Personalmente he visitado e ingresado a las Pirámides de Gizeh, entre otras, pero éstas muestran una diferencia total con las del resto. Su perfección las convierten en casi únicas y deben separarse del resto de la Era de las Pirámides. ¿Porqué crees que esto es así?

Tampoco es que lo crea exactamente así. En muchas ocasiones nos centramos únicamente en la Gran Pirámide, pero sí tiene errores de construcción y muy abultados. Lo que sucede es que es la más grande, un icono, un referente, pero desde el punto de vista ritual no se separa mucho de otras pirámides que podamos encontrar en Sakkara o en Dashur.

G.D.G.: Cuáles son los misterios que más te atraen de Egipto?

En la actualidad el trabajo de la piedra y los métodos de construcción de grandes monumentos.

G.D.G.: Mucho se ha hablado y escrito sobre la supuesta energía eléctrica que habrían manipulado los antiguos egipcios y que bien lo describen los autores Reinhard Habeck y Peter Krassa en su libro “Luz para el Faraón” (“Licht für den Pharao”). Allí vemos asombrosos bajorelieves de figuras humanas manipulando aparentes ampollas que simulan ser bombillas eléctricas ubicadas en el Templo de Hathor, en Dendera. ¿Qué opinás de esto?

Como explico en Egipto el Oculto, son simples estelas rituales. Los textos son muy claros. Krassa dice que no se han traducido, pero eso no es cierto. Incluso en el Museo de EL Cairo hay estelas de ese tipo con la serpiente dentro.

G.D.G.: El científico Walter Garm, Ingeniero Eléctrico y Director de una Central de Energía en Tailandia, al ver estas fotografías del Templo de Hathor quedó asombrado por sus figuras, comentando que su similitud con elementos eléctricos es muy cercano.

Garm será muy técnico en lo suyo pero de Egipto no sabe mucho. NO se pueden comparar elementos contemporáneos con antiguos. ¿Por qué iban a fabricar bombillas de filamento en el antiguo Egipto? Ahora esas bombillas en España ya no se usa, son todas de bajo consumo con un gas en el interior de la ampolla, ¿entonces? No tiene sentido.

G.D.G.: Quienes hemos visitado en varias ocasiones el Museo de Antigüedades de El Cairo, en Egipto, nos ha llamado la atención (además de toda la riquísima cantidad de piezas que superan los 250.000), en la primera planta del Museo vemos el famoso y polémico “Disco” procedente de la Tumba del Príncipe Sabu correspondiente a la I Dinastía egipcia. ¿Qué es lo que vemos en la vitrina hallado en la zona arqueológica de Sakkara con más de 5.000 años de antigüedad?

Es la base de una lámpara, seguramente. Hay varios paralelos. El problema vino cuando Sitchin lo quiso asimilar por su semejanza a una pieza de un cohete. Nuevo error como el de Garm. Nosotros ya no viajamos en cohetes, lo hacemos en transbordadores. Pero cuando dijo aquello en plena década de los 70 los cohetes estaban de moda.

G.D.G.: El “Disco” del Príncipe Sabu, ¿representa un mecanismo, pero de qué tipo y para qué lo utilizaban?

Me repito a la respuesta anterior. Lo explico en Egipto el Oculto.

G.D.G.: Siguiendo con nuestras visitas al Museo Central de El Cairo, allí vemos también un objeto que durante años se lo catalogó como el “pájaro” bajo el número 6347 y fue el Dr. Khalil Messiha en 1969 que le llamó poderosamente la atención. Esta pieza hallada en Sakkara en 1898 por el arqueólogo francés Lauret es acompañado por otros “pájaros”, pero el Dr. Messiha aficionado al aeromodelismo construye a medida el mismo comprobando que “podía volar”. Otros estudios confirmarían lo mismo como los del Dr. Henry Riad. ¿Podemos hablar entonces de “Aeromodelismo en el Antiguo Egipto”?

Esto es más curioso. Tiene sus contradicciones con los halcones tradicionales. Es un verdadero misterio. El año pasado para un programa de televisión hicimos una recreación y fue interesante. Lo puedes encontrar en youtube buscando “Cuarto Milenio Museo de El Cairo”.

G.D.G.: El 12 de Enero de 1972 se inauguró en el Museo de Antiguedades la 1ra Exposición de Aeromodelismo en el Egipto Faraónico. Mi pregunta es: ¿cómo construyeron hace más de 3.000 años estos objetos?, ¿qué información técnica poseían o alguien se los suministraba?

A ver, no intentemos buscar preguntas según los problemas que nosotros vemos. Es decir, antes de irnos al tema del aeromodelismo. Reconozco que es un misterio y grande. Se desconocen muchas cosas.

G.D.G.: Regresando a la Región de Gizeh hay nuevos estudios de Bassam El Shammaa que considera la existencia de una segunda Esfinge hoy desaparecida y apoya gran parte de su teoría a través de estudios fotográficos realizados por la SIR-C/X-SAR de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA). ¿Consideras valedera esta hipótesis?

Es curiosa. La estela del Sueño habla o da pistas sobre dos esfinges. No lo ha dicho solamente Bassam, sino también otros egiptólogos de renombre. Hay que revisar muchos de esos interrogantes.

G.D.G.: Hablando de Esfinges, la existente y bella figura de Gizeh que todos hemos podido visitar y apreciar es sin duda una construcción anterior a las Pirámides. ¿Ya se podría confirmar realmente esto de acuerdo a todos los estudios realizados en la misma?

Yo creo que sí lo es. Es un monumento prefaraónico reusado luego y amoldado a las nuevas creencias.

G.D.G.: Podemos hablar de una civilización anterior a la egipcia constructora de estos “Faraónicos” monumentos.

Desde luego, pero nos tenemos que olvidar de una “supercivilización”. Se trataría de una cultura primitiva, con cierta sofisticación, pero nada relacionado con la Atlántida ni cosas así.

G.D.G.: Años atrás escribí un trabajo llamado “Fenómenos Aéreos en el Antiguo Egipto”, allí expuse distintas piezas arqueológicas que destacaban la presencia de extraños objetos voladores surcando los cielos del Egipto Faraónico. ¿Qué opinás de estos documentos? (como el Papiro Tulli, la Estela de Gebel Barkal, El Papiro de Leningrado, etc.etc.)

Para mí el Papiro Tulli es un fraude. Lo relato en un artículo que tengo publicado en la web. La estela de Gebel Barkal es, en cambio, muy interesante y seguramente la fuente de inspiración del papiro falso.

G.D.G.: ¿Crees en la existencia del Fenómeno OVNI?, ¿Ellos, estuvieron con nosotros en la Antigüedad en distintas civilizaciones del planeta?

Desde luego que creo. También creo que nos visitaron en el pasado, y que quizá inspiraron algun movimiento religioso pero no por su intermediación directa sino porque nosotros los confundimos con seres divinos. Pero de ahí a creer que somos un experimento suyo, que nos han legado una herencia tecnológica que se ha perdido etc. eso no me lo creo ni he encontrado en ningún sitio una evidencia clara.

G.D.G.: Qué opinás de las famosas “Puertas Secretas” halladas en la Pirámide de Kheops, que se suponían eran canales de ventilación y autores como el ya citado Bauval considera que se usaban para fines rituales y que están alineadas con los Sistemas Estelares.

Son temas muy interesantes que demuestran una vez más la interrelación astronómica entre monumentos antiguos y las estrellas.

G.D.G.: Nuevos estudios han descubierto grandes cavidades bajo la Esfinge y las Pirámides, ¿habrían allí nuevas Puertas Secretas?, ¿se logró ingresar a estas Cámaras ocultas?

El tema de las cavidades bajo la Esfinge es un poco controvertido. Es cierto que las hay, pero al igual que bajo todo el suelo de la meseta gracias a la configuración geológica. Es posible que algunas de esas habitaciones fueran reutilizadas como si fueran criptas de los templos.

G.D.G.: Los Trépanos egipcios es otro de los misterios que rodea a esta cultura. ¿Considerás el Informe Baker como certero al enunciar que las herramientas utilizadas por los antiguos egipcios superan los resultados de la moderna tecnología?

No han hecho arqueología experimental. Desde hace casi 2 décadas se ha demostrado que herramientas de cobre pueden perforar como lo hacen el granito o la cuarcita dejando el abrasivo de la arena esas marcas tan curiosas en las paredes. Lo explico en un artículo en mi web titulado El trabajo de la piedra.

G.D.G.: Quiero saber tu opinión acerca del Obelisco no acabado del Aswan que pesa casi 1.300 Toneladas, ¿cómo iban a levantar los egipcios de la cantera y trasladarlo a Karnak?, ¿qué tecnología utilizaban para mover estas piezas?

Uf, de eso no tengo ni idea. Es un verdadero problema. Seguramente emplearían alguna pista de tierra, pero 1300 toneladas son muchas! De alguna forma lo debieron de hacer porque otros colosos similares como las 1000 toneladas del coloso del Rameseum consiguieron moverse.

G.D.G.: Para ir ya finalizando, todos los autores que han escrito varios libros siempre tienen uno que más lo consideran. De todos tus libros, ¿cuál te parece el mejor y porqué?

A mí me gusta especialmente Tutankhamón, el último hijo del sol. Yo me enamoré de la egiptología por este tema y escribir un libro de esas características fue una gran satisfacción.

G.D.G.: Sabemos que falta mucho aún por descubrir y asombrarnos en Egipto, ¿cuál es tu visión del futuro arqueológico?

Piensa que solamente conocemos una quinta parte de lo que debió de haber. Faltan ciudades enteras de las que conocemos por textos antiguos pero no sabemos dónde están. Y es necesario que se revisen muchas teorías instauradas en el siglo XIX.

G.D.G.: Sos una persona que has trabajado con muchos investigadores españoles y extranjeros, (arqueólogos, historiadores, etc.etc.) ¿quiénes son para vos los más destacados y con quién de ellos aprendiste más?

No se puede decir que haya uno que me haya marcado. Quizá desde el punto de vista humano un buen amigo el padre Felices me adentró en muchos enigmas históricos. Luego en el mundo de la televisión Fernando Jiménez del Oso marcó una profunda huella. En el terreno egiptológico he tenido la suerte de conocer y colaborar con muchos grandes especialistas. Me impresionó la cercanía de Jean-Philippe Lauer.

G.D.G.: Personalmente siempre viajo por el mundo, al igual que vos, en busca de enigmas y respuestas, ¿cuáles son tus próximos proyectos?

Siempre viajo a ciudades o capitales que tengan colecciones egipcias. Pero el próximo objetivo siempre, siempre está de nuevo en Egipto. Queda mucho por hacer y aprender.

G.D.G.: Finalmente, ¿Quién es realmente Nacho Ares?
Es un humilde historiador, un poco “egiptoloco” que tiene la inmensa suerte de disfrutar con lo que hace.

G.D.G.: Te dejo este espacio para que expreses lo que desees.

Muchas gracias por la oportunidad que me das para expresarme y comunicarme con tantas personas de ámbitos diferentes.

G.D.G.: Muchísimas Gracias por tu tiempo dedicado a mi persona. Podríamos seguir hablando aún mucho más. Sos una persona que ayudas a “desasnar” a todos acerca de este tema, que es sin duda la riquísima y misteriosa Historia de Egipto. Gracias Nacho por tu tiempo una vez más.-

Friday, October 14, 2016

¿Cristóbal Colón y su tripulación fueron testigos de las evoluciones de Fenómenos OVNI antes de descubrir las Américas?



¿Cristóbal Colón y su tripulación fueron testigos de las evoluciones de Fenómenos OVNI antes de descubrir las Américas?
Por Guillermo D. Giménez, Planeta UFO (c) 2016

¿Cristóbal Colón y su tripulación fueron testigos de las evoluciones de Fenómenos OVNI antes de descubrir las Américas?. Veamos: El 3 de Agosto de 1492 en Sanlúcar de Barrameda Colón inicia su recorrido hacia lo desconocido y es así que en el cuaderno de Bitácora en su primer viaje aparecen dos anotaciones que dan cuenta de situaciones extrañas. El sábado 15 de septiembre de 1492 la bitácora de Colón nos describe: "navegó aquel día con su noche 27 leguas camino al Gueste y algunas más. Y en esta noche al principio de ella vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos 4 ó 5 leguas". ¿Qué era ese #RamoDeFuego que vieron en el mar? ¿Un OVNI?. Horas antes de descubrir las Américas el 12 de Octubre de 1492 leemos en su cuaderno de bitácora: "Después del sol puesto, navegó a su primer camino, al Oeste, andarían 12 millas cada hora, y hasta 2 horas después de medianoche andarían 22 millas, que son 22 leguas y media. Y porque la carabela Pinta era la más velera e iba delante del Almirante, halló tierra e hizo las señas que el Almirante habia mandado. Esta tierra vió primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana; puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre, aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese tierra" (...) "después de que el Almirante lo dijo, se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual a pocos parecía ser indicio de tierra". ¿Qué era esa luz que subía y bajaba del cielo?, ¿un fenómeno astronómico? No ... ningún meteorito -en este caso visto en dos oportunidades- se cae y vuelve a elevarse nuevamente. Su descripción se #AlzabayLevantaba nos describe las evoluciones de un extraño objeto luminoso que acompañó -sin duda- a Cristóbal Colón en un evento histórico para la Humanidad. Estas extrañas luces han sido consideradas como avistamientos de Fenómenos OVNI registradas centenares de años atrás.

Saturday, October 08, 2016

Oceanía: la madre de los misterios



Oceanía: la madre de los misterios
Por Scott Corrales © 2016

Los seres humanos han dejado huella de sus actividades en los sitios más recónditos desde el amanecer de los tiempos. Aunque no se trate nada más significativo que los restos de una fogata encendida por nómadas en una vasta planicie asiática en la que el cielo y el horizonte se confunden en la lejanía, o los humildes restos de una choza petrificada la orilla de un salar que en su día fue un gran lago, sentimos un interés innato y hasta nos emociona ver estos restos, ni decir las ruinas de las grandes civilizaciones de nuestro planeta.

Este afán de buscar huellas de nuestros antepasados se extiende a la búsqueda de ciudades perdidas y estructuras olvidadas por los libros de historia y las tradiciones culturales de la historia. En la década de los ’60 una serie de autores popularizó el interés por la criptoarqueología: Brad Steiger nos hablaba de la civilización desconocida en América del Norte que dejó no sólo fortificaciones ocultadas por la exuberante vegetación de estas tierras, sino también delicadas obras de arte y monedas que fueron relegadas al olvido tras su descubrimiento por ser “pedradas en la cara de la historia”, como solía decirse. Robert Charroux, Raymond Drake y otros hicieron los mismo.

Ciudades perdidas de Oceanía

En 1979, el destacado escritor e investigador australiano Rex Gilroy escribía sobre las "civilizaciones desconocidas" que pudieron haber existido en su isla-continente. Al margen de la creencia en la paleoufologia, que afirmaba que los "wondjinas" venerados por las tribus aborígenes australianas eran en verdad seres de otro mundo, las ruinas y tradiciones sobre estas civilizaciones en la desértica Australia occidental se basaban en hechos concretos. "Las tradiciones nativas," escribe Gilroy "afirman que existió un puente terrestre entre Australia y Nueva Guinea en lo que hoy denominamos el Estrecho de Torres, con una cultura cuyos restos pueden verse cerca de la ciudad de Port Moresby bajo el agua. Otras ruinas misteriosas existen cerca de Alice Springs, consistiendo en cuatro terrazas de 40 pies de alto, construidas de grandes bloques a la manera de la enigmática Tiahuanaco, y piedras ciclópeas parecidas yacen bajo el mar cerca de Brisbane (Queensland, Australia)."
En otro escrito, Gilroy nos informa de la existencia de "moais" en Australia, descubiertos cerca de la población de Emerald, también en Queensland, y en las cercanías el Estrecho de Whitsunday, agregándole al misterio el supuesto hallazgo de una gran cabeza "maya" en Cambelltown al sur de la populosa Sydney. Aunque Gilroy no nos facilita dibujos ni fuentes de información sobre estos curiosos descubrimientos, cabe especular si la cultura madre del Pacífico pudo haber estado en Australia, y que los moais de la isla de Pascua representan sus lejanos avatares, marcando tal vez los lindes de su imperio.

De ser así, la paleontología nos ofrece otro curioso regalo de la antigüedad olvidada: estatuas de 4 pies de estatura talladas en esteatita, a las que se les ha asignado una edad de 25,000 años mediante pruebas de radiocarbono realizadas al entorno circundante.

Hasta los investigadores del misterio se resisten a creer en algunas de estas extravagantes sugerencias, prefiriendo seguir la vertiente de "Australia como colonia egipcia", fundamentándose en las grandes estructuras piramidales que pueden verse no solo en Woomera (desde donde operaba el programa espacial del Reino Unido en los '60, actualmente una de las estaciones de rastreo más importantes de la NASA) sino también en Queensland y Nueva Gales del Sur.

A pesar de que existen jeroglíficos que nos hablan del viaje de cierto almirante de la corte faraónica cuyos viajes pudieron haberlo llevado a Egipto, sigamos por la vertiente menos ortodoxa. ¿Será posible que Australia pueda ser el mítico continente de Mu o Lemuria, que lejos de hundirse bajo las aguas del extenso Pacífico, sencillamente fue arrasada por condiciones desconocidas?

Teosofía y seres prehistóricos

No podemos internarnos en esta hipótesis sin traer a colación un personaje de talla ciclópea en estos asuntos, aunque se le haya tachado de fraude y embaucadora: Helena Petrona Blavatsky.
Clarividente y esoterista, la figura más insigne de la teosofía afirmaba en sus escritos que la humanidad había atravesado una secuencia de etapas de desarrollo denominadas "razas raíz". La primera raza era espiritual, ocupando la "sagrada tierra imperecedera". La segunda, los hiperbóreos, también era espiritual y su hogar era un continente en el ártico. La tercera de estas razas, sin embargo, ocupó Lemuria, cuyos restos podemos ver en la moderna Australia y Micronesia, afirmando que los altos y esbeltos aborígenes australianos eran descendientes de esta raza, cuyo proceso evolutivo había comenzado por darles el aspecto de aterradores gigantes de tres ojos, viviendo en chozas.

La Lemuria que nos describen los escritos teosóficos distaba mucho de ser la que nos presentan otras tradiciones. "Un manto denso, cargado de vapor, llenaba la atmosfera de la tierra, y aunque la luz solar bañaba el planeta, los rayos solares solo se filtraban a través de densas nubes. Los monstruos se convertían paulatinamente en hombres, gigantes que se movían con lentitud y pasaban gran parte de sus vidas acostados, tratando de levantarse. Puesto que eran incapaces de doblar sus rodillas, tenían que apoyarse contra los árboles. Cuando comenzaron a andar, les era necesario valerse de grandes y pesados bastones." Posteriormente, el texto afirma que los patagones eran la última muestra de la destilación final de los lemurios, antes de ser sobreseídos por la cuarta raza raíz, los atlantes. No obstante, es posible sugerir que si Blavatsky (o sus maestros sobrenaturales) se equivocaban, tal vez no lo hicieron tanto. Sus descripciones en cierto modo pueden aplicarse a los no tan legendarios "yowies" que ocupan las montañas de Nueva Gales del Sur. Estos seres de tres metros de estatura, emparentados con el yeti himalayo y el Bigfoot norteamericano (o el gugwe, una versión aún más aterradora de dicho ser) no parecen ser capaces de flexionar sus rodillas, y efectivamente se apoyan contra los árboles.



El escritor italiano Peter Kolosimo toma prestado el lenguaje de H.P. Lovecraft para describir su propia visión de la desaparecida Lemuria, cuyos restos incluirían las islas del Pacífico: "Aquellos que nos dicen todo esto," escribe, refiriéndose a los teósofos, "sobre los lemurios afirman que con el paso de las eras, estas espantosas criaturas se desarrollaron para resultar en algo que parece una fusión de bosquimano y primate. Los bosquimanos, se nos informa, son de hecho descendientes de los lemurios, al igual que los aborígenes de Australia, los nativos de Tierra del Fuego y otra tribus africanas y de la India".

Un nexo interesante entre el mundo espiritual de la teosofía y la criptozoología.

"El folklore aborigen," nos cuenta Rex Gilroy, "mantiene que los aborígenes compartieron esta tierra con otras razas humanas que ocuparon las tierra antes que ellos. Entre ellas figuraba una raza de hombres y mujeres gigantes que confeccionaban herramientas." El autor cita el descubrimiento de petroglifos en distintas partes de Australia cuyo origen se ha asignado a posibles extraterrestres, pero el esoterista australiano se reserva sus comentarios al respecto, insistiendo que las enormes herramientas de piedra que han sido excavadas tanto en Oceanía como África, amén de quijadas y dientes fósiles, representan una prueba más contundente.

La ciencia oficial nos informa que el megántropo era 2/3 del tamaño del gigantopiteco, colocandolo a 2.44 metros y con un peso aproximado de ciento ochenta a doscientos cincuenta kilogramos. La mándibula más reciente de megántropo fue hallada en 1993.



"En distintos lugares del centro oeste del estado," sigue Gilroy, "he descubierto enormes herramientas de piedra, incluyendo hachas, bastones, cuchillos y otras herramientas con un peso de 5.5 a 16.5 kilogramos - objetos que solo pudieron haber sido creados y utilizados por seres de enorme estatura y fuerza. ¿Pertenecieron estos implementos a los parientes australianos del megántropo (Meganthropus palaeojavanicus, hombre de Java gigante), que merodeó el sureste asiático hace unos 500,000 años?" (Australasian Post, September 11, 1986)

Los monstruos del subsuelo

El testimonio mudo de las piedras labradas por manos desconocidas es impresionante, pero existen otros misterios en Australia que resultan igual de apasionantes. Uno de ellos, que se circuló en la prensa de aquel país en la primavera de 1966, tuvo que ver con un extraño hallazgo bajo las arenas del Northern Territory, a más de trescientas millas al sur de la ciudad de Darwin en el asentamiento Killarney.

Norman Jensen, un veterano perforador de pozos, acostumbrado a las condiciones inhóspitas de la región, procedió a realizar su labor a quince millas el asentamiento Killarney, una estación de ganado ovino (sheep station, en inglés). La broca del taladro había perforado capas de caliza, arcilla, tierra roja y arenisca para alcanzar el manto freático cuando repentinamente, a una profundidad de 102 pies (31 metros), se produjo un descenso repentino a 111 pies (33 metros). Pensando que había logrado su cometido, Jensen hizo bajar una bomba para comprobar la calidad del líquido.

Grande fue su sorpresa, sin embargo, cuando en vez de agua, lo que salió de la bomba "una cubeta de carne, hueso, piel y pelo", según la nota periodística.

El perforador confesó al condestable local, Roy Harvey, que jamás había visto nada parecido. El material fue transportado a la estación Killarney, donde las gallinas se alimentaron de él sin sufrir efectos perniciosos. Días más tarde, los extraños restos aún no se habían podrido.

Se remitieron muestras al doctor W.A Langsford, Director del Departamento de Salud de la Mancomunidad Australiana con sede en Darwin. Tras de realizar un análisis, el médico sentenció que el material obtenido a treinta metros de profundidad era, en efecto, tejido y pelo, pero que sería necesario remitir la evidencia a un laboratorio especializado en la ciudad de Adelaide para ampliar detalles. "Cabía la posibilidad de que el material hasta podía ser humano."

Un dato sensacional, sin duda, que apareció inicialmente en la desparecida revista FATE (Septiembre 1966) y posteriormente en el libro Atlantis Rising del autor Brad Steiger (1976). Como suele suceder con estas noticias, no hubo seguimiento alguno y se pierde la pista de los restos hallados bajo el suelo australiano. Nos es posible confirmar con la tecnología a nuestra disposición que el doctor Langsford no solo existió, sino que tuvo una carrera muy distinguida en la investigación del genoma aborigen (National Centre for Indigenous Genomics), estudiando cromosomas de 1969 a 1973 y levantando el estudio de treponematosis del Northern Territory en 1968. El condestable Roy Harvey, apodado "Bluey", asumió su cargo el 13 de junio de 1965 hasta su jubilación por cuestiones de salud en 1978. Participó en batidas para capturar a diversos forajidos, incluyendo 40 días seguidos en pos del asesino Larry Boy.

Sobre el perforador Norman Jensen existe aún más información. El 2 de noviembre de 2011, la señora Toni Tapp Coutts publicó una foto de Jensen en la web www.open.abc.net.eu, con información adicional sobre el asunto, que nos tomamos la libertad de traducir:

"Hallar agua en este gran país es una labor difícil," escribe Toni. "Mis padres fueron pioneros en la estación Killarney - 1700 kilómetros cuadrados de tierra colorada, planicies de tierra negra y amarillenta hierba de Mitchell. En Killarney no existían pozos permanentes de agua. Era necesario buscar cualquier agua bajo el suelo, una tarea larga, atareada y a menudo infructuosa. Norman Jensen (a la derecha en la foto) perforó pozos en todo el Distrito de Victoria RIver en la Región Katherine del Northern Territory. En 1968, "Old Norm" nos estaba perforando un pozo nuevo cuando las varillas de perforación afloraron trozos de carne, pelo y sangre de una profundidad de 30 metros. Dejó de perforar enseguida, convencido de que había traspasado un animal prehistórico. Guardó pedazos de carne en una lata de tabaco y las trajo a la estación. Tras mucha conversación y charla rural, mi madre remitió una muestra al CSIRO en Darwin. Parece que fue enviada de ahí a Adelaide. No recuerdo el desenlace, pero el pozo fue tapado y "Old Norm" perforó un segundo pozo a 100 metros de distancia que produjo un buen caudal de agua, resultando en la construcción de un tanque de lodos y bebederos para el ganado. La zona recibió el nombre acertado de Monster Bore (agujero del monstruo) y sigue siendo un punto de abastecimiento importante para la concentración de ganado en el asentamiento Killarney. Hasta el sol de hoy, la gente va a visitar "los abrevaderos de Monster Bore".



Habiendo establecido la veracidad de los hechos, ¿Qué eran los misteriosos restos que Norman Jensen tomó por prehistóricos? Steiger en su libro sugiere que el material correspondía “a un topo gigante o a uno de los amos de la tierra hueca”. La ciencia ha comprobado la existencia de una megafauna abrumadora en Australia: leones marsupiales, wombats de 300º kilogramos de peso (el diprodonte), y el Procopton goliah, un canguro de 3 metros de altura con peso de 230 kilogramos – todos ellos siendo animales que existieron hace 50,000 años. El material orgánico hallado por Jensen, sin embargo, era carne fresca y ocupaba un espacio de tres metros bajo la tierra.

Nos atrevemos a sugerir dos posibilidades descabelladas para acompañar la hipótesis de Steiger: un enterramiento de enormes seres “yowie” o los restos de algún gigantesco habitante de la desparecida Lemuria, incorrupto por algún proceso que de por sí representaría otra teoría descabellada.