Saturday, June 27, 2009

Los barcos malditos














La investigadora Rosa Santizo ha compartido hoy en Facebook el extraño relato del submarino alemán U-65, nave a la que se le achacaron varios accidentes y muertes extrañas e inexplicables -- tan inexplicables que el Alto Mando llegó a encargar un exorcismo de su flamante sumergible militar.

Esto nos trajo a la mente la cantidad de relatos de distintos países cuyos marineros hablan de "barcos fantasma", "barcos malditos", "barcos misteriosos", etc. tanto en la superficie del mar como bajo sus aguas. Conocido es de todos la leyenda del "Marie Celeste" (leyenda incrementada en gran forma por un libro de Arthur Conan Doyle sobre el mismo), el "Ellen Austin", y el formidable "Great Western" - una de las naves más grandes que haya zurcado los mares, y cuyos viajes son una letanía de desastres y muertes.

Pero pocos conocen la narrativa de lo que bien podemos llamar un buque diabólico.

En su obra clásica "Invisible Horizons", el escritor Vincent Gaddis culmina su capítulo sobre naves de espanto y horror en la siguente forma: "Pero de todos los barcos malditos que han plagado los mares de la Tierra, el peor de ellos lo fue el Ivan Vassily. Su historia - casi increible - es una oscura advertencia sobre las fuerzas malignas que de vez en cuando irrumpen en nuestro mundo".

Tras su botadura en 1897, el carguero ruso Ivan Vassily se desempeñó normalmente por cinco años en aguas del Báltico. Pero con el comienzo de la guerra rusojaponesa en 1903, el barco realizó un largo viaje a Vladivostok como transporte de armamentos. Durante cierto punto del viaje, una fuerza desconocida se apoderó del carguero. Una sensación de terror que vaciaba de fuerza a los tripulantes "como una bomba de succión", en la prosa de Gaddis. Esta fuerza negativa fue vista en varias ocasiones como una nebulosa figura humanoide.

Justo antes de que el carguero llegase a Port Arthur en la peninsula china de Liaotung, un marinero emitió un grito estremecedor que hizo que los demas tripulantes corriesen como locos, algunos de ellos rezando fervorosamente. El miedo fue tal que el marinero Alec Govinski saltó por la borda, prefiriendo la muerte.

Pero esta ofrenda de carne y hueso parece haber funcionado, y no se produjeron incidentes adicionales hasta que la nave atracó en Vladivostok. La deserción era inevitable, pero la policía rusa logró capturar los marineros, y el Ivan Vassily emprendió su largo viaje de regreso con escala en Hong Kong. Este viaje de pesadilla resultó en muertes adicionales, ya fuese for sucidio o paro cardiaco. El capitán del Vassily, Sven Andrist, también saltó por la borda. La calma volvió a reinar hasta la llegada al puerto chino, donde la deserción fue total. El segundo oficial, Christ Hanson, se nombró capitán y reclutó una nueva tripulación de marineros asiátcos. El Ivan Vassily llegaría a Sydney con su nuevo capitán, muerto de un balazo en la sien, y una tripulación que desertó, perdiéndose en los callejones de la urbe australiana.

"Solamente un hombre," narra Gaddis, "tuvo el valor de quedarse con la nave. El ingeniero Harry Nelson."

El emprendedor Nelson no tardó en localizar un capitán dispuesto a tomar el mando y un reducido número de marineros. El fenómeno no tardó en repetirse. Nelson hizo lo posible por dilucidar el misterio de la fuerza invisible que hacía enloquecer a los hombres.

Como si de una novela de H.P. Lovecraft se tratara, el Ivan Vassily nunca volvió al Báltico. Sus tripulantes volvieron a Vladivostok y la nave permaneció abandonada en el puerto, evitada por todos. Finalmente, nos cuenta Gaddis. "la nave recibio el unico tratamiento seguro para todos los objetos maléficos que existen en el mundo. Fue consumida por el fuego".

Vincent Gaddis no fue el único en abordar el tema de esta nave diabólica; también lo hizo R. DeWitt Miller, otro escritor de los años '40, aunque la fuente original de esta narrativa parece ser el mismo Harry Nelson. Desconocemos si el informe oficial del almirantazgo imperial ruso haya sobrevivido las dislocaciónes de la revolución de 1917.

Friday, June 26, 2009

Reflexiones sobre el "Arca de la Alianza"

El patriarca de la iglesia etíope - Abuna Paulos - declaró hoy 26 de junio que su iglesia dará a conocer el paradero de uno de los artefactos más enigmaticos de la historia occidental, el Arca de la Alianza. No se trata de una maniobra publicitaria para un libro de Dan Brown: el patriarca dijo lo siguiente en rueda de prensa en un hotel italiano: "Pronto el mundo podrá admirar el Arca de la Alianza descrito en la Biblia como el recipiente de las tablas de la ley que Dios entregó a Moisés, y que ha sido la meta de numerosas búsquedas y estudios con el paso de los siglos".

Esta estremecedora noticia - amén de que sea cierta o falsa - nos hace recordar algo que escribimos hace algún tiempo:

En pos del mayor de los artefactos misteriosos

El astrónomo escocés Duncan Lunan comenta en su libro Interstellar Contact (Bantam,1974), que cuando los obreros del califa egipcio Al-Mamún consiguieron irrumpir en la Gran Pirámide de Keops en el año 800 de nuestra era, se sorprendieron al descubrir que el gran sarcófago en la Cámara del Rey no tenía tapa, aunque había sido diseñada para portar una. Los profanadores de tumbas se quedaron atónitos al descubrir "un pozo" no muy lejos del punto en que lograron forzar la entrada al pasadizo ascendente que conduce a la Cámara del Rey. "La parte superior del pozo", escribe Lunan, "había sido sellada originalmente, pero en algún momento, se le abrió desde abajo con suficiente fuerza como para dañar el muro adyacente, como si se hubiera hecho uso de explosivos". El autor sugiere la posibilidad de que si la pirámide de Keops efectivamente fue profanada por desconocidos que hicieron uso de dicha ruta, resulta factible que se hayan llevado la tapa del sarcófago de diorita, que portaba "un archivo computarizado que conservaba la pirámide". Lunan agrega que estos desconocidos sabían exactamente a dónde dirigirse, y que sellaron la pirámide después de salir, "como si jamás hubiera sido profanada".

Algunos podrán creer que el destacado astrónomo pudo haberse dejado llevar por sus propias especulaciones en este caso, pero tanto estudiosos como arqueólogos y esotéricos se han preguntado sobre el propósito del enigmático sarcófago de diorita que ocupa el centro de la Cámara del Rey. Todas las partes--tanto conservadores como librepensadores--concuerdan en que jamás se le utilizó como la sepultura de un faraón olvidado, ya fuese Keops o algún otro. ¿Qué objeto pudo haberse colocado, con devoción y reverencia, dentro del sarcófago de diorita? ¿Qué objeto sin nombre merecía ser consagrado de tal modo en los albores de la civilización humana?

En su obra maestra, "La octava torre", John Keel sugiere la posibilidad de que la Gran Pirámide y la enigmática cámara con el sarcófago de diorita pudieron haber sido utilizadas para albergar un artefacto de origen sobrenatural, tal vez el Arca de la Alianza o hasta el misterioso fragmento de piedra meteorítica conservado en la Kaaba en La Meca. De ser así, bien pudiera ser que estuviésemos de cara al más importante de los artefactos misteriosos: un dispositivo multimilenario colocado por una civilización extrahumana o parahumana para vigilar el progreso de la recién nacida humanidad, o influenciar el desarrollo de nuestra especie en formas insospechadas.

La perspectiva de Keel sobre el asunto no es tan benigna. La "octava torre" que sirve de título a su obra es "una especie de cápsula de tiempo electrónica, que sigue funcionando sin sentido ni propósito después de millones de años", plagándonos con fenómenos parafísicos como los OVNI y seres extraños, y tal vez rigiendo las oleadas de locura que afectan a la humanidad siglo tras siglo.

¿Resulta posible combinar las teorías de Lunan con las de Keel? Si alguien profanó la Gran Pirámide en algún momento de la antigüedad, con pleno conocimiento de lo que se albergaba adentro, y lo extrajo, ¿dónde está ahora? Si el mayor de todos los "objetos fuera de sitio" resulta ser el superordenador paranormal plasmado en los escritos de Keel, ¿cuál sería su paradero actual?

El sendero de la especulación nos invita a proseguir: existe la posibilidad de que la misteriosa piedra negra conocida como la Kaaba, venerada en Arabia Saudita hasta el día de hoy por mil millones de musulmanes, sea el objeto en cuestión. También podría ser el enigmático cubo de Gurlt, que desapareció de manera oportuna durante la confusión de un bombardeo aéreo. El objeto puede estar oculto en cualquier parte del mundo, custodiado por una "hermandad" dedicada a protegerla contra los profanos. El mismo Duncan Lunan ofrece la posibilidad de que los seres extraños descritos por el profeta Ezequiel alrededor del 600 a.c. formaban parte de una misión de rescate espacial encargada de recuperar el objeto. La verdad del asunto casi seguramente será más extraña que la ficción.

Wednesday, June 24, 2009

24 Junio 1976: Entrevistando a Kenneth Arnold

ENTREVISTANDO A KENNETH ARNOLD
Por Curt Sutherly

Revista UFO REPORT, Marzo de 1977
Traducción de Scott Corrales


El 24 de junio de 1976, en la fecha del aniversario del histórico encuentro de Kenneth Arnold, conseguí rastrearlo por teléfono a su hogar en Meridian, Idaho, donde vivia entonces con su mujer, Doris. Posteriormente, la redacción de UFO Report me pediría que resaltara aspectos de esa conversación, la primera en su género por muchos años.

Antes de telefonear a Arnold, se me había advertido que el piloto no sentía gran amor por los periodistas, y que era muy posible que acabase hablando solo. Por consiguiente, di comienzo a la conversación de manera relajada e informal.
“Estoy hasta la coronilla de la prensa,” dijo Arnold, confirmando las sospechas de mis fuentes. Luego agregó: “A menudo sencillamente cuelgo el teléfono”.

Reforzando esta postura, el piloto describió la forma en que los representantes del periódico local, el Idaho Daily Statesman, habían tratado por años de concertar una entrevista con él. En otro caso, dijo Arnold, en el que un reportero le había telefoneado para hacerle una entrevista, “escuché detenidamente sus razones por haberme llamado, y sencillamente colgué”.

Consciente de que estaba tratando con un individuo sensible e inteligente que obviamente lo había pasado mal con la prensa. Proseguí con mi acercamiento discreto, divulgando en el proceso un poco sobre mi conocimiento del tema OVNI. Arnold dijo de forma abrupta: “Parece que entiendes este negocio de los OVNIS bastante bien. ¿Leíste mi libro por casualidad? La mayoría de los periodistas que llaman ni siquiera lo han visto, y esa es parte del motivo por la que no quiero hablares. No saben nada aparte del hecho que fui yo quien vio los platillos voladores!”

Le explique que había leído su libro – The Coming of the Saucers, con Ray Palmer – y que estaba familiarizado con los detalles esenciales de lo que ocurrió después de su avistamiento en el monte Rainier, y que me encantaría conocer cualquier detalle adicional.

“Bueno, si has leído el libro, ya tienes el grueso de los detalles,” repuso Arnold. “¿Sabes? las citas en el libro no son falsas, como creen muchos. En ese momento (en que se produjo el incidente) yo era el dueño de uno de los primeros magnetófonos, y la llevé conmigo a Tacoma...”

Tacoma, Washington...durante años, tan solo mencionar esa población ha hecho que los ojos de los fans del tema OVNI se vuelvan vidriosos de pura emoción. Pero para aquellos lectores que no estén informados, debemos tomar en cuenta lo que le pasó a Arnold a la postre de su encuentro OVNI.

Desde el momento en que Arnold aterrizó su aparato, diciendo que había detectado nueve discos voladores, fue perseguido por la prensa. Además de eso, comenzó a recibir montones de cartas de personas de todo el país, afirmando su interés por lo visto. “Me fue imposible contestarlas todas,” confesó Arnold.

Todo el mundo conoce a Arnold como el hombre que detectó a los platillos voladores por primera vez. Durante la entrevista, repuso: “Eso no es cierto. Estas cosas (los OVNIS) han sido vistas desde la antigüedad temprana. Soy el primer piloto en dar parte sobre ellos, hasta donde tengo entendido”.

Cuando Arnold recibía toda esa correspondencia de sus admiradores, presentó un informe sobre su experiencia ante el comandante de la base Wright Field, en Dayton, Ohio (la actual Wright-Patterson Air Force Base), y recibió una carta del director editorial Ray Palmer, quien preguntó si Arnold estaría interesado en detallar su experiencia para su revista. Arnold se negó a hacerlo, enviándole a Palmer una copia del informe oficial.

Palmer le escribió nuevamente, contándole a Arnold sobre la supuesta experiencia de los dos patrulleros que trabajaban en la costa este de Tacoma, Washington. Según palmer, ambos hombres afirmaban haber visto discos voladores sobre Maury Island, un islote a tres millas de la costa de Washington. Uno de los discos – según ellos – había soltado fragmentos metálicos de su subestructura, que cayeron sobre el islote. Palmer quería que Arnold fuese a Tacoma a investigar el relato, diciendo su editorial pagaría los gastos.

Mientras tanto, Arnold recibió la visita del teniente Frank Brown y el capitán William Davidson, representantes del A-2 (inteligencia militar) del 4to Ejercito del Aire (Fuerza Aerea), con la misión de investigar el fenómeno ovni. Hay que tener en cuenta que esto tomó lugar justo después de la 2da guerra mundial, cuando existía el temor de que agentes extranjeros estuviesen operando dentro de los EE.UU. sin ser detectados) Ambos oficiales interrogaron a Arnold sobre su avistamiento, y con el permiso del piloto, examinaron su correspondencia OVNI.

Días después Arnold se decidió a aceptar la oferta de Ray Palmer de investigar el misterio de Maury Island. Según Arnold, era “el misterio más enrevesado que podía soñar cualquier hombre”.

De hecho, el comentario de Arnold no lo dice todo: Los eventos que tomarían lugar en los próximos seis días serían una pesadilla de intrigas y complejidades. Tan misteriosos y complejos, que Arnold admitiría en 1976 que no llegaba a comprender lo sucedido en 1947.

A la noche del 29 de julio de 1947, el piloto aterrizó su avión en Barry Field, un pequeño aeródromo afuera de Tacoma, donde estaba seguro que nadie le reconocería (su foto había aparecido en la prensa) Pero cuando trató de hacer reservaciones en un hotel usando el teléfono del aeródromo, descubrió que el hotel estaba abarrotado y que la ciudad se hallaba en medio de una crisis de vivienda.

Como último intento, llamó al hotel Winthrop, el más grande y caro de la ciudad. Quedó totalmente consternado al descubrir que una habitación ya había sido reservada para el Sr. Kenneth Arnold! Tan solo dos personas sabían de su viaje – su esposa y Ray Palmer – y ninguno de los dos había reservado una habitación por adelantado. De hecho, Arnold ni siquiera se había molestado en presentar un plan de vuelo. Aunque estaba seguro que el portero le había confundido con otro Ken Arnold, el piloto decidió aceptar el alojamiento, seguro de que no podría encontrar alojamiento en la ciudad.

Una vez en su habitación, Arnold revisó la guía y encontró el nombre de Harold Dahl, uno de los dos patrulleros de puerto que supuestamente vieron el ovni sobre Maury Island, pero al hacer la llamada, Arnold se encontró con que Dahl estaba reacio a abordar el tema. De hecho, Dahl le dijo que se olvidara del tema y que volviese a su casa. Pero Arnold insistió y finalmente convenció al patrullero a pasar por el hotel para hacer una entrevista.

Dahl se presentó esa misma noche y luego de que Arnold le insistiera, finalmente contó su historia. Según Dahl, su hijo, el perro de la familia, dos tripulantes y sí mismo se hallaban en el mar cerca de la isla Maury la tarde del 21 de junio de 1947. Repentinamente, Dahl se percató de seis objetos “con forma de donut” que volaban a una altura de 2000 pies. Uno de los objetos parecía tener problemas, ya que perdía altura. Finalmente, el OVNI comenzó a arrojar un material parecido a la lava de su fuselaje – material que cayó en grandes cantidades sobre el bote patrullero y Maury Island. Un fragmentó impacto el brazo de su hijo, hiriéndolo; otro mataría al perro. El bote en sí recibió daños considerables. Después de esto, los seis discos remontarían altura y desaparecerían en alta mar.

Según Dahl, unas 20 toneladas de material parecido a la escoria habían sido vertidas sobre la playa. Una vez que la sustancia se había enfriado, los hombres recaudaron una gran cantidad de muestras y regresaron a tierra, donde el hijo de Dahl fue hospitalizado. El incidente fue comunicado al jefe de Dahl, Fred Lee Crisman, quien obviamente no creyó el cuento. El día después del incidente, el 22 de junio, Dahl afirmó haber recibido la visita de un personaje vestido de traje negro y que conducía un vehículo marca Buick de 1947. El visitante invitó a Dahl a desayunar. Dahl aceptó de buen grado, pensando que el hombre era un cliente potencial para el negocio de chatarra que operaba en su tiempo libre.

En un pequeño café, el personaje relató la secuencia de todo lo sucedido en Maury Island. También le dijo a Dahl que lo prudente sería no abordar el tema con nadie, si le interesaba el bienestar de su familia. Curiosamente, Dahl se negó a aceptar esta recomendación y volvió a los muelles para comunicar esta extraña odisea a sus colegas. (Esta es la primera mención de un incidente con los Hombres de Negro, y el patrón de amenazar a los testigos de los OVNI se convertiría en un ejemplo clásico de sus actividades)

El día después de la entrevista con Dahl, Arnold visitaría tanto Dahl como Crisman. En aquel momento, Crisman comunicaría su versión de los hechos, comenzando por afirmar su creencia de que Dahl y los marineros mentían. Sin embargo, tras de examinar el barco y el daño a este, Crisman dijo que había ido a Maury Island, donde encontró no solo escoria, sino que también llegó a ver uno de los discos con forma de donut que volaba en el cielo.

Después de escuchar las afirmaciones de Dahl y Crisman, Arnold se comunicó con un amigo, el capitán E.J. Smith de la United Airlines – otro aviador que había visto OVNIS casi en las mismas fechas que Arnold. El piloto invitó a Smith a venir a Tacoma para ayudarlo a desenredar el misterio de Maury Island. Smith estuvo de acuerdo, y Arnold regresó a Seattle a recoger a su amigo.

Desde este punto en adelante, la situación sería totalmente descabellada.

Las conversaciones entre Arnold y Smith fueron vigiladas por una fuerza invisible y telefoneadas a la prensa de la ciudad. Los dos hombres despedazaron su habitación de hotel, buscando algún dispositivo magnetofónico. Arnold y Smith se enteraron de esta “fuga” gracias a Ted Morillo, un periodista de Prensa Asociada que les dijo que una “fuente misteriosa” estaba dando parte sobre sus conversaciones (nuevamente, parece ser más actividad por los “hombres de negro”)

Inicialmente, Arnold le dijo a Morillo que la información era falsa, pero luego admitió que era cierta. Posteriormente, ambos profesionales de la aviación comenzaron a sospechar que Crisman o Dahl estaban divulgando las conversaciones, pero pronto descubrirían que estas llamadas tomarían lugar aunque Crisman y Dahl estuviesen en el mismo sitio que ellos.

Desesperados, los pilotos llamaron a los agentes de inteligencia – el teniente Brown y el capitan Davidson – quienes llegaron ese mismo día para escuchar el relato de Crisman de sus experiencias y las de Dahl. Repentinamente, ambos militares decidieron que tenían que irse. Casualmente, Dahl había abandonado la habitación al enterarse de que los militares iban a tomar cartas en el asunto.

“Nosotros (Arnold y Smith) prácticamente rogamos a los militares que no se fueran,” dijo Arnold durante la entrevista. “Pero insistieron en que debían regresar a su avión para asistir a una exposición aérea el día siguiente”.

Los militares se fueron, llevando consigo fragmentos de la escoria obtenida por Crisman.

Esa misma noche, el avión militar que transportaba a Brown y Davidson chocaría, matando a ambos hombres. El jefe de vuelo y otro tripulante se salvaron, gracias a sus paracaídas.

El 1ro de agosto de 1947, la noticia del avión estrellado aparecería en los titulares del Tacoma Times, divulgando los nombres de ambos militares ¡antes de que el ejercito los diese a conocer oficialmente! La nota de prensa por Paul Lance, de la redacción del Times, había tenido su origen en la “fuente fantasma” que informaba sobre Arnold y Smith.

Arnold comentó que dos semanas después de la noticia, Paul Lance moriría bajo circunstancias misteriosas. “Tal vez fue pura coincidencia”.

Sin embargo, Ted Morillo, el reportero de Prensa Asociada, fue despedido de su trabajo y padeció numerosas desgracias personales. En cuanto a los dos patrulleros de puerto: Crisman supuestamente abordó un avión de transporte militar con destino a Alaska (aunque Crisman era civil) y Dahl fue visto en un cine, totalmente desinteresado en la muerte de los agentes de inteligencia, según Arnold.

El mismo Arnold casi llegaría a sufrir una suerte parecida a la de ambos militares. Volando de regreso a su hogar, aterrizó para repostar combustible. Al despegar de nuevo, el motor de su avioneta se agarrotaría a 50 pies sobre la tierra, pero las reacciones rápidas del aviador le permitieron salvar la vida.

Hacia el final de nuestra conversación, Arnold indicó que de no haber presentado su informe inicial sobre los platillos voladores, sentiría que era un acto desleal hacia su patria. El motivo por esto – aclaró – fue haber pensado que lo visto era una nueva clase de avión que espiaba a los EE.UU. Pero en vez de haber recibido felicitaciones por su labor, tanto él como Smith y otros pilotos “fueron convertidos en payasos”.

“He estado volando por 30 años”, dijo el piloto, “y la vista aún me sirve bien”.

En cuanto a Smith: “Se jubiló después de 38 años de volar a la edad de 60. Le hicieron un agasajo, pero no pude asistir”.

Arnold me dijo que aún conservaba los derechos para hacer una película sobre Maury Island, y dijo que no le molestaría ver su experiencia convertida en largometraje. No obstante, insistía en que cualquier proyecto tendría que estar debidamente documentado.

Durante 1949-50, el piloto rechazó una oferta de la editorial Doubleday en la cantidad de USD $50,000 por los derechos a su experiencia. “Querían que otro escribiese el libro por mí. Yo quería hacerlo en mis propias palabras, así que me negué a aceptar la oferta”.

Hoy, Arnold refleja sobre sus experiencias con los platos volantes, Maury Island, y los demás incidentes que marcaron el período, y siente cierta tristeza por los aviadores que han perdido la vida en accidentes aéreos, matizando que “es una gran cosa poder seguir aquí, volando todavía.” Padre de cuatro hijas casadas, Arnold se describe a sí mismo como “un tipo bastante común”.

Aún así, para un pequeño segmento de la población mundial, Arnold se ha convertido en una especie de leyenda. Su legendaria frase – “platillos voladores” – ha pasado a formar parte de nuestro idioma. Y sus experiencias con la “fuente misteriosa” representaron nuestro primer encuentro con los nefastos “hombres de negro”.

Friday, June 19, 2009

"La vida está dura"



"Sí, la vida está dura. Se me acumulan las facturas como la antimateria en un supercolisionador suizo. Joder, hasta tengo que trabajar de noche en círculos de maíz, abducciones y mutilaciones de ganado para llegar a fin de mes."

Monday, June 08, 2009

David Carradine, ¿víctima de sociedades secretas?

El periódico neoyorquino The New York Post publicaba, con fecha del 7 de junio de 2009, una nota del periodista Adam Nichols que contemplaba que la extraña muerte del actor David Carradine -- protagonista de la legendaria serie de televisión KUNG FU y de las dos películas KILL BILL de Quentin Tarantino -- haya sido obra de sociedades secretas asiáticas...sociedades cuyos secretos intentaba desvelar el actor en su rodaje más reciente.

Esta posibilidad ha sido expresada por nada menos que Mark Geragos, el prestigioso abogado cuyos clientes han incluido a Wynona Ryder y el cantante Chris Brown, y asesinos como Scott Peterson. Según declaraciones realizadas por Geragos, Carradine estaba muy interesado en dar a conocer los secretos de las organziaciones clandestinas del continente asiático y que cualquier investigación sobre su muerte debe comenzar por ese derrotero.

La posibilidad de que Carradine haya sido víctima de una organización semejante trae a la memoria las teorías que rodearon la muerte del legendario Bruce Lee en 1973, supuestamente por la sociedad secreta china "Triad". Resulta irónico que Bruce Lee y David Carradine habían competido, en su momento, por el papel protagónico en la serie "Kung Fu" de los '70.

Thursday, June 04, 2009

USA: Los misteriosos "Cables Negros"

Fuente: Washington Post
Fecha: 31 de mayo de 2009

Parece sacado del guión de una película de las novelas de Tom Clancy. Un grupo de albañiles se esmera por completar un nuevo edificio en Tyson's Corner, importante sector conurbado de Washington, D.C., y accidentalmente cortan un extraño cable negro.
En cuestión de minutos, un todoterreno negro se acerca a la obra a toda velocidad, frenando en seco y produciendo media docena de hombres trajeados de negro, indistinguibles del Agente Smith de la famosa triolgia Matrix. Uno de ellos se acerca al capataz y le dice: "Acaban de cortar nuestro cable".

Según un artículo aparecido en el periódico Washington Post, este incidente ocurrió en polígono industrial Greensboro de Tyson's Corner, actualmente bajo construcción por el Grupo Georgelas. De hecho, el periódico cita a Aaron Georgelas, director del grupo: "El capataz nunca había visto a los federales personarse con tal rapidez debido a un cable cortado." Los cables negros, como se les conoce, son líneas de comunicaciones seguras utilizadas por el gobierno federal de EE.UU. entre sus estructuras de la zona capital.

El artículo del Washington Post informa a sus lectores que cientos de millas de "cable negro" enlazan los distintos negociados federales, desde el Directorado Nacional de Inteligencia hasta el Centro Nacional de Contraterrorismo (sospechosamente parecido al CTU de Jack Bauer en "24") y naturalmente, la Agencia Central de Inteligencia, siempre conocida por sus siglas en inglés: la CIA.

"Tras décadas de esquivar los obstáculos para extender una línea del transporte subterrano, y expandir la autopista periférica (Beltway) de la capital, las cuadrillas de construcción han excavado toneladas de tierra que ocultan los cables negros," dice el artículo. "Paul Goguen, el ingeniero encargado de reubicar las vias de electricidad, gas, alcantarillado, cablevisión, teléfono y otras comunicaciones para permitir el paso del Metro a través de Tyson's Corner, comenta: "Si, nos habían hablado de los todoterrenos negros. Nos advitieron que si impactábamos uno de los cables, la organización responsable se personaría antes de que tuviésemos la oportunidad de hacer una llamada telefónica".

Y el asunto no deja de tener matices de novela de espías. Un administrador del sistema ferroviario dijo que se produjeron demoras considerables cuando los ingenieros del proyecto descubrieron la existencia de canalizaciones que no aparecían en ningún plano. Su existencia alimentó la hoguera de la especulación, aunque es conocido de todos que la zona de Tyson's Corner alberga parte de MAE-East, una de las principales canalizaciones de Internet en los Estados Unidos.