Wednesday, July 31, 2019

Recordando los OVNIS de 1973



Recordando los OVNIS de 1973
Por Scott Corrales para Arcana Mundi © 2019

El apellido “Kent” nos hace pensar enseguida en la identidad asumida por el Superman de los comics y el cine – Clark Kent, hijo de Jonás y Marta Kent.

Pero en el entorno ovnilógico el apellido nos remonta a uno de los legendarios casos del año 1973 – “el año de los humanoides” como se le conoció posteriormente. En enero del ’73, la señora Kent se puso en contacto con la organización APRO para informar una serie de experiencias extrañas. Al igual que la familia de Superman, esta familia Kent vivía en una granja, pero en el condado de Walworth del estado de Wisconsin, EE.UU., en las cercanías de uno de los bosque estatales del sur de aquella región. Luces rojas de procedencia desconocida recorrían aquellas lejanas tierras, pasando sobre la propiedad de la familia al atardecer. A diferencia de los helicópteros que sobrevolaban la zona, inspeccionando las líneas de alta tensión, las luces eran total y completamente silenciosas.

Los Kent eran gente seria, poco dada a creer en ‘marcianadas’ y lo sobrenatural, ya que tampoco lo permitía su religión luterana. Pero en diciembre de 1972, los hijos de la familia habían presenciado tres objetos plateados ‘con forma de hamburguesa’ entre los pinares que demarcaban el linde entre la propiedad privada y el bosque estatal. Los objetos estaban suspendidos en el aire de forma escalonada y a una distancia de 400 metros, y los testigos estimaron que el diámetro de cada uno de los ‘burgers voladores’ era de aproximadamente cinco metros. Se destaca el hecho de que los uno de los objetos disponía de una protuberancia que describieron como ‘un espejo agrietado’, y les hizo sentir que este objeto los grababa o fotografiaba de alguna manera. Un extraño sonido silbante sembró el pavor entre los jóvenes testigos, quienes corrieron a toda velocidad a su hogar a contarle el incidente a su madre, la Sra. Kent.



El 20 de marzo de 1973, en horas de la noche, el matrimonio Kent regresaba a su granja tras de realizar diligencias en el pueblo cuando se percataron de un ‘objeto anaranjado más grande y brilloso que cualquier estrella, justo sobre el horizonte con rumbo al norte. Otros vecinos también habían presenciado esta extraña presencia.

La actividad de fenómenos inexplicados tampoco estaba restringida a América del Norte. Vecinos de la australiana ciudad de Ballarat, provincia de Victoria, presenciaron un objeto que se manifestó justo en frente de un automóvil el día 13 de abril a las 20:00 horas a media milla de distancia. El chofer anónimo indicó que el capot de su coche se iluminó ‘como un espejo’ por la brillantez del aparato desconocido, que tenía forma de pelota y se cernía a seis metros sobre la superficie del camino. Cuando reporteros del periódico local le preguntaron que por qué no se atrevió a acercarse más, el chofer repuso que temía que la fuerte luz causara ceguera al niño que viajaba con él. Pudo apreciar, sin embargo, que la luz era redonda, y que desapareció tan repentinamente como apareció.
A mediados del mes de julio de 1973, un vecino de la comunidad de Emden en Missouri se despertó a las tres y media de la madrugada debido a los ladridos incesantes de su perro (una constante en casos de ovni y de Bigfoot). Al asomarse por la ventana de su casa rural, pudo ver un objeto "con forma de huevo, del tamaño de un automóvil normal, con aspecto tridimensional...era posible ver a través del objeto, o directamente hacia su interior." El fenómeno brillaba con luz anaranjada por afuera y tenía un color ligeramente distinto en su centro. "Como el color del sol al ponerse, pero no tan oscuro para considerarse rojo".

El mes de agosto sería aún más ajetreado: testigos en la cercanía de Princeton, Indiana, indicaron ver un objeto con forma de domo durante una tormenta que se desató a las nueve de la noche en una fecha no precisada. El aparato tenía la forma de un platívolo clásico, con cúpula en vez de domo, que en la opinión de los testigos "no parecía ser algo sólido".

A comienzos del octavo mes del año, Sr. Bud Sedgwick, agricultor de la comunidad de Greenup, Illinois, estaba en la compañía de su esposa y suegros cuando un objeto rectangular "se les vino encima" al cruzar un camino vecinal en las cercanías de Greenup, cerca de las vías férreas de la Penn Central Railroad. El aparato, descrito con la forma de "un furgón de grandes dimensiones", contaba con una luminosidad pálida. Sedgwick aplicó los frenos abruptamente, haciendo que uno de los pasajeros se golpeara contra el salpicadero del coche. La extraña figura acabó por descender en un maizal, perdiéndose de vista.

Por azares del destino, otros testigos de la comunidad de Greenup, Illinois (con 1500 habitantes) se contraría con lo desconocido esa misma noche. El 4 de agosto de 1973 en horas de la noche, Bill McMorris y su hijo regresaban de un día de pesca, conduciendo entre los caminos vecinales de la zona, cuando vieron un objeto enorme sobre una casa de granja propiedad del Sr. Walter Gabel. "Era tan grande como una casa", afirmó McMorris, director del periódico de la localidad. El objeto parecía estar a tres cuartos de milla de distancia y parecía estar a punto de aterrizar.

La afinidad del fenómeno OVNI por el encanto rural de Greenup se prolongaría durante varios encuentros más, incluyendo un caso anónimo el 19 de agosto, cuyo protagonista juró haber visto "un OVNI que aterrizó a 200 pies de mi coche en la ruralía y luego trató de interceptarme durante mi regreso al pueblo de Charleston".



Resulta interesante que la población de Greenup y su afinidad por los fenómenos luminosos se extendió posteriormente por muchos años, incluyendo el avistamiento de una “nave nodriza” en 1977. Greenup también queda cerca de Mattoon, Illinois, aldea que pasó a la historia por las extrañas manifestaciones de la criatura (¿o humano descarriado?)
conocido como el “gaseador de Mattoon” – parecido al “Springheel Jack” de la Inglaterra victoriana.

Pero no todos los casos ovni tomaban lugar en los estados del centro de la unión americana. Tres amigos, sentados en sillas de jardín al frente de la cochera de su hogar en West Seneca, Nueva York, jamás olvidarán aquel mes de agosto hace cuarenta años. Su charla se vio interrumpida por un zumbido de baja intensidad que les obligó a mirar sobre sus hombros hacia el cielo sobre el garaje: un objeto que parecía “la mitad de un huevo” y de color plateado metálico, rodeado de una luz anaranjada que tiraba a azul, estaba en pleno descenso vertical directo sobre el techo de la estructura. Uno de los testigos exclamó desesperadamente al objeto – “¡Detente! ¡Vas a aplastar el garaje!” – y el intruso detuvo su bajada, alejándose a gran velocidad. Varios días más tarde, otro testigo escuchó el mismo zumbido, salió a la calle con su perro, y pudo ver el mismo objeto al nivel de la calle y a tan solo tres o cuatro pies sobre el suelo. El testigo sintió el extraño deseo de acercarse más al intruso, y comenzó a caminar hacia el objeto. Su perro comenzó a ladrar frenéticamente hasta que el testigo logró romper la extraña coacción que le impulsaba hacia el objeto, que sencillamente comenzó a elevarse lentamente antes de desaparecer en la oscuridad.

Los expedientes de Francis Ridge, director estatal de MUFON para Missouri a comienzos de los '70, contienen datos aún más sorprendentes. Su monografía Regional Files: The FC Files - A Century of UFO Sightings and Close Encounters in the Midwest (UFO Filter Center, Mt. Vernon, Indiana) presentan la sorprendente realidad de los sucesos del mes de septiembre de 1973 en el estado de Missouri.

Un objeto de color verde oscuro apareció repentinamente en el retrovisor de una persona que conducía a lo largo de una carretera el 2 de septiembre de ese año. A la par que el objeto se acercaba al vehículo, el chofer llegó a ver que el objeto era de color gris, iluminado por dentro, con un "parabrisas" delantero curveado. Dentro del objeto se encontraban dos sujetos de apariencia indistinta. El testigo afirma que el objeto proyectó "escenas" dentro de su mente durante el trayecto.

El 23 de septiembre, una mujer sentada en su coche, esperando su turno para ingresar en el centro comercial Glennbrook de Fort Wayne, Indiana a las siete de la noche, quedó sorprendida al ver un objeto en el cielo con la configuración y dimensiones de "un transatlántico" que se mantuvo visible por espacio de varios minutos. El increíble objeto tenía cinco hileras de luces amarillas parpadeantes, y se desplazaba lentamente antes de perderse en una arboleda. Días antes de este avistamiento, testigos en los vecinos estados de Tennessee y Ohio comunicaron a las autoridades sus "encuentros cercanos del segundo tipo".

La monografía de Ridge incluye un sorprendente EC-3 que tomó lugar el 1 de octubre de 1973 en la vecindad de Anthony Hill, estado de Tennessee: un OVNI de configuración ovoide fue visto - supuestamente - por tres adolescentes que declararon ver un "enorme ser tipo robot de cabeza grande" caminando mecánicamente con las manos en alto, durante una tormenta eléctrica esa noche.

El primer encuentro con humanoides del que se tiene constancia para 1973 fue el ocurrido el 26 de enero en las afueras del poblado de Gaffney, Carolina del Sur. Un joven de 24 años de edad, cuyo nombre quedó en reserva "para evitar que fuese blanco de la burla", conducía su coche al sur de Gaffney cuando se fijó en un cúmulo de luces rojas parpadeantes en la carretera. Pensando que podían tratarse de las luces de vehículos de la policía perdonándose a un accidente de tránsito, el hombre redujo la marcha de su vehículo. Lo que vería a continuación le impactaría por el resto de sus días.

Los faros de su coche iluminaron un objeto de configuración discoidal que descansaba sobre tres patas en medio de la carretera. Frente al vehículo había una docena de figuras humanoides que parecían dedicarse a la tarea de reparar "algo" en el fondo de su vehículo.

Según los directores del periódico Gaffney Ledger, a quienes el testigo relató su experiencia, los supuestos ovninautas llevaban puestos monos blancos con correas y hebillas. Su estatura era promedio, tenían facciones caucásicas y pelo negro recortado de la misma manera. Sus manos parecían estar cubiertas por guantes blancos. Los ovninautas no prestaron el menor caso al automóvil y su atónito chofer.

La actividad ovni se mantendría esporádica por los siguientes meses, sobre todo durante el verano, con informes sobre luces brillantes que volaban sobre casas, granjas, depósitos de agua o camiones remolque que transitaban caminos solitarios en horas de la madrugada.

El 10 de septiembre, la agencia de prensa United Press circularía la noticia de que la población de Griffin, estado de Georgia, estaba siendo asediada por objetos multicolores por espacio de dos semanas. Un alguacil en el condado de Spalding había visto luces rojas descender a la tierra antes de desaparecer, mientras que dos policías militares de la base aérea Hunter cerca de la ciudad portuaria de Savannah informaron que "algo" había perseguido su vehículo mientras que efectuaban una patrulla rutinaria.

En octubre de 1973 se daba otro evento insólito en Duluth, Minnesota, EEUU. La "señora L." estaba al teléfono con su hermana a las 23:15 horas cuando sintió que algo raro tomaba lugar afuera de su casa: puedo escuchar lo que parecían ser pisadas en el piso de madera del porche, y el sonido de manos sobre la rejilla metálica de su puerta. Colgó el teléfono y se apresuró a averiguar lo que sucedía. Fue entonces que se sorprendió al ver una "nube" difusa y de color plateado a unos cinco pies sobre un árbol en el patio. La nube proyectaba un cono de luz sumamente brillante hacia la casa de unos vecinos, cuyos ocupantes, según la señora, ya estarían dormidos. Los perros de la zona ladraban y un poste de luz de vapor de mercurio parpadeaba irregularmente.

Alarmada por todo esto, la "señora L." despertó a un caballero que alquilaba un cuarto en su casa. El hombre presenció el suceso, se asustó, y volvió a su habitación.

La extraña nube comenzó a disiparse, revelando la presencia de un objeto cuyo tamaño era de poco más de un metro de diámetro a la distancia. La mujer tuvo el presentimiento de que aquel aparato "podía leerle la mente", llegando a creer en un momento que 'estaba bajo el control' del ingenio desconocido. Pero haciendo de tripas corazón, como solía decirse, la "señora L." salió al patio, encaminándose hacia el objeto (¡manifestando el aplomo que tuvo el cabalero que le alquilaba vivienda!) pero a varios metros del árbol tuvo la sensación de haberse pegado contra un muro y "no podía ver más nada que el color plateado". Recobró la vista al retroceder algunos pasos, y decidió que la fuerza que controlaba aquel dispositivo no quería que acercase más de lo necesario. A las 00:15 horas, el objeto salió disparado en vertical, dejando un agujero en las nubes.

Los avistamientos y encuentros con los extraños tripulantes de los objetos voladores no identificados alcanzarían su punto álgido en el mes de octubre de 1973, cuando los medios noticiosos de todas partes de los Estados Unidos informarían sobre alienígenas, monstruos y manifestaciones extrañas. Remitiéndonos de nuevo a los escritos de Irena Scott, parece ser posible precisar el momento justo en que los avistamientos y encuentros dejaron de ser algo casual y se convirtieron en una verdadera invasión: el 11 de octubre a las 21:00 horas, cuando una enorme detonación cuyo origen jamás pudo ser precisado, se hizo sentir en más de 10 estados de la unión americana, desde Indiana hasta Maryland e incluyendo sus estados circundantes. El periódico Columbus Dispatch, un rotativo de gran circulación informó que los informes OVNI habían precedido la extraña explosión. Se vieron ovnis en Ohio justo antes de una ensordecedora detonación que pudo escucharse en por lo menos diez estados, incluyendo Ohio, Pennsylvania, Virginia, Maryland y Virginia Occidental.

Tuesday, July 09, 2019

Los servicios de inteligencia y el cine contemporáneo



El libro National Security Cinema, escrito por Tom Secker y Matthew Alford, detalla lo que siempre se sospechaba - que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ejercía un papel central en la producción y financiación de los proyectos cinemátográficos de Hollywood. Los autores se han valido de más de cuatro mil páginas de documentos desclasificados que comprueban este hecho, descrito por autores como Tricia Jenkins, aunque escritos anteriores limitaban la influencia de las agencias de inteligencia a un puñado de largometrajes y programas de televisión.

Secker y Alford han ido más allá en su nueva obra,indicando que el gobierno ha tenido del poder de refundir guiones, particularmente para superproducciones como Transformers, James Bond y las obras que forman parte del los mundos ficticios de Marvel Comics (el MCU, como se le conoce popularmente).

Sabido es que para obtener la ayuda de los militares para hacer una película - Battleship, digamos - existe un despacho en el Pentágono que da el visto bueno para colaborar. La firma de un 'acuerdo de ayuda de producción' con los militares concede a estos la facultad de aprobar y rechazar el guión.

Los autores traen a colación una disputa algo airada entre Jon Favreau y el ataché militar durante el rodaje de Iron Man sobre una línea de diálogo: "Favreau quería que el militar dijera: - Hay quienes estarían dispuestos a morir por las oportunidades que tengo - pero el ataché se mostraba renuente. Favreau repuso enojado, - Bien, ¿qué tal si decimos que estarían dispuestos a caminar sobre ascuas calientes? El militar asintió al cambio, pero no acabó reflejado en la pantalla".

Otras objeciones incluyeron: menciones de suicidio por parte de soldados, menciones sobre la guerra de Vietnam en un guión de James Bond ('Tomorrow Never Dies') y curiosamente, el cambio de nombre de una operación militar en la película Hulk del 2003.

La CIA tuvo la facultad de censurar The Recruit (de 2003, protagonizada por Al Pacino, Colin Farrell y Bridget Moynahan) y Zero Dark Thirty ( 2012, con Jessica Chastain y Chris Pratt), en esta última - según los autores - la agencia eliminó referencias a un agente ebrio disparando un AK-47 al aire en Islamabad, así como el uso de perros en escenas de tortura.

Tuesday, July 02, 2019

El oscuro mundo de la alta extrañeza



El oscuro mundo de la alta extrañeza
Por Scott Corrales © 2019 para Arcana Mundi.

Recordemos un caso puramente anecdótico que circuló por el portal Reddit en el 2016. Un usuario conocido solamente como ‘Robert’ – nombre seguido por cuatro cifras aleatorias – trajo a colación un extraño caso de desaparición / teletransportación que había tomado lugar en Etiopía supuestamente en el año 1969, con su padre – en aquel entonces un niño de nueve años – como protagonista principal.
‘Robert’ aclaró que su padre (anónimo) y su mejor amigo, Gabriel, eran hijos de altos jerarcas del país africano, el primero siendo vástago del Ministro del Interior y el segundo de un general del ejército. Estaban jugando un buen día en el patio de la casa del padre de ‘Robert’ una tarde después de haber regresado del colegio. Esta casa, por la descripción dada, era una verdadera fortaleza, con muros de tres metros de alto y soldados que patrullaban los exteriores. Y fue de este formidable reducto que se desvanecería Gabriel, el hijo del militar.

El padre de ‘Robert’ dijo haberse dado media vuelta para descubrir que Gabriel, quien estaba justo detrás suyo, ya no estaba. Familiares y soldados se lanzaron a la búsqueda, temiendo lo peor: un secuestro político de la clase que solía darse en Etiopía en aquellos años, los últimos del emperador Hailie Selassie.

Pasadas las 48 horas, la búsqueda se hizo nacional. Los uniformados fueron de casa en casa con fotos del niño desaparecido para ver si alguien lo reconocía, o recordaba haberlo visto en algún momento. Recordarlo no sería difícil, puesto que vestía el uniforme de un prestigioso colegio de Addis Ababa. La fuerza aérea lanzó sus helicópteros para barrer la montañosa meseta abisinia por si era posible dar con el más mínimo rastro del niño, pero todo fue en vano. Las semanas se trocaron en meses y los padres – y la cúpula política – llegaron a temer lo peor, puesto que ningún secuestrador había pedido rescate.

‘Robert’ escribió que justamente al cumplirse los seis meses de la desaparición de Gabriel, el estudiante reapareció en el patio de su casa, vistiendo exactamente el uniforme que había llevado puesto aquel fatídico día. Podemos imaginar la mezcla de sorpresa y azoro de los adultos al correrse la voz de la reaparición del niño, que parecía estar contento y en buen estado físico.
Tan contento que estaba muy emocionado y dispuesto a contar lo que le había sucedido durante su ausencia.

Gabriel dijo que dos hombres muy agradables lo habían llevado de viaje. Estaba en una habitación blanca y resplandeciente con niños de nacionalidades distintas. Le sorprendió agradablemente que los hombres amigables – de tez blanca – podían hablar el etíope (el amhárico) con una soltura envidiable, pero le dejó pasmado poder entender y conversar con los demás chicos a pesar de no conocer sus idiomas, ni ellos el suyo.

La habitación reluciente carecía de ventanas y las puertas desparecían hacia el interior de los muros. Bastaba con oprimir un contacto en la pared para hacer salir camas en las que los niños podían dormir. De repente – explicó Gabriel – se encontraron en una ciudad grande y limpia con vehículos voladores. Sus habitantes eran extraños, parecidos a los humanos, pero sin embargo distintos. Uno de los hombres amistosos acompañó a Gabriel al interior de un edificio de altura considerable, indicándole que debía permanecer en dicho lugar por algún tiempo, pero que no se aburriría. La habitación en que le colocaron era capaz de “desplazarse a lugares distintos, campos abiertos, playas, y la habitación en sí puede volar” (cita textual de mensaje en Reddit). En lo que parecía ser cuestión de horas estaba de vuelta en Etiopía, totalmente inconsciente de que en su país habían pasado meses.

Lejos de aceptar su relato, los adultos le acusaron de mentir, y otros opinaron que lo había secuestrado un demonio. Gabriel tuvo que entrevistarse con un sacerdote que parece haberle practicado un exorcismo.

‘Robert’ aclara que su padre y Gabriel siguieron su amistad, y que el joven viajero acabó por doctorarse en física y viviendo en los Países Bajos.

Suponiendo que hay algo de cierto en esta extraña odisea, un poco de investigación nos permite entrever que tomó lugar bajo el mandato de Aklilu Habte-Wold, el controvertido primer ministro etíope del emperador Haile Selassie, y cuyo gabinete incluía al coronel Belachew Jemaneh, Ministro del Interior (y de “seguridad pública”, aunque este aspecto suele pasarse por alto). ¿Sería ‘Robert’ el hijo del ministro Jemaneh? Igual no hay forma de saber si el general – padre de ‘Gabriel – era uno de muchos que perdieron la vida cuando la junta suprema militar (el “derg”) derrocó al emperador, sumiendo a Etiopía en la sanguinaria dictadura de Mengistu.

Lo que sí podemos afirmar a ciencia cierta es que se daba actividad muy rara en Abisinia en aquellos meses – sobre todo aquel nebuloso incidente en la aldea de Saladare, a catorce kilómetros de la ciudad de Asmara, el 7 de agosto de 1970. El incidente atrajo la atención de nadie menos que J. Allen Hynek (ora pro nobis…) o de otro modo habría sido relegado al desván de la alta extrañeza, que tanto fascina al que esto escribe.

En su libro The Edge of Reality, el doctor Hynek lee la carta recibida desde Etiopía al mismísimo Jacques Vallé, textualmente:

“Deseo informarle acerca de un extraño fenómeno natural sucedo en la aldea de Saladare el 11.08.1970 a las 11:30 A.M. – así fue como lo describieron los testigos, que eran aldeanos locales. Después de las 11:00 A.M. escucharon un ruido que provenía del bosque cercano, sonando como un avión que volaba a baja altura. El sonido incrementó hasta hacerse estruendoso y vieron una bola roja fulgurante que barrió la aldea, destruyendo casas al abrirse paso. Arrancó árboles de cuajo, quemó la hierba, pero no causó incendios. Al abandonar la aldea, derritió el asfalto en el camino en un segmento de dos metros por siete metros, desmoronando el muro de piedra de un puente. Luego se desplazó unos 150 metros hacia una colina, donde permaneció inmóvil, antes de emprender su recorrido en contramarcha, destruyendo más casas y despareciendo al regresar a su punto de origen. Su recorrido total fue de 3 kilómetros en un sentido y 3 kilómetros en el otro, con una duración total de diez minutos. Algunos afirmaron que tenía forma troncocónica, y los vecinos de otra aldea afirmaron que voló sobre ellos haciendo un sonido retumbante. Según ellos, tenía forma esférica y tenía cola. La emoción fue tal que salimos tres veces a visitar la aldea y tomé treinta fotos, de las que le remito algunas. Parece como si una bola de cañón se hubiese disparado a través de las casas. Cincuenta estructuras quedaron dañadas, hubo ocho heridos, y murió un niño pequeño.”

Podemos suponer que en este momento Hynek habrá hecho una pausa en su lectura antes de seguir, y que Vallée le escuchaba atentamente.

“Algunas personas pensaron que se trataba de un meteorito, pero aquello no viajaría de un lugar a otro. No pudo haber sido un viento tipo tornado, porque no arrancó los tejados de latón de los techos, que permanecieron en su sitio, arrugados, fundidos y distorsionados. No tenemos idea de lo que haya podido ser. El periódico ‘Assis’ de Addis Ababa le dedicó unas cuantas palabras, clasificándolo de “tormenta”. El periódico local en italiano lo describió en cinco columnas. Dejando a un lado el concepto de vientos o relámpagos, el día era despejado y reluciente, así que no hay cabida para rayos. La aldea está a unos 3200 metros de altura, lo mismo que Asmara, y aunque los relámpagos a veces se desplazan de forma horizontal, hacía buen tiempo, como ya he dicho. Por otro lado, aquello tenía una fuente de calor. Fundió el asfalto, los objetos metálicos, hierba y arbustos, pero sin fuego ni llamaradas. Su impacto mecánico fue tremendo. Atravesó el muro del puente, cuyo grosor era de medio metro, y aún tenía fuerza como para hacer más daño al emprender su camino de regreso.”

Me imagino a Hynek haciendo pausa para encender su pipa, sentenciando después: “Este es uno de los pocos casos documentados en que algo que debemos clasificar como OVNI ha causado daño. Ciertamente volaba, obviamente era objeto, y ciertamente no era identificado”. (The Edge of Reality, p.161)

Aunque no existe vínculo entre el evento de tiempo perdido / teletransportación comentado por ‘Peter’ en el portal Reddit y el caso de Saladare un año después, tal vez pueda servir de evidencia circunstancial apuntando al hecho de que algo raro sucedía en aquellas remotas tierras, tal vez de origen interdimensional (aunque muchos querrán ver un OVNI en la ‘habitación voladora’ descrita por ‘Gabriel’). De hecho, existe un vínculo más sustancial con los Hombres de Negro (HDN) de la literatura paranormal, haciéndonos recordar un caso que mencionaba Salvador Freixedo en su obra Visionarios, místicos y contactos extraterrestres (Quintá, 1985) protagonizado por dos niñas, Carmen y Angeles, de 13 y 14 años de edad respectivamente. El caso se produjo en Teba, provincia de Málaga, del 15 al 16 de septiembre de 1975.

Las dos amigas estaban fuera de las puertas de sus respectivas casas charlando cuando vieron un extraño objeto resplandeciente que les llamaba la atención, puesto que descendía lentamente del cielo. Carmen decidió ir a ver qué era, y despareció mientras que Angeles se daba la vuelta para regresar a su hogar. La Guardia Civil organizó una búsqueda infructuosa en toda la región.

Escribe Freixedo:

“A las 10:30 de la noche del día siguiente, exactamente 22 horas después de su desaparición, Carmencita estaba entrando en el pueblo de la mano de dos individuos, un hombre y una mujer: jóvenes, rubios, altos y vestidos deportivamente. La llevaban cogida de la mano, cada uno a un lado y muy amables con ella. Nadie andaba por la estrecha calle a aquella hora de la noche. Cuando llegaron a la casa, el joven le dijo a Carmencita: ‘Pronto nos volveremos a ver’.

“Acosada a preguntas, la niña no se acordaba absolutamente de nada de lo que había hecho en las 22 horas precedentes. Lo último de que se acordaba era de aquella bolita luminosa que vio bajando por el aire, y de que ella se agachó para cogerla y la contempló en su mano. A partir de eso tenía un vacío total en su memoria”.


Las características no son calcadas a la del caso etíope, pero tenemos la desaparición cuando una persona se da la vuelta, las personas ‘agradables’, el regreso de la víctima a su punto de origen a una hora cercana a la de su desaparición, etc., aunque en este caso ‘Gabriel’ se acordaba de una vivencia extradimensional mientras que la pobre Carmen no recordaba nada en absoluto.
Sería conveniente descartarlo todo y achacarle la culpa a siniestros organismos de inteligencia (la sempiterna CIA, Mossad, KGB) jugando ‘el gran juego’ en otras partes del planeta, sobre todo en una Etiopía siempre al borde de una u otra crisis, aunque resulta difícil creer que dispongan de tecnología que les permita sonsacar individuos de su espacio/tiempo y llevarlos a otro. Disponen, por supuesto, de alucinógenos y mecanismos para crear toda suerte de ilusiones.