Monday, April 29, 2019

Peligro al acecho: los ovnis triangulares



Peligro al acecho: los ovnis triangulares
Por Scott Corrales (c) 2019


El 21 de agosto de 1985 se perfilaba como un día común y corriente para los vecinos de la ciudad de Harlingen, Texas, EEUU, y tal vez lo haya sido para toda la población, con la excepción de una mujer y sus dos hijos que paseaban alrededor del lago de dicha ciudad.

En horas de la noche aquel miércoles, los tres presenciaron un objeto triangular suspendido en silencio sobre el lago. El aparato comenzó a seguirlos, y los azorados humanos se lanzaron a la carrera; la mujer se tropezó sobre las rocas que había en el camino, ensangrentándose las rodillas, levantándose para llevar a su niños al cobijo de unos árboles en la zona, ocultándose mientras el objeto los buscaba con un brillante proyector. Esperaron al momento perfecto para abandonar su refugio y regresaron a toda prisa a su hogar, desde dónde se pusieron en contacto con la policía.



Los chicos se encontrarían con el extraño objeto días después, el 23 de agosto, pero no pudieron convencer a su madre a acompañarlos a buscar el aparato que había tratado de perseguirlos. Sin darse por vencido, los dos niños reclutaron a una vecina que los acompañara; la señora se había enterado del evento de la noche del miércoles pero no era dada a creer en semejantes narraciones, alegando que la madre de los dos críos era aficionada a la botella. No empero, siguió a los jóvenes al lago y llegó a presenciar por sí misma el espectáculo. El triángulo, según la descripción ofrecida al investigador Tom Adams, estaba dotado de 'preciosas luces azules' en dos de sus vértices. El parque de Harlingen estaba lleno de gente, y los adolescentes arrojaban piedras contra el objeto desconocido.

"¡Ey! ¿Tienen chicas allá adentro?," gritaba uno, mientras otros convidaban a los supuestos ocupantes a bajar a beber cerveza marca Bud Lite.
Apunta Thomas en su escrito para el boletín CRUX: "Durante al menos un año antes de los avistamientos de 1985 se habían producido otros informes sobre 'preciosas luces de color azul' que flotaban en el cielo de Harlingen por las noches. No obstante, eran de tamaños distintos y matices distintos del color azul".

El caso anterior - con sus elementos de cacería y persecución, y el detalle jocoso de los testigos que abordaban al fenómeno con desparpajo, es uno de los pocos en que se dan estos elementos a la misma vez. Por lo general encontrarse con un ovni genera otro tipo de emociones, como podemos ver en este caso canadiense, ocurrido en diciembre de 1979 al oeste de Woodstock, provincia de Ontario, a las 8:30 de la noche. El caso fue investigado por Pat de la Franier, Bob Dowsett, Patti Brad y Doug Hartiwck del grupo SUFORT.

Darin, el portavoz de los testigos del evento, afirmó que él y sus amigos habían presenciado tres objetos. El más grande de ellos era de configuración triangular con vértices redondeados.
"Disponía de luces a lo largo de su contorno y las luces giraban, a la vez que lanzaba algo como llamaradas desde su parte posterior. Tenía faros de luz blanca. Cuando lo vimos por primera vez, las luces eran fulgurantes, llenando la oscuridad. Vimos que se proyectaban hacia la superficie, pero sin tocarla. Tampoco estaban directamente conectadas al objeto. Sencillamente aparecieron en un punto determinado del cielo al frente del objeto y llegaban a otro, ahusándose al final," explicó el adolescente. "Las luces nunca apuntaron directamente contra nuestro vehículo, y podíamos ver luces
girando alrededor de triangulo, luces azules como las de la soldadura".

Los tres amigos habían salido desde la población de Ingersoll con camino a Thamesford. Repentinamente, Alan - el chofer - detuvo la marcha para apuntar al cielo, diciendo: "¡Miren! ¡Es un ovni!"



El pánico se apoderó de los jóvenes y Darin se lanzó hacia el asiento trasero del vehículo, emprendiendo la carrera a Ingersoll.

Según el escrito de Franier, tal era el miedo que experimentaban lo amigos que consideraron pasar la noche en dicha comunidad. Se decidieron por regresar a su comunidad, pero el ovni aparición nuevamente, persiguiéndolos. Aprovechando su conocimiento de los caminos vecinales, Alan consiguió escabullirse del intruso. Estacionaron el vehículo, apagaron las luces y se quedaron sentados, afirmando que "algo les estaba obligando a hacerlo." Sentados en el frío interior del coche, Alan coloco la mano sobre el parabrisas para quitar la escarcha, y al hacerlo, pudo ver que el ovni triangular estaba suspendido sobre ellos, con luces rojas y azules. "Pudimos ver que el objeto tenía proyecciones que parecían pinzas que se movían de un lado al otro."

Alan encendió el motor y arrancó a toda velocidad, tratando de extraviarse en los caminos vecinales sin luz al tal grado que ya no sabían dónde estaban. Perdiendo la noción del tiempo, los adolescentes descubrieron que estaban cerca de la carretera #2 con rumbo a Woodstock mientras que el ovni triangular les seguía sin problemas, tanto que se les adelantó y aterrizó en un maizal que estaba más adelante en el camino. Cuando pasaron a su lado a 80 millas por hora (128 kph), el objeto se elevó del maizal para darse de nuevo a la persecución.
Para no aburrir al lector, basta con decir aquí que los tres jóvenes fueron víctimas del juego de gato y ratón por parte del triángulo desconocido con sus perturbadoras pinzas. ¿Tenía pensado llevarse al vehículo y sus tripulantes en volandas?

En cierto momento los tres entraron en un comedero, al borde del histerismo, y pudieron enseñarle al propietario el objeto, que seguía en el cielo pero guardando distancia.
Debatieron si lo prudente era regresar a sus hogares, ya que esto significaría traer al desconocido y potencialmente peligroso objeto a sus familias.
El informe del grupo concluye que "los tres muchachos parecían estar controlados por el ovni. Tras su huida a Ingersoll, se sintieron conminados a volver a la zona aunque no querían hacerlo. 'No queríamos regresar', apuntó Alan, el chofer, "pero repentinamente estábamos ahí de nuevo, en el mismo sitio, y el objeto estaba ahí. Comenzamos a recorrer los caminos vecinales - no sé por qué - era algo que no queríamos hacer, pero algo nos obligaba a ello."

El tercer pasajero - anónimo en el informe - añadió: "No pude recordar nada de lo que hicimos. No pude recordar nada salvo haber ido a trabajar aquel día. No me acordaba de nada más que los ovnis. Estábamos tan asustados que no queríamos regresar, pero lo hicimos. Volvimos tres veces como si algo nos estuviese atrayendo como un imán. Mentalmente no queríamos regresar, pero nos obligaba a hacerlo...sentí que nos leía la mente, y dictaba lo que debíamos hacer".

El informe señala que el automóvil de marca desconocida sufrió desperfectos, como la dificultad de abrir la puerta del lado del pasajero. Los neumáticos se resecaron y acabaron por agrietarse.
Las extrañas propiedades de los ovnis triangulares han sido observadas en otros países y épocas. Durante la oleada de triangulares en Pennsylvania, EEUU a mediados de los '90, algunos testigos presenciales afirmaron haber desarrollado síntomas parecidos a la gripe tras sus encuentros, o jaquecas como consecuencia de otros eventos. Del Reino Unido nos llega un caso de 'alta extrañeza' en la que un ovni triangular desempeña un papel prominente. En este orden de ideas nos llega un caso de West Yorkshire, Reino Unido, sucedido en 1995 en una situación lo menos dramática que se pueda imaginar: una familia gozaba de las bondades de las primeras horas de una noche de verano, sentada en el patio de su casa y comiendo hamburguesas recién cocinadas en una parrilla.
De repente, los miembros del grupo familiar se dieron cuenta de algo: los sonidos de la noche de verano, incluyendo el viento, los insectos, aves nocturnas y el ruido lejano del tráfico, habían desaparecido, tal y como si una enorme campana de vidrio (pensará el lector en aquella famosa obra de Stephen King) hubiese descendido sobre la vivienda. Fue en aquel momento que el padre de la familia llegó a ver algo en aire casi sobre su cabeza: un objeto oscuro que emitía vapor antes de lanzar un rayo de luz.
Entre los árboles había un objeto triangular con cuatro luces en su sección inferior; una serie de luces en la sección inferior del triángulo se movía en el sentido contrario las primeras. El objeto descendió, disparó otro rayo de luz contra una casa vecina, y se esfumó, reapareciendo posteriormente a cierta distancia, pero sin haber dado señales de haberse desplazado – una desaparición y
reaparición inmediata.

El avistamiento sería bastante rutinario dentro de lo que cabe, de no ser por las descripciones ofrecidas por el testigo. El hombre explicó que todos los eventos percibidos parecían estar sucediendo ‘en cámara lenta’ y sin sonido alguno. Podía ver que su esposa estaba gritando, pero sin sonido alguno. Trató de levantarse, arropado por una sensación de calor y el silencio total. En cierto punto de la aberrante experiencia, pudo ver que su sobrina estaba corriendo – ralentizada – hacia la parrilla, y su esposa la perseguía. La joven desapareció sin más.
Entrevistada individualmente por investigadores ovni, la esposa del testigo recordaba la rareza del momento y el objeto, aunque en su mente pensaba que se trataba de la luna, aunque diciéndose a sí misma que la luz era ‘demasiado grande’ para ser el satélite de la tierra. Otro detalle de alta extrañeza – según la mujer, los vasos tendidos en la mesa del patio habían desaparecido, y ella entraba una y otra vez a la cocina a buscar más.

Posterior al evento, y con sus recuerdos del evento totalmente revueltos, el testigo principal – el esposo – dijo haberse sentido gravemente enfermo. La esposa sufrió dolores de cabeza durante días y un miedo a cerrar las cortinas de su recámara.

Nos resulta reconfortante en cierto modo pensar que los triángulos misteriosos son armas secretas de la USAF, de la OTAN o de la antigua URSS, pero ¿tendrán los técnicos de dichos entes la sofisticación como para trastocar la realidad, o causar y curar síntomas físicos? Curiosamente, el testigo del caso de West Yorkshire había sido diagnosticado con una psoriasis incurable de las manos y los pies meses antes del incidente, y se vio repentinamente sanado tras la experiencia. ¿Coincidencia?

Saturday, April 27, 2019

Los misterios de Pennsylvania




Los misterios de Pennsylvania

Por Scott Corrales © 2019

Se dice que cuando no tenemos nada que escribir, o cuando la inspiración nos ha abandonado, debemos escribir sobre lo que tenemos a mano – amigos, familiares, situaciones o lugares. En este caso aprovecho la oportunidad que me proporciona este “desierto de ideas” personal para recapitular los misterios de Pennsylvania, EE.UU., mi estado por adopción, cuna de toda suerte de misterios y seres de pesadilla.

¿Y qué mejor forma de comenzar que un poco de geografía? Pennsylvania es una de las legendarias ‘trece colonias’ que se separaron de Inglaterra en el siglo XVIII, y su ciudad principal, Filadelfia, era una de las más importantes de América del Norte en aquellos tiempos. Su extensión de 119,280 km² le ubica entre los más grandes de la unión – superficie comparable con la de Gran Bretaña, un poco más pequeña que España, y la mitad del tamaño de la argentina provincia de Chubut. Los primeros pobladores se aprovecharon de la abundancia de recursos naturales para impulsar el desarrollo de la colonia (a despecho de las tribus indígenas), fomentando las industrias cristalera, maderera y carbonera, siendo la cuna de la industria petrolera gracias a Edwin Drake y el primer pozo perforado en la diminutiva Titusville a mediados del siglo XIX.

Los inmigrantes europeos seguramente no prestaron mucha atención las leyendas indígenas sobre seres extraños y luces en el cielo: bastante tenían entre manos para sobrevivir los crudos inviernos que azotan a la región desde los Grandes Lagos – el mar interior del continente – y el Siglo de las Luces hizo lo posible por descartar la superstición y sustituirla por el pensamiento crítico. El misterio, sin embargo, no se prestaba al juego.

Osamentas del pasado prohibido


Ahora que la obsesión del momento es “Ancient Aliens” - y otros programas del canal History – vale la pena comenzar nuestro recorrido con las leyendas nativas sobre la presencia de gigantes en Pennsylvania: los caníbales alegewi que prestaron su nombre, supuestamente, al condado de Allegheny, el poderoso río , y aun parque nacional. A pesar de su ferocidad y gran estatura, fueron desalojados por tribus de estatura normal tras grandes batallas de las que aún encuentran restos los arqueólogos. Si tomamos en cuenta que sí existieron primates de altura colosal, como el gigantopiteco (3 –4 metros caminando de forma erguida) y que se han producido avistamientos en nuestros tiempos de “verdaderos gigantes” como los denomina el criptozoólogo Loren Coleman, no debemos descartar la posibilidad de una tribu de seres de estatura comparable con la de los “anakim” bíblicos. Tampoco sabemos a ciencia cierta lo que fue de ellos. Se rumora que algunos de ellos se internaron en las profundidades de las montañas, saliendo furtivamente para alimentarse.

En julio de 1974, un periodiquillo titulado 'News Extra' pregonó una extraña historia supuestamente sucedida en Pennsylvania en 1944. El evento había sido ocultado por los propietarios del ingenio minero Dixonville debido a sus circunstancias francamente espeluznantes. Luego de haberse producido un derrumbe en las galerías, inspectores federales se personaron al lugar de los hechos para hacer las correspondientes pesquisas.

El derrumbe había cobrado más de una docena de vidas, sin contar las víctimas que parecían haber desaparecido del todo. El primero de los cadáveres de los desventurados mineros presentaba señas de haber sido desgarrado por alguna criatura desconocida. A la postre se hallaron más cuerpos sin vida con las mismas raras laceraciones.

Se descubrió que los mineros habían perforado una entrada a lo que parecía ser un túnel antiquísimo que descendía hacia las profundidades en un ángulo pronunciado. Los investigadores, fieles a su misión se atrevieron a descender por el pasadizo cuando uno de ellos repentinamente sintió lo que describe el periódico como "un vaho caliente" en la nuca. La repentina llegada de otros trabajadores enfrascados en la búsqueda ahuyentó a 'la cosa', que despareció en las tinieblas. El otro investigador, como en una novela de Lovecraft, dijo haber podido ver la presencia misteriosa, afirmando que 'aquello no era de este mundo'. ¿Había visto, tal vez a uno de estos seres subterráneos?

Años antes del incidente de Dixonville, el periódico Pittsburgh Press con fecha del 13 de septiembre de 1932, publicaba en primera plana el descubrimiento de un túmulo con los restos de cuarenta y nueve gigantes con estaturas en exceso de dos metros. El rotativo gozaba de muy buena reputación hasta la década de los '90, cuando fue absorbido por el Post-Gazette. La nota de prensa firmada por W.P. Botsford dice: "El desenterramiento de 49 cadáveres de 10,000 años de edad enfocó el interés de la ciencia en una colina boscosa cerca de Pittsburgh. Esta región rústica en el condado de Washington ha sido la cuna de tres cavilaciones separadas por miles de años. Los restos - tostados y horneados antes de su entierro por los creadores de túmulos, recién acaban de descubrirse. Uno esqueleto corresponde a un gigante de casi ocho pies de estatura. El descubrimiento de esta extraña especie, distinta de los habitantes nativos, constituye prueba fehaciente de que Pennsylvania tuvo sus constructores de túmulos ('Moundbuilders' en inglés) hace diez mil años, al igual que Ohio, Virginia Occidental y Missouri."



Mucho antes de esto, y a cientos de kilómetros de dónde se produjeron estos hallazgos, el historiador oficial del estado había presenciado la exhumación de restos extraños de un túmulo en la localidad de Tioga Point de la comunidad de Sayre: en 1880, el Dr. G.F. Donahoo y cuatro otros eminentes catedráticos validaron la presencia de sesenta y ocho osamentas de seres de gran estatura, datando dicho sepelio alrededor del año 1200 d.c. – seres cuya estatura promedia rondaba los dos metros, pero muchos de ellos eran aún más altos.
Lo que hace destacar este hallazgo es lo siguiente: los cráneos parecían estar dotados de protuberancias que asemejaban cuernos o astas de dos a cuatro pulgadas de largo. Los restos supuestamente fueron enviados al American Investigating Museum en Filadelfia (organización de la cual no se tiene conocimiento) y como siempre sucede, los restos extraños desparecieron de la historia. Los escépticos, como es natural, se aprovecharon de este detalle para tachar el extraño hallazgo de fraude.


Y a propósito de Filadelfia – la ‘ciudad del amor fraternal’ – además de su eterno vínculo a la serie de películas ‘Rocky’ protagonizadas por Sylvester Stallone, la ciudad también tiene un trasfondo esoterista conocido por pocos. A finales del siglo XVII, muchas órdenes religiosas y sociedades secretas decidieron trasladarse al Nuevo Mundo, tal vez temiendo las persecuciones que se daban en Europa de vez en cuando. Los rosacruces se asentaron en el barrio alemán de la joven ciudad colonial, y un personaje poco conocido – Johannes Kelpius, discípulo del gran cabalista Knorr von Rosenroth– estableció su monasterio en el bosque de Wissahickon en 1694, habiendo construido una 'abadía' en forma de cubo donde el grupo aguardaba el fin del mundo, entregados al conocimiento de los cielos nocturnos, los éxtasis y lo que puede definirse como los viajes astrales. Se dijo de Kelpius que poseía la codiciada 'piedra filosofal' de los alquimistas y que no murió en 1708, sino que 'se trasladó a otro nivel de existencia'. La supuesta piedra fue arrojada a las aguas del arroyo Wissahickon.

Explosiones misteriosas

El 24 de junio de 1938 había sido un día como cualquier otro para los habitantes de Pittsburgh, la poderosa urbe siderúrgica de la unión americana, cuyos altos hornos habían fraguado la fortuna del magnate Andrew Carnegie. Esa noche, una detonación prodigiosa, comparable a la explosión de diez mil toneladas de trinitrotolueno, desgarró los oscuros cielos de la ciudad, llenando a sus habitantes de pavor. Los sabios explicaron que se trataba de la ‘explosión de un meteorito’ a una altura de doce millas (casi 20 kilómetros) sobre la vertical de la ciudad, aunque los escombros de dicho estallido jamás cayeron a tierra.

Algo parecido sucedería casi seis décadas más tarde.

"Algo sucedió el 9 de febrero de 1994 a las 8:20 p.m. que se oyó y sintió en Pittsburgh y sus cercanías", afirmó Lois Le Gros, investigadora del fenómeno ovni en el estado de Pennsylvania "solo que nadie parece saber lo que fue".

El hecho es que se escuchó uno de esos ruidos que resultó ser "distinto" a los sonidos que uno suele escuchar e identificar. Muchas personas pensaron, en un principio, que algún vehículo pesado había chocado contra sus casas, mas al salir a revisar, solamente vieron el hielo y la nieve de un invierno cruento. El cielo estaba nublado aquel día, pero las condiciones no eran propicias para una tormenta de truenos.

Un matrimonio en el condado de Butler, al norte de Pittsburgh, afirmó haber escuchado el insólito ruido, diciendo que provenía del este y que no se asemejaba a un trueno. Un vecino de Bellvue, a cincuenta millas de Butler, declaró haber escuchado lo mismo, pero su descripción del sonido era más bien una "implosión" que una explosión. Otra residente de la ciudad escuchó el ruido y salió a la calle, pensando que un accidente había tomado lugar frente a su casa: descubrió que no había ni carros ni accidente.
Al día siguiente, la ciudad entera parecía comentar el extraño suceso. Un hombre afirmó que el nivel de agua en su bañadera se había reducido dos pulgadas en lo que duró el ruido, regresando a su nivel normal más tarde. Las llamadas al Observatorio de Allegheny fueron infructuosas. El Centro de Ciencias Carnegie reveló que habían recibido llamadas telefónicas de lugares tan remotos como Virginia Occidental como resultado del inexplicado fenómeno.

En el transcurso de sus pesquisas en torno a este misterio del aire, la investigadora Le Gros obtuvo una entrevista telefónica con una representante del Cuerpo de Ingeniería del Ejército. Aunque dicha agencia no tenía nada que decir oficialmente sobre el suceso, la representante recordó haber presenciado algo insólito la noche del 9 de febrero. Aunque no podía precisar la hora, dijo que era ya de noche y que el cielo estaba oscuro, cuando desde el patio de su casa pudo ver "una luz en el cielo, que asemejaba las luces de una ciudad vista a la distancia desde un avión". La luz desapareció tras algunos instantes, y no hubo ni truenos ni sonidos asociados con dicha desaparición.

Los vecinos de Pittsburgh habían experimentado, sin duda, un fenómeno que ha desafiado todas las explicaciones posibles: el fenómeno de los cielomotos (del inglés, skyquakes). Los cielomotos llegaron a representar un enigma tan engorroso que el presidente Carter llegó a ordenar una investigación oficial sobre el tema.

Sin embargo, no todos consideran que debemos levantar la cabeza a los cielos cada vez que escuchamos cualquier sonido descomunal. Algunos investigadores dicen que el sonido que parece provenir de las alturas efectivamente tiene su origen en la tierra bajo nuestros pies, producto de un fenómeno sonoro asociado a los temblores de tierra que los sismólogos no han sabido explicar hasta el día de hoy. El observatorio Weston de la universidad de Boston viene realizando investigaciones sobre este tema desde hace 20 años. Pero aun así, existen pruebas de que el fenómeno efectivamente proviene del firmamento...y la posibilidad de que su origen no esté ligado a nuestro mundo.

Friday, April 26, 2019

La Marina de Guerra de EEUU diseñó avion futurista parecido a un OVNI, revelan documentos



Fuente: Metro.co.uk
Fecha: 04.21.2019



La Marina de Guerra de EEUU diseñó avion futurista parecido a un OVNI, revelan documentos
Por Jasper Hamill, Metro News

Los inventores militares han presentado planos para una maquina voladora altamente inusual que se vale de un 'dispositivo de reduccion de masa inercial' para viajar a 'velocidades extremas'.

Esto significa que el avion utiliza tecnologia compleja para reducir su masa y por ende, su inercia (la resistencia de cualquier objeto al movimiento) lo que le permite desplazarse a alta velocidad.

La patente es altamente compleja y describe métodos de reducir la masa de un avión mediante el uso de varias técnicas que incluyen la generación de ondas gravitatorias, detectadas por primera vez en el 2016 luego de ser detectadas tras el choque de dos colapsares (agujeros negros)

'Resulta posible reducir la masa inercial y por consiguente la gravitatoria, de un sistema/objeto en movimiento tras la perturbación abrupta del trasfondo lineal del espacio-tiempo local, afirma la patente.

La nave descrita en la patente tiene una cavidad llena de gas, sometida a vibracione mediante potentes ondas electromagnéticas.

La nave tipo OVNI puede utilizarse en el agua, aire o hasta el espacio.

'Esta nave hibrida se desplazaría con gran facilidad a través del aire/espacio/agua al estar encerrada en una burbuja/vaina de plasma al vacío'.

Aunque la US Navy solicitó la patente en el 2016 y fue otorgada el año pasado, esto no significa necesariamente que la nave haya sido construída o sometida a prueba.

[Traducción (c) 2019 S. Corrales para Arcana Mundi]

Tuesday, April 02, 2019

Caras extrañas: encuentros cercanos del tercer tipo



Caras extrañas: encuentros cercanos del tercer tipo
Por Scott Corrales, (c) 2019

Aunque los episodios de encuentros cercanos del tercer tipo que tanta pasión suscitaron en la década de los '70, y el concepto inmortalizado a su vez por Steven Spielberg, son cosa de otros tiempos, aún existen casos que no se dieron a conocer lo suficiente o que han caído en el olvido.

Una fría noche en el País de Gales

El 9 de febrero de 1985 se produjo un caso de humanoides que no trascendió a los medios, tal vez debido a la falta generalizada de interés en el tema y el cierre de revistas y medios de difusión platillera al final de los '70. El supuesto caso tomó lugar en el norte del País de Gales, involucrando a un joven de diecinueve años de edad que alegaba haber sido llevado muy contra su voluntad al interior de un OVNI mientras que caminaba de regreso a su hogar temprano por la mañana.

Los ovninautas eran de tipo humanoide o robótico (recordemos a los seres del caso Pascagoula de 1973) y trasladaron al aterrorizado chico a su nave nodriza, situada en algún punto recóndito de nuestro sistema solar.

Los investigadores del grupo Contact International que tomaron cartas en el asunto describieron al presunto secuestrado como 'pálido, desgreñado y tembloroso' y no dudaron de que haya experimentado 'algo' sin importar la naturaleza del evento. Poco a poco fue posible rescatar la información del pavoroso evento sobrenatural.

El testigo (cuyo nombre se mantuvo en secreto) dijo estar caminando de regreso a su hogar a eso de las tres de la madrugada, habiendo pasado la noche con amigos en una aldea cercana. Era buen conocedor de su región galesa y no necesitaba linternas ni antorchas para seguir el camino, y la noche despejada y llena de estrellas no representaba amenaza alguna.

A los veinte minutos de haber emprendido su caminata, escuchó un zumbido proveniente de un campo adyacente. Apartándose del camino para bajar por un sendero, pudo ver que se trataba de un objeto negro y opaco del tamaño de tres cocheras, equipado con antenas y estabilizadores. La oscura mole parecía estar suspendida a corta distancia de la superficie, emitiendo un resplandor fosforescente a pesar de carecer de luces externas.

Extrañado, el joven se quedó mirando el objeto por algunos minutos hasta que pudo ver que unos humanoides se le acercaban. Decidiendo que ya había visto bastante, se dio la media vuelta para descubrir otro par de humanoides detrás de él, que le agarraron con firmeza para llevarlo al interior del objeto que se cernía sobre el campo. Según el testigo, llevaban la cabeza cubierta por cascos con luces tenues, trajes enterizos grises con hebillas verdes, botas hasta la rodilla y guantes.

Una vez en el interior de la nave, recibió la instrucción telepática de "prepararse para el cambio" y fue sometido a una descontaminación al estilo Villas-Boas, aunque no se dice si lo desnudaron para este efecto. La extraña nave despegó sin resistencia gravitatoria hasta llegar a su nodriza, lugar en que el testigo fue sometido a un riguroso examen físico, enseñando a los investigadores las quemaduras resultantes de los objetos empleados por los seres humanoides o robots. Un detalle alarmante y espeluznante que no se ha dado en ningún caso conocido es que los seres querían sacarle los ojos de las órbitas para estudiarlos, informándole cortésmente que estaba en plena libertad de negarse a ello, y el testigo lo hizo. Los seres también mostraron interés en un cassette de música popular que llevaba en uno de sus bolsillos, estudiándolo y supuestamente captando las melodías por "ondas mentales".

Como en todo buen encuentro cercano en tercera fase, los seres aportaron datos sobre su lugar de origen y sus designios. Provenían de 'la constelación Lira' y detestaban la atmósfera contaminada de la Tierra, a pesar de mantener bases en Groenlandia. Afirmaron haber capturado una sonda Voyager, sintiéndose decepcionados por su simpleza. Le hicieron preguntas sobre los Estados Unidos de América y la NASA, compartiendo el dato de que la "nave escolta" que le había traído desde Gales a la nodriza estaba hecha de 'un plástico desconocido por los humanos'

Después de algún tiempo, el testigo fue devuelto a la Tierra y recuerda haber presenciado la retirada de la nave, que se perdió en oscuridad del cielo. Le advirtieron que no compartiese su experiencia con nadie.

A las cinco de la madrugada, un policía que realizaba su patrulla nocturna se encontró con el testigo, que daba tumbos por el camino, mareado por su experiencia. El agente del orden público le llevó a su hogar.

En una visita posterior, grupo investigativo de Contact International entrevistó al testigo en su hogar, llegando a conocer a sus parientes. El joven estaba más tranquilo y dispuesto a ser sometido a hipnosis regresiva, aunque sus padres y abuelos manifestaron su preocupación por el testigo.

Se realizó una visita posteriormente al lugar del aterrizaje, pero no se pudo esclarecer nada sobre la presencia de los supuestos extrahumanos.

En resumidas cuentas, los investigadores no pudieron dar un fin satisfactorio a sus pesquisas. El testigo no estaba interesado en hacerse famoso ni mucho menos caer en las garras de la prensa amarilla de su país, que se regodea con casos de platillos voladores y sucesos anormales. "El testigo fue víctima de una especie de concepto mental más que de un evento físico," dictaminaron, "un mecanismo que no somos capaces de entender". Se hizo una re-encuesta del caso en meses posteriores, y se encontró que el testigo se quejaba de estar plagado por pesadillas como resultado del evento, al grado que tuvo que solicitar ayuda profesional. Su extraña experiencia le había cambiado la personalidad - ahora manifestaba un marcado interés por asuntos de ecologismo y poesía.

El extraño caso de la señora "L"

Thomas Adams fue, sin duda, uno de los investigadores más destacados de la década de 1970 a pesar de no haber recibido el mérito que ricamente se merecía. Fundador del boletín STIGMATA, Adams pasó a convertirse en el cronista del fenómeno de las mutilaciones de ganado y sus distintas vertientes, pasando a investigar el asunto de los ovnis y hombres de negro, así como las conspiraciones del gobierno estadounidense, en un boletín aparte titulado CRUX. De las páginas del ejemplar 04 de Stigmata nos llega "el extraño caso de la señora L", como lo he titulado, evento que llegué a conocer gracias a otro gran - e influyente - investigador, George A. Andrews, quien lo incluyó en su obra Extraterrestrials Among Us (St.Paul, Llewellyn International, 1987).

Pero pasemos a la información que transmitida por Adams a los lectores de su boletín. Antes de trasladarse al estado de Nuevo México, la señora L y su marido habían vivido por décadas en Arkansas (patria chica del presidente Bill Clinton). Un buen día, la señora decidió treparse a una escalera para tomar manzanas de un árbol en su propiedad. Perdiendo el equilibrio, la señora se cayó de la escalera estrepitosamente, hiriendo una de sus piernas de gravedad y quedando inmóvil sobre la hierba en estado semiconsciente. De repente pudo ver que se acercaban dos figuras - una alta y delgada, la otra delgada pero de estatura corta. A pesar de su dolor y confusión, la señora L pudo ver que se trataba de una pareja humanoide aunque decididamente no humana.

Los seres prestaron primeros auxilios a la malherida dama con un aparato desconocido. En cuestión de quince minutos, el dolor había desaparecido y la herida en la pierna había dejado de sangrar, dejando una cicatriz apenas visible. Los seres le entregaron una placa con extraños grabados, y la señora L les pidió que entraran a su hogar para comer algo. Una de las criaturas repuso que 'no acostumbraban comer' y que se limitaban a consumir 'zumo', aunque no del mismo tipo que los humanos.

"El aspecto no humano de los seres resultaba impresionante," escribe Adams, "pero lo era más aún cuando la mujer se fijó en que las voces de sus socorristas provenían de sus abdómenes. La criatura más alta tenía la voz de una mujer madura, y la más corta sonaba como un niño".

Los humanoides se alejaron y la señora L regresó a la casa con la placa en mano. Aquellos que llegaron a ver el extraño obsequio de los extrahumanos afinaron que era de un metal desconocido, y que las marcas en ambas caras de la placa representaban 'pirámides' o 'estrellas de seis puntas'.

Más de un mes después del incidente, el perro de la señora L desapareció sin dejar rastro, y su dueña se lanzó a buscarlo, cruzando su propio terreno, un campo de golf vecino, y luego cruzando una zona boscosa adjunta. Al otro lado del bosque había un claro en el que se desarrollaba una escena irreal.

"En el claro había: dos helicópteros de la Fuerza Aérea; dos hombres en batas blancas que administraban cuidados a un caballo tendido sobre la hierba; dos hombres uniformados, y lo que parecían ser las dos criaturas que le habían socorrido tras la caída," explica Adams a los lectores de STIGMATA. "La señora L se dio cuenta súbitamente de que presenciaba algo que no debía estar viendo y retrocedió, pero no antes de que su presencia fuese detectada por los presentes."

Huyendo a la carrera, la señora L fue interceptada por un helicóptero que le disparó un rayo de luz azulada (detalle que recuerda poderosamente a los 'chupa-chupa' de la brasileña isla de Colhares) que le produjo quemaduras serias en el seno derecho. El aparato remontó vuelo y la señora L tuvo que ser hospitalizada.

La crónica no deja de ser rocambolesca: En el hospital, la Sra. L narró todo lo sucedido al personal médico con lujo de detalles, resultando en la presencia de "individuos raros" (¿HDN?) en el centro médico que la interrogaron sin pensar en su estado de salud. La situación empeoró cuando el comisario de su condado la llevó a la fuerza a un centro psiquiátrico para ser sometida a pruebas que fueron 'un infierno' según su descripción. La intención del comisario era declararla no solo demente, sino responsable de la mutilación equina que había presenciado.

Las visitas de los "individuos raros" se volvieron constantes, al grado que la señora L y su marido decidieron abandonarlo todo y mudarse a Nuevo México. Todo les fue bien por algunos meses hasta que los "individuos raros' se aparecieron, reanudando el hostigamiento. Adams indica que la pareja había dejado Nuevo México para ir a vivir en algún punto desconocido del sur de Texas.