JUEGO DE SOMBRAS: MANIFESTACIONES PARANORMALES
EN EE.UU.
por
Scott Corrales
(c) 2004-04-07
Los fans de la
ciencia-ficción se acordarán perfectamente de una serie de televisión que hace
menos de diez años causaba sensación a ambos lados del Atlántico – Babylon 5
– que postulaba como uno de sus muchos temas la guerra entre los humanos y sus
aliados de otros mundos contra la siniestra fuerza de “las Sombras” – seres
primigenios dignos de la pluma de Lovecraft – que habían regresado después de
un milenio para apoderarse de la galaxia.
El tema que nos
ocupa no es tan galáctico ni tan urgente, pero desde hace unos cuantos años,
casi ciertamente desde el 2001 en adelante, un fenómeno nuevo y perturbador ha
venido sustituyendo al fenómeno ovni y a los misterios de la criptozoología en
las preocupaciones de los interesados en el misterio, sus víctimas y sus
investigadores. Se trata ni más ni menos que de los informes antes escasos,
ahora numerosos, de extrañas formas negras denominadas en inglés shadow
people (la gente de las sombras).
El estudio
de los fantasmas, desde el siglo XIX, nos viene informando de la presencia de
seres que no son precisamente fantasmas ni
manifestaciones ectoplásmicas sino siluetas de forma humanoide que se
desplazan velozmente de un lado a otro en casas y edificios que tienen fama de
estar “encantados”. El investigador
inglés T.C. Lethbridge, para mediados de la década de los ’60, intentaba
encasillar este tipo de manifestaciones en un apartado distinto al de los
fantasmas tradicionales, que incluiría a estas sombras; las creencias ortodoxas
sobre fantasmas y fantasmogénesis, por otro lado, apuntan que las sombras
tienen un origen más siniestro que las asocia con sitios en los que se han
efectuado prácticas de magia negra. Pero
estas fugaces siluetas oscuras están apareciendo con mayor frecuencia en
nuestros tiempos, llevando a muchos a considerar que puedan tratarse de una
nueva manifestación de ser extraterrestre o hasta viajeros interdimensionales
de paso por nuestro mundo. Se sabe a ciencia cierta que la presencia de
estas sombras en una casa, por ejemplo, es propensa a producir súbitos cambios
de temperatura que pueden medirse con instrumentos, además de causar
sensaciones de pavor en los testigos (algo que huelga decir, por supuesto) y
tienen la peculiaridad de desplazarse en bandadas, atraídas por calamidades
naturales y causadas por la torpeza humana. Con esta información en nuestro
poder, comenzamos nuestra investigación.
Los amos de las tinieblas
En 25 de febrero
de 2004, Art Bell, el conocido locutor
de temas paranormales en Estados Unidos, recibió una llamada alarmante
proveniente de uno de sus radioescuchas en el estado de Arizona (EUA). El
hombre, cuyo nombre no fue dado a conocer, pasó a describir una situación
alucinante en una voz pausada y muy controlada. Algunas noches antes de llamar
al programa, él y su hermano habían estado sentados al frente de su
casa-remolque en las afueras de la ciudad de Tucson, disfrutando de una noche
estrellada y cálida mientras que consumían algunas cervezas. Poco después,
vieron correr a un coyote, seguido por otros, como si huyeran de algo. Los
hermanos fueron por sus fusiles, temiendo que la repentina llegada de estos
cánidos resultara en estragos al gallinero de su propiedad.
Internándose en
la oscuridad de la noche desértica para cazar a los intrusos, se dieron cuenta
que había personas caminando sigilosamente entre las piedras y los árboles de
la región – el motivo por el cual los coyotes se habían dado a la fuga. Los dos
hermanos decidieron treparse a sendos árboles para ver qué iba a suceder,
pensando que se trataba de emigrantes ilegales que cruzan la frontera no lejos
de la zona, pero nunca tan cerca de su vivienda.
“Pensamos que
estábamos viendo las sombras de los caminantes,” explicó el radioescucha, “pero
al momento nos dimos cuenta que no eran sombras, sino siluetas con vida propia
que marchaban por la noche.”
Pero el grupo de
sombras que transitaban por la tierra al pie de los árboles era sencillamente
la avanzada de un grupo más grande—“como una ola de mar” cuyo paso podía
sentirse en la noche. El radioescucha explicó que por nada del mundo hubiera
encendido la linterna que llevaba consigo, mucho menos abrir fuego contra las
extrañas presencias que siguieron su rumbo sin prestar atención a los dos
hombres.
¿Qué pudieron
haber sido esas extrañas formas, cuya
descripción hace recordar tan poderosamente a la nube negra de orcos muertos
que envuelve a Gandalf y al rey de Rohan en Las Dos Torres de JRR
Tolkien? Más inquietante aún, ¿hacia dónde se dirigían, y con qué propósito? La
tradición bíblica siempre ha dicho que los desiertos son el lugar reservado
para los espíritus impuros.
A miles de
kilómetros de Arizona, en la verde y montañosa Virginia Occidental, cuna del
“hombre polilla” y del “monstruo de Flatwoods”, un grupo de adolescentes—los
protagonistas casi por excelencia en tales relatos—tendría un encuentro cercano
con una de la gente de las sombras.
Corría el mes de
julio de 1989 y Suzanne Ocheltree, la joven gerente de un McDonalds en la
comunidad de Sago, estaba a punto de cerrar el establecimiento con cuatro de
los empleados que eran sus amigos. Este grupo a menudo se dedicaba a hacer
camping en las cercanías e investigar las maravillas naturales de su estado.
Sin más, Ocheltree y sus amigos decidieron ir a dar una vuelta por Red Rock
Road al oeste de la población de Buckhannon a la 1 de la madrugada.
Entrevistada para
el libro West Virginia UFOs (1994) Ocheltree recuerda que antes de
ponerse en camino, se sintió invadida por una sensación de temor, segura de que
“algo terrible les iba a suceder” si se empeñaban en visitar dicho sector a esa
hora. Sus compañeros trataron de calmar su preocupación y el grupo se bajó del
coche al llegar al prado dominado por una antigua granja abandonada.
“Sabes que ahí
espantan”, dijo uno de los chicos de su grupo jocosamente, dirigiéndose hacia
la estructura que apenas podía verse en la oscuridad.
Entre risotadas y
comentarios de mal gusto, el resto del grupo subió la cuesta hacia la
destartalada granja. Suzanne se había resistido inicialmente a formar parte de
la expedición a la ruina, pero prefirió no quedarse sola al lado del coche.
“Fue entonces que
escuché como regresaba corriendo el chico que se había adelantado al resto del
grupo”, explicó la mujer al investigador Bob Teets. “ Volvió corriendo con el
rostro blanco y los ojos desorbitados, gritando que algo lo perseguía, que le
pisaba los talones. Todos miramos a la dirección indicada y pudimos ver una
forma oscura, de unos dos metros de alto, con la forma de un hombre alto. No
podía vérsele la cara, pero tenía unos enormes ojos de color verde
fosforescente”.
Los cinco
visitantes dieron la vuelta y echaron a correr, saltando sobre verjas
derrumbadas y evitando obstáculos que eran casi imposibles de ver en la
oscuridad. Mientras que huían, explicó que la sombra negra parecía seguirlos,
aunque sólo resultaba posible ver los enormes ojos verdes.
Internándose en
el coche y abandonando el lugar maldito a toda prisa, Suzanne Ocheltree
recuerda que hicieron el viaje de vuelta al estacionamiento del McDonalds en
absoluto silencio, pero al llegar a su destino, ella no pudo sino exclamar que
no podía bajarse del coche sin saber primero que todos habían visto lo mismo
que ella. “Verdaderamente no sabemos lo que fue, pero sentimos miedo, mucho
miedo. Había una sensación de maldad en la zona...después del incidente, llegué
a escuchar relatos sobre adolescentes que realizaban prácticas satánicas en la
región. Se dijo que las paredes de la granja arruinada ostentaban emblemas
satánicos y que la policía tuvo que investigar”.
La experiencia de
Susan Ocheltree no es única. Otras personas en otras partes del mundo que han
entrado –sin saberlo—en lugares empleados para prácticas de magia negra se han
encontrado a menudo con “guardianes” de corte sobrenatural que parecen vigilar
la zona. En este caso, el protector de los secretos de la granja abandonada lo
era una sombra negra...
Encuentros estremecedores
En fechas recientes la página “Paranormal Phenomena” de
Stephen Wagner (www.about.com) hizo
mención de un caso sucedido en el estado de Nueva Jersey en una casa
suburbanita de este estado-alcoba al oeste de la ciudad de Nueva York. El
testigo, identificado sólo como “MSF”, cuenta que poco después de haberse
mudado a dicho inmueble, sus hijas se quejaban de que “algo” podía verse en
movimiento en el sótano, que utilizaban como lugar de juego. La silueta parecía
vivir en el techo del espacio subterráneo en cuestión, cerniéndose sobre las
chiquillas. Poco después, MSF convirtió el sótano en taller y pudo constatar
que sus hijas no le mentían: el espacio estaba lleno de sombras negras en
movimiento constante a lo largo de uno de los muros. “Nunca las vimos en ninguna
otra parte de la casa aparte de esa, pero aún cuando no nos era posible verlas,
estábamos muy conscientes de su presencia. Algunas parecían ser malévolas. Años
después, me fue necesario decirles que su presencia no era bienvenida y
parecieron alejarse por algún tiempo.”
Según
las declaraciones de MSF, tuvo la oportunidad de tener un “encontronazo” con
una de estas perturbadoras siluetas mientras que iba de paso a la cocina,
llegando a pensar que un intruso había irrumpido en su hogar: “Todo sucedió muy
deprisa. La luz no penetraba la silueta como lo hubiera hecho con una
sombra—era fornida y con cabeza, pero sin facciones, y con hombros, brazos y
torso. Desapareció tan repentinamente que no pude verle ni piernas ni pies.
Pude detectar que la sombra estaba tan sorprendida como yo, y que no había
esperado ser vista”.
La experiencia de MSF recuerda poderosamente al famoso
“caso de Hackettstown” investigado por el parapsicólogo Peter Jordan y el grupo
Vestigia en la década de los ’70, en la que una familia se vio hostigada por
presencias parecidas hasta que se descubrió que el lugar había sido empleado
para realizar prácticas sobrenaturales, con la condicionante de que las sombras
sólo aparecían cuando ciertas constelaciones brillaban en el firmamento.
Otro testimonio
recoge un encuentro extraño en medio de la noche en el seno de una casa
estadounidense. El protagonista, Dennis (pseudónimo), narra su experiencia en
la página web Darken Souls, donde cuenta que hace una década, se dirgía
hacia el cuarto de baño de su casa en horas de la madrugada y que estaba
despierto y libre de cualquier sustancia intoxicante. Al pasar al lado de la
habitación de sus padres, se dio cuenta que había algo raro en el techo de
dicho cuarto – una sombra negra y casi traslúcida que parecía estar adherida al
techo, con brazos enormes que parecían las alas de un murciélago.
Maravillado y sin
sentir miedo, “Dennis” mantuvo la mirada fija en el fenómeno, que
repentinamente se sintió vigilado. La sombra dejó su siniestra vigilancia de los
adultos y fijó su atención en el testigo, aunque no podían distinguirse ni
cabeza ni ojos. “Y he aquí lo más extraño,” escribe el testigo. “Con el enorme
brazo derecho, el ser hizo un gesto que me tocó directamente en el ojo
izquierdo, y pude sentir una sensación fría por el momento. Después de hacerlo,
la criatura se sacudió ligeramente, se recogió y desapareció. Todavía tenía la
sensación de falta de miedo absoluto y llegué a preguntarme por qué no me había
horrorizado dicha experiencia. Fui al baño, regresé a mi habitación y me metí
en cama de nuevo”. Pasaron años antes de que el testigo hiciera mención del
fenómeno a su padre, quien le creyó sin lugar a dudas, sugiriendo que era una
especie de demonio.
En el mes de junio de
1989, los esposos Jeff y Terry Glisman adquirieron una casa en el condado de
Troup, estado de Georgia (EUA), estructura cuyos antecedentes se remontaban a
la Guerra de Secesión. A los pocos días de la mudada a su nuevo hogar, el
matrimonio comenzó a verse asediado por sombras negras, incluyendo una sombra
gigantesca (de dos metros de alto) y la de un niño pequeño
Después de haber
vivido en la casa encantada por algunas semanas, los Glisman comenzaron a reñir
como nunca antes, sufriendo pesadillas durante noches seguidas. “El perro no se
atrevía a entrar en la casa”, recuerda Terry Glisman, “y nuestro gato se la
pasaba en el cuarto de baño, con la mirada fija en una esquina del techo.
Las sombras
manifestaban claramente su disgusto ante los recién llegados y su joven
familia. Una noche – como si se tratara de una novela de Stephen King – el
matrimonio se despertó sobresaltado al escuchar un zumbido insistente que
provenía de la cocina. Al ir a investigar, no percibieron nada extraño de
repente – hasta que la Sra. Glisman dirigió la mirada a las ventanas,
descubriendo que las rejillas de alambre de las mismas estaban abarrotadas de
escarabajos. La tela metálica cedió ante el peso de los insectos y los Glisman
se pasaron el resto de la noche echando a los escarabajos de su casa.
Las sombras se
ensañaron contra los niños de la pareja Glisman: una puerta corrediza de
vidrio, aparentemente bien colocada en su marco, cayó sobre el hijo de la
familia; posteriormente una viga de madera se desplomaría en el garaje de la
casa, cuando los niños estaban presentes.
Desesperada, la Sra. Glisman comentó el asunto con su madre, quien no
dudó en ponerse en contacto con una psíquica que le dio el siguiente consejo:
era indispensable que la aguerrida familia colocase una Biblia en cada
habitación y que hiciesen todo lo posible por mudarse de aquel maldito lugar,
donde las sombras campaban por sus respetos...
A los quince años de edad, Brad Fisher y sus padres se
mudaron desde el estado de Massachusetts en la costa atlántica de Estados
Unidos a la ciudad de Provo, Utah, en el seno de la religión mormona. Los
padres de Brad habían quedado encantados con una vieja casa de granja y se
decidieron a remodelarla. Los vecinos no tardaron en compartir historias con
los Fisher sobre el viejo propietario del inmueble, un ermitaño de mal genio
que había muerto 20 años atrás de manera atroz mientras que quemaba basura en
el manzanar de la propiedad.
Fisher recuerda que
una noche, su hermana, que contaba con 10 años de edad al momento, se había
levantado para ir al baño cuando percibió una silueta oscura en la puerta de
una de las habitaciones. Pensando que se trataba de su madre, le dirigió la
palabra. En ese momento, la silueta comenzó a desplazarse hacia la niña,
emanando una maldad palpable. Su hermana, recuerda Fisher, comenzó a gritar
hasta que toda la familia acudió a ver lo que pasaba. Curiosamente, ni los
adultos ni los demás hermanos jamás tuvieron experiencias con la sombra, a
pesar de que ahora opinan que la vieja casa de granja efectivamente albergaba
fantasmas.
Parecería ser que el sur de EUA ejerce una atracción especial sobre estas
misteriosas siluetas: “C.B.” de la ciudad de Montgomery, Alabama (EUA) recuerda
una experiencia espeluznante ocurrida en el verano de 1985 mientras que él y su
esposa dormían sobre un colchón de agua en su recámara. La pareja escuchó el
retintinear inesperado de unos colgantes en su salón, y poco después una
presencia entró a su habitación—una cosa malformada que parecía no haber
completado su transmogrificación del todo.
“Era una cosa alta, y sus brazos no podían verse bien
definidos”, escribe el testigo. “Dentro de unos segundos, había adoptado una
forma nueva. La cosa era mucho más oscura que la oscuridad que imperaba en el
cuarto. Aquello se quedó ahí por unos 30 ó 40 segundos mientas que nosotros no
reaccionábamos en absoluto. De repente, se internó deprisa en la pared justo al
lado de nuestro lecho”.
Nuevamente es de extrañar que la aparición de un bulto
deforme a mitad de la noche no haya resultado en un paroxismo de terror por
parte de los testigos, pero C.B. y su esposa recuerdan haberse mostrado
extrañados por la cosa y no atemorizados.
Chris Clay se puso en contacto con el programa de radio Coast
to Coast para informar sobre la extraña experiencia que ocurrió en su casa
a plena luz del día. Su hija, que contaba con 7 años de edad en aquel momento,
la acompañaba en la cocina cuando ambas vieron una sombra negra que se
desplazaba a gran velocidad y que se refugió debajo de la estufa. Madre e hija
se miraron intrigadas, y la Sra. Clay pensó que pudo haberse tratado de algún
roedor que se había metido en su hogar. Una inspección del enser doméstico no
reveló la presencia de ratones. ¿Qué pudo haber sido esa extraña sombra que fue
vista por dos testigos, en una casa que no tenía fama de albergar fantasmas?
Jeff. A, vecino de Marysville, Washington (EUA) regresaba
a su casa durante la primera semana del mes de junio de 2002 a las 4 de la
madrugada justo antes de rayar el alba. Conduciendo a lo largo de la calle 132
en dicha población, Jeff llegó al vado que cruza el arroyo Quill Cedar y vio
algo inesperado.
“Creí estar viendo a un adolescente que caminaba en mi
dirección pero en el carril opuesto. Pensé que el fulano tenía que ser un
idiota, para andar vestido de negro a estas horas”. La silueta dio la media
vuelta y pareció internarse en un zarzal. Pero cuando el coche de Jeff A.
alcanzó dicho punto en la calle, descubrió que era imposible que nada ni nadie
se internara en la tupida vegetación. “Sentí que se me erizaban los pelos de la
nuca al darme cuenta que aquello que tomé por un adolescente parecía no haber
tenido facciones, y que solo se había tratado de una silueta negra que
desapareció en una vegetación impenetrable. Para cuando llegué a mi hogar,
estaba temblando de miedo”.
Teorías al respecto
Dada la poca información sobre un fenómeno que al parecer
es bastante reciente, la especulación sobre el origen de estas extrañas
siluetas ha recorrido una extensa gama de posibilidades.
Algunos interesados en el asunto se han aventurado a
decir que son fantasmas tradicionales cuya actitud hacia los vivos va desde una
timidez notable hasta una maldad que raya en lo diabólico. Manifiesta una clara
inteligencia, sin embargo, que no se percibe en los casos de fantasmas tradicionales.
Otras teorías más aventuradas sugieren que la gente de
las sombras son, en efecto, viajeros astrales que han logrado dominar una
nueva técnica que les permite internarse en las vidas de las personas con
cierta solidez...técnica que, por cierto, pudo haberse obtenido mediante
prácticas de magia negra. Como corolario a esta posibilidad, algunos
nativoamericanos han ofrecido la posibilidad de que las sombras negras sean una
clase de viajero incorpóreo harto conocido por sus sociedades: el temido skinwalker
o trotapieles, un hechicero que tradicionalmente adoptaba formas animales
(nagualismo) para cometer sus fechorías, mayormente las de un oso o lobo.
Aunque los trotapieles casi siempre tienen un propósito fijo en mente, algunos
hechiceros realizan tales teleportaciones por curiosidad, espiando las vidas
ajenas. Tal vez a eso se deban los casos en que dichas sombras parecen estar
“sorprendidas” al haber sido detectadas.
Las asociaciones de las sombras con el fenómeno OVNI no
podían hacerse de rogar: algunos testigos han ofrecido la posibilidad de que la
reciente “invasión” de sombras negras represente la nueva oleada de seres
extraterrestres que ha sustituido a los “grises” que tanto furor causaron en la
década de los ’90. Lo malo de esta hipótesis es que las sombras no se han
producido necesariamente en lugares dónde el fenómeno ovni se ha manifestado
con regularidad, aunque este sería el momento para dar a conocer una
posibilidad algo perturbadora.
En los años ’90, el escritor Michael Lindemann entrevistó
a varias personas cuyos padres habían trabajado para el sector de la industria
bélica de los Estados Unidos y que comentaron que sus familias se habían visto
“plagadas” por fenómenos paranormales como consecuencia de dicha asociación. En su libro UFOs and The Alien
Presence (1995) Lindemann plasmó la historia de “Marty”, de 31 años de
edad, cuyas experiencias con siluetas fugaces, que sólo podía distinguir con el
rabillo del ojo, se produjeron a partir de su vinculación a proyectos “negros”
relacionados con la aviación militar.
“Pienso que hay una presencia alienígena en
esto...durante siete años, desde que comencé a trabajar con los aviones, cosas
raras se vienen sucediendo en mi hogar y a mi alrededor. Mueven cosas, abren y
cierran puertas, me desaparecen las llaves...durante mi ausencia del hogar”,
comenta “Marty” al escritor Lindemann, “mi esposa ha experimentado los mismos
movimientos en la casa – libros que estaban en los anaqueles aparecen sobre una
mesa y las puertas se cierran solas.”
“Marty” explicó que su trabajo con proyectos de alto
secreto le ha puesto en contacto con muchos militares que afirman haber
experimentado lo mismo. Los soldados destacados en Pearl Harbor, Hawai, usaron
la palabra nativa huna para describir el fenómeno. Los “mini-huna” son
responsables de la desaparición de objetos, el movimiento inusual de objetos,
etc. “Es algo que ocurre fuera del alcance de la vista.”
Por extraña que pueda sonar esta posible asociación entre
los ovnis y las siluetas oscuras, debemos recordar que muchas víctimas de
experiencias de secuestro por ovnis o testigos de encuentros cercanos del
primer, segundo y tercer tipo suelen quejarse del componente “paranormal” que
caracteriza sus experiencias, y que suele producirse después del evento.
Las misteriosas sombras también han sido asociadas con
viajeros interdimensionales, cuya aparición se produciría en nuestro medio como
sombras.
Otra teoría, más inverosímil que las otras, sería que ya
comienzan a sentirse los estragos del mal manejo de las energías sutiles por
agencias secretas de los gobiernos – proyectos como el calentador atmosférico
HAARP, por ejemplo – que han resultado en una especie de dilución de la
barrera, por así llamarla, que separa al mundo físico del mundo de lo
paranormal, proceso que tuvo su comienzo con la detonación de la primera bomba
atómica en 1945 y que continúa hasta nuestros días. Los estudiosos de la
ufología y lo paranormal pueden afirmar a ciencia cierta que los fenómenos
extraños se han redoblado en años recientes y que el misterio ha llegado a
formar parte de la vida cotidiana de muchos. ¿Será que las fugaces siluetas que
atormentan a muchos representan, efectivamente, una nueva intrusión en el mundo
físico? Aún no tenemos suficientes elementos de juicio sobre dichas extrañas
presencias, y los años venideros serán de gran importancia para nuestra
comprensión del fenómeno.
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