Monday, January 30, 2023

Los soldados hablan: Objetos desconocidos durante la invasión de Irak (2003)


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los soldados hablan: Objetos desconocidos durante la invasión de Irak (2003)

 "Estábamos realizando una misión. Hay algo que se denomina QRF (quick reaction force – fuerza de reacción rápida) y cada pelotón e nuestra unidad se pasó una semana haciendo QRF. Esto significa que a cualquier hora del día, si sucede algo en la ciudad [Bagdad] tenemos que estar listos para responder, ya sea rescatar una de nuestras unidades que esté en peligro, o llevar a cabo una tarea específica. Todos éramos 19 Delta - scouts de caballería - y nuestra misión es literalmente la de observar y reportar, y si la fuerza enemiga es pequeña, entonces podemos reaccionar, pero nuestra misión consiste en infiltrarnos y observar al enemigo, ver cuantos malosos hay, cuanto equipo tienen, y hacérselo saber a la base para que puedan formular un plan de ataque. Así pues éramos QRF. Recibimos la llamada entre las 0030 horas y las 0100 horas. Nos dirigimos a lo que se denomina TCP -traffic control point (punto de control de tránsito) - en donde había tomado lugar una refriega, y nuestra tarea consistía en impedir que los malosos lograran escaparse de la ciudad.

"Así que nos enviaron a un punto determinado - y suele ser un punto en el desierto, en donde la carretera sale de la ciudad y conduce al desierto. Y los que han estado allá pueden dar fe de que la situación eléctrica no es óptima, ni siquiera en la ciudad. Una vez fuera de la ciudad, el cielo adquiere un color negro totalmente distinto. Oscuridad total, y se pueden ver todas las estrellas del firmamento.

"Así que...estábamos en este TCP, y dos de los nuestros hablaban sobre luces raras en el desierto en la distancia. Pudimos ver las luces, pero resulta difícil decir que una luz a 3 millas de distancia es anormal - puede tratarse de un helicóptero que no se puede oír, un avión a baja altura, no se puede saber a ciencia cierta. Pero la manera en que se movían estas luces era extraña. Aun así no le prestamos mucha atención, y nuestra tarea en el TCP finalizó a las 0200 horas. Capturaron a quienes tenían que capturar y se nos ordenó regresar a la base.

"Regresamos a la base y comenzamos nuestra revisión posterior a la tarea, asegurando que todo nuestro equipo esté en condiciones óptimas. Comenzamos a caminar de entrada a la estructura que nos servía de base.

"En ese momento alguien gritó: ¡Mortero, mortero, mortero! - de hecho, gritó: ¡Proyectil entrante! Y al grito de entrante, se nos ordena tirarnos al suelo y cubrirnos la cabeza. Eso fue justo lo que hicimos los 30 que formábamos el grupo. Esperamos la explosión, pero nada sucedió 3 a 4 segundos después.

"Cuando levantamos las cabezas, justo sobre nuestro edificio, a cincuenta pies de distancia, había tres grandes esferas en el aire. Una de ellas más grande que la otra. Eran transparentes pero nebulosas, rodeadas por una neblina. La más grande de todas se quedó justo sobre nosotros sin hacer ni un ruido. Cero ruido. Ver algo tan grande sobre ti, haciendo cero ruido era casi...estábamos atontados. Todos miraban al cielo. Todos tienen el recuerdo de que algo los dejó paralizados.

"Las otras dos esferas abandonaron a la mayor y se colocaron sobre otros edificios próximos. Se quedaron ahí unos quince a veinte segundos, y luego, como si alguien chasqueara los dedos, nos libramos de aquella parálisis y las esferas ya estaban muy lejanas, y eran lo que habíamos estado mirando en aquel punto de TCP. Justamente lo mismo.

"La experiencia habrá durado 45 segundos...pero...nunca...nunca he vuelto a sentir nada que me haya apresado de tal forma, congelándome en el tiempo.

"En Irak, nos apoderamos de las viejas bases militares, y desde ahí montamos nuestros propios cuarteles, rodeando las ciudades. Ahí vivíamos. Eran estructuras de cien pies de largo y de tres pisos, hechas de hormigón.

"¿Has soplado alguna vez una pompa de jabón pero con humo adentro? Pues así eran estas cosas. Casi como una nube luminiscente. Casi. Pero no era humo - era una sustancia nebulosa y blanca que las rodeaba. Yo diría que la esfera más grande media entre 40-50 pies en diámetro y las otras dos medían exactamente la mitad. Era como si fuesen centinelas, y la mayor nos tenía engarrotados mientras que las otras dos inspeccionaban las barracas. Todo muy extraño.

"Yo digo que eran OVNIS porque se ajustaban a lo de objetos voladores no identificados. Recuerdo haber escuchado a otros dos militares hablando sobre esto, y estoy de acuerdo en que hay cosas que tiene el gobierno que sencillamente desconocemos. Pero...pero yo me ha pasado toda la vida en el ejército, he realizado cosas divertidas y operaciones secreta, pero jamás había visto nada con las capacidades de estos objetos.

"Lo extraño es que todos hablaron de la parálisis, cuando todos estábamos congelados viendo aquello, y todos vieron lo mismo. No fue un error, no fueron imaginaciones mías ni imaginaciones de ellos. Esto era algo muy real y muy palpable, a tal grado que dos de los soldados me dijeron: "Si vuelves a preguntarnos sobre eso, te daremos bronca". Estaban aterrados. Nadie quiso dormir a la intemperie aquella noche, y eso que la temperatura dentro de las estructuras rondaba los cuarenta centígrados. El fenómeno era cautivante, hizo que nos fijáramos en él. Hasta se me hace difícil explicarlo.

"Estaba mirando un programa de ovnis hace poco, y un individuo en el programa presentó una foto de justo lo que habíamos visto en Irak, pero en EEUU. Justo lo que habíamos visto. La diferencia es que no tenía las dos esferas menores a su lado. Pero era transparente - de haber estado cerca de mí, hubiera podido meter la mano dentro. No había vehículo ni nada mecánico en su interior. Pero sus acciones servían un propósito. Jamás había visto nada tan veloz, y su silencio era sobrecogedor. Cero sonido. No hay lugar a dudas, lo teníamos tan cerca, y nuestra tarea como soldados es la de observar cosas. No hay error sobre lo que vimos - lo único es que no sabíamos lo que era".

 

[Testimonio del soldado identificado solamente como "Zack" en el programa Sasquatch Chronicles, Capítulo 572. Transcripción y traducción (c) 2023 por Scott Corrales para Arcana Mundi]

Thursday, January 26, 2023

Afganistán: En Pos del Barmanu


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Afganistán: En Pos del Barmanu

Por el Dr. Ali Jan © 2007

 EL origen del pueblo de Kalash, o "los que visten de negro" en Chitral es un misterio. Su tribu ha existido por milenios, sobreviviendo en la cordillera Hindu Kush en el noroeste de Pakistán. Su religión es pagana, hablan un lenguaje antiguo y su cultura es única. Se les cataloga entre los grupos indígenas en mayor peligro.

Maureen Lines, inglesa y ahora pakistaní naturalizada, ha pasado casi 30 años viviendo con este pueblo, aprendiendo su idioma y adoptando sus costumbres. Como trabajadora social y autora de tres libros sobre Kalash, es la principal autoridad sobre su cultura. Un domingo por la tarde, tomando té en su casa en Peshawar, traje a colación el tema del folklore y la superstición en Kalash. Me contó la curiosa historia del 'barmanu' o 'yeti' de las montañas, visto a menudo en la región.

Me resultó fascinante conocer la existencia de una leyenda local parecida a las narraciones del Yeti o Piegrande de Tíbet tan mencionado. Aún más, la historia del barmanu está relacionada con el cuento de la bella y la bestia. Según los kalash, al barmanu le gustan las mujeres bellas. [Maureen] considera que muchos otros grupos o etnias comparten esta creencia. Aunque la narración está ampliamente difundida en el norte de Pakistán, está centrada en la región Shishi Kuh de los valles kalash, indica la señora Lines.

La tradición mantiene que en lo alto de las montañas de la zona kalash vive una criatura salvaje, medio bestia y medio humana. Los pastores kalash y sus vecinos de Nuristán se refieren a este ser como el barmanu en el dialecto local. Este nombre seguramente se deriva del término Ban-Manus en sánscrito, que significa 'hombre del bosque'. Hay avistamientos esporádicos de esta misteriosa bestia, y Maureen Lines alega haber oído su lamento (hecho que me fue confirmado aparte por su chofer, Shortfall, de Chitrali, quien también llegó a escucharlo).

"No era un grito común, sino extraordinariamente alto," dice Maureen, recordando el día en que caminaba con el chofer y una amiga local cuando pudo oírlo. "El grito vino del otro lado del rio, y era como el grito de una mujer, pero definitivamente animalesco, como alguien que sufre una agonía tremenda". El grito duró unos segundos y el eco reverberó en los valles por algún rato. Estaba a punto de anochecer, y sus compañeros se asustaron, emprendiendo la salida de la zona. Habiendo vivido en el valle de Kalash por casi 3 décadas, Maureen considera que no existe ningún animal, a su entender, que pueda emitir semejante sonido. "Las hienas, los chacales, leones de montaña, y hasta el escurridizo leopardo de las nieves de Kalash tienen sonidos distintivos. Este era bestial y claramente distinto. Aún tiemblo cuando recuerdo la experiencia," admite Maureen.

Las experiencias como esta trascienden el mundo de las leyendas y a veces es difícil hallarles explicación racional. Lo siguiente es aún más raro. En 1987, el científico Jordi Magraner, español asentado en Francia, llegó al valle de Kalash buscando al barmanu. Tras sus entrevistas iniciales con los nativos, fundamentadas en un estudio de 19 meses, quedó convencido de la presencia de un 'hombre peludo salvaje", pasando los próximos 15 años siguiéndole la pista. Trágicamente, fue hallado muerto en su casa en el valle de Kalash en el verano del 2002, degollado. La policía realizó pesquisas por dos años sin conclusión final, ya que no pudieron hallar ni el motivo del asesinato ni arrestar al culpable.

Magraner pasó muchos años estudiando el idioma y el origen de los neandertales europeos y del Asia central. Tenía un interés especial en la criptozoología, una rama arcana de la ciencia que aborda los seres desconocidos, el monstruo de Loch Ness y las narraciones sobre 'Piegrande'.

Entre 1988 y 1990, Magraner llevó a cabo un estudio científico con sus colegas Yannik y Erik L'Homme de parte de la Association Trogloydes de Francia. Durante su exploración en el distrito de Chitral, encontró 27 testigos de distintos encuentros con el 'homínido desconocido del norte de Pakistán'. Publicó sus hallazgos sobre el estudio de 1998-90 en Pakistán, señalando: "Tenemos 27 historias en nuestro haber. En total, 29 personas han presenciado 31 contactos con hombres peludos salvajes.

La descripción anatómica del barmanu son muy intensas. De manera sistemática, las declaraciones orales hacen hincapié en el aspecto humanoide, bipedalismo constante y abundante pilosidad (pelo) en el cuerpo, salvo por la cara y rodillas, la presencia de manos y pies. Por último, los testigos comentan sobre el hedor a carne putrefacta que emite el ser. La cabeza es voluminosa, alargada y hundida en los hombros, con pómulos prominentes, cara libre de vello, y nuca fuerte. La nariz está invertida con fosas nasales amplias...ojos ampliamente separados...boca ancha sin labios...los testigos indican la ausencia de frente y dientes grandes pero humanos (sin colmillos). No hay evidencia de barbilla".

Magraner caracteriza el grito del 'bigfoot', que llegaron a oír los miembros de la expedición, de la siguiente manera: “La voz es fuerte, la expresión contiene algunas vocalizaciones y sonidos guturales sin habla articulada identificable...los testimonios orales indican la existencia de una garganta ben desarrollada, un espacio considerable sobre la mandíbula. Los gritos se escucharon dos veces en 1988, en el bosque montañoso de Chitral. La primera vez a 600-700 metros, y la segunda a 200 metros. Estos sonidos se escucharon al anochecer. Eran poderosos y hacían eco por las montañas como gritos humanos quejumbrosos. Las voces eran agudas, como las de un adolescente o mujer. Las emisiones de sonido duraron menos de un minuto. No tuvimos tiempo de grabar estos gritos. Ningún animal en Chitral es capaz de producir tales sonidos. Ni el chacal nativo a estas zonas puede producir un gemido tan poderoso, y los chacales aúllan la noche entera a veces. Los aullidos también recuerdan al lamento de ciertas aves marinas como las laridas (gaviotas) y las procelaridas (pardelas), pero estas aves no viven en las montañas kashgarianas, ni siquiera durante su etapa de emigración. Las gaviotas y las pardelas evitan los bosques. Al día siguiente, los pastores que oyeron los gritos insistieron en que se trataba de un 'hombre del bosque (hombre salvaje)'. (Declaraciones orales sobre homínidos desconocidos vivientes: análisis, crítica e implicaciones para el origen de la lengua)

Un viaje reciente al valle de Kalash me concedió la oportunidad de conocer a las distintas personas que confirmaron todas las historias sobre la leyenda. La tribu kalash, en particular, creía en la existencia del barmanu. Esta creencia tan difundida, corroborada por las investigaciones de Magraner, no puede descartarse como fraude, folclore ni identificación incorrecta de otra especia. Aunque uno puede notar que la esquizofrenia y el abuso de alucinógenos son comunes en este lugar, ¿cómo se explican las experiencias narradas por los visitantes? No me fue posible encontrar respuesta.

Visité la casa en que se produjo el asesinato de Magraner en el valle Bumboret de Kalash, encontrándome con los que lo conocieron en vida. Las circunstancias y motivos de su muerte están en conflicto. Un niño de doce años también perdió la vida a la misma vez, y su guía afgano, el principal sospechoso, se había esfumado.

Los rumores cuentan que había formado un nexo e inteligencia con Ahmad Sha Masood, el finado líder de los muyahidín, durante la invasión rusa de Afganistán. Durante la guerra, Montaner cruzaba a menudo el valle de Panjshir al otro lado del Hindu Kush. Por consiguiente, una versión culpabiliza a los talibanes después del 11-S. Algunos creyeron que era un 'agente secreto extranjero' y pocas semanas antes de morir, el gobierno le había pedido que se marchara. Otros hablaban de su mal genio y sus peleas frecuentes con los criados, que eran afganos en su mayoría. Otros le daban una perspectiva totalmente distinta. Siendo un hombre soltero, a menudo acompañado de chicos apuestos, los musulmanes y kalasha contemplaban estas relaciones 'ilícitas' con sospecha, considerando que tal conducta estaba en conflicto con sus propias normas morales y sociales.

De cualquier modo, el asesinato no recibió publicidad al momento. Salvo por algunos informes en las páginas interiores de la prensa nacional, el 'affaire' perdió fuerza en poco tiempo. Me informaron que Maganer recibió un entierro tradicional kalash de tres días, y que el cuerpo fue enterrado en un cementerio kalash en la aldea de Krakaal. Le pedí a Subhan, un joven que es el primer estudiante de Master en su región, ayuda para localizar su sepultura. Me acompañó hasta el lugar, a la ribera del rio. La tumba está localizada al pie de un gran árbol de enebro, totalmente plana, con encintado rectangular de madera.

Según Subhan, hubo un misterio adicional: a la semana del sepelio, un extranjero que se presentó como 'amigo personal', llegó al valle desde ultramar. Mandó exhumar el cadáver, fotografió los restos detenidamente, y luego desapareció sin dejar rastro. A los pocos meses, miembros de su familia vinieron a visitar la tumba.

Durante la última etapa de mi viaje, me detuve brevemente para expresar mi respeto a un hombre extraordinario que pasó 15 años en pos de una leyenda de los montes con gran ahínco. Ahora, ¿quién continuará la labor de Jordi Montaner tras su macabro asesinato? Eso queda por verse. Aunque el investigador ya no está con nosotros, la fascinante historia del 'Piegrande' del Norte de Pakistán sigue viva.

 

[Traducción (c) 2023 Scott Corrales para Arcana Mundi, con agradecimiento a Internet Archive Wayback Machine y jang.com.pk The News]

 

Monday, January 23, 2023

1978: ¿Alienígena Acribillado a Balazos?


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

18-ene-1978

Un policía militar de la base Fort Dix en Nueva Jersey supuestamente acribilló a balazos a un 'ser extraterrestre'

En aquella fría y oscura madrugada de enero se produjo lo que vaticinaban muchas películas de ciencia-ficción: la muerte de una criatura no humana de otro mundo o nivel de existencia a manos de algún soldado o policía, con las repercusiones que naturalmente pondrían el argumento de tal proyecto cinematográfico en movimiento. En la vida real, no hubo represalias.

El policía - cuyo nombre permanece en reserva - originalmente se hallaba al volante de una camioneta militar, enfrascado en la ardua persecución de un 'extraño avión que volaba a baja altura' sobre el espacio aéreo del fuerte Dix a las dos de la madrugada. Luego de perseguir su objetivo por espacio casi una hora, el soldado descubrió que no se trataba de ninguna avioneta, sino de una nave ovalada que irradiaba un resplandor verde azulado.

Fue en ese preciso instante que la criatura salió de las sombras, repentinamente iluminada por los faros de la camioneta. El policía militar dio la tersa orden de no moverse, disparando cinco balazos de su pistola reglamentaria de calibre .45 (M1911A1) contra la figura desconocida, descrita como de 4 pies de estatura y de color pardo grisáceo, cabeza gorda, brazos largos y cuerpo delgado. A diferencia de las criaturas de ciencia-ficción, el desventurado ente no demostró ser inmune al plomo, ni devolvió el fuego con un arma aún más letal. Según la USAF, que comparte el fuerte Dix con el ejército (Joint Base McGuire-Dix-Lakenhurst), los restos del humanoide despedían un desagradable hedor a amoníaco.

El alto mando despachó una 'cuadrilla de limpieza' desde la base Wright-Patterson en Ohio para recoger el cadáver como si se tratara de una labor cotidiana.

El relato del 'alienígena muerto de la base fort Dix' ha sido uno de los mitos de la ovnilogía desde los '70, y nos separa casi medio siglo desde aquellos tiempos. A comienzos del siglo XXI, el rotativo The Trentonian (de Trenton, Nueva Jersey, capital del estado) publicó una nota sobre el caso, cuya realidad fue rechazada por la USAF, tachándola de fraudulenta.

Sin embargo, George A. Filer, investigador OVNI y director del servicio informativo Filer's Files, se desempeñaba como oficial de inteligencia para la USAF en aquel entonces y afirma lo contrario. En aquella sombría mañana, se disponía a preparar una sesión informativa para sus superiores, y al llegar al fuerte Dix, pudo constatar que la seguridad era alta y que había pasado algo. Filer dice haber entrevistado testigos, pero que se le negó el acceso a las fotos supuestamente tomadas en el escenario de la acción. En su libro sobre el asunto - “Strange Craft: The True Story of an Air Force Intelligence Officer’s Life with UFOs" (Nave Extraña - La verdadera historia de la vida de un oficial de inteligencia de USAF con los OVNIS), Filer comenta: "El sargento maestre superior está al cargo de todo, desde quién barre los pisos hasta los cronogramas de trabajo, encargándose del buen funcionamiento de los teléfonos y máquinas de telefax. Estaba consternado, con el semblante pálido y los ojos desorbitados. Luego me dijo algo sumamente raro. 'Han matado a un alienígena en el fuerte Dix, y lo hallaron al final de nuestra pista de aterrizaje (base aérea McGuire)".

Filer informa que el incidente acabó siendo clasificado por la USAF como alto secreto y los testigos conminados a guardar silencio bajo restricciones de seguridad nacional.