Thursday, June 13, 2019

OVNIS que no fueron "serpientes de verano"



OVNIS que no fueron "serpientes de verano"
Por Scott Corrales (c) 2019 para Arcana Mundi

Los periódicos de antaño solían llenar los espacios en blanco de la temporada estival con noticias diseñadas para captar la atención de lectores distraídos por las bondades del tiempo y ¿por qué no? añadir a los mitos de la sociedad contemporánea. Desde insectos capaces de infringir picaduras extrañas hasta serpientes de mar paseándose ante los balnearios (recordemos el efecto que tuvo la película "Tiburón" de Steven Spielberg en 1975 sobre los bañistas) o criaturas extrañas que atormentaban a las parejas estacionadas en lugares apartados, las 'serpientes de verano' (o Junebugs, en inglés) formaron parte integral del ciclo noticioso.

No obstante, muchos de estos veranos nos trajeron casos que no tenían ni una pizca de imaginario y que representaron manifestaciones de fenómenos desconocidos en su momento.

El 5 de enero de 1968, el periódico australiano Daily News afirmaba que cinco adolescentes habían visto un objeto misterioso sobre los cielos de la población de Rockingham. El grupo de amigos había salido a remar a eso de las tres de la madrugada cuando se percataron de una luz pulsante y silenciosa a doscientos pies (60 metros) de la comunidad.

La nota de prensa nos proporciona el nombre de uno de los jóvenes - John Franetovich, vecino de Alexander Road, Dalkeith en aquel momento - que pudo tomar siete fotos de la luz con su cámara. Los amigos estaban remando hacia el ballenero 'Kos VII' donde habían faenado por más de una semana. El avistamiento prosiguió desde la cubierta del ballenero de marras por más de una hora. Otro testigo, Richard Burrige, afirmó que la luz era "grande y opaca, moviéndose hacia arriba y abajo, brillando y apagándose de vez en cuando".

La descripción dada por este último nos hace pensar en las luces irregulares de un faro, pero no había semejante estructura en dichas costas. Jack Michaels, el tercer testigo en aportar datos, dijo que se valió de su linterna para hacerle señas a la gran luz, pero que esta se apagaba cada vez que el joven apuntaba el haz de luz en su dirección.

Dijo Burridge: "A primeras pensamos que se trataba de un helicóptero, pero descartamos la teoría porque no podíamos escuchar sonido alguno. Era lo más raro que habíamos visto jamás. Era casi espantoso, de hecho".

La 'luz huidiza" de Australia tuvo su equivalente en otra luz avistada años antes en Crescent City, California, EEUU (lugar que adquiriría fama en los '80 como el escenario del rodaje de El retorno del Jedi).

Descrita como "una bola que brillaba en tonalidades anaranjadas, doradas y blancas, y con cola" la presencia objeto extraño fue dada a conocer a la Agencia Federal de Aviación (FAA) el 12 de febrero de 1964. Con testigos múltiples, esta vez los pescadores de la playa de Fort Dick, se dijo que "uno de los pescadores trató de apuntar su linterna contra el objeto, pero este huyó." Se informa al lector que el comisario del condado de Del Norte había sido puesto sobre aviso.

Meses antes - a finales de la primavera del hemisferio norte, precisamente el 4 de junio de 1967 - La fuerza aérea estadounidense recibiría un informe acerca de un incidente producido en Bethany Beach, estado de Delaware, docenas de kilómetros al sur de la base aérea Dover. El incidente, que pasó a formar parte de los expedientes del proyecto "Libro Azul, afirmaba que el testigo anónimo había presenciado un objeto como "una alfombra voladora" que ardía en ambos extremos, encontrándose en aquel momento en un chalet al sur de Rehoboth Beach. El aparato extraño provenía desde el sur en dirección norte, regresando en el sentido opuesto en cuestión de segundos. El testigo estimó que el intruso estaba a unos cien pies (30m) de distancia de la playa y a trescientos pies o poco más de altura (100m), y que dio a conocer el incidente al comisario de Bethany Beach aquel mismo día.


El formulario estándar de la USAF preguntaba si el objeto había desaparecido en algún momento, y el testigo repuso afirmativamente: "Sí, mi visión del objeto fue interrumpida por otro chalet que estaba frente al nuestro. Sin embargo, regresó y volvió hacia el sur en cuestión de segundos. No hubo aspecto ni indicio de resplandor posterior a esto. Las llamas parecían tener diez y media yardas de ancho".

Casi dos décadas más tarde, la revista People presentaría sus lectores las experiencias de dos cazadores que probaban su suerte en la vegetación costanera en las afueras de la ciudad de Perth (Australia Occidental). El incidente fue de tal magnitud que suscitó el interés de agentes de inteligencia militar de aquel país (AUSTINT, por su acrónimo).

El testigo principal - conocido solamente como "A.G." - dijo que él y su amigo se habían internado en los matorrales de Copel Beach en 1984, zona que les resultaba conocida, cuando repentinamente se dieron cuenta de que la región estaba sumida en silencio. Sus ojos se posaron en una "tira de luces rojas y verdes" de color intenso. Al mirarla a través de los objetivos de sus escopetas de casa, se dieron cuenta que la hilera de luces correspondía a un objeto cóncavo rematado por un domo metálico. El objeto permaneció suspendido sobre la zona por algunos momentos antes de elevarse y deslizarse lentamente por los aires, siguiendo la costa hacia la ciudad de Fremantle.


En su testimonio a la revista People, "A.G." aseveró lo siguiente: "No creo que ninguna nave terrestre es capaz de generar una luz tan intensa, ni moverse tan lentamente sin hacer ruido. Mi amigo, que era militar en aquel entonces, comunicó el incidente al ejército. Pero se arrepintió de no haberse quedado callado. Los agentes de inteligencia lo interrogaron por horas y horas, mostrándole bocetos y fotografías de OVNIS, y haciéndole pasar un mal rato".

Monday, June 10, 2019

Australia: El angel caído



Australia: El angel caído

Un obrero en Queensland alega haber visto una criatura rara en un desagye pluvial en suburbio de la ciudad de Ipswich.

A finales de febrero de 2010, el obrero Peter Cass se encontraba dentro de un angosto desague pluvial, realizando repararaciones en el suburbio Brassall de Queensland. Equipado con tan solo una miníuscula linterna, el trabajador se encontró cara a cara con lo que describió como un "angel caído".

Cass describió su experiencia al reportero Jessie Middis:

"Estaba realizando repraciones a las alcantarillas de desague pluvial aquel día. Tenían enormes tuberías lo suficientemente grandes como para que un hombre pudiese arrastrarse dentro de ellas", afirma Cass.

"Llovía, asi que se me advirtió que tuviese cuidado al arrastrarme dentro de las tuberías. El entorno era sumamente oscuro, así que saqué mi pequeña linterna de bolisillo y la apunté hacia el fondo de la tubería. Ahí fue que vi aquella extraña criatura".

"Era casi humana, pero como un alienígena. Realicé indagaciones por Internet y encontré la imagen de un angel caído. Era idéntico a la cosa que ví".

Al ver aquella cosa, Cass se congeló. Apuntó su linterna directamente a la fuente de movimiento.

"Chilló y corrió en el sentido contrario con gran rapidez. Me daba demasiado miedo moverme, pero salí a toda prisa".

Ninguno de los amigos, familiares o compañeros de trabajo de Peter le creyeron, así que mantuvo su experiencia en secreto hasta ahora.

Cass amplía detalles sobre su experiencia: "Se movía como si no tuviese huesos. El desague era sumamente angosto, pero parecía desplazarse por las tuberías con agilidad, como si llevase ahí buen tiempo.

En la actualidad, Cass se niega a efectuar reparaciones en los drenajes pluviales si no está acompañado.

[Traducción (c) 2019 S. Corrales, Arcana Mundi con agradecimiento a Robert Frieda (Ufologist Magazine) y Jesse Middis]

Thursday, June 06, 2019

Testimonio de un soldado en Chipre



Testimonio de un soldado en Chipre
[Revista Ufologist Magazine, Vol.14 #2 julio-agosto 2010]

Lo que sigue es la traducción del testimonio de un sargento mayor de los Royal Marines del ejército británico referente a un evento sucedido el 1971. Forma parte de un artículo escrito por Philip Mantle con información aportada por Bob Boyd del grupo Plymouth UFO Research Group (PUFOG), datos recibidos a su vez como resultado de una participación radial en la BBC el 20 de abril de 1993. Según apunta Mantle, el sargento insistió en su anonimidad, pero se le dio el nombre de “Steve”.

He aquí el testimonio:

“Pertenecí a los Royal Marines y fuimos parte de un grupo conocido como 41 Commando Group, acantonado en [la isla de] Malta. Solíamos salir de Malta dos o tres veces al año para ir a Chipre a participar en ejercicios de campo. No sé si conoces la forma que tiene Chipre, pero es como una bola de Rugby de lado. En la noche en cuestión (31 mayo 1971) estábamos desplegados en el campo. La unidad se desplegó con la compañía Echo en el flanco izquierdo, es decir, el extremo oeste de la isla. Teníamos 2 compañías en el norte y mi propia unidad, que era Command HQ, directamente al sur en un sitio llamado Goshi Trooli. Había un total de 1400 hombres participando en ese ejercicio.

Tan pronto como llegamos al campo, localicé los distintos sitios y los despejé. A eso de las 20:00 horas, una gran luz brillante apareció detrás de una cresta, tal vez a mil metros de distancia. A primeras parecía los faros de un automóvil con las luces largas, detrás de la colina. Puesto que se trataba de una maniobra nocturna sin luces. Me comuniqué por la radio, les di mi contraseña, y les dije que apagaran las luces. La luz se hizo más intensa, así que transmití de nuevo - ¡fuera luces! A la par que yo hablaba, esta luz subió sobre la cresta a unos mil metros de distancia, y dije: “no son los faros de un auto, sino una maldita bengala”. Creí a primeras que estaba mirando una bengala de mortero. Las bengalas de mortero son estacionarias. Las disparas en el aire y su propósito es de iluminar la zona, y luego bajan por paracaídas. La reacción inicial fue bengala de mortero, y esto me preocupó mucho, porque nos encontrábamos en un bosque de carbón, lleno de árboles secos, y si una bengala aterriza entre ellos tienes un problema bastante grave. Doce hombres perdieron la vida bajo circunstancias parecidas. Una bengala incendio el bosque de Troodhos y murió una cantidad considerable de tropas inglesas. Eso fue años atrás, en 1957, que fue en mis tiempos.

Ahora, en ocupando un alto cargo en 1971, me pongo a pensar que tengo una bengala de fósforo suspendida sobre un maldito bosque de algarrobos y no voy a estar muy contento de ello. Apareció a una distancia de mil metros, que como dije, fue por detrás de la cresta, pero pudo haber sido bastante alto en el cielo. Mi impresión inicial es que volaba muy bajo. Este objeto luminoso estaba entre 5000 y 10,000 pies, pero son especulaciones mías.

Éramos unos 20 en este sitio, mirando la luz, cuando repentinamente me di cuenta de que no era una bengala. Te preguntas: “bueno, ¿y qué otra cosa puede ser?”. Mientras más lo mirabas y la gente hablaba, no era posible relacionarlo con algo visto antes. Definirlo resultaba difícil. Era algo de gran masa. La masa principal de luz era casi esférica, pero era tan radiante que no parecía nada visto jamás. Era una bola de luz candente. La luz era sumamente brillante y cuando digo brillante, es que nunca había visto yo nada tan brilloso en la vida.

La brillantez no llevaba al grado de cegarte pero era…imponente. La descripción más cercana era como si alguien hubiese bajado el sol a la tierra. Y eso quiero decir con que era una gran bola de luz candente. Era como una esfera de luz ardiente, brillante. También me fue posible ver otras luces dentro de ella. No eran luces obvias, como digamos, claraboyas con las cabezas de marcianitos echando un vistazo. Era la intimación de otras luces del mismo color que la principal. Tenías esta bola ardiente volando por encima de tal forma que yo podía ver algo, no era una cruz, sino otras luces con más o menos la misma forma dentro de la luz central.

Por delante y por detrás del objeto, especialmente cuando volaba más bajo, había una especie de vórtice de movimiento, como si estuviese desplazando aire. Es decir, si algo se mueve, empujaría el aire por delante y por detrás. Hay mucha polvareda en Chipre, sobre todo durante esa estación del año. Condiciones sumamente polvorientas y secas y el polvo queda suspendido en la atmósfera.
Hubo mucha conversación en el grupo de 20 hombres. Todos hablaban de lo mismo. Ninguno había visto nada parecido en la vida. Llevábamos minutos mirándolo. ¿Recuerdas que te dije que asigné a un cabo de los Marines la custodia de nuestro camión? Pues repentinamente escuchamos esto (golpea la mesa) y el cabo subió por la colina a toda velocidad. Con todo el equipo puesto, y sabes que Chipre es un lugar caliente y pegajoso. De todos modos, se me acercó todo jadeante y me preguntó: ¿Ha visto usted eso? Le dije que sí y repuso “¡A Dios gracias!” No fue hasta entonces que se me ocurrió que el fenómeno era menos espantoso para un grupo de soldados que para un individuo aislado. Quiero decir, que para que un cabo de los Marines desobedezca mis órdenes y abandone su puesto, tiene que ser algo serio. Para un individuo…salir corriendo es un delito grave, no pretendamos ignorarlo. Fue una deserción del puesto asignado. Para un individuo aislado, lo que tuvo que haber presenciado solo…significa que era algo muy serio.

Todos los presentes en aquel ejercicio, unos 1400 hombres, vieron la luz. Durante este período, como recordarás, estábamos realizando maniobras nocturnas. Como dije, teníamos equipos de radio y nos era posible escuchar las transmisiones de los demás que hablaban sobre la luz. En un momento pudimos escuchar el intercambio entre una contraseña que es una unidad y su comandante, que es Sunray. Charlaron un poco sobre la luz y luego Sunray dijo: “Ha de ser un platillo volador, ja,ja,ja.” Esas fueron las palabras que usó.

Contemplamos el espectáculo por 22 minutos. Todos éramos observadores profesionales. Llevo encima prismáticos de alta calidad, de visión nocturna, y entre nosotros había media docena de prismáticos.

Ahora, te parecerá que lo que te voy a decir es una idiotez, pero la luz fue desde la zona cero y le tomó 22 minutos desaparecer fuera del alcance de los prismáticos a la derecha de la luna. No utilizamos los prismáticos cuando la luz estaba a la vista, puesto que su brillo era tal que mirarla por los gemelos podía dañar la vista. Utilizamos los prismáticos nocturnos cuando estaba a cierta altura. Apoyados contra un land rover, mirando la luz con los prismáticos nocturnos, la luna estaba suspendida sobre la guarnición de Dekali y el objeto estaba a su derecha.
Me gustaría puntualizar que no hubo impresión de velocidad, sonido o movimiento. Estabas mirando algo que parecía ir a la deriva. Tengo 27 años de capacitación en determinar distancias. Por eso me pagan. Pero no soy capaz de decirte si estaba a 1000 metros de altura, a 500 metros de altura, o a 50 millas de alto. También soy paracaidista profesional así que conozco las distancias en el aire. Pero no puedo decirte ni qué tan lejos y ni qué tan alto estaba. Sencillamente era algo que no se había visto antes. El día que vimos la luz coincidió con una de las misiones lunares de los estadounidenses, creo que la segunda. (No hubo ninguna misión lunar el 31 de mayo de 1971. La misión Apolo XV despegó de la tierra el 31 de julio de 1971, y la Apolo XIV despegó el 15 de enero de 1971 – Nota del traductor)

Regresamos entonces a las barracas. Al volver a la base, redacté un informe completo sobre lo que habíamos visto aquella noche – unas cinco páginas. Se lo envié por correo a mi esposa y le dije que guardara la carta porque sabía que era algo distinto. ¡Pero la echó a la basura! Al día siguiente, estábamos hablando en el comedor sobre la luz, así que llamé por teléfono a Aquitiri y pedí que me comunicaran con el oficial meteorológico de la base. No pude localizarlo. Las líneas telefónicas estaban al rojo vivo. Me puse en contacto con mi contrapartida en aquella base y hablé con él. “Me preguntó: ¿tiene que ver con la luz que vimos anoche? Y le dije que sí. Repuso que la central no se daba abasto. Luego añadió: “Se trataba del lanzamiento de [la sonda] Mariner. Eso fue lo que vimos”.



Más tarde esa misma mañana, el coronel mandó a buscarme y – refiriéndonos a la luz en cuestión- me indicó que todas las sub-unidades que la vieron debían escribir un informe al respecto, y que cualquiera que le hubiese tomado fotos al objeto estaba bajo obligación de entregarlas como parte de la investigación sobre el Mariner. Y esto fue lo que se hizo. Todo el mundo te preguntaba si habías visto esa luz, y charlabas un poco al respecto. Sucedió que un fulano había salido del comedor ebrio. Lo que oyes – salió ebrio de un comedor militar. Se metió en su auto, miró hacia arriba, y en cuestión de segundos estaba sobrio. Regresó corriendo al comedor, gritando, y todos salieron a ver la luz.

Los turcos o los griegos, no recuerdo cuál de los dos, pero uno de ellos cree que la luz, una luz brillante como aquella, significa la llegada del nuevo Mesías. Cuando fui a buscar municiones, los lugareños trabajaban para el polvorín, y uno de ellos nos contaba que en su aldea habían visto esto como parte de su religión cristiana, y que todos habían salido a rezar en las calles, pensando que el Jefe estaba de vuelta. Salió en la prensa local, así que puede verificarse fácilmente. No es palabrería mía. Lo puedes verificar con facilidad.

Me han tomado 20 años decirte esto ahora, porque no me gusta hacer el ridículo. Se lo he dicho a otras personas porque lo mejor es que puedo comprobar lo que digo. Por suerte aún conservo las fotos que muestran el horizonte. No hubo encubrimiento ni tapabocas en la base porque todo encajaba a la perfección con el lanzamiento del Mariner, pero todos sabíamos que no era eso. Lo sorprendente es que no haya trascendido a la prensa británica.”

Wednesday, June 05, 2019

OVNIS y los grandes apagones



OVNIS y los grandes apagones
Por Scott Corrales
(Extracto del libro OVNIS-Entre sueños y quimeras, 2016)

Al hablar del fenómeno OVNI y su supuesto impacto sobre el tendido eléctrico de nuestro mundo, la primera imagen que entra en nuestra mente es la del confuso electricista Roy Neary (encarnado por Richard Dreyfuss) respondiendo a un apagón masivo en la ruralía estadounidense durante una de las mejores secuencias de Encuentros en tercera fase. Su misión averiguar las causas del apagón de parte de su empresa de servicio público se convierte en una experiencia de contacto que cambia su vida por completo.

Pero la extraña relación que existe entre el cine y los apagones producidos por la presencia de aparatos desconocidos en nuestros cielos no acaba ahí: Mientras que miles de estadounidenses visitaban cines en todo el país para presenciar el espectáculo cinematográfico llamado Independence Day (un rodaje parecido a La Guerra Entre Mundos en el cual una civilización extraterrestre intenta apoderarse de la Tierra, antes de ser derrotada por heroicos pilotos terrícolas), se estaba produciendo un incidente que resucitaba el incómodo espectro de los "apagones ovni".

El 2 de julio de 1996, algo desconocido consiguió incapacitar los sistemas de comunicación y de potencia a lo largo de una región de once estados de la unión americana, desde Montana hasta Nuevo México. La reacción en cadena tuvo como consecuencia alucinantes problemas de tránsito, obligó a los centros médicos y a los aeropuertos a activar sus plantas de emergencia, y dejó consternadas a millones de personas en un caluroso día de verano.

Al día siguiente, los informes de prensa indicaron que el problema residió en tres líneas de transmisión de 500 kilovoltios cada una que iban desde las centrales hidroeléctricas en la zona del noroeste hasta los estados del suroeste. Las autoridades manifestaron que las tres líneas cayeron simultáneamente, pero no eran capaces de explicar lo sucedido. El resultado fue que mas de una docena de centrales eléctricas quedaron fuera de línea, junto con siete bombas en el acueducto del Río Colorado. Un portavoz para Bonneville Power, empresa que administra el tendido eléctrico en el noroeste de los EE.UU., señaló que el problema estaba en Rock Springs, Wyoming, donde cuatro centrales de quinientos megavatios repentinamente quedaron fuera de línea. 1.2 millones de personas en Nevada, el oeste de Oregon, el sur de Idaho y el estado de California quedaron sin suministro eléctrico. Joe Marshall de la Idaho Power Co. dijo en un cable de la Associated Press: "Probablemente fue una sobrecarga, o hubo alguna falla, pero nadie sabe a ciencia cierta lo que ocurrió".

La revista Newsweek citó a un funcionario anónimo quien dijo: "Podemos decir que no fueron los OVNI, y creo que tampoco fue obra de los hackers". Pero la sospecha de que el fenómeno ovni pudo haber guardado alguna relación con el apagón no pudo eliminarse de la mente del público. Aunque no existen pruebas fehacientes que indiquen que el fenómeno haya sido la causa de los eventos, abundaron rumores en la Internet en cuanto a actividad ovni en Coeur D'Alene, Idaho (lugar conocido por sus avistamientos) y en otros puntos del tendido eléctrico nacional. Tal vez aún haya algo de cierto en el viejo dicho de que aquellos que olvidan el pasado están condenados a repetirlo.

El 9 de noviembre de 1965, 29 millones de almas en el noreste de los Estados Unidos y millones más en el Canadá quedaron hundidas en las tinieblas al ser afectada la electricidad por un fenómeno desconocido. A las 5:30 PM ese fatídico día, miles de aterrorizados neoyorquinos quedaron atrapados en los túneles de los trenes subterráneos y dentro de los ascensores en el corazón de los rascacielos. Veinticinco millones de personas pasaron aquella insólita noche en los recibidores de los hoteles de la ciudad, en bares, coches y museos. Ninguna instalación quedó ilesa, ni siquiera las bases militares.

El apagón se expandió como una mancha de tinta, en cuestión de minutos, desde la región de Niagara Falls a las ciudades de Buffalo, Rochester, Utica y las comunidades más pequeñas a lo largo de los Grandes Lagos. Acto seguido, abarcó los estados de Pennsylvania, Massachusetts, Connecticut, Nueva Hampshire y Vermont. En una nación hundida en el temor de la Guerra Fría, en donde el recuerdo de la Crisis de los Misiles en Cuba aún estaba fresco, se temió en un principio que el apagón presagiaba la hecatombe nuclear. Un piloto comercial exclamó que el acto de ver la oscuridad que reinaba en la tierra que sobrevolaba su avión le hizo pensar que "había llegado el fin del mundo".

Estaciones radiales operando con fuerza de respaldo consiguieron tranquilizar a la población, aunque algunas noticias hacían referencias a "problemas sucedidos en el Norte" sin ofrecer nada concreto. Un instructor de aviación al norte de Syracuse, NY, dijo haber visto una colosal bola de fuego cerniéndose sobre las líneas de alta tensión de cuarto de millón de voltios pertenecientes a la estación de la empresa Niagara Mohawk en Clay, NY. Precisamente en ése momento, los operarios en la zona de Nueva York registraron una masiva arremetida de potencia hacia el norte, tal vez atraída por la "bola de fuego". Miles de testigos en las oscurecidas ciudades y comunidades rurales presenciaron esa tarde extrañas luces que surcaron el cielo inpunemente.

Otros dijeron haber visto "bólidos" balanceándose sobre las líneas de transmisión mientras que mudaban colores desde el azul al verde y al anaranjado. Una hora antes de la interrupción del flujo eléctrico, dos pilotos de aviación civil Jerry Whittaker y George Croniger, afirmaron haber visto dos interceptores de la fuerza aérea persiguiendo dos objetos desconocidos.



La explicación oficial producida en aquel momento fue que la disyunción de un relé en la enorme central Sir Adam Beck No.2, ubicada unas cuantas millas al norte de Niagara Falls, había producido el apagón. Según los expertos, la disynción alegadamente sobrecargó las líneas en EE.UU. y los detectores de carga no fueron capaces de funcionar según su diseño otro hecho que tampoco fue explicado satisfactoriamente.

El noreste de los EE.UU., presa de la oscuridad, fue un tema que despertó el interés mundial. No puede decirse lo mismo de los apagones que sucedieron después: semanas más tarde, Nuevo México, Texas y la República Mexicana quedarían a oscuras. El 3 de diciembre de 1965, Ciudad Juárez en México y las principales urbes del suroeste estadounidense fueron víctimas de apagones inesperados, mientas que Socorro, NM, la base aérea Holloman, y el campo de misiles White Sands y otras instalaciones de interés estratégico quedaban inservibles. La culpa recayó sobre un par de unidades defectuosas en algún rincón de Nuevo México; sin embargo, testigos locales afirmaron haber visto un objeto resplandeciente sobre la central eléctrica.

Discusiones en torno a las medidas que podrían tomarse contra los apagones causados por los OVNI se hicieron sentir justo después de los eventos. Milton L. Scott, un investigador de Filadelfia, hizo la siguiente recomendación: "Podemos empezar por avisar a las empresas de servicio público del país sobre el peligro inminente de los apagones repentinos, y advertir a las centrales eléctricas que deben cerrar todos los interruptores dentro de su alcance si llegan a detectar un enorme sobretensión de procedencia desconocida desplazándose a lo largo de las líneas". El físico James McDonald, apasionado apologista de la existencia de los ovni hasta su trágica muerte, no dudó en afirmar que la fuente del apagón eran los no identificados.

Sudamérica también experimentaría apagones en masa, así como la gran oscuridad que arropó a Buenos Aires el 26 de diciembre de 1965. La mayor parte de la ciudad quedo a oscuras por espacio de siete horas sin plantas de emergencia disponibles a los círculos oficiales. Como resultado, la falta de comunicación con las autoridades causó un pánico tremendo entre la población. Sin embargo, platívolos capaces de "chupar" energía ya se habían dado a conocer en América del Sur años antes: un resplandeciente ovni en forma de platillo voló pausadamente sobre la comunidad brasileña de Mogi Mirim en 1957, extinguiendo las luces a sus paso. Los espectadores pudieron observar zonas completamente negras directamente debajo del trayecto del OVNI y otras zonas adyacentes en dónde la luz sólo se había atenuado. La situación se normalizó justo después de que el platívolo había abandonado la zona.

El oficial de patrulla Herbert Schirmer, el malhadado protagonista del secuestro ovni de Ashland, Nebraska en 1967, alegadamente fue conminado por uno de sus anfitriones alienígenas a asomarse por una ventanilla: el policía pudo ver que la "nave espacial" en la cual se encontraba había extendido una sonda sobre un cable de alta tensión. Se produjo un fogonazo breve y la sonda empezó a alimentarse de electricidad a partir del cable. Los ovninautas supuestamente le dijeron a Schirmer que tenían "dificultades en almacenar electricidad" y que el sobrante sería devuelto al cable de alta tensión.

¿Podría haber sido esta clase de operación la causal del Gran Apagón del Noreste, así como de otras averías de origen desconocido?