Saturday, November 20, 2021

L𝐮𝐜𝐡𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧tra 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐲 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐚𝐝𝐨𝐬: 𝐎𝐯𝐧𝐢𝐥𝐨𝐠𝐢́𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐚𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚𝐥

 

 
 
L𝐮𝐜𝐡𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧tra 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐲 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐚𝐝𝐨𝐬: 𝐎𝐯𝐧𝐢𝐥𝐨𝐠𝐢́𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐚𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚𝐥
𝑃𝑜𝑟 𝑆𝑐𝑜𝑡𝑡 𝐶𝑜𝑟𝑟𝑎𝑙𝑒𝑠 © 2021 – 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑟𝑐𝑎𝑛𝑎 𝑀𝑢𝑛𝑑𝑖
Entre las muchas batallas que se han librado sobre el tema de los objetos voladores no identificados - incluyendo la veracidad del caso Roswell, la autenticidad del relato de Billy Meier, la fidelidad del "viaje interrumpido" de Betty y Barney Hill y la aptitud para la navegación interplanetaria del mapa de Marjorie Fish (sí, el que muestra las estrellas Zeta 1 y 2 Retículi) - hay otra que se menciona menos, y posiblemente haya caído en el olvido.
Nos referimos a las pugnas sobre los matices paranormales que se dan en los casos OVNI desde hace décadas - algo que hace erizar a los defensores de la ovnilogía de pernos y tuercas cual gatos callejeros. Aceptar la posibilidad de que el fenómeno OVNI tenga cabida bajo la misma carpa que los poltergeist y fantasmas es anatema, ya que todos sabemos que son valientes científicos y exploradores de algún sistema planetario, tal vez hasta miembros de una cofradía galáctica que medita invitarnos a su ruedo. O algo así.
Sin embargo, vemos a autores de la talla de Michael Lindemann - quien se retiró de la ovnilogía muy temprano para evitar las guerras internecinas que aquejaban el campo en los '90 - hablando sin ambages sobre lo paranormal no sólo en la ufología sino en el mundo de los ‘proyectos negros’ de los militares.
Uno de los entrevistados por Lindemann – un técnico de aviación llamado “Tom” que también había tenido encuentros OVNI a lo largo de su vida – expresa lo siguiente: “Mediante mis experiencias en la aviación, he conocido a muchos militares. Algo que tienen en común es que han experimentado eventos paranormales. Hablando con militares que han trabajado en las islas más pequeñas [del archipiélago hawaiano], dicen que esta clase de actividad se daba a diario en sus bases: cosas que se movían solas, cosas que desaparecían, cosas que aparecían de la nada. Atribuían esta actividad a lo que denominaban ‘mini-hunas’. Parece tratarse del movimiento de cosas más allá de lo que puedes percibir […] No creo que he visto estas cosas en el estado consciente, aunque sí en el inconsciente. Para mí, eran seres más demoniacos. Cortos, delgados con piel como cuero. No parece que lleven puesta ropa. No se les nota genitales ni nada, pero no andan vestidos. Su piel era como el de las lagartijas, pero sin escamas, de color verde tirando a pardo”.
Se puede argumentar que “Tom” está viendo a los consabidos “Grises” operando más allá del campo visual de los seres humanos, y que todo encaja a la perfección en el paradigma de la HET. Pero el entrevistado de Lindemann pasa a agregar, acto seguido: “Una vez vi un gran número de ellos en un sueño, y tuve la sensación de impedir que invadieran la Tierra. Se lo dije a mi esposa, que yo estaba impidiendo que las puertas del infierno se abrieran […] Las imágenes y sueños que tuve fueron de 1985-86, cuando comencé a trabajar en los proyectos negros por primera vez”.
Lindemann se pregunta en el siguiente párrafo por qué los militares comunican tener experiencias similares durante su trabajo en proyectos secretos. Resume la situación diciendo: “obviamente, hay mucho aquí que no entendemos”.
El escéptico se puede cruzar de brazos y decir: “¿Y qué?” a todo esto, pero no hay forma de descartar información concreta como la siguiente.
En marzo de 2021, la revista Stars and Stripes, órgano de divulgación de las fuerzas armadas estadounidenses, circuló un curioso artículo sobre el exorcismo realizado por el capitán Lance Brown, capellán del Ala 374 de la fuerza aérea estadounidense (USAF) en la base aérea Yokota en Japón. El capitán Brown y su esposa han tenido que realizar limpiezas espirituales y ‘unciones’ en dicho plantel militar. Stars and Stripes aclara enseguida que estas sesiones no se realizan bajo la aprobación de los mandos de la USAF, pero que son un consuelo para las familias de las tropas acantonadas en dicha base, que han visto ‘luces fugaces’ que se desplazan en sus habitaciones y cuyos niños temen los ‘monstruos’ que les atormentan en ocasiones.
El matrimonio Brown aplica ‘aceite para unciones’ – una mezcla de incienso, mirra, aloe y especies – a cualquier lugar u objeto que lo requiere. La pareja de exorcistas – por lo que se puede entrever en la nota periodística – también brindó sus servicios en la base aérea McConnell en el estado de Kansas, EEUU.
El capitán Brown finaliza diciendo: “No es nada al estilo Hollywood, pero el Mal es innegable. Te da una sensación de oscuridad absoluta y te hormiguea la piel. Te da una sensación de “no quiero estar aquí”.
𝘐𝘯𝘷𝘦𝘴𝘵𝘪𝘨𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘱𝘢𝘭𝘥𝘢 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘖𝘝𝘕𝘐𝘚
Randall Jones Pugh no es precisamente un nombre que nos viene a la cabeza enseguida cuando pensamos en investigadores ovni. Sin embargo, Pugh compartió con el criptozoólogo F.W. Holiday la autoría de The Dyfed Engima, tomo que recopila los casos ovni de la gran oleada del País de Gales a finales de los ’70, que incluiría casos muy parecidos a los que se dieron en Argentina a comienzos el siglo XXI en relación con las mutilaciones de ganado. Pugh informó a la prensa de que se apartaba del fenómeno OVNI por razones fundadas.
“El hombre que ocupó el centro de la psicosis que sacudió el oeste de Gales ha renunciado a la labor de investigar los avistamientos porque sus descubrimientos le han atemorizado”, comienza el artículo de Western Mail, informado a sus lectores que Pugh, reconocido veterinario de la comunidad de Roch, cerca de Havertfordwest, se daba de baja tras descubrir que “el fenómeno tiene que ver con el ocultismo” y que hay “fuerza malévolas al acecho”.
Sigue: “[Pugh] advirtió a otros que tal vez estén interesados en internarse en el asunto: “No lo hagan, o se arrepentirán”.
Pugh renunció en 1980 a su cargo de coordinador de la organización BUFORA para el sur de Gales luego que sus investigaciones y estudios le dejaran “espiritualmente estremecido”.
“Desde el principio, echó por tierra la teoría de que los ovnis eran producto de visitas extraterrestres de otros planetas, pensando que todo formaba parte de otro plano de existencia en la tierra, y los avistamientos se producían cuando estos niveles de existencia se solapaban sobre el nuestro. ‘Profundicé excesivamente en el tema y descubrí experiencias que son demasiado atemorizantes como para conversar sobre ellas”.
Resulta curioso (o pura coincidencia, dirán muchos) que F.W. Holiday, el antes mencionado colaborador de Pugh en el proyecto Dyfed Enigma, había fallecido bajo condiciones misteriosas a raíz de su participación en el exorcismo del lago Ness por el reverendo Donald Omand. Holiday tuvo un encuentro cercano con un hombre de negro (HDN) vestido en traje y casco de motociclista, dando la sensación de que no había nadie dentro del atuendo. Pero dejemos que nos lo cuente el mismo Holiday, cuyo testimonio aparecería de manera póstuma en su libro The Goblin Universe (Llewellyn Books, 1985):
“Era una mañana hermosa y fresca, y los terrenos estaban húmedos del rocío. Al rodear la esquina de la casa, me detuve de manera involuntaria. Al otro lado del prado, más allá del camino y en el tope de la cuesta que conduce al lago Ness, había una figura. Era un hombre vestido totalmente de negro. A diferencia de otros caminantes que se detienen a admirar el panorama del lago Ness, este estaba de espaldas al lago, mirándome fijamente. De hecho, parecía aguardarme. Me pregunté quién rayos podría ser esta persona, sintiendo a la vez una fuerte sensación de maldad fría y sin pasión. Recordé las figuras negras en torno al OVNI visto por [Jan Owe] Strindberg e intenté formar una asociación…”
Holiday decidió dirigirse hacia la figura, describiéndola cabalmente. Estuvo a un metro de distancia de la figura, suprimiendo el impulso de abalanzarse sobre ella para comprobar su realidad. El autor se detuvo a cierta distancia, afirmando haber escuchado susurros extraños o un silbido. Dándose la vuelta repentinamente, Holiday quedó sorprendido al ver que el hombre de negro ya no estaba. Era imposible que se hubiese escondido, puesto que no había donde ocultarse por cientos de yardas a la redonda.
Holiday fallecería de un infarto en el mismo sitio en que se produjo el extraño encuentro un año más tarde.