Monday, January 30, 2017

Contactismo: Aspectos Clínicos de los No-Eventos



Contactismo: Aspectos Clínicos de los No-Eventos
Por John A. Keel, Boletín ANOMALIES, mayo de 1969

El síndrome del contactismo produce con frecuencia una larga serie de cambios emocionales y físicos que se asemejan a los síntomas bien estudiados de la alcoholemia crónica. En muchos casos, el testigo (contactado OVNI) experimenta una de dos reacciones significativas durante el contacto inicial: 1) temor desmedido, a menudo al borde de la histeria o 2) euforia total.

La histeria puede crear parálisis temporal y reacciones psicológicas como nausea, trastornos gástricos, jaquecas, etc.

La reacción eufórica es justo lo contrario. En estos casos, el testigo experimenta una sensación de bienestar pronunciada, o como mínimo, una pérdida total de voluntad y control. Él o ella disfrutan del "contacto" y anticipan que un evento semejante vuelva a producirse.

Después del contacto, a menudo suelen producirse una de dos respuestas emocionales: 1) expansión de la conciencia y la percepción; 2) deterioración rápida de la personalidad.

La experiencia de tipo eufórico puede combinar, a veces, ambas respuestas. Hemos estudiado detenidamente más de 200 testigos involucrados. En varios casos nos fue posible aislar contactados potenciales antes de que comenzaran sus experiencias significativas. Se les mantuvo bajo estudio constante en todas las etapas del "contacto inicial" y sus reacciones fueron registradas y contrastadas minuciosamente. Se derivó la siguiente información de dichos estudios.

La "expansión" - (1) el testigo desarrolla un coeficiente intelectual más alto y percepciones mejoradas en todos los renglones. Se produce a menudo un aumento en las facultades PES. El subconsciente parece liberar toda suerte de datos ocultos a la mente consciente, a veces por medio de sueños y a veces destellos repentinos de precepción aguda. En algunos casos se notó que las facultades visuales y auditorias también quedaban impactadas de forma notable. Estos testigos eran capaces de ver más allá del espectro visible y escuchar sonidos en la gama ultrasónica. Estos cambios pueden producirse súbitamente, hasta dentro de 24 horas después del contacto inicial.

El testigo Tipo 2 puede gozar de percepciones realzadas brevemente, pero la secuela de esto es a menudo un deterioro paulatino de la personalidad. Las personas que eran fundamentalmente honradas antes del contacto comienzan a padecer confabulación. El evento OVNI domina sus vidas y participan voluntariamente en cualquier mentira o subterfugio que haga falta para sustanciar su relato. Puesto que están consumidos por una credulidad total, a menudo pueden salir airosos de las pruebas poligráficas. La información sensorial especifica está implantada de forma tan profunda que son capaces de recitar sus experiencias OVNI palabra por palabra meses o años más tarde.

El testigo Tipo 2 (y algunos del Tipo 1) pueden desarrollar características obsesivo-compulsivas y dedicarse totalmente a su experiencia de contacto. Dichos individuos dedican gran parte de su tiempo a difundir el "mensaje" de los ovninautas a pesar de que esto pueda costarle el trabajo y la desintegración de su vida familiar. Acabarán convertidos en "mesías de la era espacial" y soportarán el ridículo y las penurias con tal de promover "la causa".

Estas características también están presentes en los fanáticos religiosos, quienes tras una visión u experiencia religiosa profunda, abandonan su antigua forma de ser para dedicarse a "salvar alamas". El fanático religioso a menudo desarrolla desprecio - y hasta odio - hacia aquellos que "no han visto la luz", y muchos crímenes han sido cometidos a manos de fanáticos que justifican sus acciones alegando que estaban siguiendo órdenes emitidas por la "voz de Dios", un síntoma clásico de la paranoia.

Por otro lado, el verdadero testigo OVNI generalmente hace caso omiso del ridículo y del escepticismo, considerando que conoce la verdad y que los otros llegarán a conocerla en cierto momento. El fanático OVNI es, por contraste, una personalidad obsesivo-compulsiva con rasgos paranoides. A diferencia del testigo OVNI, el fanático combate el escepticismo abiertamente y es ávido de publicidad. Muy pocos testigos desean o buscan la publicidad para sí mismos.

Los testigos OVNI a menudo padecen lagunas mentales, amnesia y desorientación espacio-temporal. Podrán producirse experiencias OVNI adicionales, a veces a diario, después del contacto inicial. Estos eventos a menudo disminuyen después de algunos meses, y rara vez duran más de un año, aunque pueden producirse de nuevo varios años más tarde.

Wednesday, January 25, 2017

Ambas caras de la moneda: OVNIS y lo paranormal



Ambas Caras de la Moneda: OVNIS y lo paranormal
Por Scott Corrales (2017)

Cuando se me ha preguntado, ¿por qué le das tanto énfasis a los casos ovnis y paranormales de los años que corren entre 1970 y 1979? Siempre respondo que se trata de la época en que la investigación logró escaparse de la camisa de fuerza impuesta por la hipótesis extraterrestre, los pernos y tuercas de siempre, el afán de buscar algo más allá de los confines de nuestro mundo para compartir nuestras penas (ahora nos conformamos con microbios en Marte o Titán). En la década de los ’80 comenzó a sentirse la merma mundial en casos OVNI e interés por el fenómeno, y no sería hasta los ’90 que volvería a sentirse dicho interés, aunque motivado por las “alucinantes revelaciones” sobre bases secretas en Dulce, Nuevo México, EBEs, John Lazar, “Valdemar Valerian” y un tropel de personajes que no vale la pena recordar. Si le agregamos a esto la obsesión mundial por el fenómeno de las abducciones, y el auge del movimiento escéptico, el estudio ovni – originalmente cultivado por unos pocos y con intercambios que se hacían en privado, y con poquísimas funciones públicas – pasó a convertirse en un circo de tres pistas, o en otros casos, una ‘tierra de nadie’ calcinada por guerras internecinas.

Pronunciándose sobre la ovnilogía noventera, impulsada por el nacimiento de Internet, la red mundial y los correos electrónicos, la investigadora Jenny Randles llegó a afirmar en un momento que lo mejor era declarar una suspensión de los congresos y publicaciones ovni/paranormales hasta que fuese posible absorber toda la información generada por el frenesí informático. Sugerencia encomiable, pero imposible de implementar, al carecer de un cuerpo centralizado capaz de imponerse sobre los que participan en campo. Me atrevo a sugerir que lo mismo puede decirse sobre los ’70 – nunca llegamos a absorber ni difundir toda la información generada, y por eso conviene hacerlo a estas alturas, al grado que nos lo permita el tiempo, y para contribuir al acervo informativo sobre el tema.

Una de las diferencias más marcadas entre la época actual y aquella lejana década ha sido el intento marcado de desligar el interés por los OVNIS y su estudio de otros fenómenos que suelen darse en su proximidad (seres extraños, fenómenos poltergeist o religiosos) con miras a “depurarlo” y atraer la atención de la ciencia oficial, como el hombre calvo que se compra un peluquín para llamar la atención de una mujer que aun así y todo no está interesada en sus atenciones.

Tomemos, por ejemplo, un caso de los ’70 sobre el que se ha escrito poco o nada en castellano.

El 27 de septiembre de 1973, dos niñas en el condado de Westmoreland, Pennsylvania (EEUU) se toparon con un ser peludo y gris cuya estatura superaba los dos metros, portando lo que parecía ser una esfera de luz en sus manos. Ambas corrieron a toda velocidad hacia su hogar, contándole lo sucedido a su padre entre lágrimas. Este salió a investigar, puesto que incidente había sucedido en sus predios, y pensaba que tal vez algún “hippie” de la época anda por ahí haciendo de las suyas. El hombre se internó en la arboleda, y según el testimonio de sus hijas, no regresó por más de una hora. Los investigadores que se interesaron en el encuentro descubrieron, al preguntarle, que el hombre no estaba interesado en hablar sobre el asunto. “Hay cosas sobre las que es preferible guardar silencio,” declaró.

Un mes más tarde (concretamente el 25 de octubre de 1973 - mes clave en el año de los humanoides, como se le llegó a conocer), un hombre identificado tan solo como Steven Palmer (seudónimo) conducía su camioneta con destino a la granja de su padre cerca de Uniontown, condado de Fayette, Pennsylvania, cuando llegó a ver una luz anaranjada en el cielo que descendía lentamente en un campo cercano. Steven detuvo su camioneta, tomó su rifle calibre .30-06, y se dirigió al sitio con los amigos que le acompañaban. Los tres presenciaron el aterrizaje del objeto, cuyas dimensiones eran superiores a los treinta metros de diámetro (“tan grande como una casa”) y de color totalmente blanco. Una vez en tierra, el objeto se mantuvo inmóvil, emitiendo un zumbido de baja intensidad a la vez que alumbraba los alrededores con su luz. Poco después, los testigos observarían la presencia de dos criaturas de gran tamaño – una de tres metros de estatura y la otra más baja, posiblemente de dos metros. Ambos gigantes iban cubiertos de pelambre gris oscuro y con brazos que casi llegaban al suelo. Emitían un sonido que Steven describiría como “el llanto de un bebé” y un olor nauseabundo.

Los compañeros del testigo decidieron emprender la huida hacia la camioneta, pero Steven, preso del terror, hizo un disparo al aire con su rifle. Las criaturas se dieron la vuelta y comenzaron a caminar hacia él, acción que resultó en disparos adicionales de la .30-06.

“La mayor de las dos criaturas emitió un gemido. Alzó la mano y tanto el resplandor como el zumbido que emitía el objeto cesaron,” según el testigo, cuyo miedo le hizo correr, acto seguido, a la seguridad de su camioneta, donde le esperaban sus amigos. Arrancó y se alejó del lugar, notando que el objeto en tierra producía cierta interferencia con los faros del vehículo. Durante investigaciones posteriores realizadas por Stan Gordon y el Westmoreland County UFO Research Group (WCUFORG) en aquel momento, la criatura hirsuta había levantado la mano para interceptar una de las balas, en este caso una trazadora, y que la “nave” no había disminuido sus propiedades, sino que había desaparecido del todo.

Hasta aquí tenemos un caso espeluznante que cae entre la investigación ovni, que lo rechaza por los seres peludos, a pesar de la presencia de propiedades que lo colocan entre los encuentros del primero, segundo y tercer tipos según la escala de Hynek. Los investigadores del fenómeno Piegrande lo rechazan por la presencia del OVNI, ya que esto choca con la percepción de estos seres como homínidos descendidos del hombre de Java o el gigantopiteco.

Y… ¿qué sucede entonces cuando descubrimos que el caso también contiene un ingrediente paranormal?

Los investigadores del grupo WCUFORG llegaron al lugar de los hechos a la una de la madrugada con la intención de entrevistar al testigo y recobrar evidencia física sobre el extraño aparato y los seres peludos. El testigo Steven y su padre, el Sr. Palmer, estaban parados al lado de la camioneta, no lejos de la casa de la granja. Los investigadores escucharon los gritos de ambos hombres, diciéndoles que una “luz blanca brillante” había iluminado la casa “como si fuese de día” por algunos segundos. A las dos de la madrugada, un toro en la propiedad comenzó a comportarse de forma extraña, así como lo hizo el perro de Steven, que fijaba su atención en la arboleda.

De repente, Steven comenzó a frotarse el rostro y la cabeza con las manos. Los otros le preguntaron si se sentía bien, pero no hubo respuesta. Comenzó entonces a zarandearse, obligando a los otros hombres presentes a sostenerlo. Durante todo este tiempo, los investigadores mantuvieron sus grabadoras encendidas, lo que les permitiría capturar lo que sucedería acto seguido: Steven comenzó a gruñir, emitiendo rugidos sonoros propios de una bestia y sacudiéndose a los que sujetaban de encima, tirándolos a tierra. El perro comenzó a ladrar ferozmente contra su dueño, dispuesto a atacarlo. Steve, poseído por una fuerza desconocida, se abalanzó sobre el animal, persiguiéndolo por el prado. Las grabadoras capturaron con fidelidad los gemidos del aterrado can.

El Sr. Palmer padre comenzó a dar voces, llamando a su hijo, quien repuso con otro gruñido sonoro. Los investigadores del WCUFORG estaban inmóviles, mirando incrédulamente al hombre que corría por el prado como un salvaje, sacudiendo los brazos y emitiendo gruñidos aterradores. Uno de los investigadores exclamó que también se sentía mareado y a punto de desplomarse, incapaz de respirar correctamente. Steven repentinamente cayó cara a suelo, como si la macabra fuerza que le poseía se hubiese extinguido. Todos los presentes se dieron cuenta del olor a huevos podridos – ácido sulfhídrico – que invadía la templada noche. Steven trataba de hablar, advirtiéndoles que aún persistía algo en la zona y que era necesario escapar inmediatamente.

Una vez fuera del prado, los investigadores vieron que las manos de Steven estaban apretadas “como las garras de un felino” y que le resultaba imposible mover sus dedos ni separarlos. Pero esto no le impidió describir a los presentes su vivencia durante el extraño y aterrador trance al que se había visto sometido por fuerzas desconocidas.
El joven afirmó haber presenciado una figura humanoide vestida de negro, con sombrero y una guadaña en las manos, diciéndole que si “la humanidad no enderezaba su camino” el mundo tocaría a su fin. Escenas de un mundo en llamas agregaba angustia a la amenaza proferida por la figura desconocida.

Tres décadas más tarde, el investigador Gordon afirmaría lo siguiente en un libro dedicado a los ovnis en Pennsylvania: “Lo que habíamos observado era alucinante y revelador. Hicimos lo posible por clasificar los eventos de aquella noche, que nos hizo tomar conciencia de que nos enfrentábamos a lo desconocido. Los sonidos, olores, reacciones humanas y animales no eran un invento – eran reales, y estaban plasmadas en dos grabadoras distintas.” (Gordon, Stan. Silent Invasion: The Pennsylvania UFO-Bigfoot Casebook).

El evento de aquella noche en el condado de Fayette tampoco terminaría con eso. Steven, muy a su pesar, comenzó a desarrollar facultades psíquicas que le permitieron ver a los muertos, predecir eventos futuros, como el estrellamiento de un avión de pasajeros, y también desarrollar una sorprendente relación con las aves silvestres. Entre las secuelas más inverosímiles de su extraño caso figuró la visita de dos personajes extraños – militares que le interrogaron a fondo sobre su caso – y que procedieron a mostrarle fotografías de seres peludos tipo “Bigfoot” tomadas en distintas partes de los Estados Unidos. Una de las fotos, según Steven, mostraba claramente uno de estos yetis trepando una verja con un cerdo debajo del brazo.

Posteriormente se llegó a saber que otra granja en el condado de Fayette también había sido visitada por una luz extraña aquella noche, a eso de las 21:00 horas. Las vacas de la lechería comenzaron a hacer ruidos extraños que los propietarios jamás habían escuchado antes. Detectaron la presencia de un olor desagradable y desconocido que obligaba a las vacas a evitar el pastizal superior.
La relación entre los ovnis y lo paranormal tampoco estaba circunscrita al este de los Estados Unidos.

En febrero de 1976, los hermanos Jason y Jeffrey Ownbey descubrieron la huella de una “criatura” de cinco dedos y de 40 centímetros de largo en un charco fangoso de Underwood Mountain Road en el condado de Trinity, California, cerca de la carretera 299. Días antes, la joven Wendy Allen pasó un susto tremendo al salir de su cabaña y ver dos objetos ovalados de color blanco azulado suspendidos sobre su vehículo. Los objetos se mantenían estacionarios, “como dos grandes ojos que me miraban”, según Allen, quien posteriormente afirmaría haberse sentido entumecida por un espacio de tiempo prolongado tras el avistamiento. Sin pensarlo dos veces, Wendy comunicó el caso al inspector de incendios forestales del servicio forestal estadounidense. “Se nos ha ordenado llevar un registro de todos los avistamientos ovni,” declaró el inspector Sylvester McCoy a la prensa, “desde que aquel fulano Walton afirmó haber sido secuestrado por uno de ellos”.

No todos los casos de “alta extrañeza” tienen un final feliz, como uno que nos llega desde Turquía, donde la policía de dicho país encontró el cadáver de Ahmed Bey retorcido sobre una vía férrea la noche del 14 de mayo de 1964 en las afueras de Koyulhisar, agradable ciudad en un verde valle de la antigua Anatolia. Alguien había golpeado la víctima hasta dejarlo muerto.
La mujer del difunto había dado parte a las autoridades, que no sabían qué hacer con el relato. El matrimonio Bey estaba conduciendo su auto en el camino paralelo a los rieles del tren, cuando “un disco girante del tamaño de una casa” apareció repentinamente en el cielo, dirigiéndose hacia el vehículo. El objeto parecía experimentar desperfectos, ya que se tambaleaba como un trompo, y acabó por chocar y estallar en un mar de llamas. Antes de eso, declaró la viuda, el objeto había dejado caer a “un enorme ser peludo” que corrió a toda velocidad hacia el automóvil de los Bey. El marido saltó del vehículo, cuchillo en mano, para defender a su esposa de la fiera. El animal sencillamente alzó al hombre al aire, lo aplastó, y tiró sus restos sobre la vía antes de internarse en la densa vegetación del valle. Las autoridades se encogieron de hombros, declarando que Ahmed Bey había sido víctima de una paliza por un asaltante desconocido.

El investigador Brad Steiger afirma en uno de sus libros (Aliens Among Us) que una de las grandes fallas de la sociedad moderna es su negativa a informar al ciudadano medio que su vida está rodeada por una realidad alternativa. Los sistemas educativos, afirma, han hecho caso omiso de la experiencia mística individual que aguarda a la persona capaz de pasar a un estado alterado de conciencia, ya sea mediante el uso de fármacos o el ingreso accidental en “zonas tenebrosas” en las que se activan fuerzas que son parte integral de nuestro planeta y no de procedencia extraterrestre.

Cabe preguntar, ¿serán los seres peludos y los “vehículos” que apartemente les transportan, o que les sirven de portal, prueba del planteamiento de Steiger? ¿Son, como opinaba Jacques Bergier en su momento, creaciones de una mente inconcebiblemente superior que los enfrenta a los humanos para ver cómo reaccionamos? Sería una mente cruel, a juzgar por el caso de Ahmed Bey, que perdió la vida en las garras de una de estas manifestaciones. Esto nos lleva al planteamiento final de otra de las grandes voces de los ’70, John Keel, quien afirmaba que cualquier inteligencia superior no necesariamente debe estar cuerda. ¿Estamos a la merced de Azatoth, el caos ciego que se oculta tras las estrellas?

Monday, January 23, 2017

D. Scott Rogo: Abducciones y lo Paranormal



D. Scott Rogo: Abducciones y lo Paranormal
Revista SAGA UFO REPORT Diciembre 1980

[El parapsicólogo D. Scott Rogo fue una de las figuras más impresionantes de la investigación paranormal de los ’70 y principios de los ’80 hasta su trágico asesinato en 1990 por manos desconocidos. Rogo escribió un artículo muy interesante y extenso sobre el fenómeno de las abducciones una década antes de la ‘fiebre abduccionista’ desatada por el libro Comunión de Whitley Strieber. Me he tomado la libertad de traducir un extracto significativo de su escrito – Scott Corrales]

El motivo por el cual tantos abducidos por los OVNI padecen plagas psíquicas sigue siendo un misterio. Algunos ovnílogos han argumentado que el secuestro ovni produce una alteración – o modificación - permanente del cerebro y de la mente de la persona que experimenta el suceso. A raíz del evento, puede recibir dones psíquicos capaces de dar lugar a fenómenos poltergeist espontáneos a la par que tales poderes se desarrollan. Sin embargo, esto no puede explicar el hecho de que la mayoría de los secuestrados experimentan efectos poltergeist solo después de haber recordado sus experiencias, ya sea bajo hipnosis o de manera espontánea.

El investigador Jerome Clark ha ilustrado este punto en un caso concreto. Por 1977, Clark estaba investigando el caso de un hombre en Illinois (USA) que había sufrido una típica “laguna de tiempo” a sazón de un secuestro ovni tiempo atrás. Valiéndose de la hipnosis, Clark y un colega pudieron ayudar al testigo a recordar lo que sucedió durante el avistamiento inicial. El testigo comenzó a narrar su vivencia según lo anticipado, describiendo la forma en que fue llevado a bordo de un ovni, historia que surgió gradualmente al paso de una larga serie de regresiones. Durante el transcurso de la investigación, el testigo sorprendió a Clark con una serie de llamadas telefónicas urgentes en las que se quejaba de disturbios psíquicos en su hogar: ruidos atronadores que se producían en su hogar a horas intempestivas, como si alguien golpeara un mazo contra los muros. El pobre hombre no era capaz de hallarle una respuesta normal al asunto, y Jerry Clark se dio cuenta de que estaba enfrentando un fenómeno poltergeist.
Así que aquí nos enfrentamos a un caso típico de “efectos colaterales” de lo paranormal, pero uno que estaba claramente relacionado a los recuerdos del secuestrado sobre el evento de la abducción y no al secuestro en sí.

En tales casos, me parece que la tensión psicológica del recuerdo es la causa de los disturbios. Sabemos que un poltergeist se produce cuando la mente humana ya no puede lidiar con los conflictos, la ira y la hostilidad, y tiene que desahogarse. Si el individuo no puede expresar su hostilidad de forma normal, parece como si su inconsciente se hace cargo de la labor al desatar una tormenta psicokinética, resultando en un poltergeist. Por este motivo, las víctimas de los poltergeist suele ser gente reprimida y emocionalmente cohibida. El testigo ovni, al recordar su encuentro, puede ser el candidato ideal para una ataque poltergeist. La angustia causada por el recuerdo – fruto del miedo, la duda, el conflicto y la ira contra los secuestradores – bien puede catalizar una invasión de poltergeist, puesto que el testigo carece de un “objeto” o “persona-objeto” contra la que puede arremeter.

Aparte de los efectos puramente paranormales, muchos abducidos seguirán teniendo contactos alienígenos por muchos años. Estos contactos pueden manifestarse bajo distintas formas. Algunos individuos como la Sra. [Betty] Hill y la Sra. Gruen tendrán más avistamientos. Otros permanecerán en contacto mental permanente con los alienígenas secuestradores. Charles Hickson, la víctima principal en el famoso caso Pascagoula de 1975 en Misisipí (USA) corresponde a esta categoría. Hasta llegó a decirle al escritor Ralph Blum que sentía que los secuestradores no humanos “estaban en su mente” de alguna forma, y que para verlos “solo tengo que cerrar mis ojos”, declaración que aparece en el libro Beyond Earth de Blum. Hickson ha tenido contactos alienígenas adicionales pero se niega a hablar sobre ellos. Más inverosímil aún es que algunos secuestrados llegan a enfrentarse a seres alienígenas en sus propios hogares. Estas experiencias a menudo suceden en horas de la noche, cuando las criaturas se materializan justo en medio de las recámaras de las atónitas víctimas.

Es curioso que muchas de estas “visitaciones nocturnas” parezcan ser tan solo parcialmente físicas. Tampoco es raro que sean criaturas bañadas en luz. Un ser de este tipo fue presenciado por la Sra. Betty Andreason tras su secuestro en 1967, caso conocido por el público en general gracias a Raymond Fowler, uno de los investigadores originales del caso, quien ha escrito un libro sobre el tema. The Andreasson Affair es, sin duda, uno de los libros más singulares sobre el tema de los secuestros OVNI que se haya publicado en fechas recientes.

En 1956, Jan Whitley y Emily Cronin, compañeras de casa, compartieron un encuentro cercano del tercer tipo mientras que conducían de vuelta a Los Angeles, California, a lo largo de la carretera Ridge Route desde las montañas Tehachapi. Era tarde y ambas mujeres decidieron detenerse en la cuneta para descansar. Dormitaban cuando se vieron despertadas abruptamente por un ruido uluante que sacudía su automovil, zarandeándolo de un lado a otro. EMily recordaría posteriormente que un grupo de seres alienígenas se había acercado al vehículo mientras que dormitaban para poder mirar mejor no solo a ella, sino a su hijo, que viajaba en el asiento de atrás. Emily tendría experiencias posteriores en el condado de Kern, California: era de noche y detuvo el auto cuando se fijó en un OVNI con forma de burbuja al lado del camino. Experimentó un desdoblamiento repentino durante el cual se comunicó con los "tripulantes" de la esfera, y hasta llegó a internarse dentro de ella, por lo que parece.

Saturday, January 21, 2017

Malasia: OVNIS Aparecen a Plena Luz Del Dia



Fecha:Jueves, 19 / Ene / 2017
Fuente: Colombia.com y PLANETA UFO

Malasia: OVNIS aparecen a plena luz del día

En video quedó registrado misterioso avistamiento que se ha hecho muy popular en las redes sociales.

Malasia: OVNIS aparecen a plena luz del día OVNIS aparecen en el cielo de Asia. Foto:Youtube


Un video que ha circulado en la red muestra como a plena luz del día se pueden observar dos OVNIS en el cielo.

El clip fue publicado principalmente por un usuario de Facebook llamado Want Soon You, quien acompañó el material audiovisual con la frase “Un OVNI apareció en el cielo de Penang ¿me creerías?”.

Allí se puede ver como las personas miran hacia arriba intentando descifrar qué es en verdad.

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Algunos comentaban que era un avión, otros que un dron; sin embargo, hasta el momento no se sabe con certeza qué pudo ser.
El evento ocurrió exactamente en GeorgeTown, Malasia, Asia.

¿Tú qué crees?

Fuente: Colombia.com
http://www.colombia.com/tecnologia/paranormal/sdi/149819/malasia-ovnis-aparecen-a-plena-luz-del-dia


Informó: Guillermo Giménez, desde Arg